Mükerrem, mira como terminaste.

La noticia de la epidemia se habia esparcido como pólvora, todo el mundo estaba en cuarentena, nadie podía salir de sus lugares asignados, la Valide en sus aposentos, Mahidevran con Mustafá y Hurrem con sus hijos.

Estaba más que claro decir que la familia de Mükerrem estaba contagiada, pero eso no cambiaba nada, al menos en esa habitación donde la muerte habia decidido habitar, Mükerrem se mantenía al lado de sus hijos, con un brazo acariciaba a Mahmud, con el otro a Kasim, el cual habia entrado en coma.

Y la pequeña Raziye, por el dolor del cuerpo no se movía casi nada y lloraba, Mükerrem cuando su cuerpo se lo permitía, se recostaba junto a su hija y le contaba relatos.

la relación de las dos mujeres no era mala, después de todo era su hija y quería protegerla.

──Alah...──Susurro la mujer depositando un beso sobre la cabeza de Raziye, la cual al fin podía dormir.

Acaricio levemente sus cabellos del mismo color al suyo, al observarla mejor se dio cuenta que ella se parecía mucho a ella.

No como Kosem con Hurrem o incluso la misma Mihrimah, ninguna de ellas se parecía mucho a su madre, ninguna de las dos habia heredado el cabello de color fuego.

Sonrió para si, y tras depositar un último beso en la cabeza de su hija, se dirigió junto a sus hijos, se recostó entre los dos y se quedo helada al observar a Kasim.

──¿Kasim?──Pregunto mientras lo sacudía nerviosa.──¿¡Kasim?!

Un grito salió de su garganta al ver que su hijo ya no respiraba, un grito que retumbo por todo el palacio silencioso, aquello alerto a los médicos que se dirigieron a ver al joven príncipe, dándole la noticia a su madre.

Mükerrem volvió a soltar otro grito desgarrador, su garganta estaba demasiado dañada, pero algo salía, lloraba y gritaba mientras se aferraba a su menor hijo.

──¡Examinen a Mahmud!──Grito temiendo lo peor.

Los hombres obedecieron, dándose cuenta que el príncipe de la corona, habia dado su ultimo suspiro hace apenas unos segundos.

──Lo sentimos mi sultana.──los médicos dieron el pésame y otro grito salió de la garganta de Mükerrem.

──¡No!──Gritaba mientras sollozaba.──¡Mis hijos! ¡Mis leones! ¡Mis príncipes!

Pataleo contra el suelo al tiempo que los médicos se retiraban de la habitación, gritaba dolorosamente la perdida de sus hijos.

"Raziye."

Se levanto rápidamente del suelo y se acerco donde dormía su pequeña hija, respiraba normal, eso era lo importante, se acostó a su lado mientras era un río de lagrimas.

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la joven sultana que caminaba por los pasillos del palacio, en busca de su querida Nigar que muy probablemente se encontraba en la cocina, peleando con Gulsah.

Se detuvo al escuchar los gritos desgarradores de Mükerrem, oía como gritaba los nombres de sus fallecidos hijos al tiempo que salían los médicos con los cadáveres, al verlos su rostro de tener una sonrisa, paso a ser una cara amargada.

"Si algo les llega a pasar a mis hermanos..." Pensó para si la joven, dejo de caminar a la cocina y se devolvió a darle la noticia a su madre y hermanos.

──Te dije que no salieras.──Regaño Hurrem a su hija al verla entrar pálida.──¿Kosem?

──Los príncipes Mahmud y Kasim...Que Alah los tenga en su gloria, ahora el nuevo príncipe de la corona es Mustafá, si muere el será Mehmet.

Hurrem suspiro y miro con tristeza a sus hijos, no quería imaginarse el dolor que sentía Mükerrem en estos momentos, por otro lado tenia una gran preocupación porque Mustafá sea el nuevo príncipe Heredero, Mahidevran podía manipular a su hijo a su antojo y si el ascendía el trono significaba el fin del juego.

El joven príncipe de tan solo 16 años era el próximo candidato a Sultán del mundo.

Hurrem abrazo a su hija y lleno de besos su frente, hasta el momento Suleiman no respondía y seguía inconsciente, temía por todo en este momento.

"Mahidevran deberá estar bailando junto con Gulsah en su habitación por la noticia."

──Sumbul.──Llamo Hurrem al verlo entrar a sus aposentos.

──Mi sultana le traigo malas noticias, los príncipes de la sultana Mükerrem...

──Ya lo se.

──Y no es solo eso, la madre sultana también esta contagiada, hace unas dos horas empezó a manifestar síntomas.

──¡Alah!──Grito y observo que Kosem se dirigió hacia sus hermanos al escuchar llorar a Cihangir.──Sumbul, escúchame atentamente tráeme un veneno letal, el más letal que haya.

Sumbul salió de la habitación en busca de lo pedido, mientras Hurrem caminaba por la misma como una leona enjaulada, Nigar entro a los aposentos algo agitada.

──¿Sucedió algo? ¿Tu también estas enferma?

──No sultana.──Contesto la Kalfa con una leve sonrisa.──Vine corriendo para darle la noticia que el Sultán se puso peor, los doctores dicen que puede ser su último aliento.

Aquello cayo como balde de agua fría para la sultana ruteniana, con más razón necesitaba ese veneno de manera rápida, y como si la vida la ayudara a tomar esa decisión, Sumbul entro con un frasco que contenía un liquido rojo, rojo como la sangre.

──Con esto será suficiente para acabar con la vida del príncipe Mustafá.

──No es para el.

Nigar miro a los príncipes, Mehmet estaba jugando junto a Selim y Bayaceto, Mihrimah trenzaba el cabello de Kosem y la ultima estaba jugando con el pequeño Cihangir, en lo que seleccionaba los accesorios para Mihrimah.

Aquello le estrujo el corazón, aquellos que los habia cuidado desde que eran niños, los habia cargado, les habia explicado historias y les habia enseñado a escribir, sin embargo no juzgo a Hurrem, a quien consideraba como su hermana menor.

──Sultana.──Trago en seco Nigar.

Sumbul miro aquel cuadro con un nudo en la garganta, pero el también sabia que si Mustafá ascendía al trono, al principio no mataría a sus hermanos, hasta que Mahidevran e Ibrahim lo presionaran para tomar aquella decisión.

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Perdón amistades, ni me habia dado cuenta que ya habia matado a Kasim, pero un error lo comete cualquiera...

Les prometo tener más cuidado a la hora de escribir.

No se olviden votar y darle apoyo a la historia.

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