꧁𝑀𝑜𝑚𝑒𝑛𝑡𝑜𝑠꧂
Hola, volví.
Pido perdón por tardar tanto en actualizar, la escuela no me da tiempo de nada.
El capitulo es algo corto, pero espero que les guste. Para ser sincera últimamente no me gusta lo que escribo, por lo que corregiré todo el fic, le daré mas contexto a algunas situaciones y agregare mas capítulos, así que puede que me lleve algo de tiempo actualizar, por lo que les pido paciencia.
Si no ven la historia, no se asusten, recuerden que estará en borradores.
Bueno, eso es todo.
Disfruten el capítulo, aunque no se si se le pueda considerar un capitulo.
V-
Narrador/a:
Todo iba de acuerdo al plan, cada uno de los involucrados se encargaba de cumplir con su parte asignada. Mikey por ser el líder no estaba involucrado a fondo en esta misión y mucho menos la peli negra que se presentó en aquella sala de reuniones; Bonten no era su organización así que no le importaba mucho lo que sucediera, la única razón por la que quiso ayudar fue por uno de sus mayores amores... el dinero.
Manjiro sabía que esa mujer haría cualquier cosa por dinero y casualmente ella tenía información sobre los Yasumu. No dudo en contactarla y a cambio de una gran suma de dinero ella termino hablando; ante los ojos de él, ver a esa mujer era como ver a Kokonoi.
Después de que ella hablara, Mikey puso a trabajar a todos los miembros, algunos buscaban pistas en centros comerciales, otros iban por todos los barrios de la ciudad tratando de conseguir información; para los altos mandos fue todo lo contrario, a cada uno le asignaron una tarea en específico.
Kakucho y Takeomi se encontraban siguiendo al posible líder de aquella organización, aunque realmente ninguno de los dos sabía si era la persona correcta, aún les parecía algo sorprendente que el líder no fuera un hombre, si no una mujer. En la época actual no había muchas pandillas que fueran lideradas por una mujer, por lo cual por un momento les pareció admirable todo lo que hizo para joder a Bonten; incluso el mayor de ellos pensaba que si era bonita la invitaría a salir, lo cual era todo lo contrario a lo que el menor pensaba.
Por su parte Sanzu estaba en algún lugar de la ciudad preparando un refugio para Yuriko y Senju; el meterse con los Yasumu era como echarse la soga al cuello y el peli rosa estaba consciente de eso. Por esa misma razón busco un lugar que fuera lo más seguro posible, lo cual lo llevo a una hermosa casa lo más alejada de la ciudad.
Realmente en ese momento no le importaba otra cosa que no fuera la seguridad de aquellas dos jóvenes y que pudieran tener todo lo necesario, según el, porque viéndolo desde otra perspectiva solo eran gastos innecesarios.
Si algo lo caracterizaba es que cuando se trataba de su hermanita nunca escatimaba en gastos, lo cual era un problema para su compañero, el cual a lo lejos observaba cada cosa que entraba a la casa.
-No creo que realmente necesiten todo eso-. mencionó Kokonoi al ver la cantidad de muebles que estaban metiendo en la casa. Cada cosa que veía entrar por esa puerta le generaba un escalofrío, no podía dejar de pensar en las grandes consecuencias que pagaría su cartera.
Trato de relajarse, lo cual termino en un fracaso al ver la enorme cosa que estaban colocando en el jardín.
Era un especié de estatua, de un color que resaltaba por los lirios morados que la estaban rodeando. -¿Que carajos es eso?-. entrecerraba los ojos para según el ver mejor e incluso se tomó su tiempo para deducir que era aquella cosa.
-Señor, ¿le pasó sus anteojos-. pregunto uno de sus asistentes. Este solo asintió en respuesta, el joven sacó los anteojos de un extraño estuche de color verde y se los extendió al peli blanco.
-Gracias-. se puso los anteojos, pero aún así no lograba ver que era lo que estaba en medio del jardín. -Debería de comprar otros anteojos...-. pensó. -Nah, eso sería muy caro, además estos fueron un regalo de el-. sonrió con melancolía.
-Señor, ¿necesita algo más?
-Oye Aiko, logras descifrar que es eso-. señaló la estatua, la cual ahora estaba siendo colocada en una especie de plataforma, haciendo que sobresaliera de todas las flores que la rodeaban.
-No estoy seguro...- sus ojos estaban fijos en la deslumbrante cosa dorada que resaltaba en todo el jardín -creo que es... ¿un mundo?-. contesto dudoso.
-Da igual lo que sea, esto le esta costando demasiado a mi cartera-. de solo pensar en todo el dinero gastado comenzó a dolerle la cabeza, llevo una de sus manos a sus sienes y comenzó a masajearlas. -Puedes irte, yo iré a ver qué es lo que hace ese idiota-.
Una vez dicho esto entro a la casa y camino hasta el jardín, pasando por algunos salones, los cuales dedujo que se trataban de la sala de estar y el recibidor. Llego a lo que parecía una cocina y abrió la puerta que daba al jardín. Apenas si puso un pie afuera cuando de pronto Sanzu se encontraba gritándole algunas cosas que el de orbes negros no lograba comprender.
Digamos que la relación de esos dos mejoro después de lo sucedido con Yuriko, o bueno, quizá todo se deba a las múltiples amenazas que recibieron por parte de Mikey.
Gracias a la intervención de su líder fue que el ambiente entre ambos cambió totalmente y eso era algo que todos los miembros de Bonten agradecían. Incluso cuando esos dos comenzaron a convivir se dieron cuenta de que tenían más en común de lo que pensaban, aunque lo único que tenían en común era que ambos estaban detrás de la misma chica; por lo menos así fue, hasta que Kokonoi conoció a cierta persona.
Todos en Bonten sabían que todo el dinero que se gastaba tenía que ser en cosas útiles, de lo contrario terminaban despertando a la "bestia del dinero". Quien diría que el mayor miedo de un grupo de mafiosos sería un tipo obsesionado con los billetes y con un amor de su niñez sin superar.
Sanzu vio que su compañero se acercaba y comenzó a saludarlo, todo iba bien, hasta que escuchó lo que el peli blanco gritaba.
-¡Drogadicto idiota, tienes idea de todo el dinero que costó esto!
-Creo que era mejor idea que vinieran los Haitani-. suspiro pesadamente, ya solo le quedaba resignarse a lo que le esperaba.
Yuriko:
-Enserio terminaste saliendo con el, pero si eres tonta, te dije que...
-Basta Hina, que tú sales con Hanagaki-. interrumpió Yuzuha.
-Es bonito que tuvieran una cita, yo hace tiempo que no tengo una.
Las tres miramos a la rubia, la cual jugaba con uno de los mechones de su cabello. - ayer tuviste una con Draken-. dijimos al unísono.
-Si, pero...-. dio un suspiro. -últimamente pasa mucho tiempo en el taller, es...-. hizo una pausa, lucia pensativa, era como si tratara de buscar la palabra correcta para definir lo qué pasó entre Draken y ella estos últimos días.
Estas ultimas semanas no mantuve mucha comunicación con ellas y fue por eso que las invité a salir, planeaba que fuera un día para divertirnos, ir de compras, al cine y después quizá terminar comiendo en el restaurante de los Kawata.
Se supone que eso haríamos...
De alguna forma terminamos en la habitación de Yuzuha, bebiendo algunas cervezas que encontramos en la nevera, contando nuestros problemas y escuchando música.
Les hablé sobre todo lo qué pasó con Sanzu, el día de limpieza, aquella cita en la montaña y como me pidió que saliéramos. Puede que omitiera algunas cosas, obviamente no les diría que la mafia trató de matarnos y que Mikey luce peor que nunca.
No me gusta que existan secretos entre nosotras, pero a veces hay que hacer algunas excepciones, además, ¿qué les diría?, ni yo se que tan grave es todo este asunto, lo cual me estresa, es como si tuviera que tener una doble vida.
Desde que conocí a Sanzu mi vida cambio relativamente, algunos cambios fueron buenos, pero hay otros a los que aun no logro acostumbrarme, como el hecho de que viviré con Sanzu. Las parejas suelen cambiar bastante cuando comienzan a vivir juntas y eso es algo que me preocupa, siempre he estado sola y adaptarme a convivir diariamente con otras personas me resulta complicado... quizá no este tan mal, después de todo podre estar junto a él todos los días.
Solo queda esperar que las cosas no se compliquen en un tiempo y realmente todo será perfecto...
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