No es difícil recordar el lugar en que te confesé cuanto me gustabas, tampoco lo mucho que me sorprendió saber el que tú me correspondieras.
Habíamos estado trabajando hasta noche, e insististe en acompañarme a casa.
Estaba lloviendo y cualquier esfuerzo por secar mi rostro era en vano.
Cuando tu brazo rodeó por encima de mis hombros para pegarme más a tu cuerpo, y así cubrirnos con la pequeña sombrilla, sin darme cuenta, tres palabras salieron de mi boca repentinamente.

"Me gustas Min"

No era el mejor momento, el mejor lugar o la más favorable situación, pero no podía seguir guardando ese pensamiento.
Alejaste tu brazo y dejaste caer el paraguas lentamente al piso.
Nuestras miradas se cruzaron y en tus ojos habia un brillo indescriptible. Mi corazón se detuvo cuando de tu boca salió un:

"También me gustas Jun Jiwoo"

Nuestras miradas crearon una conexión al instante. Y sin más, me besaste.
Un fuego nació en mi interior, me hervía la sangre, se encendía mi instinto, todo el ruido de mi mente se escuchaba sutil.
Y aceptando con palabras mudas.
Acordamos que ese sería el primer día.
Nuestro primer día y el comienzo de una bella historia.