21 Noviembre 2020

La luz entrando por la ventana causo que los dos abriéramos los ojos.
Mi cuerpo no respondía, pero al sentir un movimiento de su parte, me giré con rapidez y antes de que él se levantara, lo tomé del brazo.

—Buenos días—dije sonriéndole

—Ahh, si, buenos días—respondió de forma cortante y seca

—¿Me puedes dar un beso?—pregunté mostrando mis labios en un puchero

Sin poner pretextos o negaciones, depositó sus labios sobre los míos convirtiéndolo en un cálido beso.
Pero no se sintió esa conexión inmediata, una tristeza invadió mi ser, un escalofrío recorrió mi espalda.
Y sin decir nada camino al baño.

Rápidamente salí de la cama, y me dirigí al tocador, cepille mi cabello con nerviosismo.
Miré mi reflejo.
Parecía un triste otoño con hojas secas. Él estaba ahí, tan cerca, a unos cuantos pasos.
Pero su ausencia me gritaba, resonaba con fuerza en mis oídos.
Aún así, me negaba a pensar que éramos dos piezas de un rompecabezas distinto y que nunca encajaríamos.

—¿Vas a bañarte?—su pregunta me saco de mis pensamientos—El agua aún está caliente

—Si, iré en un momento—contesté

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Min Yoongi

Terminé de acomodar mi corbata mientras caminaba,   gotas de mi cabello volvían a recorrer mi sien de fan mojado que estaba.

—¡Jiwoo!—grité desde la planta alta—¿Has visto el secador?

Mencioné al no encontrarlo.

—Está en el baño, ayer lo dejaste ahí—contestó desde la cocina

Tenía prisa, si me llevaba más tiempo de lo debido, llegaría demasiado tarde al trabajo. Lo cuál no me beneficiaba en absoluto.

Así que apresurado me dirigí al baño, necesitaba secar mi cabello o el frió de afuera me haría daño.

Fue ese momento, fue ahí en donde deje de respirar.

Donde los momentos de felicidad invadieron nuevamente mi cabeza y esa emoción que creía olvidada recorrió mis venas hasta llegar al pecho.

Fue ahí cuando el vapor del agua caliente, hizo resplandecer aquel corazón que ella había dibujado en el espejo.