Tú y yo juntos

-Llegas tarde.-murmuró Demetri.

-Lo sé pero te recuerdo que hoy fue mi graduación, ahora entrenemos.-
repuso Bella mirando como los Cullen la observaban.

-Bien, te enfrentarás a Edward solo que no lo mates.-dijo Demetri con tono burlón al decir lo último.

La castaña asintió mientras que Edward parecía dudar, sin embargo no dijo nada, Bella lo inmovilizo por unos segundos y cuando él cobrizo tenia alguna oportunidad él inmediatamente la dejaba luchar a su manera.

Él se elevo de un salto y se alejo de Bella. Ella sabíainmediatamente que algo estaba mal; él todavía era como la piedra, que mira fijamente a través del prado en el cual practicaban.  

-Lo siento, Bella.-se disculpó Edward.

-No, Estoy bien, Vamos otra vez.-dijo Bella algo confundida.

-No puedo.-se negó Edward a enfrentarse a Bella.

-¿Qué quieres decir con que no puedes? Solo estamos empezando.-Él no contestó. Un minuto lleno pasó antes de que él hablara otra vez.

-Yo sólo no puedo…soportarlo. Mirándote de esa manera, analizandote como un objetivo. Viendo todas las maneras que puedo
matarte…-Él se estremeció.-Esto sólo lo hace demasiado verdadero para mí.  Te veo como la frágil humana que alguna vez fuiste.-explicó Edward ganándose una mirada incrédula de Bella.

-Esto es completamente estúpido.-dijo Bella enojada, al ver que Edward era incapaz de enfrentarse contra ella.

Edward suspiró, exasperado. Sus ojos eran oscuros, apenas un oro para iluminar al negro.

Al final Bella termino entrenando con Rosalie, y en cuanto todo acabo se fue sin decir nada. En serio había ocasiones en que no entendía el comportamiento de Edward.

-En cierta forma lo entiendo pero se me hace ridículo solo es entrenar no matarte.-opinó Demetri alcanzándola.

-¿Por Qué en cierta forma lo entiendes?.-preguntó Bella con curiosidad.

-Porque si tuviera que hacer lo mismo con Evelyn lo haría con un poco más de cuidado sin embargo si entrenaría con ella.-explicó Demetri con una leve sonrisa.

-Entiendo ¿Pero que harás cuando tengamos que volver?.-inquirió Bella mirándolo.

-Decirle la verdad y después veremos.-contestó Demetri.

Y Bella pudo entender que él también trataría de disfrutar la compañía de Evelyn.

Al día siguiente Bella fue a la casa de los Collins, Henry no estaba y Evelyn había salido con Demetri por lo tanto Bella y Andrew estaban solos.

-Me gustaría ayudarte de alguna forma.-expresó Andrew mirando a Bella.

Ella le sonrió, sabía que él quería ayudarla pero no quería exponerlo de ninguna forma por lo que ella le había sugerido que no saliera de su casa él día del enfrentamiento, más bien que ninguno de los Collins salieran a algún lado, mucho menos el bosque.

-Honestamente, este es un problema mio y lamento mucho si te estoy poniendo en riesgo. Me hubiera gustado conocerte antes de mi vida como vampiro.-admitió Bella pensando en lo diferente que hubiera sido su vida al conocerlo.

Sus verdes recorrieron todo su rostro, si Bella pudiera de seguro sus mejillas estarían rojas, pero se esforzó en proseguir luego de estar segura de tener toda su atención, intentando no distraerse con su cercanía.

-Ni me lo tomes a mal, ser vampiro tiene sus ventajas pero en si mi existencia es solitaria. Al ser humana tal vez podríamos ir a la misma universidad, salir a varios lugares, tendrías una familia...

Al decirlo se sintió un poco avergonzada, ocupó su rostro entre sus manos en un intento por dejar hasta ahí el tema. Andrew no pensaba lo mismo sujeto las manos de Bella y la estrechó entre sus brazos espontáneamente.

-No me importa nada de eso. Ni siquiera lo de tener una familia mientras estemos tu y yo juntos.-murmuró Andrew en tono firme.

La castaña sonrió ante las palabras de Andrew, lo beso de forma un poco tímida. Pero después el beso fue subiendo de intensidad. Las manos del oji-verde se dirigieron a la cintura de Bella. Ella se separo mordiéndose él labio nerviosa.

-Deja de mirarme así.-dijo Bella de repente al notar la intensa mirada de Andrew.

-¿Así como?.-preguntó con la voz un poco ronca.

-Tu sabes a lo que me refiero.-respondió Bella mirándolo.

-Esta bien, solo que parece que nunca tenemos tiempo para nosotros.-Murmuró Andrew.

-Lo se, últimamente he estado ocupada con lo de Victoria.-admitió Bella acariciando la mejilla de su novio.

-¿Qué te parece si por un momento nos olvidamos de los neófitos y Victoria?.-propuso Andrew besando a la castaña. él parecía tan emocionado como Bella ante la perspectiva de pasar la tarde entera para estar juntos. Siguieron besándose durante un buen rato, hasta que Bella decidió apartarse de él.

-No quiero que las cosas se salgan de control.-aclaró Bella.

-Esta bien.-dijo Andrew con un brillo cálido en los ojos, abrazando a Bella.-Tengo algo para ti.-agregó de repente.

-¿Qué?.-preguntó con duda, ya que no le gustaban los regalos.-sabes...

-Como arruinas los momentos Swan.-bromeó Andrew riendo levemente.-Es algo que le pertenecía a mi mamá, ella me lo dió antes de morir y ahora quiero dartelo a ti.-explicó sacando de su bolsillo un collar en la cadena, colgaba un cristal brillante en forma de un copo de nieve, tallado en innumerables caras que resplandecían a la tenue luz de la lámpara.

-Es precioso.-murmuró Bella sonriendo.-¿me lo pones?.-pregunto al tiempo que ponía su cabello de un lado y dejaba su cuello descubierto.

Después de que Andrew le pusiera él collar, ella lo abrazo sin poder evitarlo. Sabía el significado que tenía el collar para Andrew, su mamá había muerto en un accidente hace unos años.

-¿Te puedes quedar conmigo esta noche?.-preguntó Andrew un poco tímido.

-Si.-respondió Bella sin dudar al ver el peculiar brillo que tenía en los ojos. La alegría de Bella se expandió en su pecho al verlo sonriendo, admiró cada detalle de su rostro con creciente fascinación.

Sin embargo él destino habría seguido con su continuidad y quizás difícilmente afrontarían dilemas por los cuales no estaban listos para atravesar.