Eran exactamente las ocho de la mañana del día siguiente, después de lo sucedido ayer, Suleiman había alistado a los jenizaros para la batalla que se librería hoy en día.

Hurrem había curado la mejilla de Mihrimah y ahora estaba con ella en una habitación aparte junto con Sah.

Ahmed y Mehmed estaban con su ejército dando los últimos detalles al plan.

Mientras que Kosem se encontraba junto con todos sus hermanos varones.

──¿De qué lado están?── Pregunto cuando estuvo frente a ellos.

──Del de mamá.── Respondieron Mehmed, Selim y André al unísono.

──Bien.── Kosem sonrió y observó a su otro hermano.──¿Bayaceto?

──¿Mi madre es la mujer pelirroja?

──Si, ella es.

──Entonces de su lado.

Kosem abrazo a todos sus hermanos, cuánto había añorado este momento.

──En ese caso, Mehmed se quedan, ustedes irán a Polonia con la abuela.

──¡Eso es injusto!── Protesto Selim.── Queremos ayudar.

──Mi pequeño león.── La castaña se colocó a la altura de su hermano.── Se que quieres ayudar y lo aprecio, de verdad, pero ahora no puedes exponerte ni tu ni Bayaceto o André, usted son tanto el futuro de Polonia como el de esta dinastía.

──¿Pero Mehmed si puede exponerse?

──Mehmed es perfecto para la misión que va a realizar.── Kosem miro a Mehmed por milésimas de segundos.── Ustedes tres, irán a Polonia y le darán mucho amor a la Abuela Alka, ahí nos ayudan bastante.

──Tengo una condición.── Hablo Selim.

──¿Cuál?

──Nos escribirán.── El pelirrojo rodeo el cuello de su hermana con sus brazos.── Es injusto que cuando nos volvemos a reunir tengamos que separarnos.

──Creeme que a mí tampoco me gusta la idea de separarme de ustedes, pero es necesario, por otro lado acepto tu petición, escribiré cada que pueda, ahora alisten sus cosas.

Los tres menores hicieron caso y en un par de minutos estaba todo guardado, Sumbul y Nigar transportaron las cosas de los príncipes hasta el carruaje dónde partirán.

Kosem junto a sus tres hermanos menores salió de Topkapi sin que nadie los viese, ya que si alguien los veía, serían imposible proteger a sus hermanos de todo lo que avecinaba.

Llegaron al carruaje y los príncipes empezaron a subir colocándose cada quien en un asiento, Selim iba con André y Bayaceto iba solo.

──Nigar irá con ustedes.── Informo Kosem dejando de Nigar subiese.──Selim, ahora que no está Mehmed, eres el mayor, Bayaceto y André deben ayudarte y obedecerte, ¿Entendido?

──Entendido.

Y con esto el carruaje empezó su rumbo a Polonia, dejando a la mayor de todos los hermanos con un amargo sabor en la boca.

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──Turhan.──Llamo Raziye a su hermana.

──Ya lo sé Raziye.── Interrumpió Turhan mirando a la joven que tenía en frente.── Mientras los Sultanes luchan por quedarse con el territorio del otro, tu y yo debemos ocuparnos de esas dos.

──Claro,¿De cuál te encargaras tu?

──Kosem, una vez le dije que iba a matarla y lo voy a cumplir.

──Supongo que me toca a mí deshacerme de Mihrimah.

Turhan se acercó a Raziye y le dió un frasco que contenía un líquido transparente.

──Tanto tu como yo sabemos que es esto, así que úsalo en el momento exacto.

──Tenlo por seguro.

La hija de Mahidevran despidió a su hermana y optó por ir a sus aposentos, tenía una clara idea de cómo hacer que Kosem cayese en su juego, simplemente necesitaba que llegase el momento perfecto.

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──Nuestros príncipes ya deben haber cruzado la frontera.── Informó Sah a Mehmed y Hurrem.── Ya podemos empezar con la guerra.

──¿Y Mehmed?── Pregunto Hurrem.

──Él ya sabe lo que tiene que hacer.──Sah suspiro no muy convencida por la idea que tuvo Kösem.── Que Allah lo proteja.

──Amen.── Murmuró El Sultán Safavida terminando de colocarse su armadura.

──Mehmed.── Sah llamo al esposo de su amiga.

──¿Si?

──Concentrate en Suleiman.── Aconsejo la otomana.── No distraigas tu vista ni por un minuto de sus movimientos, no por nada mi hermano es un gran conquistador.

──Tambien tengo que deshacerme de Ibrahim y Mustafá.

──No, no tienes.── Dijo Hurrem acercándose a su esposo.── De eso me encargaré yo.

El Sultán simplemente asintió y beso la frente de su pelirroja, para salir de la habitación y encontrarse con su hijo para comandar al ejército.

Miro a su hijo a los ojos y se preguntó en que momento había crecido tanto, con forme pasaban los días más se parecía a ella.

──Me recuerdas a tu madre.

──Me lo han dicho.── Ahmed río y abrazo a su padre.

──¿Y esto?── Pregunto Mehmed con una sonrisa mientras correspondía a su hijo.

──El futuro es incierto, no sabemos cómo acabará esto.── Ahmed habló alejándose un poco de su padre.── No sabemos si todavía viviremos o moriremos en el intento, pero odiaria que morir sin haberte  dado un último abrazo.

──No vas a morir hijo mío, no lo voy a permitir.

Y con una última sonrisa, Ahmed y Mehmed salieron de su habitación en Topkapi para ir a la batalla.

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Muchos van a caer en esta parte, por lo que les sugiero que si van a llorar, pongan sus esperanzas en su personaje favorito.