Harry podía ver bien la Mesa Alta. En la punta, cerca de él, estaba Hagrid, que lo miró y levantó los pulgares. Harry le sonrió. Y allí, en el centro de la Mesa Alta, en una gran silla de oro, estaba sentado Albus Dumbledore. Harry lo reconoció de inmediato, por el cromo de las ranas de chocolate. El cabello plateado de Dumbledore era lo único que brillaba tanto como los fantasmas.

Harry también vio al profesor Quirrell, el nervioso joven del Caldero Chorreante. Estaba muy extravagante, con un gran turbante púrpura.
Y ya quedaban solamente cuatro alumnos para seleccionar sin embargo uno llamó su atención aunque solo lo veía de espaldas parecía estar casi escondido.

Pero rápidamente se distrajo cuando fue él turno de Ron. Tenía una palidez verdosa y Harry cruzó los dedos debajo de la mesa esperando a que el pelirrojo quedara en la misma casa. Un segundo más tarde, el sombrero gritó ¡GRYFFINDOR! Harry aplaudió con fuerza, junto con los demás, mientras que Ron se desplomaba en la silla más próxima.

-Bien hecho, Ron, excelente.-dijo pomposamente Percy Weasley, por encima de Harry, mientras que Zabini, Blaise era seleccionado para Slytherin. Notó como solo faltaba un alumno él que estaba con la mirada baja.

-¡Williams, Aiden!.-en ese instante Harry volteó a ver bien al único que faltaba, casi se cae de su silla al ver él asombroso parecido que tenía con él. Mientras Aiden se adelantaba, los murmuraciones se extendieron súbitamente como fuegos artificiales unos decían que era el hermano perdido de Harry Potter y otros decían que la familia Potter regalo a Aiden de recién nacido.

-¿Tienes un hermano gemelo?.-pregunto Ron dirigiéndole una mirada incrédula al peli-negro.

En respuesta Harry negó con la cabeza o ¿si tenía un hermano?.

Aiden no podía quitar la vista del niño que vivió, era como verse en un espejo. Ladeó la cabeza pensando en lo curioso y extraño de la situación ¿Por Qué era tan parecido a él?.

Lo último que miro Aiden, fue el comedor lleno de gente que trataba de verlo bien y después la mirada lo dirigían a Harry. Al momento siguiente, el estaba concentrado en que casa quedaría.

-Mmm.-dijo una vocecita en su oreja.- Difícil. Muy difícil. Lleno de inteligencia lo veo. Tampoco la mente es mala pero veo ambición. Podrías ser muy grande, sabes, lo tienes todo en tu cabeza y Slytherin te ayudaría en el camino hacia la grandeza. No hay dudas ¡SLYTHERIN!.

Oyó al sombrero gritar la última palabra a todo el comedor. Se quitó el sombrero y caminó hacia la mesa de Slytherin, pero su mirada aun estaba en Harry Potter. Al momento que se sentó en una de las sillas cerca de Draco Malfoy, notó la mirada de los profesores y director sobre él.

Por un momento Aiden frunció él ceño, escuchó los rumores y las locas conclusiones que cada uno decía.

¿hijo de los Potter?

No aquello era imposible, él estaba seguro de ser hijo de Robert Williams y Scarlett.

-¿Eres hermano de Harry Potter?.-preguntó Draco mirando a Aiden negar en respuesta.

-No.-murmuró esperando que todo tuviera una explicación, en realidad no prestó atención a lo que Draco decía o preguntaba. Estaba tan sumido en sus propios pensamientos sobre el parecido tan grande que tenía con Harry Potter.

Aquello no le gustaba nada, sobre todo por las historias que empezaban a inventar. Su viaje en el tren había pasado casi desapercibido, su apellido no parecía importante. Aiden lo sabía pero él solo quería ser un gran mago, miró de nuevo la mesa de los Gryffindor notando como Harry hablaba animadamente.

Trato de hablar con Draco Malfoy pero simplemente estaba distraído con todo él asunto de su parecido con Harry. Dudaba mucho que sus padres supieran el ¿Por Qué se parecían?.

Mientras que Albus Dumbledore y Minerva McGonagall hablaban de Aiden y Harry incluso Severus Snape se unió a la conversación.

-Dudo que sean hermanos. No creo que Lily y James hayan abandonado a un hijo suyo.-habló la profesora McGonagall.

-¿Como explican el parecido entre ambos?.-inquirió Snape pensando en aquella pequeña posibilidad.

-Hablaré con los padres de Aiden.-dijo finalmente Dumbledore pensando en todas las posibilidades que podían haber del parecido entre ambos niños: Aiden Williams y Harry Potter.

-Nunca he escuchado sobre la familia Williams.-comentó Draco.

-Venimos de Estados Unidos.-aclaró Aiden cuidando sus palabras, sabía que los estudiantes de Slytherin tienen una gran reputación en el mundo mágico debido a sus éxitos, aunque no tan buena en la propia escuela por su gran rivalidad y tremenda competitividad.

O al menos eso le había explicado su papá, él había estudiado en Hogwarts y su casa fue Gryffindor. Mientras que su mamá asistió en el Colegio Ilvermorny de Magia y Hechicería, la escuela mágica de Estados Unidos de América, localizada al noreste del país. Es uno de los colegios mágicos más importantes del mundo.

Y a pesar de las insistencias de su mamá para que entrara en Ilvermorny, Aiden no quiso en cambio prefirió Hogwarts por un momento recordó como su papá Robert Williams lo felicitó por su decisión mientras que Scarlett solo pudo resignarse ante la decisión de su hijo.

El profesor Dumbledore se puso
nuevamente de pie. Todo el salón permaneció en silencio y Aiden salió de sus pensamientos.

-Ejem... sólo unas pocas palabras más, ahora que todos hemos comido y bebido. Tengo unos pocos anuncios que hacer para el comienzo del año.
»Los de primer año deben tener en cuenta que los bosques del área del castillo están prohibidos para todos los alumnos. Y unos pocos de nuestros antiguos alumnos también deberán recordarlo.-Los ojos relucientes de Dumbledore apuntaron en dirección a los gemelos Weasley.- El señor Filch, el celador, me ha pedido que les recuerde que no deben hacer magia en los recreos ni en los pasillos.

Instintivamente Aiden miró hacía donde estaba Harry Potter, él también lo estaba viendo. Ambos no entendían el porque se parecían tantos sin ser hermanos.

Aiden estaba seguro que Harry Potter no era su hermano, debía haber alguna otra explicación y él se encargaría de encontrarlo.

- »Las pruebas de quidditch tendrán lugar en la segunda semana del curso. Los que estén interesados en jugar para los equipos de sus casas, deben ponerse en contacto con la señora Hooch. »Y por último, quiero decirles que este año el pasillo del tercer piso, del lado derecho, está fuera de los límites permitidos para todos los que no deseen una muerte muy dolorosa.

Frunció levemente el ceño ante lo último, cuando alguien le prohíbe que haga algo es cuando más lo hacían. Aiden lo sabía perfectamente y podía apostar que un alumno haría justo lo que Dumbledore no quería que hicieran.

Los de primer año de Slytherin siguieron al prefecto a través de grupos bulliciosos, salieron del Gran Comedor dirigiéndose a la sala común. Su sala común está ubicada bajo el lago, el acceso se encontraba tras unos laberínticos pasillos, en las mazmorras, tras una puerta, escaleras abajo del vestíbulo. Tras la pared de piedra, se hallaba la Sala Común y las habitaciones, que incluían lámparas de techo que iluminan toda su verde belleza: sillones de cuero negro, sillas y mesas de madera tallada, cubiertas de elaborados manteles.

Aiden observaba todo con fascinación pero sabía que necesitaba hacer algunas cosas como contarles a sus padres sobre Harry Potter y hablar con él.