Tanjirou Kamado.


Two-shot.

Advertencia: Contenido explícito.

Smut. Esta vez sí completo, lo juro SJSJSK.

Que bello Tanjirou con el cabello largo DIOS aMBULANCIAA

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Chocolate.

Tu cuerpo temblaba con levedad, el frío de afuera era ya costumbre para ti. Pero por alguna razón parecías una gelatina que no paraba de moverse de un lado a otro. Sabías bien el motivo, el pelirrojo se quedaría contigo y era más que evidente que los nervios estaban a flor de piel. Sin embargo, él era ajeno a todo esto. Sin dejar de ser atento.

Claro que preguntó porque tenías esa mueca extraña, con la simple respuesta de que era por el clima pareció conformarse. Lo bueno era que caminaba al frente de ti y no podía ver tu reacción de alivio al no insistir con más preguntas.

Porque cuando Tanjirou se preocupaba, no paraba hasta solucionarlo.

No era molesto, era muy humilde de su parte. Pero en la situación que estaban no ibas a poder negarse a su carita de cordero y terminaría confesando los cochinos pensamientos que pasaban por su mente.

Eso sí que no, primero haría enojar al profesor Sanemi lanzándole un borrador por la cabeza y recibiendo un castigo durante semanas antes de que se entere.

Bajaban las escaleras con cuidado, ya que había fallas de electricidad en las zonas más altas del edificio. Tanjirou tomó tu mano arriesgándose él primero para evitar algún accidente.

Por qué es lo que un verdadero hombre hace.

De vez en cuando hacían contacto visual. La poca iluminación lograba reflejarse en su rostro, te sonreía. Como si quisiera reconfortarte.

Posiblemente por eso era, no te agradaba del todo la oscuridad en un edificio que parecía salir de una película de terror. No era tampoco tan ideal para nadie. Aunque vivieras ahí eso no quitaba que cualquier cosa podía pasar.

Tanjirou sabía cuál era tu apartamento, había ido antes para hacer algunos trabajos. Pero la mejor de todas, fue cuando se hizo una fiesta improvisada porque Inosuke había ganado un cupón y claro que no lo desaprovechó, compró una caja de cerveza.

El desastre fue descomunal, la gran desventaja de que fuese tú apartamento era lidiar con la limpieza y de estar al tanto de que todos los invitados regresen a casa vivos. Ver a todos bajo el efecto del alcohol condujo a todo un show que no olvidarías.

O al menos hasta la mitad de la fiesta, porque te quedaste dormida en el hombro de Tanjirou y según sus propias palabras, tras varios intentos de besarle.

Tu cara enrojeció por completo, ¿por qué todo lo que recordabas tenía que ver con eso?

Terminaron de bajar los últimos escalones, la puerta familiar que tenías que toparte a diario estaban al frente de ustedes tras acercarse. Sacaste las llaves y la abriste.

El calor adentro era agradable, se quitaron los suéteres.

—¿Quieres comer algo? —preguntaste.

—No quiero causar molestias, estoy bien. —respondió con algo de vergüenza.

—¡De acuerdo! Luego no te quiero ver rogando por algo que prepare. —pareció dudar.

—...V-vale. Sí que eres buena para convencer.

—Te conozco, sé que me dices que no porque te va pena. No te lo voy a negar, si me preguntan en casa ajena siempre respondo que no. Siempre me insisten. —reíste.

Se lavaron las manos, Tanjirou insistió en ayudarte a cocinar aunque te negabas al principio. Su puchero era muy efectivo.

Encendieron la tele dejando un canal aleatorio de música.

Cuando todo estaba listo se sentaron en el sofá con los platos en mano. Comieron mientras veían una serie de comedia. Te levantaste para tomar algo de la alacena, unos chocolates.

Tanjirou te miró con un intento de gesto desaprobatorio que solo lo hacía ver adorable. Sabía que querías hacer una dieta que nunca cumplías.

—¿Qué? Es perfecto para la ocasión. —te excusaste, dejándolos en la mesa.

Eran de diferentes pequeñas presentaciones; chocolate blanco, oscuro y con almendras. Ni sabías cual tomabas porque tu atención se fue por completo en lo que estaba pasando en la televisión.

De un momento a otro algo húmedo tocó parte de tu labio inferior, fue tan repentino que no reaccionaste hasta segundos después. Tu cuerpo dio un espasmo viendo hacia tu derecha. El rostro de Tanjirou estaba cerca al tuyo, ni siquiera te percataste en qué momento se acercó. Relamió sus labios haciendo que tu rostro se calentara más hasta quedar como un faro en rojo.

—Es chocolate oscuro. —su comentario solo hizo que te quedarás sin palabras. No te esperabas para nada que él fuese capaz de hacer algo tan atrevido de un momento a otro. En efecto, era el chocolate que te estabas comiendo. Aún quedaba una parte en el envoltorio que se encontraba en tus manos.

Como si hubiera leído tus pensamientos miró el chocolate. Aproximó su mano con delicadeza y tomó un trozo. Se lo acercó a la boca sin llegar a ingerirlo, sosteniéndolo con sus labios.

Te cosquilleaba el cuerpo, no sabías como mantenías la calma de manera disimulada mientras por dentro estabas muriendo. Tragaste algo de saliva, apoyaste tus manos sobre el mueble. Tus ojos se fueron cerrando con lentitud, las mejillas ardían a tal punto que dolían. El leve tacto del chocolate hizo que abrieras tu boca, el sabor pronto se mezcló con los labios y la lengua de Tanjirou.

Buscó que te acercaras más, colocando una de sus manos en tu cuello. No tenía intenciones de romper el beso tan pronto.

Cuando se presentó la falta de aire se separaron con la respiración agitada. Se miraron silencio, acomodó un mechón de cabello detrás de tu oreja.

—Pensé que no te gustaba. —aquel comentario lo avergonzó mientras tu sonreías, en una ocasión te dijo que el chocolate oscuro en particular no era mucho de su agrado. Viste hacia la mesa para inclinarte, agarrando un paquete. —¿Qué tal si probamos otro?

Esta vez fue tu turno, tomaste un pedazo y lo colocaste en tu boca. Tanjirou no tardo en acercarse, esta vez el beso fue mucho más lento. Delicado.

Era chocolate blanco.

Acarició tu mejilla, buscando más tacto con la mano libre. Su piel rozaba con lentitud tu brazo desnudo, pasando de tu hombro a la clavícula. La tela fina ayudaba que cada acaricia se sintiera más profunda. Hizo movimientos circulares en un pecho hasta llegar al pezón para dar una leve presión con la yema de sus dedos.

Se escuchó un leve gemido, mientras tu espalda quedaba contra el sofá.

Sentiste un escalofrío al sentir la piel expuesta, Tanjirou dejó un beso sobre tu frente para quitarse la camisa.

Le acariciaste parte del abdomen para que se acercara para besarte. Cuando se separaron dejó un beso en tu frente.

Cuando se acomodó entre tus piernas introdujo un par de dedos lubricados para prepararte, tus manos se aferraron al mueble disfrutando de la sensación tan placentera. De un momento a otro se detuvo, sintiendo como entró en tu interior. Te aferraste a su espalda mientras él besaba tu cuello.

Sus movimientos eran lentos, siendo más rápidos con el pasar del tiempo. Tanjirou mimo cada parte de tu cuerpo con dedicación hasta que de a poco sentías un escalofrío. Se volvieron a besar, cuando llegaste al orgasmo él poco tiempo después término afuera.

Sonrió, dándote pequeños besos en los labios.

Se mantuvieron juntos hasta que se calmaron sus respiraciones y el sonido de la televisión hacia presencia. Como si por un momento le hubieran quitado el volumen.


Oh boi, ya mismo me escondó debajo de mi cama. Me muero de la vergüenza escribiendo este tipo de escenas, AAAAAA. Seguro que ni reviso si tiene algún error ortográfico. ME ESCAPO, ADIOZ.

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