Decidimos que nuestra ceremonia fuera algo pequeña, sin invitar a muchas personas, solo las importantes o aquellas que tuvieron cierto impacto en nuestras vidas.
El vestido que usaba estaba elaborado por tu madre, y en ese traje te veías increíblemente guapo.
Me consideré la mujer más afortunada por dejarme formar parte de tu familia y la más agradecida por saber que ya formarías parte de la mía.
El solo hecho de habernos conocido, me hacía muy feliz, y pensaba que así permanecería, feliz todo el tiempo que tuviera el placer de tu compañía.

Ahora que lo pienso, cuando comencé a amarte, deje de desear que mi vida fuera diferente, y comencé a aceptar todo lo que acontecía y lo que atribuía a mi crecimiento.

Si en ese entonces lo supiera...que ahora todo está a punto de terminar.
Volvería a hacerlo.

Volvería a elegirte una y mil veces, porque nada se compara con el gran amor que aún siento por ti.
Aunque tú, no te sientas de la misma manera.