7_ Be mean to me
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La lluvia caía.
Los rayos alumbraban el lugar como si fuera el flash de una camara.
Los truenos hacían vibrar los vidrios de las ventanas.
El viento movía fuertemente los árboles.
Se podía escuchar chapas golpear entre si. El silbido del viento al entrar por el pequeño espacio que quedaba abierto en la ventana.
El viento traía consigo tierra y basura.
Sentía frio, estaba incómodo y se sentía temblar así mismo.
Apego más sus piernas en su pecho. Encorbandose más, tratando de juntar calor.
Hacia mucho frio. Mierda.
Apretó los dientes tratando de dejar de tiritar.
No quería abrir los ojos. Pero podía sentir que estaba sobre un superficie blanda y caliente. Una cama.
Sus pies estaban helados.
Entonces abrió los ojos.
Todo estaba en oscuras. Apoyo sus manos en el colchón y se sentó en el cama.
Se sentía cansado, le dolía la cabeza y gran parte del cuerpo.
Al levantarse todo el piso tembló. El mareo era tal que cayó al suelo de nuevo en un ruido sordo. Al golpear sus rodillas con el piso.
Respiró agitado y tosió varias veces. Levantó la mirada.
La única puerta de la habitación se abrió repentinamente.
La luz dejaba ver una silueta alta.
No, joder.
No quería verlo a él. En este preciso momento solo quería acostarse en su pequeña cama que casi nunca usaba.
__ wuaah estás bien?_ la carcajada resono en la paredes vacías de la habitación.
Se agarró de la cama y se impulso a levantarse.
No tenía ni la más mínima idea de que hacia allí.
__ estoy bien, Dazai-san_ contestó lentamente.
__ te desplomaste de la nada, y te hubiese dejado allí tirado pero..._ el castaño dejo de hablar y camino hasta él.
__ afuera hay un clima terrible. Tu celular estaba sonando y me tomé la molestia de contestar... Era Gin, solo preguntaba si estabas bien_ el castaño lo miro al terminar de hablar y sonrió.
Akutagawa se quedó en silencio. Procesando todo.
__ dónde... Estamos?_ preguntó al final.
__ no es obvio? En mi departamento, era el lugar más cerca_ hablo el castaño agitando la mano. Restándole importancia.
Su mirada se fijo en el rostro del mayor.
Ese hombre era ¿Guapo?. Los ojos marrones que reflejaban diversión pero con algo oscuro. El rostro limpio sin imperfecciones exepto por algunas cicatrices pequeñas que si te acercabas los suficientes podía distinguirlas.
Si, era guapo.
Tenía levantar la mirada para poder ver bien sus ojos.
Aunque se le dificultaban por la poca iluminación.
Los truenos y rayos pasaron a segundo plano.
Sus ojos admiraban al hombre que estaba enfrente suyo.
Sintiendo su corazón latiendo con rapidez. Las uñas de sus manos se clavaron en su palma.
Su mirada se clavo en los labios de su superior. Observando como el castaño pasaba su lengua por ellos casualmente, dejándolos húmedos.
Su boca se sintió seca de repente. Y sus ojos se vieron incapaces de desviar la mirada a otro sitio.
__ Dazai... San_ susurró.
Avanzo a paso lento, con algo de miedo y cuando estuvo lo suficiente cerca como para con apenas estirarse poner su mano en el pecho del castaño.
Y eso hizo. Estiro su mano derecha lentamente y la puso despacio en el cuello de la gabardina marrón.
Atrayendo para si. Hasta que sus alientos chocarán.
Sus ojos se fijaron en los orbes marrones enfrente suyo. Éstos también lo miraban y con solo eso su corazón dió un vuelco.
Tenía su atención. Toda su atención.
Se sintió increíble. Talvez un poco afortunado.
Ni siquiera se dió cuenta cuando sus ojos se cerraron y termino de romper la distancia entre ellos.
Chocando con suavidad, apenas rozando con su boca los labios un poco fríos de su superior.
Se sentía extremadamente bien.
Se separó solo unos centímetros. Pasando la lengua por su propios labios para luego volver a besar al castaño.
Era algo tan malditamente adictivo. Que dudaba de algún día cansarse de hacer eso.
Le gustaba. Le había sentir un poco extraño, pero extrañamente satisfactorio.
Su agarre se afianzó en la ropa del castaño. Atrayendo aún más hasta que sus cuerpos chocaron.
Las manos vendadas y frías del castaño se dirigieron hasta sus caderas.
Pero solo fue para alejarlo.
Arrancado su manos de sus ropas se alejaron el uno del otro.
Y era como si sus cuerpos ahora tuvieron una distancia abismal.
Se había dejado llevar.
De repente se sintió estúpido. Y hasta un poco dolido.
Al ver a los ojos del castaño, solo podía ver talvez la única cosa que mas temía.
Rechazo.
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