9. La Gran Traición de Aqua McCartney
Emma
Cuando atravesé la puerta de la sala de emergencias, aún tenía pequeños pedazos del vidrio del auto de Percy en el cabello.
Corrí tras su camilla ya que ningún doctor me lo impidió. Tomé su mano entre las mías, temiendo por si esto terminaría mal. No me conocía de mucho, pero si hacía feliz a mi hermana, quería que continúe con vida.
Él seguía inconsciente y yo no sabía si la sangre en mi regazo era mía o suya.
No presté atención a lo que los demás gritaban a mi alrededor. Solo me centraba en que su respiración no se detenga. De pronto, noté unas gotitas salirse por sus ojos. Y entonces comencé a llorar también.
...
Escuchaba el monitor que contaba los latidos de su corazón por minuto.
Sus ojos estaban sellados, al igual que sus labios.
Antes de chocar contra el otro auto, él me cubrió con sus brazos, y recibió todo el impacto, lo que le había fracturado varios huesos, además de causar un corte profundo en su espalda. Mi mano aún seguía unida a la suya. ¿Y si no despertaba? El doctor había dicho que si no lo hacia, podría quedar en coma.
Si tan solo la hubiera detenido. Si Aqua no hubiese visto al monstruo. ¿Y si ella estaba muerta?
El sol comenzó a colarse por las ventanas, por lo que me fijé en este para intentar distraerme.
En eso, sentí que algo apretaba mi mano. Sus ojos brillaron cuando se enfocaron en los míos. ¡El idiota estaba vivo!
—¡Estás vivo! —grité.
—Sí. —De pronto se quejó al tratar de mover su brazo.
—Estarás bien. Solo son algunos huesos rotos y 20 puntos en tu espalda.
—Emma, llévame al agua.
—¿Qué?
—Me curaré más rápido con ella.
Qué idiota era yo. Llevándolo al hospital, cuando es hijo de Poseidón.
—¿Funcionará la tina? —pregunté, pues era lo único cerca sin llamar la atención.
—Quizás.
Puse el cerrojo en la puerta, para que nadie interrumpa. Cuando estaba lo suficientemente llena como para sumergirlo, tiré de su cama con rueditas hasta la puerta del baño.
Él insistió en quitarse la mayoría de vendajes antes de entrar a la tina pues el agua tenía que tener contacto directo con sus heridas. Solo usaba su ropa interior, me sonrojé violentamente. Él se apoyaba en mí mientras cojeaba para poder echarse en la tina.
Me senté en la tapa del inodoro durante unos minutos mientras él se reparaba. Las burbujas dentro de la tina la hacía parecer una de hidromasaje.
Me toqué el vientre para analizarlo, aprovechando que nadie me veía. ¿Carter lo querría?¿Sería una buena madre? ¿Nacería en un buen ambiente? ¿Podría volver a estudiar? ¿Lo quería tener porque en serio lo quería o solo para no sentirme culpable? ¿Los demás creerían que seguir con el embarazo era mi castigo por una irresponsabilidad tan grande?
No quería traer al mundo a alguien que sufra, pero tampoco quería darle fin a todos mis sueños. Era demasiado joven.
—Me siento como nuevo —gritó Percy cuando salió por fin del agua. —¿Qué haces? ¿Por qué miras la pared?
—Solo pensaba.
Le di una toalla para que se seque mientras buscaba algo de ropa. Solo tenía la ropa sucia del accidente.
—Voy a buscarte algo mejor — Caminé hacia la puerta.
—No, dámela. Tengo un truco.
Mojó la ropa y cogió un jabón para lavarla. Al ponérsela, se secó. Hasta a mi me dieron ganas de ser hija de Poseidón.
—¿Qué clase de brujería es esta?
—¿Qué dijiste? —Alzó una ceja. Reí. Mi humor raro y yo nos entendíamos. —¿Qué es eso? —preguntó apuntando mis brazos y piernas, que estaban llenos de moretones y magulladuras.
—Solo son...
Cuando los paramédicos se acercaron para ayudarnos a salir del auto, algunos vidrios rotos se habían incrustado en mi. Los doctores ya se habían encargado de eso.
—Dame tu mano —ordenó y me quitó las tiritas.
Se la di. Vi como reparaba cada una de mis heridas. Era como sentir suero intravenoso esparciéndose bajo mi piel. Este tipo estaba perdiendo dinero, ¡debería ser médico!
—Wow...
—Sí —me sonrió.
Escuché a una enfermera tocar la puerta.
—¿Señorita Bercovich? Ya es hora de la inyección de morfina para el dolor del señor Jackson.
—¿No puede ser más tarde? —pregunté. El señor Jackson ya no necesitaba inyecciones, sobre todo cuando andaba cambiándose en el baño que estaba lleno de vendas por todos lados.
—Eh. No.
—¿Qué?
—Sí, es una inyección muy importante. —Comenzó a tratar de abrir la puerta de nuevo. —El doctor Johnson me ha mandado.
—No la necesita más.
—¿Señorita...?
—Sí, como lo oyó.
—Tendré que llamar a seguridad si no abre la puerta.
Percy abrió la puerta y salió vestido.
—Ven —me sujetó la mano y me obligó a caminar por el filo del edificio. Sentía que mi vida pasaba por mis ojos con cada paso. El cemento de la pared ardía como el infierno.
Él abrió la ventana de una habitación que lucía vacía. Entramos en ella.
—¿Qué hora es? —preguntó.
—Nueve y media —avisé al revisar el reloj de la habitación.
—Te tengo que llevar con Carter —anunció. Este idiota había estado casi por morir hacia unos segundos y ese parecía ser el menor de sus problemas. —¿Tienes dinero?
—Si, pero solo nos alcanza para pasajes de autobús.
...
Estábamos viajando en el autobús y pasando por el área del accidente, él me preguntó si había otras victimas.
—No, el del otro auto solo se fracturó la pierna.
Cuando llegamos al hotel, me pidieron reservación. Claramente, yo no daba con la descripción de una chica que podría ser capaz de reservar el penthouse.
¿Penthouse? Esto era obra de Sadie. Jamás le había dicho que le tenía miedo a las alturas.
—¿Cuál es su nombre?
—Emma Bercovich. Él debe estar ahí.
—Si, ayer ordenó una cena. ¿Les gustó la comida? Es parte de nuestra encuesta para ofrecer un mejor servicio.
¿Cena? ¿Él había pedido una cena para celebrar mi cumpleaños? No esperaba el momento de ir a verlo para darle una paliza por gastar tanto en mí.
—Supongo que buena —mentí.
—Bien. ¿Tiene algún tipo de identificación para registrar que regresó?
—¿Regresar?
—Si. Ayer la vi en el recibidor.
—¿Eh?
Debían estar confundidos. Jamás había puesto un pie en este hotel en mi vida. Quizás se habían confundido con el papeleo o algo así. Le entregué mi licencia de conducir.
—Gracias —dijo y me entregó una copia de las llaves del penthouse.
Percy y yo subimos al ascensor. ¿Cómo le iba a decir a Carter todo lo que había ocurrido anoche? Quizás él estaba completamente asustado porque no había podido regresar como le prometo que haría. Quizás incluso había visto el accidente en las noticias. Quizás ni siquiera estaba él ahí y me estaba buscando.
Aunque no importaba eso, Percy no me dejaría salir de ese apartamento hasta que todo se resuelva. Cuando él regrese, si es que estaba buscándome, me iba a encontrar ahí.
Percy abrió la puerta quizás pensando que un monstruo saldría a comernos a juzgar por su postura de ninja junto q la puerta. No había nada. Me dejó entrar a la sala llena de velas que estaban extinguiéndose y de pétalos marchitos.
—¡Carter! —grité. —¡Carter, estoy bien! ¡Estoy viva!
Cuando abrí la puerta de la habitación principal...
Carter abrazaba a mi hermana que estaba desnuda en la única cama de aquella habitación mientras me apuntaba con su jopesh.
—¿Cómo pudieron?
—Emma, Percy, no es lo que creen —empezó Carter.
No, esto tenía que ser una pesadilla. Pero yo ya había superado este miedo. Tenía que ser una broma. Todo lo que había pasado, todo lo que había aguantado para salvarla. ¡Percy casi había muerto por su culpa!
—¡No! ¡No digas nada!
—¿Cómo pudiste, Aqua? Tú lo sabías. Yo te lo dije. —Volteé para enfrentar a Carter. —¡Y tú...! ¡Te odio!
Y fue así como comprendí lo que había estado ocurriendo todos estos años...
Zia siempre tuvo la razón: Carter solo me usaba porque me parecía a ella.
Los detestaba. Todo había sido un plan que ellos habían ideado para poder hacer eso.
Aqua decía que no soportaba estar cerca de él por una razón que yo desconocía. Pues eso era falso, ella actuaba extraño porque sabía que él aún la quería. Todo había sido bien fingido por ambos.
Cuando Aqua se había enterado de mi embarazo, ella escapó, no por algún monstruo, sino para encontrarse con él. El teléfono de Carter sonaba ocupado porque la había preferido a ella antes que a mi. Las cosas extrañas que habían ocurrido, eran porque.. porque él se reunía con ella a mis espaldas.
Había sido una tonta en confiar en él. Y Sadie lo sabía, pues apoyó que su hermano se reencontrara con ella. Si tenía amigas así, para que tener enemigas. Zia me lo había advertido.
Percy sostuvo mi brazo. Él debía de sentirse igual de traicionado que yo. Quizás era el único que se sentía igual de basura que yo.
—Vámonos —dijo Percy, claramente herido y con los ojos llenos de furia.
—No, Emma —empezó Carter. —Tienes que creerme, por favor, no tengo idea de que fue lo qué pasó.
—Yo, si. Tuve razón todo este tiempo. Confié ciegamente en ti y ahora mírate. Mi propia hermana es tu amante. —Me giré hacia Aqua. —Y no quiero saber nada de ti por si no ha quedado claro. Ya no eres mi familia.
—Yo no sé qué.
Cuando alzó la mano, un anillo brilló en su anular izquierdo. Era un anillo de compromiso.
Miré al sirenito triste. Claramente, ese anillo no era de él. Esa maldita cajita turquesa que yo había visto hacia unos años atrás... ¡Lo habían planeado con mucho tiempo!
—Solo déjenme en paz y no me metan en sus juegos —dijo Percy que luchaba seriamente para no matarlos ahí mismo. Incluso yo tenía miedo.
Salí de ahí a toda prisa y cerré la puerta fuertemente. Las lágrimas que había contenido todo este tiempo cayeron con toda su fuerza. Percy me abrazó mientras bajábamos por el ascensor.
Y yo tenía en mi vientre al hijo de la persona que creía amar, quien resultó ser toda una víbora. No quería tener nada de él en mi. Lo odiaba con todo mi ser.
—¿Qué harás? —preguntó él, tratando de no verme.
—No lo sé —admití.
—Tienes que regresar y terminar de estudiar.
—Lo sé. Pero no tengo a nadie... No quiero saber de nadie que me haga recordarlo.
—Si quieres puedes quedarte con mi mamá. —Me miró de frente. —A ella le gusta que vaya gente a nuestro apartamento, además necesita algo de ayuda con Estelle.
—¿Harías eso por mí?
—Claro. Emma, me caes bien. Eres como una hermanita menor para mí. Tampoco quiero pensar en cosas que me recuerden a... Bueno, también iba a regresar a Nueva York durante el verano.
¿Que haría con eso que crecía dentro de mí? Jamás debí confiar en él. Quizás ni siquiera se hacía responsable, porque todo esto había sido una farsa. Por lo pronto lo tenia que ocultar.
El hijo de Poseidón me abrazó fuertemente, como tratando de borrar la mala experiencia.
—Feliz cumpleaños, Emma. —Claro, era el mejor cumpleaños de la vida. Obviamente tenía todo lo que quería: una hermana traidora y un novio infiel. —Todo mejorará.
POV Tercera Persona:
Aqua McCartney no era ella misma, pero tampoco podía controlarse con los besos de Carter Kane.
Era una traidora, una maldita y asquerosa traidora: todo lo que ella había jurado destruir. Ella se había prometido que jamás, por respeto consigo misma, regresaría con él.
Ella sentía el placer de todo lo que ocurría a su alrededor, aunque se sentía sucia por ser capaz de hacerlo. Ella no quería, su cuerpo no le respondía. Entendió el castigo: Venus no era diosa del amor, sino de la lujuria.
Si alguien se enteraba... si Emma se enteraba de aquello... o peor aún, Percy. Si alguno se enteraba, no tendría idea de qué hacer. Ya era muy tarde para parar. ¿En donde había aprendido a hacer eso? No lo sabía, pero el Carter que ella dejó, jamás estaría haciendo aquellas cosas.
Carter profundizó el beso impacientemente y la recostó en la cama.
—Carter, esto... —intentó por segunda vez mientras él se alejó de ella hacia un cajón.
—No hay que hablar —dijo y regresó. Aqua no podía creerlo, ¿En qué mierda se había convertido Carter Kane? Ya no era el chico preocupado e inseguro que ella había conocido.
Ambos reposaban contra la cabecera de la cama mientras él se quitaba los pantalones y Aqua, confundida, dejó que él le quite el vestido.
Se odiaba, quería cerrar los ojos y evitar ver todo eso. Ella no quería estar con él.
Ella lo odiaba. Si, ese era su secreto y la razón por la que lo evitaba. Ella lo odiaba por lo que significaba en su vida, porque ella había sido separada de su verdadero amor para ser forzada a enamorarlo a toda costa. Aqua estaba asustada consigo misma por las reacciones que él creaba en ella.
Ella gemía agotada. Él se acercó más y la besó en la frente, como poniendo dominio. A ella le repugnaba todo aquello.
-Car... ter.... —¿Cómo había podido gemir su nombre? ¿Por qué lo hacía?
-¿Si? -suspiró.
Sus sentidos no respondían, era como si se durmiera lentamente. Lo único que sentía, escuchaba y veía era Carter, qué significaba una tortura emocional, aunque sea placer puramente físico.
...
Emma Bercovich era una chica muy fuerte. Percy jamás la había visto quebrarse antes. Incluso era más madura que Aqua.
Pero si alguien le habría querido hacer elegir entre sí vería el comienzo de la tercera guerra mundial y ver a aquella chica sollozando, aferrada a su hombro, él habría estado alistando su búnker subterráneo.
Ella era tan parecida a Aqua y simplemente no podía creer lo que ella había hecho. Aqua la había hecho llorar, algo que ella prometió jamás hacer.
—Todo va a estar bien —dijo Percy, con una lágrima resbalándose por su mejilla, como tratando de ocultar lo obvio. Jamás había sido bueno ocultado esos sentimientos. —Todo va a mejorar.
Con la sensación de bajar los pisos, ambos sentían que iban a la deriva, que no había nadie en quien sostenerse, pero el saber que esa sensación los perseguiría, incluso después, era un imprevisto.
El ojiverde besó el cabello de la rubia y trató de confortarla lo mejor posible... para poder confortarse a sí mismo también.
—Happy birthday, little Emma... Happy birthday to you —susurró él antes que las puertas del elevador se abran.
................ (espacio para los feelings) :(
Holiii. Primero que nada... ¡¡¡No me odien por separar a Emma de Carter!!! Incluso me ha dolido escribir este capítulo :(
Segundo: Quizás a alguien le pareció que Percy y Emma puedan tener algo, pero no creo que vaya a haber Permma (Percy y Emma), a menos que ustedes sí quieran.
Tercero: Estaba pensando en cambiar el título de la primera parte de este fanfic (Somos hermanos, Percy. los dioses no tienen ADN, Aqua) porque se me hizo muy largo. Estoy tratando de pensar en un nombre que no sea muy cliché (como Amor prohibido, Romance en el Campamento Mestizo o Afrodita jugando con los sentimientos de la gente xd), así que quería preguntarles si pueden sugerirme alguno.
Ah y las preguntas:
¿Les pareció que el primer párrafo tiene doble sentido? (Corrigiendo el capítulo me pareció)
¿Casi se les paró el corazón cuando Percy estaba en el hospital?
¿Alguna vez Emma podrá dejar de querer pegarle a la gente que se atreva a gastar mucho en ella?
¿Emma, Carter y el embarazo?
¿Emma a los catorce escapando de la casa de su tía loca?
¿Aqua completamente confundida por todo?
¿Venus?
Estaré leyendo sus comentarios. No me odien porfi!
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