▪︎ 010:𝐍eibolt house ▪︎

CASA NEIBOLT

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BILL NO PUEDE EVITARLO más y abraza a Lilith, demostrando su apoyo y comprensión, la chica le devuelve el abrazo, aún en shock por aquel suceso.

-Eso nos vio–Eddie suelta con miedo–¡sabe donde estamos!

-Siempre lo supo–dijo y sin perder más tiempo se dirige a su bicicleta–hay que irnos.

-¿Qué? ¿A dónde?–pregunta Ben.

-Neibolt, es donde G-Georgie está–aclara Denbrough.

-¿Después de esto?–le pregunta Stan sorprendido.

-Es... Es verano, deberíamos jugar–Richie dice ido.

-Si dices verano otra m-maldita vez...–trata de hallar alguna palabra adecuada para explicar su situación, pero al no encontrarla se va frustrado.

-Bill–susurra Lilith, algo ida por su reciente ataque–¡espera!–grita tratando de detenerlo.

Tenía miedo de que se encontrara con aquel payaso y le hiciese daño, no quería perderlo.

No a él...

La castaña desesperada y sin pensarlo dos veces, toma la primera bicicleta que mira y se sube a ella para seguir a Bill, escucha los gritos de sus amigos para que los espere, pero ella no tiene tiempo que perder. Pasaron ocho minutos al menos para que Bill llegase a la casa, quince segundos después llegó Lilith y en pocos segundos los demás también.

-¡Bill espera!–grita Lilith–no hagas esto, es una locura–pide con ojos preocupados.

-Les dije que no tenían que venir conmigo–contesta el mencionado–díganme ¿qué pasara cuando otro Georgie desaparezca? U otra Betty u otro Edd Gorgoran o algunos de nosotros ¿van a fingir que no pasa nada como todos los demás en Derry? Porque yo no...–todos bajaron la cabeza–cuando vuelvo a casa yo solo veo que Georgie no está ahí. Su ropa, sus juguetes, sus animales de peluche, pero él no está, entrar a ésta casa para mí, es más fácil que ir a la mía.–Bill se voltea y limpia sus lágrimas.

La castaña también limpia las suyas.

-Wow–suelta el de lentes.

-¿Qué?–pregunta Eddie.

-Que no tartamudeo–respondió Richie asombrado.

Lilith negó con la cabeza y con algo de valor comenzó a caminar hacia la puerta de aquella casa abandonada.

-¡Esperen!–Stan llama la atención–¿no creen que alguien debería quedarse afuera? En caso de que algo suceda.

-¿Q-Quien quiere quedarse?–pregunta Bill y todos alzan las manos, excepto Lilith y Beverly.

Tras tener un número demasiado impar, decidieron elegir por medio de un juego, quedando como perdedores Eddie, Richie y Bill, por lo tanto, los demás debían esperar afuera. La castaña se sentó en las escaleras de aquella vieja casa, preocupada de que les pasara algo, los chicos y más en específico, a Bill.

-¿Preocupada?–le pregunta Beverly, sentándose a su lado.

-Sí, me preocupa que les pase algo–respondió con angustia.

-¿A los chicos o solo a uno de ellos?–la pelirroja miro de forma pícara a Berrycloth, haciéndola ponerse tímida.

Bajo la cabeza, con una pequeña sonrisa y sus mejillas sonrojadas.

-No digas eso, todos me preocupan por igual–contesta, alzando la mirada y encontrándose con unos ojos acusadores–ya, tal vez me preocupe más Bill.

-Lo sabía–Marsh sonríe con suficiencia.

-¿Y cómo lo supiste?–la castaña ladea su cabeza en confusión.

-Es fácil saberlo, él te mira de forma diferente al igual que tú a él–se encoge de hombros.

Parecía que eran algo obvios.

Pero, algo había allí, algo que ella ocultaba, un miedo... Un secreto. Ese "algo" que le impedía ser libre, tanto como ella lo deseaba.

-Bev...–llamó la chica–¿Crees que... puedas darme un consejo?–preguntó, con timidez.

La pelirroja asintió, Lilith trago saliva y apretó sus labios, no sabía como empezaría ni como reaccionaria la chica, pero de lo que estaba segura es que quería sacar aquel destructivo secreto que aprisionada su pecho de una vez por todas.

Abrió la boca para sacarlo por fin, pero en un momento inesperado, aquellos gritos de sus amigos le hicieron cerrar la boca, todos se miraron entre sí. Lilith tomó una barra de hierro oxidada de la cerca de esa vieja casa.

Corrió con los demás detrás de ella, sin pensarlo dos veces y en cuanto vio aquella grande y horrorosa figura, clavo aquella barra justo en su cráneo. Los chicos quedan en total silencio, la castaña observa con horror como la sangre sale de él y en vez de bajar, sube, flotando. El miedo los inunda cuando aquel payaso enojado parece crecer, sus colmillos salen afilados de su boca y los guantes de sus manos se rompen al estas crecer con garras afiladas.

Inesperadamente su mano viaja a la izquierda donde Ben, Mike y Stan estaban, lastimando al primero rasgando su camisa al proceso. Los ojos amarillos inyectados en sangre se fijan en Berrycloth, la chica asustada suelta la barra y retrocede, quedando al lado de Bill sin notar que incluso Richie estaba allí.

-No es real, no es real, no es real–susurraba Lilith, rápido y con voz temblorosa.

-¿No es real?–preguntó eso–¿No soy real para ti?–reprocho con voz burlesca mientras una macabra sonrisa se pintaba en su cara–fue real para Georgie–su voz rasposa y con tono malicioso la dejó petrificada.

Bill la mira sin entender ¿Qué tenía que ver Georgie con ella? Sin dudas quería parar a preguntarle, pero nisiquiera tuvo que hacerlo, porque lamentablemente para aquellos dos adolescentes enamorados la verdad salió a la luz.

Cómo decía aquella frase, hay tres cosas que no se pueden ocultar por mucho tiempo: El sol, la luna y la verdad.

-¡¿Qué rayos sucede?!–pregunta Richie en un grito, desesperado por ayudar a Eddie y salir de aquella casa.

-¿No les has dicho, Lili?–preguntó eso, acercándose un paso hacia la chica.

Richie, Bill y la castaña se hicieron hacia atrás, ante el miedo que sentían y Lilith solo puede negar con la cabeza intentando no llorar.

-¿No les has dicho que eres una asesina?–rió y para aquellos adolescentes les causó un escalofrío.

-¡No fue mi culpa, tenía miedo!–se excusó, tapando sus oídos con sus manitas y sintiendo las lágrimas bajar por sus mejillas.

-¿De qué h-hablas?–interroga Bill sin recibir respuesta.

-Dile Lilith–él payaso ladea su cabeza–dile que mataste a su hermano–todos quedan en shock.

Eso suelta un grito parecido más a un rugido que causó pavor entre los chicos, quienes salieron corriendo sin mirar atrás de la casa Neibolt, estando ya en la calle, con la respiración entrecortada, uno de ellos decide hablar.

-¿A qué se refería?–pregunta Bill jadeando–¿Po-por qué dijo que mataste a... A Georgie?–soltó con dificultad.

La castaña le mira con miedo, no era el momento adecuado, pero igual, decide hablar.

-Lo siento, yo... No quería decírtelo así–niega con lagrimas en los ojos, trata de acercarse a él, pero se aleja.

-¿Qué sucedió? ¡Dime!–grita y Berrycloth se encoge en su lugar.

-Él estaba solo, en la entrada de la alcantarilla, no sabía que hacer y-yo... fui cobarde, lo siento mucho, ese payaso...–sollozo y las palabras salían con dificultad, un nudo se instala en su garganta y el pecho le pesa.

No puede respirar y no sabe si es por el llanto desesperado o si son síntomas de un ataque de pánico que venga en camino.

-Me mentiste... tu, ocultaste todo esto–él ojiverde siente que va a llorar y trata de no hacerlo, una idea que le duele se le cruza por la cabeza–¿Fingias ser mi amiga, fingias ser amable? Todo eso... ¿Lo hiciste por lástima?–Lilith trata de negarlo, pero no puede.

No puede decir nada porque lloraba como una niña pequeña.

Bill le mira con dolor, suspirando fuertemente y camina con enojo hacia su bicicleta.

-Espera ¡Bill!–le llama Stan, el ojiverde no le escucha y comienza a irse.

Los perdedores sin remedio le siguen, Eddie sube a la parte trasera de la bicicleta de Richie mientras Berrycloth usa la del pelinegro. Llegan a la casa de Bill, este se queda allí solo porque tuvo que llamar a la madre del asmático debido a que ellos no podían hacer nada. Sabían que la madre de Eddie era una obsesiva con la salud del joven, pero no se esperaban que se volviera loca con ver la suciedad en sus ropas y su brazo fracturado.

Ven el auto alejarse en un silencio sepulcral e incómodo.

-Vi el pozo, s-sa-sabemos donde vive eso–dijo Bill y se giro para verlos–a la próxima iremos preparados.

-¡No!–Gritó Stan–no habrá próxima vez Bill, ¡Estás loco!

-¿Por qué? Sabemos que nadie más va a hacer nada–refutó la pelirroja.

-¡Por poco mata a Eddie y mira a este idiota, está goteando salsa de tómate!–Él de lentes señala a Ben.

-No podemos fingir que se va a ir, Ben tú lo dijiste, eso vuelve cada 24 años–siguió Marsh.

-Bien, tendré 40 y muy lejos de aquí, creí que tú también querías irte de este lugar–respondió el rubio.

-Sí, pero quiero hacer algo importante, no huir–declaró.

-No creo que sea buena idea ir tras él, ha matado desde hace años, ¿A caso unos niños como nosotros podrá vencerlo?–opinó Lilith, asustada de que Bill fuese a esa casa, de que hiciera un acto suicida.

-Claro, ve por el c-ca-camino fácil–Murmuró Bill con enojo y tristeza.

-¿Crees que todo ha sido fácil para mi?–preguntó, con sorpresa de que Bill haya dicho aquello.

Nunca se había portado así.

-No vayan a pelear, hay que estar unidos, lo estuvimos cuando escapamos de eso–Beverly trato de calmarlos.

-Perdón, ¿Quién invito a Molly Ringwold al grupo?–intervino Richie–digo que hay que enfrentar el mundo real, murió Georgie, no hagas que nos maten también.

-Gergie no e-está muerto–pidió Bill, metiéndose en el camino del bocazas con enojo.

-No pudiste salvarlo, pero puedes salvarte a ti–trato de irse, pero de nuevo fue retenido.

-¡No, disculpate!–Le pidió–estas asustado, como todos, pero disculpate–le empujó, haciendo que él retrocediera.

El de lentes no se quedó allí, le devolvió el empujón y Bill solo atino a darle un puñetazo que hizo caer al pelinegro.

-¡Bill, ya basta!–pidió la castaña y lo tomó de los hombros, separandolo de Richie.

-¡Son unos perdedores!–gritó el chico con enojo mientras los demás le sostenían evitando que pelearan–¡son unos perdedores y los asesinara eso!–acomodo sus lentes.

Bill se soltó del agarre de la chica y de Ben, harto de todo.

-¡Bien vete, váyanse!–exclamó ardiendo en ira.

-Bill, cálmate, yo...–cuando Lilith posó su mano en el hombro del chico este se la quito de un manotazo.

-¡No tienes de-derecho a decir que me calme! Todos se quieren ir y tu... tu también–le dijo con decepción en su rostro–¿te quieres i-ir? ¡Pues vete! ¡No quiero a co-cobardes y una mentirosa conmigo!

Lilith abrió sus ojos con asombro, sus ojos se llenan de lágrimas y cuando estuvo al menos un poco despabilada, trago saliva, intentando deshacer el nudo en su garganta y entonces... se fue.

Tras ella, lo hizo Richie, Stan, Ben; incluso Mike, los únicos que quedaron allí fueron Beverly y Bill.

Y para mal, incluso ellos dejarían de hablarse.

SWEETGIRL

¡Hola mor! Hace mucho que no actualizaba, es que andaba ocupada, pero en fin, no me convence mucho como escribí el cap pero espero les haya gustado. Esperen el siguiente cap, que tendrán contexto de todo lo que pasó.

En fin, l@s amo bai.

Vota y comenta, gracias.

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