›› Escenario: En una misión juntos. (3)
En esta parte estás del lado de las Lunas Superiores.
• • • • • • • • • • • •
Akaza.
—Akaza, Akaza, Akaza... —repetías una y otra vez.
—¡¿Qué diablos quieres?! —el demonio de cabello rosa estaba perdiendo todo tipo de paciencia contigo. Llevabas rato fastidiándolo.
—¿Cuándo vamos a llegar? ¡Tengo hambre!
—¡Consigue tu propia comida!
—Me da flojera.
Akaza gruñó frustrado. Tenía que cuidar de ti por alguna razón que Muzan pidió por ser una de sus favoritas. Vaya que la suerte estaba de tu lado ya que no podía lastimarte.
—Oye, me parece raro que no me hayas dejado debajo de un puente o algo así. Lo que dijo Douma era cierto de que no le haces daño a las mujeres.
Douma chismoso. Ahora le caía peor.
—Deja de molestar. Mucho hago en traerte conmigo.
—Sí, no pensé que me llevarías en tu espalda como te pedí. —la joven rió mientras veía el cielo.
—¡Ya te dije que te callaras y vamos a conseguir algún humano para desayunar!
La más novata demonio celebró. Después de todo no había pasado mucho tiempo desde que Muzan la había acogido y convertido en demonio.
A veces pensaba si podría encontrarse con Akaza siendo humanos en otra vida. Ya que realmente disfrutaba estar con él.
Tal vez le estaba gustando.
Douma.
—Te odio. —dijo ( _ ) tras escuchar como el demonio rubio intentaba hacerse de su amistad.
—¡¿Eh?! —este sobre actuó su reacción.
—Exacto, por eso. Eres más falso que las amistades de la escuela. —hizo un gesto de asco. —Por eso saben horrible. Odio a Michael Jackson por obligarme a comerme uno de ellos.
—¿Quién es Michael Jackson...?
—Nada. Olvídalo.
Enserio no mentías. No te gustaba para nada Douma y mucho menos que haya sido asignado como tu guía. ¿Acaso tenías trece o qué?
—¡( _ )! ¡Por favor, solo quiero ser tu amigo y llevarnos bien!
Que fastidioso. Además tenía a sus discípulos o más bien dicho comida presentes escuchando su conversación ya que te había seguido al salón donde estos lo veneraban.
Ya cansada ibas a salir pero este te tomó de la mano.
—Solo pido que te quedes conmigo un poco más. —sonrió.
Daki.
No pensabas que terminarías ayudando a un demonio que trabajaba en un sitio... Tan peculiar.
Menos mal hace muchos años terminaste de pasar por tu juventud.
—( _ ) necesito que vengas. —suspiraste al escuchar la voz de la pelinegra detrás de la puerta. La deslizaste para entrar encontrándote con Daki vistiendo ese hermoso kimono. Era realmente hermosa. —Quiero que cepilles mi cabello.
Volverte una asistente después de ser un demonio no estaba en tus planes.
Te sentaste con cuidado detrás de ella con su cabello suelto. Era muy suave y estaba bien cuidado. Parte de ese merito era porque solía pedirte cada vez que podía que le hicieras tratamiento.
Cuando terminaste su peinado esta se veía contenta.
—Eres tan amable. Por eso eres la única que sirve en este apestoso lugar. —acarició tu rostro rozando sus uñas tan filosas contra tu piel.
Salió de la habitación y suspiraste.
Y pensar que era una simple niña detrás de esa fachada.
Lo sabías bien porque cada noche cuando todo estaba en silencio buscaba acostarse en tu regazo. No lo negabas, aquello lo disfrutabas.
Kokushibo.
Hace rato terminó la reunión de las lunas superiores. No tenías ni idea porque te habían llamado si apenas eras una niña a comparación de los años que ellos tenían de experiencia.
Sin embargo, Kokushibo era como un padre para ti y te llevaba a todas partes. Aunque era contradictorio ya que apenas te dirigía palabra.
Y cuando sucedía te frustrabas por todas las pausas que hacía para hablar. Menos mal que nadie estaba escribiendo lo que decía. Usaría demasiados puntos suspensivos.
—( _ ). —te incorporaste al escucharlo. Te causo escalofríos. ¿Acaso podía leer tu mente?
Ojalá no. Porque sabría que estuviste rezando para que hablara corrido.
—No quiero que te separes de mí. —parpadeaste sin entender.
—Vale... —le miraste raro. Aunque él podía verte con sus seis ojos. Aterrador.
En realidad no te caía mal. Solamente no congeniaban por completo.
Sentiste como acarició tu cabeza.
De repente cuando lo miraste apartó la mano e hizo como si nada hubiera ocurrido.
Sonreíste.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top