──¿Mi madre no vendrá?──Pregunto Raziye mirando a su Mahidevran, con quien habia establecido una relación de aprecio.

──No Sultana, pero le aseguro que no sentirá su ausencia.

──Lo se, estas tu aquí.──Mahidevran abrió sus brazos a Raziye, a quien consideraba como hija suya.

──¿Ya sabe lo que tiene que hacer?

──Por supuesto, ayudare a la caída de la sultana Hurrem.

Mahidevran sonrió, sabia de lo que Raziye era capaz, a pesar de su corta edad, era muy decidida, cuando se proponía algo no paraba hasta alcanzarlo, era una mujer muy inteligente, al igual que su madre.

──Le soy leal a mi único hermano, el príncipe Mustafá, es una pena que ya se vaya.

──No te preocupes Raziye, te enviaremos cartas seguido, por el momento concéntrate en lo que te diga la sultana Hatice.

──Por supuesto.

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──¡Cuando su madre se entere la matara!──Regaño Nigar al enterarse de todo.

──No me lo recuerdes, es un problema con el que prefiero lidiar luego.──Dijo Kosem cortando cualquier oportunidad de que la regañaran de nuevo, salió de los aposentos para ir al jardín del palacio Safavida.

──¡Kosem!──Grito Nigar todavía en la habitación.──¡¿Kosem?! ¡Oh, Alah dame paciencia!

La joven princesa sonreía mientras caminaba por el jardín, era un hermoso lugar, lleno de flores que desprendían un aroma delicioso, habia animales, cosa que le resulto extraño.

──¿Te gusta el jardín?──Pregunto Ahmed parándose al costado de su amiga.

──Si, es muy diferente al de Topkapi.──Miro al hombre que tenia al lado para dirigirle una sonrisa.──La persona que se encarga de el es muy hábil.

──Es algo de lo que me encargo cuando no tengo asuntos del estado.

──¿Tu solo?

──Si, se que es tonto, pero es algo que amo hacer.

──No es tonto.──Respondió Kosem dándole una flor a Ahmed.──Es lindo que te esmeres en cuidarlo tanto.

──¿Tu que haces en tus tiempos libres?──Pregunto Ahmed ofreciéndole su mano para caminar juntos por el jardín.

──Literalmente cuidar de mis hermanos.──Respondió la princesa tomando la mano de su amigo.──Y ver que Mihrimah no intente coquetearle a Bali bey.

Ambos conversaron animadamente por el jardín, compartían anécdotas y tontearías que habían hecho cuando eran niños, aunque por años hubieran mantenido una amistad por cartas, les gustaba más hablar en persona, analizar los gestos y escuchar la risa del otro.

Kosem observaba la sonrisa de Ahmed mientras hablaba, desde hace unos meses, habia empezado a albergar sentimientos románticos por el, no era la misma magnitud que los sentimientos de su madre por su padre, pero si lo quería.

Quería estar junto a el a cada momento y su corazón se alegraba cuando la tomaba de la mano o cuando lo escuchaba hablar.

──¿Cenarías conmigo esta noche?──Pregunto Ahmed mientras volvían al palacio.

──Por supuesto, Alteza.──Bromeo ella causando una risa en Ahmed.

──La esperare Sultana.

Cuando Ahmed la dejo sola, Kosem soltó un leve grito de emoción y se dirigió de nuevo a su habitación, encontrando una Nigar furiosa.

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──Quiero saber quien entra y quien sale de los aposentos de Suleiman.──Indico Hurrem a Sumbul, el cual le aseguro que lo averiguaría rápidamente.

Por otro lado, Suleiman habia decidido realizar la ceremonia de Mehmet, a la cual irónicamente asistió más gente que a la de Mustafá, también Mahidevran y Mustafá partieron a Manisa.

Estaba segura que se encontrarían con Kosem allí y podría tener noticias de ella, al parecer era de familia escribir olvidarse de escribir cartas a sus seres queridos, porque al igual que su padre, Kosem no habia enviado ni una sola palabra a Topkapi.

Causando preocupación a su madre, Firuze se habia dado cuenta de esa preocupación, se habia mantenido leal a Hurrem, para no levantar sospechas y de paso ganarse a Cihangir, en estos momentos el era uno de los pilares de Hurrem.

──Estoy segura de que la sultana Kosem esta bien.──Dijo Firuze intentando calmar a Hurrem.

──Lo se, pero siento que descubriré algo de lo que no quisiera enterrarme.

Firuze palideció, pero se recompuso rápidamente para darle un masaje a Hurrem.

──Cuando sea el momento, prometo casarte con un buen hombre.

──Se lo agradeceré sultana.──Firuze giro los ojos mientras decía esas palabras, mataría por ver la reacción de Hurrem cuando ella se enterara.

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Llego la noche y Firuze se encontraba comiendo con Mihrimah, ambas conversaban y reían juntas, Mihrimah le tenia gran aprecio a Firuze y ahora que no estaba Kosem, no se sentiría tan sola.

──¿Taliscali ya se fue?──Pregunto Mihrimah a Firuze.

──Lamento decirle que si, pero dejo esto para usted.──Le dio un collar en forma de luna.

──Es precioso.──Sonrió.──Ayúdame a ponerlo.

Mihrimah sonreía, su amor por Taliscali era un secreto que solo ella y Firuze sabían, ellas dos mantenían el secreto bajo llave y solo hablaban de el cuando estaban solas.

──También pidió intercambiar cartas con usted.

──Por supuesto que si lo hare.──Dijo Mihrimah.──Cuando llegue primero una carta suya, le escribiré una.

Ambas mujeres se dispusieron a hablar de ese asunto hasta que Mihrimah se fuera a dormir, una vez ella durmiera, podría ir junto al sultán Suleiman.