Adiós Hurrem.
Habia pasado exactamente un año desde que Turhan amenazo con matar a Kosem, Mahidevran y Mükerrem fueron las primeras en irse encima de Hurrem, por que según ellas, las hijas de Hurrem habían empezado todo.
Hurrem salió en defensa de sus hijas, alegando que si ellas habían atacado era porque Turhan o Raziye habían empezado, ellas no atacaban porque si, haciendo más fuerte la enemistad de las tres consortes.
En ese año, Hurrem habia vuelto a quedar embarazada y había dado a luz a un nuevo Sehzade, el cual llamaron Bayaceto, preocupando más a las mujeres que vivían en el palacio por la influencia de Hurrem al dar a luz a tantos príncipes.
Por lo que en la actualidad Mükerrem miraba directamente al espejo mientras su criada le cepillaba el cabello, solo desvió la mirada para ver a Raziye y Mahmud dormir plácidamente, sonrió al verlos, después de todo ellos dos eran lo más importante que tenía en esta vida, claro estaba el porque: Primero Mahmud era un príncipe y podía ascender al trono, una vez el estuviera posicionado allí, ella seria Valide.
También estaba Raziye, a la cual podía casar cuantas veces le viniera en gana y obtener riquezas y poder por medio de sus matrimonios.
Pero había dos impedimentos para eso, Mahidevran y Hurrem, ambas tenían príncipes, aunque en honor a la verdad, Hurrem era mucho más peligrosa, Mahidevran era estúpida.
──Mükerrem.──Llamo Mahidevran desde la puerta.
──¿Qué ocurre?
──¿Tu criada no te conto lo que le hicieron esas salvajes de las hijas de Hurrem a las nuestras?──Pregunto Mahidevran una vez ingreso a la habitación, al parecer esas cuatro pequeñas sultanas si no pelean no vivían en paz.
──¿Es por eso que Raziye tiene un arañón en el brazo? ──Inquirió Mükerrem recapitulando.──La hare pagar.
──No solo vine por eso. ──Mahidevran se acerco a Mükerrem.──Gulnilhal esta próxima a dar a luz en estos días.
Hace 9 meses atrás Gulnilhal se habia colado en la habitación de Suleiman, quedando así embarazada, y todo gracias al consejo de Hatice y la Valide Sultan.
──¿La niña rusa? ¿A la que el año pasado se le inflamo el vientre y todos pensaron que estaba embarazada? ──Mükerrem rio por lo bajo.──Hay que deshacernos de ella, después de todo es tan ingenua que no se ha dado cuenta de nuestras intenciones hasta el momento.
──Tengo una mejor idea que envenenarla estando en los últimos días de embarazo. ──Explico Mahidevran.──Hurrem.
──¿Qué tiene que ver esa incivil aquí?
──El día que nazca ese bastardo, veremos si es niña o niño.──Mahidevran hizo una pusa para mirar a los hijos de Mükerrem.──Si es un niño, mandaremos a un verdugo para que lo "estrangule."
──¿El plan es echarle la culpa a Hurrem?
──Así es.
──Mahidevran, es imposible que alguien nos crea, el Sultán la ama como si su vida dependiese de eso, con hacer eso solo firmaríamos nuestra sentencia de muerte.
Las dos sultanas empezaron a hablar bajito, Mahidevran con cada palabra convencía más a Mükerrem y más cuando le conto ese detalle.
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──¿Embarazada?──Pregunto Hurrem mirando su vientre.──¿Otra vez? Sah, dime que lo que dijo la doctora no es cierto, ya tengo cinco niños, no necesito uno más.
──Allah y mi hermano te quieren mucho, no cabe duda.──Río Sah mirando a su amiga.──Que Allah te de un niño saludable Hurrem.
──Quisiera otra niña.──Susurro Hurrem para si.
Sah tomo las manos de su amiga cariñosamente, de verdad le alegraba saber que pronto abría otro niño o niña corriendo por Topkapi junto a sus hermanos.
──Iré a decirle a mi hermano.
──No.──Hablo Hurrem deteniendo a Sah.──Se lo diré yo, quiero que sea una sorpresa.
Sah asintió y optaron por conversar por temas sin importancia, riendo las dos mientras los hijos de Hurrem dormían.
Mañana por la mañana se lo diría al Sultán, o eso creía Hurrem, ya que el palacio por la mañana amaneció ajetreado, ya que Gulnilhal se encontraba dando a Luz desde las cinco de la mañana, hasta las ocho, la hora actual.
Para la mala suerte de las consortes y felicidad de Gulnilhal, ella dio a luz a un Sehzade, el cuál fue bautizado como Kasim, eso fue suficiente para que Mahidevran y Mükerrem llevaran su plan en marcha por la noche.
──Un príncipe más, una pelea más.──Susurro Hurrem mirando a sus hijos cenar, era ya la noche y pronto tendría que mandar a dormir a todos esos revoltosos.
Después del parto de Gulnilhal, fue prácticamente imposible entablar una conversación con Suleiman, toda la mañana y tarde se la había pasado ocupado con asuntos de estado, por lo que era conocimiento de todo el palacio de que el Sultán se encontraba durmiendo en estos momentos.
──Alguien esta llorando.──Hablo Kosem sacando de sus pensamientos a su madre.──Puedo oírlo.
──Esquizofrénica. ──Murmuro Mehmed tomando una cucharada de su sopa.
──¡Mehmed!──Regaño Hurrem.
──Ahora que lo dices....──Mihrimah hizo una pausa para intentar oír algo.──Definitivamente alguien esta llorando, como un bebé.
──Otra esquizofrénica.──Volvió a molestar Mehmed.
──Mehmed, una más y te romperé un palo en la cabeza.──Amenazo Mihrimah con evidente molestia.
Y antes de que Hurrem siquiera pudiese pronunciar palabra, los gritos del niño se hicieron más fuerte, alarmándola, por lo que salió corriendo de sus aposentos, entre más corría guiada por el sonido, más se daba cuenta de que los llantos provenían del cuarto de Gulnilhal.
Ingreso a la fuerza y descubrió a un hombre ahorcando al niño, sin pensarlo dos veces, grito:
──¿¡Que estas haciendo?!── Hurrem se abalanzo encima del hombro y empezó a forcejear, intentando quitarle la soga de las manos.
A los pocos minutos el hombre pareció ceder, logrando que la cuerda quedara en las manos de Hurrem, la cuál se acerco al niño, olvidándose de que tenia la cuerda en la mano, miro a todos lados en busca de su madre, pero simplemente no estaba, el barullo del pequeño seguía.
──Cálmate, ya paso, no te harán nada.──Sonrió Hurrem con una voz amiga para el pequeño.
Cuando lo tomo en brazos, las puertas de la habitación de María se abrieron inmediatamente, dando pase a las Sultanas: Ayse Hafsa, Hatice, Sah, Mahidevran, Mükerrem y Gulnilhal.
──¡Por Allah! ¿¡Que intentaste hacer con mi nieto?!──Grito Ayse Hafsa arrebatándole al niño a Hurrem.
La pelirroja miro su mano y murmuro algo en ruso, se había olvidado por completo de que sostenía el arma homicida, inmediatamente soltó la cuerda y miro a Sah en busca de ayuda, la cuál entendió a la perfección y se acerco a Hurrem.
──Valide, no saque conclusiones apresuraras, estoy segura de que Hurrem no lo hizo.──Hablo Sah.
──¡Aghas!──Llamo Hatice pasando por alto lo que había dicho su hermana.──¡Encierren a Hurrem en el calabozo, y avísenle a mi hermano inmediatamente sobre la situación!
Los hombres tomaron a Hurrem de los brazos, claramente la rutena empezó a pelear con ambos hombres y gritar que la soltaran que no había hecho nada malo, Sah intento ayudarla, pero uno de los Aghas la tiro al suelo, llevándose así a Hurrem.
──¿¡Por que siempre haces cosas que no te corresponden?!──Grito Sah a Hatice, sorprendiendo a todas las mujeres.
Era bien sabido que la Sultana Sah tenia un carecer difícil y era casi imposible llevarse bien con ella, hasta el momento ella era la Sultana más difícil de poner del lado de alguien, por lo que ella defendiera a Hurrem era algo sorprendente.
──¡Intento asesinar a un miembro de la dinastía! ¡Eso es más que suficiente!──Grito Hatice indignada.──Mi deber como Sultana es velar por mi dinastía, y si esa esclava rusa intento hacerle algo a uno de nuestros príncipes, me queda claro que es un peligro y merece la muerte.
──¡Estas enviando a alguien inocente al calabozo! Lo más probable es que Hurrem se haya olvidado de soltar la cuerda, ella no haría algo así aunque su vida dependiera de eso.
Antes de que pudiera seguir la discusión, Suleiman e Ibrahim ingresaron a los aposentos de Gulnilhal, la cuál lloraba como una magdalena.
Rápidamente la Valide le explico los hechos a Suleiman, causando evidente furia sobre él y sin decir ni una sola palabra, beso la cabeza de su hijo y salió de los aposentos, seguido de Ibrahim, el castigo por intentar asesinar a un miembro de la dinastía estaba claro.
Antes de que pudiera llegar al calabozo, Sah se paro delante de el, impidiéndole el paso, ella iba a salvar a Hurrem, costara lo que costara.
──No hagas una injusticia Suleiman, bien sabes que Hurrem es incapaz de hacer algo como eso.
──Lo soga tiene sus huellas, es evidente lo que hizo.
──¡Si ella hubiese querido asesinar a uno de tus hijos, hubiese matado a Mahmud ni bien se le presento la oportunidad!──Sah alzo la voz conteniendo sus ganas de ahorcar a su hermano.──Sabes perfectamente al igual que yo, que Mahmud siempre que podía iba a los aposentos de Hurrem para jugar con sus hermanos, tuvo miles de oportunidades para asesinar al príncipe de la corona, pero no lo hizo.
Suleiman simplemente le dedico una mirada gélida a Sah y pasando por su lado se dirigió a los calabozos, la sultana por inercia agarro la manga del Sultán.
──Bien, no creas en mí ni en ella, ya que te ciega el odio y el veneno de tu madre, piensa en tus hijos, ¿Cómo les explicaras que su padre mato a su madre? Ellos definitivamente te odiaran.
Suleiman pensó en lo que dijo Sah y después de un rato decidió hablar.
──Dile a Nigar y a Sumbul que alisten las cosas de Hurrem, Mihrimah y Kosem.──Ordeno Suleiman a Sah.
──MI Sultán, la Sultana Hurrem intento matar a su hijo, no sea flexible con ella.──Hablo Ibrahim, era su oportunidad para deshacerse de Hurrem y no la iba a desperdiciar.
Suleiman le dirigió una mirada a Ibrahim, el visir comprendió lo que quería decirle Suleiman con esa mirada y sin decir más camino con el hasta los calabozos.
──Suleiman.──Reverencio Hurrem una vez tuvo al Sultán delante suyo.──Yo no lo hice, se lo juro por Allah.
──No jures en vano Hurrem.──Dictamino él.
──¿Va a matarme?──Pregunto Hurrem temiendo por sus hijos, no quería dejarlos desamparados en este palacio, sabia que Mahidevran o Mükerrem aprovecharían la más mínima oportunidad para acabar con sus príncipes.
──No Hurrem, en muestra del amor que alguna vez te tuvo y por el bien de nuestros hijos, te enviare al antiguo palacio, serás expulsada de mi harem y vivirás allí por el resto de tus días.
Aquellas palabras fueron un golpe bajo para Hurrem, no imagino ni en mil años que esto sucedería con ella, no, no podía dejar a sus hijos solos en este palacio, pero pensándolo mejor, era la única manera de que ella pudiese proteger a sus hijos de alguna manera, al menos estaría viva.
──Agradezco su misericordia, mi Sultán.──Mintió mientras hacia una última reverencia para salir del calabozo.
Con cada paso que daba sus lagrimas caían, ¿Qué se supone que haría ella alejada de sus príncipes? Por lo menos Mihrimah y Kosem la acompañarían en su desgracia, pero sabia perfectamente que esas dos extrañarían a sus hermanos más que a nada.
Llego al Harem y vio sus cosas junto a las de sus hijas, por el balcón pudo observar a la Valide y a las otras cuatro Sultanas, Gulnilhal la miraba con odio mientras cargaba a su príncipe.
Desvió la mirada y encontró a Mihrimah y Kosem de la mano, Mihrimah se frotaba los ojos, la habían levantado y eso la molestaba.
──Iré a despedirme de mis hijos.──Le dijo Hurrem a un Agha pero este le impidió el paso.
──La Valide ordeno que se fuera y que no le causara más dolor a sus nietos.
Aquellas palabras fueron una daga directamente al lastimado corazón de Hurrem y sin decir más, acompañada de sus leales amigos y sus hijas se dispuso a salir del palacio, no sin antes ser detenida por Sah, quién abrazo a Hurrem fuertemente.
──Lo lamento, no pude hacer nada por ti.──Sollozo Sah abrazando a su amiga.
──No se preocupe Sultana, se que hizo todo lo que estuvo en sus manos para ayudarme, al fin y al cabo la culpa es mía al no darme cuenta de que todavía tenia la soga en la mano.
──Pídeme lo que quieras Hurrem y te juro que lo hare.──Pidió Sah soltando a su amiga.
──Cuide a mis hijos, protéjalos, no deje que esas víboras se les acerquen.
──No tienes por que pedirme eso Hurrem, iba hacerlo aunque no me lo pidieras, pero te aseguro que no dejare que ni siquiera la lluvia los toque, los protegeré con mi vida y más.
Con una última sonrisa y un último abrazo, Hurrem salió de Topkapi acompañada de sus hijas y con el corazón ardiendo, volvería, volvería en un futuro y se vengaría de esta injusticia.
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Primero que nada, no pago terapia, así que vengan a llorar a mi casa.
Segundo, con esto finaliza la segunda temporada, ¿Un poco cruel verdad? Supongo que no es necesario avisarles que lo que se viene será guerra tras guerra por poder.
Sin más que decir, nos leemos en el siguiente capitulo, un beso y un abrazo.
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