Dos meses desde que Kosem estaba en el imperio Safavida, junto a Ahmed habia conocido el mercado y se dio cuenta que los Safavidas no eran malas personas como se creía en el imperio otomano.

En poco tiempo se habia ganado el cariño del pueblo Safavida, también su "amistad." con Ahmed habia cambiado, entre coqueteo y coqueteo ya se habían dado un beso, es decir, que cuando Nigar ni nadie los veía eran novios, en los momentos que estaban solos se juraban amor eterno y cuando estaban con gente seguían siendo amigos.

Por parte de Ahmed no habia problema en que el imperio aceptara a Kosem, habia demostrado ser una mujer muy inteligente y astuta, cayéndole en gracia a los Paşa, pero por el lado de Kosem si era bastante difícil que aceptaran una relación así, Suleiman odiaba con toda su alma al imperio Safavida y los otomanos los consideraban sus más grandes enemigos, por lo que era imposible que aceptaran eso.

──¿En dos meses te iras?──Pregunto Ahmed intentando ocultar su tristeza.

──Si, pero te prometo que regresare.──Kosem deposito un beso en la mejilla logrando sacarle una noticia.──Ya veras que en un abrir y cerrar de ojos de nuevo estaré aquí.

El almuerzo transcurrió con tranquilidad, aunque Ahmed estaba algo inquieto preocupando a Kosem, pero sin embargo no se atrevió a preguntar, siguió comiendo hasta terminar de comer.

Cuando ambos terminaron, Ahmed le pidió que la acompañara al jardín, dándole la mano como siempre, caminando juntos y conversando de cualquier tema que se les ocurriera.

──¿Te gustaría casarte?──Pregunto Ahmed sin más.

──Si.──Sonrió Kosem.──Si es contigo si.

Ahmed le beso la frente levemente y le explico que las bodas en el imperio Safavida eran diferentes a las que habia en el imperio Otomano, le dijo que los novios se casaban delante de un sacerdote y decían sus votos, generalmente el novio le regalaba alguna joya a la novia.

──¿Juran amarse por toda la eternidad?──Pregunto el sacerdote en la habitación, donde estaban Kosem, Ahmed y el gran visir del imperio Safavida.

──Lo juro.──Respondieron ambos.

──Reciten sus votos.──Pidió el sacerdote.

──Yo.──Empezó Ahmed mirando a Kosem mientras la tomaba de las manos.──Te quiero a ti, Kosem, como esposa y me entrego a ti, y prometo serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida, prometo que no habrá ninguna otra mujer más que tu, serás la joya del palacio.

──Yo.──Sonrió Kosem mirando a Ahmed.──Te quiero a ti, Ahmed, como esposo y me entrego a ti, y prometo serte fiel, en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad, y así amarte y respetarte todos los días de mi vida, prometo que serás el único hombre que amare en mi vida, que si algo ocurre entre nuestros imperios, como tu esposa, estaré de tu lado.

Ahmed beso tiernamente a Kosem y le entrego unos aretes de esmeralda, dejando que ella se los pusiera sin dejar de mirarse, finalizando de esta manera su ceremonia de bodas.

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──Mihrimah.──Saludo Raziye.

──Raziye.──Le dio una sonrisa fingida.

Durante esos dos meses, Raziye no había hecho más que arruinarle los planes a Mihrimah, incluso ella llego a causar una pelea entre Suleiman y Mihrimah, odiaba ver como se llevaban bien Suleiman y Mihrimah.

Raziye odia abiertamente a Mihrimah, era algo que no se molestaba en ocultar, la detestaba, ella tenia todo lo que ella hubiera querido y quería, tenia una familia unida, una buena relación con sus padres y unos hermanos que eran capaces de dar la vida por ella.

Así que durante su estadía no habia hecho más que humillarla, pero todo tenia un limite y ella ya lo habia pasado, Mihrimah tenia un carácter fuerte como el de su madre, no le gustaba que alguien viniera a inquietar su paz.

──¿Qué se te ofrece Raziye?──Pregunto Mihrimah intentando tragarse su veneno.

──Eres mi hermana y quería contarte que he estado intercambiando cartas con un hombre.

──¿Y se puede saber quien es?──Entre más rápido terminara ella de hablar, más rápido podría ella responder la carta de Taliscali.

──Taliscali Yahya efendi.──Dijo ella con una sonrisa.──El me confeso que esta muy enamorado de mi.

Mihrimah le dio una mirada entre sorprendida y llena de lagrimas, ¿Taliscali? No, debía ser otro Taliscali, el le habia jurado amor a ella, no podía Raziye decirle de buenas a primeras que Taliscali estaba enamorado de ella.

Por otro lado Raziye no paraba de sonreír, gracias a Firuze habia obtenido esa valiosa información, Firuze simplemente era una espía para Hatice, Mahidevran y Raziye, todos los movimientos de Hurrem se los contaba a las dos primeras, y sobre los de Mihrimah se los contaba a Raziye.

A decir verdad, Firuze solo estaba jugando con las dos hermanas, le gustaba ver como se sacaban los ojos, nadie sabia que si esa mujer lograba vencer a Hurrem, todas ellas, irían a vivir al antiguo palacio y más cuando ella diera a luz un hijo varón.

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──¿Me llamo Sultana?──Pregunto Firuze ingresando a la habitación.

──Así es, te he escogido para el príncipe Mehmet, te escogí personalmente, no suelo confiar en nadie en este lugar y te escogí a ti porque me eres leal a mi.

──Sultana, no soy como usted piensa.──Explico la persa.──Es imposible que yo pase la noche con el príncipe Mehmet.

──Dime porque no es posible.

──Porque yo...──Tomo aire.──Yo soy la favorita del Sultán, yo soy a quien busca.

Sin pensarlo Hurrem soltó una carcajada que confundió a todos los presentas, y antes de que Firuze pudiera siquiera articular palabra, le pego una bofetada, dejándola en el suelo para después asfixiarla con sus propias manos.

──¡Serpiente! ¡Traicionera!

Afife, tuvo que venir a intervenir, o de lo contrario Hurrem mataría a Firuze, llevándosela de la habitación, dejando a una Hurrem desolada y mirando al suelo perdidamente.

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Chicos, les aviso que así no eran las bodas en el imperio Safavida, (No se sabe nada de como eran las bodas) Así que decidí hacerla como una boda mas o menos católica.

¿Qué creen que pase? No se olviden de votar.