∞「𝑈𝑛𝑜.

𝐴𝑢 𝑚𝑜𝑑𝑒𝑟𝑛𝑜.

—No puede ser, no puede ser... —la castaña repetía una y otra vez revisando sus cosas de manera desesperada. 

—¿Qué sucede Ross-san? —su mejor amiga Mitsuri la veía preocupada. La clase había terminado desde hace unos minutos pero ella no se separó de su asiento. Podía notar como transpiraba y había hasta colocado todas sus pertenencias en el pupitre. 

—No esta... 

—¿Eh? ¿Qué cosa? —volvió a preguntar el de orbes verdosos. A veces le incomodaba cuando su amiga empezaba a balbucear.

—¡El chocolate que hice anoche! ¡Estuve toda la semana haciéndolo! —estaba a nada de jalarse el cabello.

Oh my... Rosslenne... ¿Pensabas darle chocolate a alguien hoy?  

Sin duda nunca pasaba desapercibido el famoso San Valentín. Más el caso de Rosslenne era especial. Desde que la conoce no ponía atención a ese tipo de fechas. Y mucho menos algo con el tema romántico.

Solía ser costumbre que entre ambas hicieran chocolates para sus más cercanos. Pero sabía que era más por parte de Mitsuri ya que Rosslenne tomaba la iniciativa de ayudarle. Además de que hacer postres era realmente difícil.

A pesar de eso lograron hacer chocolates muy buenos. Tanto así que los que los recibían estaban realmente emocionados en esa fecha.

—Uhm... Bueno, sí. La verdad es que... —suspiró. Tomó a Mitsuri de sus hombros para verificar que estuvieran solas en el salón. Al echar una mirada volvió a verle. —He estado escapando de hacerlo desde hace dos años. ¡Está vez por fin me decidí en hacerlo! —hizo un puño con su mano. —Pero no puedo creer que estuve planificándolo por tanto tiempo y lo olvidé...

Tenía un claro desánimo. Desde el comienzo del día la castaña tenía un aura bastante animada hasta ese momento.

—¡Rosslenne-san! —esta vez ella le tomó de los hombros. —¡No te dejes vencer de esta manera! ¡Apenas está comenzando el día y podemos conseguir una solución!

—¿Cómo qué? —dijo ella mirando el suelo.

—¡Te dije que no te dejarás vencer! ¡Quita esa cara de tragedia! —ella la zarandeó para que reaccionara.

—¡Está bien! ¡Está bien!

Mitsuri ideó un plan. Tomarían los descansos para ir al club de repostería donde estaba Nezuko trabajando. 

—Nezuko-san es una chica muy amable. Además tengo ingredientes que me sobraron en mi bolso, ¡usaremos eso para hacer el mejor chocolate jamás logrado!

Hablaban mientras llegaban al club donde la castaña de puntas anaranjadas normalmente estaba. 

El olor a chocolate les hizo preocuparse. Cuando abrieron la puerta quedaron en shock.

No se esperaban que el lugar estuviera lleno. 

—¡Chicas! —la voz de Nezuko las hizo reaccionar. Habían demasiadas chicas preparando y utilizando los hornos.

 ¡¿En qué momento?!

—¡Aquí estamos! —Mitsuri tomó de la mano a Rosslenne llegando a su lado. Ella les abrazó.

—Lo siento, este día es realmente ocupado últimamente. Varias compañeras quieren realizar dulces para compartir en la tarde así que utilizan el salón hasta el mediodía.

—¡No debes preocuparte! —acarició su cabeza con cariño. —Solo nos tomará unos minutos y esperaremos que se desocupen.

Rosslenne estaba que se comía las uñas. Iban a tener que hacer todo muy rápido.

—Si necesitan algún ingrediente puedo ayudarles. Normalmente guardo un poco por si me hace falta.

—¡Perfecto! Me hace falta la leche y la azúcar. 

—¿Traes chocolate en tu bolso...?

—Oh, bueno... Eso es porque no pude regresar a casa ayer porque estuve con Rosslenne y me quedé en su casa. —confesó con algo de pena.

—¡Oh entiendo! —sonrió.

Esperaron aproximadamente quince minutos para utilizar la cocina. El profesor Uzui llegaría algo tarde a la clase así que aprovecharían ese tiempo para hacer la primera parte.

—Creo que deberíamos ir al salón ya, dejemos esto aquí para que esté listo en un rato. —dijo Rosslenne mirando el reloj de la pared.

Solo quedaba decorarlo y que se enfriara en el molde. Dejaron los delantales guindados.

Terminaron más rápido de lo que pensó. La mayoría de las chicas se fueron también por su clase.

Cuando estaban a punto de llegar se escuchó una explosión.

Ambas se miraron sintiendo el sudor frío caer de su frente.

—¡¿Dónde estaban metidas?! ¡Llegaron cinco minutos tarde! ¡Eso no es para nada extravagante!  —gritaba el profesor Tengen mientras los estudiantes estaban asustados y viendo el enorme hoyo de la pared.

—¡Lo sentimos, lo sentimos! —ambas se disculpaban.

—Saben que odio la impuntualidad. Es cierto que les dije que tardaría un poco hoy por la reunión pero... —detuvo su discurso. —Esperen. Lo que huelo es... ¿Chocolate?

Ambas jóvenes sonrieron nerviosas.

—Entiendo. —puso una mano en su barbilla. —Esta vez lo dejaré pasar. 

Agradecieron para empezar la clase en el salón. O más bien, lo que quedaba de el.

Al terminar la segunda clase con Tomioka sensei Rosslenne se tomó un momento para ir de nuevo a revisar el postre. Fue tan rápido que no se cambió de ropa y solamente se colocó un suéter encima.

Al llegar estuvo más tranquila al ver como el chocolate estaba justo como lo dejó.

Ahora la parte más fácil. 

Bueno, en realidad no.

Se inspiró mucho en la carta de ayer. No sabía si podría poner algo igual de bueno.

Estaba pensando demasiado. Algunas chicas también entraron revisando lo que estaban haciendo. El olor a cupcakes le hizo alzar la mirada.

Ya tenía hambre. Lástima que no sobró algo de chocolate. Con los ingredientes que Nezuko y Mitsuri juntaron daba para una persona.

Podría comerse el que perdió si era que lo encontraba claro.

(...)

—¡Ross! ¿Ya lo terminaste? —por fin era casi la última hora. Quedaba la clase de matemáticas de Shinazugawa.

—Sí, solo que me tarde más de lo que debería en terminar de decorarlo. No me convencía como quedaba. —alzó los hombros.

—¡Deberíamos ir a dárselo antes de que comience la siguiente clase!

—E-eh... Pero Mitsuri-san... Tenemos clase con Shina...

—¡Eso no importa! ¡Vamos, vamos! —la empujó caminando por el pasillo.

Las dos féminas buscaban al chico. Más bien Rosslenne lo hacía. Ya que Mitsuri no sabía todavía quién era. El tema era que a Ross le avergonzaba demasiado y ya que iban a darle el obsequio podía salir de ambas cosas de una vez.

Prefería que lo viera por sus propios ojos.

La cuestión era que no lo encontraban.

Mitsuri la mantuvo animada para aprovechar ya que quedaba poco tiempo. Volvieron a revisar el salón y entonces decidieron ir a la planta baja a revisar.

Cuando bajaron las escaleras la castaña se detuvo haciendo que la peli rosada casi chocara con ella.

—¿Ross-san? —al no recibir respuesta miró hacia el frente encontrándose con un par de gemelos de cabello azabache con las puntas mentas. —¡No puede...!—

La castaña le tapó la boca a su amiga antes de que gritara y llamara su atención. Se escondieron detrás de unos casilleros.

—No puedo creer que olvidaras de nuevo tu libro, vas a retrasarnos. —la voz firme de uno de ellos se podía escuchar con claridad.

—Lo siento. —el casillero fue cerrado. —Aunque sería más fácil que me lo recordarás.

—¡Ya eres lo suficientemente grande para que este encima de ti!

Podían escucharles acercarse. Entonces Mitsuri hizo lo que toda buena amiga haría. La empujó para que quedara justo al frente de los jóvenes.

—¡Mitsu...! —se calló al ver como los dos detuvieron su caminar al verle. Más rápido que inmediatamente escondió el regalo detrás de ella.

—Eh... ¿Hola? —Yuuichirou la miró raro. Era entendible. No era normal que una persona saliera de la nada.

Muichirou solo la observaba con un gesto de sorpresa mientras sostenía el libro entre sus manos.

—Ho-hola... —enrojeció al ver al chico que le gustaba cerca de ella. 

Yuuichirou no era tonto. Podía notar como la castaña estaba muerta de los nervios.

Miraba a su hermano y a la chica intentando adivinar sus intenciones. Pero le desesperaba lidiar con alguien que no se decidía.

—Oye, estamos apurados. Si vas a decir algo entonces hazlo. No nos hagas perder el tiempo. —Yuuichirou pidió con un tono demandante.

—Onii-san, no seas así con ella...

—Está bien. De todas maneras lo que quiero decir es para Muichirou, no para ti. 

Ambos gemelos miraron a la castaña que por alguna razón su gesto cambió a uno de total determinación.

El rostro del mayor se puso rojo de la vergüenza. No podía creerlo.

Antes de que hablara ella se le adelantó mostrando la pequeña caja fucsia con un listón verde.

—Quería darte este presente, realmente espero que te guste. ¡Lo preparé con mucho esfuerzo para ti! Sé que tu chocolate favorito es el que tiene almendras así que... —la pena volvió a manifestarse en su tono de voz. —¡Que lo disfrutes!

Tanto como Mitsuri como Yuuichirou estaban en completo shock. Mitsuri porque no sabía de donde había salido aquella valentía de su amiga y Yuuichirou porque no podía creer que una chica se le declarara de esa manera a su hermano.

Entonces todos observaron la reacción de Muichirou quien no había dicho ninguna palabra hasta entonces.

Rosslenne se preocupó al no haber alguna reacción.

Pronto el rostro del gemelo menor se enrojeció a tal punto que hasta sus orejas lo estaban. Abrió los ojos completamente sorprendido.

—¿E-en serio...? ¿Para mí? —balbuceo completamente nervioso. Hizo una reverencia tomando el regalo. —Gra-gracias...

Al tenerlo en sus manos este bajó un poco la cabeza pero estaba sonriendo.

En eso sonó el timbre y la castaña se despidió muy feliz de lograr finalmente su cometido.

~ 𝖥𝗂𝗇 𝖽𝖾𝗅 𝖾𝗌𝖼𝗋𝗂𝗍𝗈 ~

𝖤𝗑𝗍𝗋𝖺:

—Kanroji-san, ya que tú conoces mejor a Rosslenne... ¿Sabes por qué se detuvo en media vuelta? —Tomioka esperó que la chica se detuviera al momento de calentar en la clase.

La castaña tenía un aura deprimente mientras apoyaba su cabeza del bebedero mojando su rostro.

—A-ah... Eso es porque... Encontró algo que perdió que era muy importante y estaba todo este tiempo en su casillero.

—Entiendo. Dile que al menos debe hacer cinco vueltas. —Giyuu estaba siendo considerado ya que estaba muy feliz de recibir su chocolate por tanto ella como de Mitsuri como era habitual.

—¡Sí sensei! 



𝖣𝖺𝗍𝗈𝗌 𝖽𝖾 𝗅𝗈𝗌 𝗉𝖾𝗋𝗌𝗈𝗇𝖺𝗃𝖾𝗌 𝖾𝗇 𝗅𝖺 𝖠𝖼𝖺𝖽𝖾𝗆𝗂𝖺 𝖪𝗂𝗆𝖾𝗍𝗌𝗎:

→ Rosslenne y Mitsuri son mejores amigas desde muy jóvenes. Prácticamente inseparables. Aunque últimamente se ven cada vez menos por el horario de trabajo que ambas tienen.

→ Rosslenne al ser extranjera prefiere que le llamen por su nombre que por su apellido (el cual es Doll) como comúnmente es en Japón. Así siempre le pide a sus cercanos llamarles por el suyo. A pesar de esto suele dirigirse a la mayoría por su nombre ya que olvida la formalidad.

→ Rosslenne es muy olvidadiza. Ya ven que olvidó el regalo de Muichirou en su propio casillero... Pobre JASDK. Me pasa.

Son tal para cual.

→ En este capítulo Muichirou es más un crush para Rosslenne. Aunque en otros futuros escritos ellos dos serán mucho más cercanos.

→ Rosslenne también es muy buena en el tema de la flexibilidad ya que Mitsuri practica siempre con ella. Los deportes no es tanto lo suyo.

→ Mitsuri cumple muy cerca del cumpleaños de Rosslenne. Así que siempre celebra los dos el mismo día.


❱ ❱    𝘗𝘳𝘰𝘹𝘪𝘮𝘢𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦: 𝘛𝘺𝘱𝘦 𝘰𝘧 𝘉𝘰𝘺𝘧𝘳𝘪𝘦𝘯𝘥.

(𝐀𝐜𝐭𝐮𝐚𝐥𝐢𝐳𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 𝐜𝐚𝐝𝐚 𝐭𝐫𝐞𝐬 𝐬𝐞𝐦𝐚𝐧𝐚𝐬.)

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