El peso de las palabras de Hurrem.

Después de ese incidente, ambos grupos se dispusieron a actuar como si nada hubiera pasado, pero era evidente que Suleiman y Kosem no dejaban de mirarse fijamente a los ojos.

Suleiman se habia acordado de la profecía, si su hija comenzaba a convertirse en una amenaza, para el y su familia, no dudaría en ordena su muerte.

Kosem por su parte, solo quería que Ahmed viniera, agarrara a Firuze, la expusiera delante de todos, le declara la guerra al imperio otomano, se fueran junto a su madre y sus hermanos devuelta al imperio Safavida, y vivir felices para siempre.

Pero claro que faltaba para eso, y faltaba relativamente bastante, suspiro para comer una delicia turca, escuchaba las risas y las conversaciones que habían alrededor suyo, fijando su atención en dos personitas que tenia enfrente.

Dos personitas que reían entre si, Mihrimah y Bali Bey, ambos se veían muy cómodos hablando el uno con el otro, a diferencia de hace algunos años.

"Y tu que le llorabas a Taliscali." Kosem sonrió para si, si acomodaba las cosas a su favor, podía hacer que Bali Bey se convirtiera en un funcionario importante, quizás y si se casara con cierta sultana del Sol y La Luna, podría incrementar su poder.

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Por la tarde llego el momento de la boda de Suleiman y Firuze, todas las mujeres se encontraban en el harem esperando a la novio, muy a diferencia de la suya, habia fiestas y bailes por todos los sitios, los funcionarios y la gente de pueblo tenia día libre, y pensar que su boda con el había sido un secreto, literalmente se casaron a escondidas.

Al poco tiempo llego Firuze, vestida de blanco, un precioso vestido blanco adornado con perlas, todas las mujeres le daban palabras para que sea muy feliz, Hatice le deseo que su vida solo sea felicidad, Mahidevran le deseo que todo lo que ella quisiera se cumpliera, Gulfem y Raziye le entregaron unas joyas, adornando su cabello, cuello y orejas.

Llego el turno de que Hurrem debía felicitarla, los hombres se encontraban mirando todo desde el balcón, por otro lado Firuze le dio una cínica sonrisa a Hurrem.

Todo el mundo estaba expectante de lo que le diría la mujer reemplazada, como eso pasaría a la historia y una vez se finalizara la boda de Firuze, ella debía marcharse como un perro al antiguo palacio, se iría sola, ya que Suleiman no había permitido que se llevara a Mihrimah, ni tampoco que viera otra vez a sus hijos.

Una vez que ella partiera, nunca más volvería a pisar Topkapi, jamás volvería a ver a sus hijos, jamás podría salir del antiguo palacio.

──Sultana.──Dijo Firuze, jugando su papel inocente.

──¿Quieres que me aleje a gatas al antiguo palacio? Pues no lo hare.──Hablo Hurrem sacando coraje de donde no tenia, causando sorpresa ante todos.──¿Quieres que mienta ante a Alah que mi matrimonio fracaso? Pues fue así, ¿Quieres que me retire y deje desamparado a mis hijos? Pues no va hacer así, no va a suceder en años, aunque me apedreen hasta morir.

Aquello causo que Hatice y las demás mujeres miraran de la peor manera a Hurrem, Cihangir miro a su madre con los ojos brillantes, Selim sonrió y Mehmet miro a su padre, Suleiman frunció el seño, para el las palabras de Hurrem, lograron remover algo dentro suyo, algo que hace mucho tiempo no sentía por ella.

──Me llamo Hurrem, Gran reina de los Otomanos, la verdadera y UNICA Esposa del Sultán, madre de la mayoría de sus hijos, amada por el pueblo y amada por el Sultán, a quien has embrujado.

Aquellas palabras dejaron a Firuze temblando de rabia, incluso en estos momentos, le quitaba la atención de todos, con sus palabras dejo a los presentes maravillados, algunos funcionarios se preguntaban si esa era la mejor solución, ¿Dejar ir a una mujer que verdaderamente tenia porte y actitud de Sultana? ¿Era corrector perder a semejante joya?

Suleiman por un momento pensó en parar todo lo que estaba pasando, pero no lo hizo, siguió acabo con la ceremonia y en el momento que todos estaban reunidos en el jardín imperial, almorzando, no pudo evitar que su mirada solo se enfocara en Hurrem.

Causando que Hatice y Firuze estuvieran enojadas, agradecían que Hurrem se ira al antiguo palacio y la única manera de volver a verla seria visitándola, y claro que lo harían, querían que ella vea lo feliz que era todo el mundo sin ella.

Aunque Hatice tenia otros planes desde que se entero que Nigar era la mujer que se habia metido con Ibrahim, dejaría que Hurrem viviera un tiempo de dos o tres meses en ese palacio, y una vez que pasara ese tiempo, la encerraría en un calabozo de su palacio, allí, la torturaría todos los días por haberle causado tanto daño, la torturaría tanto que pediría que la mataran.

Volviendo a Suleiman, el solo tenia estas palabras en su mente en estos momentos:

"Perdóname, si te digo la verdad me equivoque, si quieres volver a hablar te buscare.

Por que yo digo lo que siento, yo te lo juro soy sincero."

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Bueno Besties, a partir de aquí, en Topkapi empieza la guerra, Ahmed aparece en el siguiente capitulo.

Entonces ya se imaginan el desastre que se aproximara.

Hurrem mi mujer.


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