Tanjirou Kamado.


Nota: No quiero poner rayis, ni (T/n), así que colocaré ( _ ) para indicar el nombre o apellido.

↬ Au moderno. 

Advertencia: Será algo soft ;') Posiblemente tenga segunda parte para desarrollar mejor el romance.

Two shot.

pedido por: AnaLey2

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Transcurrieron varias semanas desde que te admitieron en la esperada universidad que tanto anhelabas entrar. Siendo una estudiante de intercambio los nervios estaban a flor de piel. Contabas los días y noches, preparando todo lo necesario para no dejar las cosas a último momento.

Te habías esforzado para sacar las mejores notas y todo había dado sus frutos.

A su vez, no soltabas las guías de inglés que tu madre tenía para mejorar lo más que podías. Lo hablabas fluidamente y lo entendías. Pero querías estar completamente segura de no olvidar nada por si te traicionaban los nervios.

Sabías que iban a ver varios estudiantes de diferentes nacionalidades, te daba mucha curiosidad y ya querías conocerlos.

Lástima que te costaba un poco relacionarte.

No era tu culpa. Siempre fue así. Era como si tu mente quedara en blanco por completo y apenas podías recordar tu nombre.

Pero, está vez iba a ser diferente. Ya tenías dieciocho años, era momento de poder defenderte sola.

Ibas a estar en una universidad extranjera, con gente nueva y un mundo nuevo por descubrir.

Todo ocurrió en un parpadeo y cuando te diste cuenta, tus maletas estaban listas y estabas a tan solo unos pocos minutos de tomar tu vuelo.

El viaje no se hizo tan largo, llevabas tu música, algunos bocadillos y no podía faltar tu amada laptop. Apenas captaste los sonidos del exterior. Te encontrabas emocionada que todo aquello que no fuese relacionado con una nueva vida no importaba.

Para tu suerte, lograste conocer a una de las chicas del intercambio, se encontraron de casualidad cuando fueron a registrarse para la beca.

Su nombre era Kanao, era algo callada pero muy amable. Te ayudó en algunas dudas que tenías, con toda la vergüenza del mundo aprovechaste y le pediste su número celular.

No todos los días lograbas acercarte a una persona y potencial nueva amiga de una manera tan espontánea, además, era mejor. Así podía haber una posibilidad de quedarse juntas en el mismo sitio.

Y así fue, quedaron después de meses entre charlas en que podías vivir en un apartamento donde estaba viviendo su hermana mayor Shinobu.

A pesar de que te negaste al principio, ella intervino en una llamada telefónica. Apenas cuando balbuceaste con una gran pena, ella respondió:

No hay ningún problema con que te quedes. Es mejor que se apoyen las dos y no quedarse en un sitio desconocido sin nadie que las pueda ayudar.

No reprochaste nada más, apenas tu madre habló con ella intercambiando unas pocas palabras te dio su aprobación.

Quitaste tus auriculares, el taxi te dejó justo al frente de la residencia. Estaba pintada de hermosos colores entre violeta y rosado. Algunos detalles que parecían ser unas alas de mariposa como un mural. Realmente muy lindo.

Búscaste con la mirada la llegada de tu nueva amiga, y a su vez revisaste la hora en tu celular. Estabas a unos pocos minutos antes de la hora acordada.

Te sentaste a esperarla en el balcón más cercano, habían tomado diferentes vuelos y seguramente todavía se encontraba en el aeropuerto. Cuando ibas a marcar su número en la agenda para llamarla, la voz de alguien hizo alzar tu mirada repentinamente.

—¡Oh, hola! ¿Estás esperando a alguien? —una voz amable y serena provenía de un chico de más o menos tu edad, cabello rojizo y ojos de mismo color. Su piel era levemente bronceada y llevaba unas cartas en las orejas. Se te hizo muy curioso.

Parpadeaste, ya habías olvidado que te había dicho por andarlo mirando.

—A-ah, sí, la verdad es que estoy esperando a una amiga. —respondiste de manera automática. Eras algo desconfiada pero por el aura de joven no te parecía que tuviera malas intenciones. Tan calmada que te daban ganas de llorar.

—Ya veo. —abrió un poco la boca sorprendido.

Estuviste unos segundos mirando a otra parte algo incómoda por el silencio. Le miraste de reojo jugando con tus manos sobre aún la pantalla encendida del celular.

—Y... ¿Tú vives aquí? —expresaste con curiosidad.

—Así es. —respondió con entusiasmo. —Ah, discúlpame. Seguramente piensas que soy de esos chicos que busca solo cortejar a las mujeres. —Se rascó detrás de la nuca con un leve sonrojo.

—¡P-para nada! Es solo que, uh... —te quedaste sin palabras, no sabías si podías decirle que eras nueva en la cuidad. A pesar de que resultaba algo relativamente obvio.

—Bueno, mi nombre es Kamado, Kamado Tanjirou. Vivo en la residencia de al lado junto a mi hermana. Es un placer conocerla... —la frase quedó al aire, esperando la respuesta.

—( _ ), mi nombre es ( _ ) ( _ ). El placer es mío.

—¡Qué lindo nombre!, puedes llamarme solo Tanjirou. —te sonrió. 

Que linda sonrisa. Pensaste.

Le sonreíste de vuelta, ambos voltearon cuando escucharon la voz de Kanao cerca de su posición. Te hizo señas con las manos y te levantaste por inercia.

—¡Kanao! —tu sonrisa se amplió más, llegó al frente de ti y te dio un abrazo. Era un poquito más bajita que tú y por esa razón aprovechabas para alzarla para molestarla.

—Qué bueno verte de nuevo, Kanao. —Tanjirou le sonrío.

—¿Eh? ¿Se conocen?

—Así es, conozco a Shinobu desde hace tiempo. —respondió el pelirrojo. Que buena noticia, ahora podías respirar. No era que desconfiaras pero, siempre te encontrabas con personas no tan gratas con doble intención en la calle. Y estando por primera vez sola en un lugar extranjero te ponía en un gran estado de alerta.

—( _ ) y yo hemos sido admitidas en la universidad, es bueno saber que los tres estaremos juntos. —la voz tierna de Kanao hizo relajarte.

—E-esperen... ¿Estaremos en la misma clase?

—Así es. —confirmo el de cartas Hanafuda.

No sabías si la suerte había tenido misericordia contigo, normalmente te pasaba algo cuando las cosas iban bien y todo se echaba a perder de un segundo a otro. Ahora estabas en una linda residencia con buena compañía y mañana comenzaba tu vida universitaria.

Hiciste todo lo posible para ahogar un chillido de emoción entre las sábanas.

Olían muy bien. ¿Qué detergente será el que usan?

Ya te encontrabas acostaba en la parte arriba de la litera que compartías con Kanao, la verdad es que te gustaba mucho. No comprendías como era posible que las personas odiaran tener que subir las escaleras para dormir.

Oh bueno, rogabas no olvidarlo y que en medio de la noche para ir al baño no te cayeras al suelo. Pero la verdad era algo muy difícil, cuando caías dormida no había quien te despertara.

Aunque esa noche entre tantas emociones, no podías conciliar el sueño.

Los ojos de Tanjirou aparecían en tu cabeza una y otra vez.

Te pegaste en la frente con un poco de fuerza.

—Au. —sollozaste en silencio, ahora considerándolo, fue una mala idea.

—( _ ), ¿estás despierta? —Kanao habló entre el silencio de la habitación.

—Sí, lo siento. ¿Te desperté?

—No, aún no logró dormirme.

Reíste un poco. —Lo sé, yo tampoco. Estoy pensando demasiado sobre mañana.

Hubo un silencio tranquilo entre ambas, relajante y necesario. Podías distinguir el sonido de las sábanas cuando la azabache cambiaba de posición.

—Me alegra mucho que estés aquí.

Abriste los ojos con sorpresa, te sentaste con lentitud y asomaste para intentar ver a Kanao. Sin embargo, su respiración y por el silencio que nuevamente reinó en la habitación, podías notar que se quedó finalmente dormida.

Volviste a acostarte con una sonrisa de oreja a oreja en tu rostro. Poco a poco todo se volvió indistinguible y caíste al mundo de los sueños.

Sin duda Shinobu daba miedo. Detrás de esa carita se encontraba una mujer con carácter y una muy amenazante.

Ni siquiera tu mamá te daba esos sustos cuando te despertaba para la escuela.

Fue muy gracioso ver como Kanao apenas reaccionaba a sus gritos para que no se les hiciera tarde el primer día. Su cabello desordenado en todo su rostro y su cara de confusión te hizo soltar una leve carcajada.

Fue un milagro que no te cayeras de la litera.

Desayunaron y se llevaron un poco de fruta junto al almuerzo, la mayor se despidió de ustedes con una gran sonrisa y les dio un beso en la frente.

Para su suerte, la parada del autobús estaba apenas a unas pocas cuadras de la residencia.

Mientras bostezabas inevitablemente por la falta de sueño y porque normalmente ser madrugadora no era lo tuyo. La voz de alguien llamándote te hizo reaccionar.

—¡Buenos días, Kanao-san, ( _ )-san! —Tanjirou llegó junto con una chica de cabello castaño oscuro y un... ¿Pan en la boca?

—Buenos días. —saludó tu amiga con una sonrisa.

—Hola Tanjirou.

Sonrió. —( _ ), Te presentó a mi hermana, Nezuko. —la chica saludo con su mano y diciendo algo que no lograste entender, respondiste el gesto.

—E-es un placer. —aunque te incómodo no entenderla, esta tomó tus manos con alegría.

—No es de muchas palabras, pero se nota que le agradas. —ánimo su hermano alzando los brazos para luego acariciar la cabeza de la menor.

No pudiste evitar sonreír ante su actitud, observándole. Este se percató para mirarte para rápidamente desviar la mirada con nerviosismo.

¿Segunda parte? 


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