Capítulo 11:
Días negativos y noches negativas

Nunca se consideró ser paciente, por lo que molesto no esperó a Noah, quien alegremente conversaba con una chica, Andrew camino hasta el salón donde estaba su hermana y la misma clase donde estaba la castaña.

Pensar en Bella, le provocaba escalofríos, estaba prohibido pronunciar su nombre para él. La había ignorado en varias ocasiones desde que le dijo que no dejaba de pensar en ella, sin embargo él siempre estaba atento si los Cullen no molestaban a la castaña o si ella se encontraba bien. No tiene idea cuantos días han pasado desde que la ha visto, seguro que él mismo que lleva sintiéndose muerto en vida.

Estaba demasiado confundido por sus sentimientos hacía Bella por los que había decidido tomarse un tiempo alejado de ella. Pero él dolor punzante en el pecho le recuerda que todos sus sentimientos son por y para ella, pero quererla duele como nada que haya sentido antes.

Levantó la vista y chasqueo la lengua molesto cuando vio que Edward Cullen se dirigía hacía él.

-Solo dejame decirte que yo también voy a luchar por ella. Deberías saberlo. No doy nada por sentado y pelearé con doble intensidad que tú.-Andrew sonrió con burla.

-En todo caso él quien tiene más probabilidades soy yo, además a ti ni siquiera te hace caso.-Edward gruño porque en el fondo sabia que era verdad, Bella no era la misma humana que había conocido en Forks y sobre todo ella se la pasaba ignorándolo a cambio parecía afectada con la lejanía del humano, era como si todo él mundo de la castaña fuera Andrew.

-Ella es mía.-afirmó Edward en voz baja, repentinamente sombría.- y no dije que fuera a jugar limpio.

-Si fuera "tuya" no estarías aquí intentando amenazarme.-Repuso Andrew con voz firme ¿Quien se creía que era el?, el oji-verde noble tenía miedo al cobrizo ni odio ni nada por el estilo simplemente no le gustaba ver él interés que él tenía sobre Bella, sobre todo cuando la castaña le incomodaba las miradas del cobrizo.

Edward le dirigió una mirada fulminante, reconocía que aquel chico no se dejaba intimidar fácilmente, sin duda el humano era valiente.

-Tu la odias.-afirmo Edward cruzándose de brazos, Andrew rió entre dientes.

-Dicen que él odio es un sentimiento ardiente, ¿Acaso no has escuchado que del odio al amor solo hay un paso?.-inquirió el con tono burlón, Edward estaba a punto de golpearlo pero la mirada que le dirigió su hermana Alice lo detuvo.

-Bella decidirá estar conmigo.-el chico de ojos verdes solo se limitó a reírse.

-Suerte Eduardo, la necesitarás.-sin más Andrew siguió con su camino restándole importancia a lo que él cobrizo había dicho.

Para él cobrizo, el humano era un completo estorbo no entendía como Bella termino a lado de los hermanos Collins.

-Si lo golpeabas, de seguro Bella te hubiera castrado.-Alice estaba demasiada molesta, Edward para nada estaba haciendo las cosas bien.

Porque su hermano había tenido la culpa de que Bella no los recordara, extrañaba a su amiga humana y nunca se perdonaría haberla abandonado.

-No entiendo su interés en ese humano.-pensó Edward en voz alta.

Alice tenía una pequeña intuición pero temía al decirlo y que su hermano hiciera una locura, era mejor no decirle sobre lo que sospechaba.

-Eduardo.-Emmett soltó una carcajada al ver al cobrizo, para él había sido emocionante escucharlo discutir con un humano.

Bella se encontraba recogiendo sus cosas, desanimada y un poco confundida. El dolor punzante en el pecho le recuerda que aun siente.

Sacudió su cabeza tratando de alejar esos pensamientos pero desde que él se alejo no hizo más que caer en un circulo vicioso de recuerdos y deseos sin salida, lo añoraba día y noche porque extrañaba cada parte de él.

-¡Apresurense tortugas!.-exclamó Andrew desde la puerta del salón ya no había nadie más solo Bella y Evelyn.

La castaña instantáneamente volteó a verlo.

-Se nota lo paciente que eres.-dijo Evelyn en tono burlón.

Mientras que Bella se sentía perdida otra vez observando cada detalle de él, desde la cicatriz casi minúscula hasta esa sonrisita cuando algo le divertía.

-Sabes que la paciencia no es ninguna de mis virtudes.-repuso Andrew observando de reojo a la castaña.

Por alguna razón Andrew se sintió feliz al notar la mirada de Bella sobre él. Bella bajo la vista al notar que estaba viendo más de lo normal al oji-verde.

-Y ¿alejarte de la personas si es una de tus virtudes?.-inquirió la castaña agarrando su mochila y dirigiéndole a Andrew una mirada fulminante.

Él se encogió de hombros.

-Yo... Yo no me alejo de las personas.-repuso desviando la mirada.

-si lo haces.-afirmó Bella acercándose a él.

-Los veo en él estacionamiento.-avisó Evelyn dejando solos a ellos dos pero a lo lejos observo como en él estacionamiento seguía Edward Cullen junto a sus hermanos parecía discutir con ellos.

Bella alzó los ojos para verle las faciones, que se crisparon
con un sentimiento que sólo podía ser dolor, se veía que él no había dormido bien.

-No, no lo hago.-dijo Andrew algo dudoso.

-Eres un idiota.-repuso Bella a punto de irse y dejar a Andrew solo.

-Y a ti te encanta que yo sea así.-Pensó Andrew en voz alta, haciendo que Bella se detuviera.

Él ambiente cambió algo pensando e incómodo, Bella pensó en lo extraño de la situación. Él chico frente a ella era Andrew, lo sabía, pero al mismo tiempo era como si lo estuviera viendo por primera vez. ¿Por Qué ahora sus ojos le parecían tan hipnotizantes?¿Por Qué deseaba mantenerlo cerca?¿Por Qué había dolido estar lejos de él?.

Habían sido días y noches negativas para ambos, confundida Bella soltó un suspiro y retrocedió un paso aturdida por el extraño torbellino de sentimientos que comenzaban a despertar en ella. Estaba asustada, sin encontrar todavía él motivo.

Andrew extendió su mano, lo suficiente para poder tocar a la castaña, su tacto descendió por su brazo, hasta que sus manos se rozaron.

-Nos vemos mañana Swan.-murmuró el oji-verde confundido por sus acciones pero no se arrepentía de nada, mientras que Bella se quedó un momento pensando en lo que había sucedido.