Aprovechar oportunidades.

──Funciono Sultana.──Hablo la criada de Mükerrem.── Hurrem fue expulsada.

Mükerrem sonrió dejando el cepillo en el tocar y ordeno que la alistaran, ira al jardín, donde se encontraba Suleiman, Mahidevran no seria un problema en un futuro, después de todo ella era bastante tonta.

Agradecía a Alah de haberse deshecho de Hurrem, esta última si tenia otro príncipe, seria una gran amenaza para sus dos hijos Mahmud y Kasim.

Mientras camina en el jardín, preparo su mejor sonrisa para acercarse al Sultán Suleiman, el cual la recibió amablemente y la invito a sentarse junto a el.

──¿Cómo estan mis hijos?──Pregunto Suleiman a Mükerrem.

──Estan bien mi Sultán, ellos lo extrañan mucho.

──Iré a verlos por la noche.

Mükerrem sonrió para si, era su oportunidad para engendrar otro príncipe, así tendría tres príncipes para entronar, pensaba decir algo más pero llego la Caucasia con su hijo, el príncipe Mustafá.

"Con la madre que tiene, no pondrá ni un pie en el trono otomano."

Pensó para si la griega y se levanto de su asiento, mostro respeto ante el Sultán y saludo levemente al príncipe Mustafá.

Esta noche nada podría salir mal.

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──¿¡Como que tengo que esperar hasta que se descubra quien en verdad lo hizo?!──Grito la rusa enojada.

Nigar, su fiel criada dio un respiro y miro a Gulnilhal, la amiga de Hurrem, cuyo nombre antes era María, compartió una mirada con Gulnilhal y dejo a Mihrimah en sus brazos.

──Sultana, sea inteligente y cálmese, lo mejor es esperar los resultados.

──¿¡Esperar?! ¿¡Y cuanto tiempo me llevara esto?! Mehmet esta solo en un palacio lleno de víboras, Kosem no deja de llorar porque extraña a su hermano y Mihrimah parece que estuviera en un sueño eterno.

Nigar no dijo nada, tenia razón, sabia de la enemistad que tenían las sultanas entre si, Mahidevran intento envenenar a Hurrem en su primer embarazo y Mükerrem aprovechaba cualquier oportunidad para sacarla de sus casillas, por lo tanto el tiempo que Mehmet estuviera solo era preocupante, quien sabe si cuando ellas volvieran...Ya no estuviera en el palacio.

Mihrimah dormía todo el tiempo, era muy raro verla despierta y Kosem, efectivamente se la pasaba llorando porque quería a su hermano cerca de ella, solo dejaba de llorar cuando dejaban a Mihrimah a su lado.

Parecía que la pequeña sultana necesitaba tener a sus hermanos cerca en todo momento.

──Mis hermosas sultanas.──Susurro Hurrem dejando un beso en su frente.──Prometo que volveremos al palacio y cuando regresemos todos se inclinaran ante nosotras, besaran nuestras ropas y seguirán nuestras ordenes, nadie será capaz de desafiarnos, serán las sultanas más poderosas que podrá tener este imperio.

Gulnilhal miro con incomodidad todo, No había necesidad alguna de decirles eso a unas niñas, eran sultanas no príncipes, no podrían heredar el trono otomano por más que quisieran.

A veces y le daban ganas de ingresar a los aposentos del sultán para tener un príncipe y convertirse en sultana, por otro lado Nigar escucho con atención lo que dijo Hurrem, dejo escapar una sonrisa, si ella cumplía con todo lo que dijo, muy probablemente en un futuro, ella podría ser la Daye y servir a la madre sultana, que en este caso seria Hurrem.

──Nigar.──Llamo Hurrem, sacando de su ensoñación a Nigar.

──Dígame Sultana.

──Cuando vayas al palacio, dime las novedades, que ocurrió, como esta mi Mehmet y si ya encontraron al asesino.

──Por supuesto, si me es posible intentare traer al príncipe Mehmet, quizás y el también extraña a su hermana.

La pelirroja sonrió y le dio un abrazo sincero a Nigar.

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──Mi Mehmet, mi hermoso nieto.──Ya que Hurrem no estaba, la madre sultana lo educaría como si fuese su hijo, después de todo temía la influencia que podría tener sobre sus nietos y ponerlos en su contra en la de su padre, y ese era su mayor temor.

──Sultana.──Reverencio Daye mirando a la madre sultana cargar a su nieto.──Que Alah los proteja, lamento interrumpir el momento, pero tiene que encargarse de los preparativos de la boda de la sultana Hatice.

──Alah, ¿Cómo pude olvidarlo?──Dejo a Mehmet en su cuna y salió junto a Daye.

Dejando a Mehmet completamente solo, siendo presa fácil para cualquier depredador, afortunadamente la persona que entro en la habitación, era un miembro de la dinastía otomana.

La sultana Hatice le sonrió y beso su cabeza, el pequeño habia estado llorando desde hace ya unas semanas, quizás y si dejaba que su madre lo viera podría calmar ese llanto.

Miro a todos los lados y cargo a Mehmet para salir corriendo de la habitación, Hurrem era su amiga, y la apreciaba sinceramente, haría esto por ella y por su sobrino.

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──Sultana.──Llamo su criada de confianza.──Ya esta aquí el sultán Suleiman.

Mükerrem se levanto rápidamente de su cama, era su momento de seducir al sultán y tener a un nuevo príncipe en su vientre, no tendría niñas de ninguna manera.

Lo primero que hizo Suleiman al ingresar en los aposentos de la griega fue darles cariño a sus dos príncipes, Mahmud, el mayor de seis años y Kasim de cuatro, este último era menor que Mustafá.

Cenaron todos juntos y cuando llego el momento de acostar a los hijos, Mükerrem se acerco a Suleiman y lo beso, al poco tiempo ese beso se convirtió en uno apasionado.

El Sultán por inercia se acerco junto con ella a la cama.

Pero sin duda los planes fallaban.


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