6. Sadie, traficante de la droga Cartemma.

POV Percy:

Aqua estaba llorando en mi hombro mientras la abrazaba.

—Todo va a estar bien —le aseguré. Para ella, todos en el campamento eran su familia, quizás la más cercana que tenía y había sido separada de ella por su misión con Kane. —Regresaremos para las vacaciones de verano e invierno. —El campamento era lo único que la había mantenido sin perder la razón. Claro que yo extrañaría a mi mamá y a Estelle, incluso a Paul, pero ellos podrían ir a visitar de vez en cuando. No podíamos mover todo un campamento hasta allá solo para que nos visiten.

Todo era para que ella esté a salvo, para que crezca a salvo de todas las cosas que el campamento mestizo no nos podía ofrecer.

Ella se aferró a Annabeth y a Piper, quienes no se mostraron débiles por más que en el fondo se notaba que me odiaban por separarlas de su amiga. Jason mientras tanto, caminó hacia mi.

—Mira, soy malo con las despedidas. Así que esto no es una, sino más bien un hasta luego, ¿cierto, bro? —extendió su mano para que la apretara.

—Al Tártaro todo. —Lo abracé fuertemente. —En serio, Superman, fue un placer haber sido tu bro.

—El placer fue todo mío. Jamás llamaré "bro" a nadie. —Se separó de mí. —Por cierto, Leo, Annabeth y yo preparamos algo para ustedes en la fogata. Espero que les guste.

—Bueno, entonces esperaré eso.

Le sonreí y fui a ver el lago para aclarar mi mente.

El leer todas las cartas que nos habían escrito la había puesto así. Incluso Clarisse se apiadó de ella y la abrazó.

Aún así, había algo que me preocupaba más que la despedida, el sueño que ella tuvo. Me había mantenido en guardia todo el tiempo por si algo nos atacaba. Si algo así tendría que pasar, prefería ser yo quien tenga que lidiar con la melancolía de perderla, a que ella sea la principal víctima de mi muerte. No podía verla sufrir frente a mi, no así. Jamás me lo perdonaría.

Metí las manos en mis bolsillos, buscando a Contracorriente. La espada estaba ahí. Me sentía muy paranoico, ¿y si no volvía a aparecer por alguna razón? No solté el lapicero durante un largo rato para sentirme seguro y protegido.

Piper me llamó para la fogata. Muchos estaban ahí reunidos. Los del Olimpodiario habían llegado también. El odio era mutuo, pero ellos aún así preferían un chisme jugoso antes de negarme su atención. Jason subió al escenario con Leo y Annabeth. Ella empezó a cantar y luego el rubio se le unió.

It's been a long day
Without you my friend
And I'll tell you all about it when I see you again
It's been a long way
From where we began
So I'll tell you all about it when I see you gain

En eso Leo comenzó a rapear. Me reí al ver al hijo de Hefesto trabándose en las frases o cuando Annie y Jason no coordinaban para entrar al coro y se peleaban tratando de volver la canción más aguda.

—Quiero que esto nunca termine —susurró ella luego, cuando los hijos de Apolo regresaron al escenario con sus cantos gregorianos. —Quiero quedarme aquí, en este instante, contigo, con nuestros amigos, sin tener que preocuparnos por nada en este mundo, solo vivir dentro de este lugar y jamás volver a la ciudad.

Aqua cayó rendida en mis brazos. Me dio tristeza todo aquello. Yo la quería y por eso la llevaba a aquel lugar. No quería que nada nos fastidie, y por eso teníamos que sacrificar ciertas cosas. Me deprimía con sus sueños sobre vivir aquí, porque si no fuera por nuestra propia seguridad, yo también preferiría mil veces quedarme en el campamento mestizo.

Los hijos de Apolo se habían juntado mucho con los de Hipnos o algo porque al dios del sueño le encantaría escuchar esas canciones, porque incluso me estaba dando sueño. Abracé fuertemente a Aqua antes de caer dormido en el pasto.

...

Cuando despertamos, la fogata ya se había consumido por completo. Estábamos arropados y abrigados en nuestras camas. Separados por la barrera de mi padre. Alguien nos había traído aquí. Eran las ocho de la mañana. Aqua estaba ya arreglándose para la partida.

—Buenos días, sesos de alga —dijo.

—Buenos días, Ariel.

Mamá y Paul esperaban en la Barrera con el auto listo. Me habían comprado un Toyota azul como regalo de mi cumpleaños 18. Jason, Piper, Annie, Leo y George nos acompañaron a la Barrera.

Estelle ya tenía un año y se parecía mucho a mi mamá. Ella me sonrió y abrazó. La sostuve unos minutos mientras le dábamos del biberón. Aqua se limpió las lágrimas y asintió. Quizás se imaginó algo o un pensamiento le vino a la mente. Se la presté un rato para que cargue un rato a mi hermanita. Aqua le sonrió a Estelle y ella apretó fuertemente su dedo pulgar.

Claro, lo entendí. Mi novia se había acordado del bebé que habíamos perdido hacía un año atrás y se había conmovido. Ella pasó a mi hermana a Annabeth,  Piper y Leo. Abracé a Paul y luego a mi mamá fuertemente. No la iba a volver a ver en seis meses.  Luego nos despedimos de los demás.

—Suerte a ambos —dijo mi mamá. Abrí la puerta del piloto y me senté, me puse el cinturón de seguridad e introduje la llave. El auto encendió. Aqua me sonrió mientras ajustaba el cinturón y guardaba el dinero mortal dentro de la gaveta del asiento del copiloto.

Miré una última vez por el espejo retrovisor y vi a mi mamá haciendo que Estelle nos diga adiós con la mano.

Cogimos la carretera que nos llevaría a la ciudad para coger la interestatal y empezar la ruta hacia el sur. Por primera vez estamos completamente solos e independientes. No había reglas que seguir, ni razones para detenernos.


POV Carter:

—Vamos, hazlo ya, hermanitoooo. Todos los Cartemma shippers han estado esperando mucho para este momento. Solo tienes que preguntarle y todo estará bien. Es imposible que ella diga que no.

Sadie me había llevado al cuartito de limpieza en donde vendía souvenirs de Cartemma sin que Bast se entere pues está prohibido vender cosas dentro de los Nomos. Había desde pines con Cartemma escrito hasta pósters gigantes a tamaño real de Emma y yo.

—Apenas y tiene 15, Sadie. ¿Cómo se te ocurre hacer eso ahora?

—¿Acaso estás asustado? Carter, el matrimonio es para celebrarse. Ya cumplieron un año juntos... No es que yo quiera grabar la boda y vender los CDs a 50 dólares cada uno... no, no, eso sería inapropiado... tampoco para que mis ganancias se tripliquen... es solooo porque quiero que seas feliz y esas cosas.

La miré estupefacto mientras ella destruía una copa de cristal con las iniciales CK y EB que había llegado defectuosa.

—Emma necesitaría el permiso de un tutor legal para que eso ocurra. De hecho creo que ni siquiera con eso...

—Entonces solo comprométanse. Solo quiero asegurarme que ella será parte de mi familia también. No tiene nada que ver con mi imperio del merchandising.

Miré la cajita que yo tenía en mi bolsillo. Sadie me había sacado a la ciudad a comprar un anillo en Tiffany's ayer en la noche cuando Emma estaba durmiendo. Miré el diamante en la punta y el oro de 24 kilates (Sadie lo eligió).

Recordaba lo que había visto con mis propios ojos en la Sala de las Eras, éramos ella y yo casándonos. Aún así, el futuro era incierto, todo dependía de las elecciones que uno hacía. Ninguna predicción era confiable. Al tomar decisiones todo se volvía posible e imposible a la vez.

Cogí mi billetera y vi su foto. Hacia un tiempo había tomado una foto de ella sentada a contra luz de la ventana de la casa que el tío Amos nos había regalado. Ella estaba cubriéndose con una sábana blanca y con el cabello goteando. Ella se reía como si jamás hubiese conocido el dolor de la melancolía. Ella lucía hermosa en esa foto. Recuerdo que había sido espontánea. Yo estaba jugando con la cámara y ella me había descubierto. Tome la foto antes que el momento se termine.

Siempre la tenía en mi billetera para tener algo que me recuerde a ese preciso instante de profunda felicidad. Incluso podía escuchar su risa traviesa cada vez que la veía. Me recordaba que tenía un motivo por el que seguir vivo, por el que luchar.

Si descubría que era un mago en Harry Potter y me pedían conjurar un Patronus, usaría ese recuerdo y probablemente aparecería un elefante que mataría a todo los malos a mil millas de distancia.

—Son el uno para el otro —dijo mi hermana, regresándome al presente. Guardé la foto en el bolsillo transparente de mi billetera

—Ya es hora de desayunar —dije mientras abría la puerta que daba al pasillo.

—Adelántate, ya te alcanzo luego. Y ya sabes, ¡avísame si lo haces para tener lista la cámara!

Me fijé que no había nadie en el pasillo y miré la cajita celeste antes de guardarla en mi bolsillo por última vez.

POV Emma:

Este Carter está loco si piensa que no voy a descubrir su secreto. Salí de mi habitación lista. Lo vi caminando en el pasillo. Se me había ocurrido algo.

Había aprendido tácticas de combate cuerpo a cuerpo desde que me había mudado a Egipto con Carter, pues este quería que yo sepa defenderme de cualquiera que trate de sobrepasarse conmigo. Había conseguido sacarle información de esa forma varias veces, porque el no podía mentirme a los ojos con tanto estrés encima. (Y si lo hacía, me daría cuenta)

—Ey.

Mi novio me vio asustado.

—¿Qué pasa?

—Ven conmigo.

—¿El desayuno? Eso es por aquí —dijo señalando a su derecha.

—¿Que tal una práctica matutina? —pregunté.

—¿Para qué?

—Para comenzar bien la mañana.

—¿No quieres comer? Porque yo tengo un poco de hambre y...

—Nop. Acompáñame. Te va a gustar.

No le iba a gustar.

Comencé a caminar hacia la izquierda, sabiendo que él no me dejaría perderme y por ende, yo terminaría encontrando un salón de batalla o cosas chidas.

—Tenemos que volver. Bast nos va a encontrar y va a querer que desayunemos. Esa puerta no, es peligrosa. Como decía, ella se enojará y no conoces la ira de una diosa hasta que la ves. Tenemos que regresar o sino...

Había encontrado un salón lo suficientemente grande en menos de dos minutos. ¡Hurra!

Cerré la puerta detrás de Carter, quien ya se había renegado a hacerme caso.

—Oh, genial. Me atrapaste aquí ahora.

—¿Sabes que te quiero mucho, Wiki?

—Emma...

—Ok, ok...

Le besé en la mejilla para calmarlo y luego lo empujé al piso para comenzar con la pelea. Traté de pegarle en el pecho, y él por inercia evitó los golpes. Él había entendido mi juego.

—Vaya, no me esperaba algo así en este momento —dijo anonadado. (¿Ven que rápido funcionaba mis tácticas?)

Dábamos vueltas como si persiguiéramos una presa. Quizás no había sido la mejor opción usar una falda hoy. Detrás de mi había una mesa con espadas jopesh. Cogí una al pasar cerca.

—Dime qué fue lo que ocurrió esta mañana —pregunté.

—Bueno, desperté. Conversé con Sadie, fui a tu cuarto y luego volví a conversar con ella.

Antes que él llegue a la mesa de armas, comencé a correr hacia él para tumbarlo al piso. Me esquivó, pero aún seguía sin arma.

—¿De qué conversaron en la mañana? —pregunté.

—¿Eh? Bueno sobre la bienvenida y eso...

—¿Y no podías esperar un poco más para eso que tenías que hablar justo antes de desayunar?

—Me la encontré en el pasillo.

—Pero ella recién llegaba con cajas del correo, y eso está colina abajo. Es imposible que se haya demorado tan poco tiempo en conversar contigo y luego bajar y subir. Eso significa que tuviste que verla específicamente por algo. ¿Están planeando algo?

—No es nada de que preocuparse. No es como la Serpiente de Alexandría o lo que ocurrió en el viaje a Giza.

—Ojalá —rodeé los ojos. En un parpadear de ojos me atrapó entre sus brazos y me besó en los labios. —¿Aquí? — Él asintió.

Las puertas se cerraron inmediatamente. Carter sonrió, me cargó hasta la mesa y tiró las armas para hacerme espacio. Las ventajas de ser pequeña me dejaban enroscar mis piernas en su torso, mientras él seguía de pie. Sujeté su cabello fuertemente y lo acerque más a mi. Sus manos se habían clavado en mi espalda baja. Me quité los botines lo más rápido posible y empujé mis calcetines fuera de mis pies. Desabrochaba su camisa rápidamente, mientras él deshacía mi blusa. Bajé su pantalón con mis pies.

Quizás no había sido tan mala idea haber escogido una falda hoy.

...

—¿En dónde estaban? —preguntó Bast mientras Carter y yo entrábamos al comedor.

—Nada. Solo me demoré porque le estaba mostrando su habitación.

—Si, clarooo. Le presentaste la cama, el sofá, el baño y las esquinas me imagino.

Nos sonrojamos. ¡Estúpidas hormonas locas!

El desayuno estaba frío. Limonada, sándwiches de jamón y queso tostadas y pie de plátano.

Después de comer, me fijé que había una pastilla diminuta junto a mi vaso con agua. Cuando volteé a mirar a Sadie, ella me guiñó el ojo. Ella era como una hermana mayor para mi. Siempre buscando ayudarme, tratando que esté con su hermano... era como si le pagaran para que mi relación con Carter sea siempre sólida. Quizás había encontrado la pastilla entre mis cosas, aunque me puso los pelos de punta que ella sepa lo que en serio había pasado entre Carter y yo.

Estaba a punto de tomarla cuando, de pronto, una chica pelirroja entró a la sala y se quedó mirándome como si fuera la mismísima Beyoncé.

-¿Aqua?

POV Aqua:

Estaba manejando el Toyota de Percy. Él me había dado permiso porque era la carretera y no habían muchos vehículos. Nos habíamos puesto gafas negras, aunque ya estaba atardeciendo, y habíamos bajado las ventanas. Me sentía como si estuviera en los años cincuenta. También nos ayudó que Elvis sonaba a todo volumen en la radio. ¿Cómo es que seguimos vivos si hay una maldita radio en el auto? Bueno, durante nuestro año "libre", hijos de Atenea y Hefesto habían estado creando prototipos de teléfonos para cuando no haya tiempo de invocar a Iris. Aún seguían en estado de desarrollo, pero habían logrado crear radios y televisores a prueba de monstruos, desviando las señales e implementando unas con frecuencias divinas.

Así que cero monstruos mientras lucíamos como una pareja atrapada en el tiempo. Ya habían pasado tres días y estábamos por Omaha, Nebraska. Intercambié sitios con Percy para que él aparcara el carro en el garage de un hotel.

—¿Identificación? —preguntó la señora amargada detrás de la mesa. Qué extraño, en los otros destinos no nos habían pedido nada de eso.

Percy buscó su licencia de conducir en su billetera y yo, mi carné de estudiante universitaria en un bolsillo.

—¿Nueva Roma? —preguntó. —Jamás he odio hablar de ese sitio. ¿Es nuevo?

¿Qué? Se suponía que no pueden ver...

Percy le clavó Anaklusmos en la cabeza. La mujer cayó al piso.

—¿Tan rápido?

—Lo siento. Ya me lo veía venir y tenía la espada lista.

Un chico nos veía desde la puerta de una de las habitaciones. Se asustó apenas le devolvimos la mirada. Su camiseta era negra con solo una palabra escrita: Myth-O-Magic en letras blancas. Me acordé de este tipo.

—Yo no hice nada, no me maten.

—¿Como te llamas?

—Larry, pero no me hagan nada por favor.

—Bien, no haremos nada si no dices nada.

—Nada, nada, nada. No haremos nada. Dejen de usar tantas veces esa palabra —dije frustrada.

Busqué entre las llaves de habitaciones disponibles. Percy chasqueaba los dedos frente al chico para controlar la niebla.

—Adiós, Larry —dije mientras Percy me seguía hacia la habitación.

No, nada pasó entre nosotros esa noche. Haber conducido por cuatro horas seguidas había sido cansado.

...

Escuchaba un grito alejándose y luego acercándose.

—Aqua. —Era una voz femenina. —Aqua.

No entendía lo que pasaba. Era como estar con las orejas tapadas.

—¿Quién es? —pregunté.

La imagen borrosa se aclaró. La habitación no tenía muebles; era completamente blanca. Una mujer de treinta años de cabello rubio, piel bronceada y ojos verdes apareció frente a mí.

—¿Aqua? —preguntó para llamar mi atención. Asentí. Ella tenía que ser Afrodita.

—¿Si?

—Al fin logro contactarme contigo. Hefesto tenía razón, hay mejor señal aquí.

—¿Esto es el Olimpo?

—¿Que otro lugar iba a ser sino? En fin, —dijo mientras se peinaba usando mis ojos como espejos. — Tengo que advertirte sobre algo...

Miraba hacia ambos lados y luego su rostro se volvió más sonriente.

—¿Qué ocurre?

—Tú y Percy están a punto de comenzar la historia de romance más trágica de este siglo. ¿No es genial? Ya negocié los tratos y todo está hecho, solo quería que lo supieras.

¿Romance trágico? Esto no es bueno. Creí que ella nos apoyaba. Por alguna razón pude ver una lágrima derramarse de su mejilla, quizás de felicidad, aunque podía haber algo de tristeza sumergida también.

No me dio tiempo de responder, cuando mi cabeza empezaba a querer estallar. Iba a regresar a la normalidad.

—Aléjate de Percy —escuché que fueron sus últimas palabras antes de difuminarse. —Por favor... ellos no los quieren juntos.

Antes de despertar, escuché el llanto agudo de un bebé.

Estaba en el suelo de la habitación. Percy corrió hacia mi mientras yo me frotaba la cabeza por el impacto.

—¿Cariño?

—Sostenme el cabello —fue lo primero que dije.

—¿Por qué? —preguntó mientras lo hacía.

Me sostuve el estómago antes de vomitar en la alfombra.

Y luego lloré porque entendía cuál era la tragedia que nos iba a perseguir.

......................(espacio para los feels)

Holaaaaaaa!!

Hoy voy a viajar en avión y se supone que soy hija de Poseidón, así que rueguen para que no me muera, o sino no voy a poder seguir escribiendo y dejare la historia en un cliffhanger como el tio Rick.... asi que sí... ojala el tío Zeus no me mate.

Dejando de hablar sobre mi inminente muerte... ¿Qué tal les pareció el final de capítulo? ¿Qué será eso que Aqua sospecha será la tragedia? ¿Qué opinan del secreto de Carter? ¿Quién se osó a confundir a Emma con Aqua? ¿SE TOMARÁ LA PASTILLA?

Bueno... en fin... ¡¡Gracias por leer!! ¡¡¡Me encanta que comenten muchoooooooooo!!!

Por cierto, ¿alguien me puede recomendar fanfics de Percy Jackson?

Hasta la próxima. (Se despide mientras sigue comiendo papitas azules)

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