-¿Entonces te vas por diez meses?- Preguntó una castaña de aproximadamente veinte años de edad, no le gustaba cuando Katsuki se iba al extranjero por tanto tiempo.

-Si, me llegó una propuesta de trabajo en Canadá, así que iré, ¿te molesta eso?- Cuestionó el rubio.

-No, sólo que lo extrañaré mucho...- Sin querer, la chica había hecho un puchero.

El hombre sólo sonrió ante la expresión de la niña.

-Prometo que te llamaré cada semana, bonita.- Se acercó a Ochako y le revolvió el cabello, haciendo que la menor se sonrojara.

"Es por tú bien."

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Ochako Uraraka y Katsuki Bakugo se encontraban en el aeropuerto, ella fue a despedirlo hasta ahí.

-Por favor cuídese mucho.- Uraraka estaba a punto de romper en llanto.

-Claro, gracias... Ah, se me olvidó decirte, el nuevo encargado de la agencia te cuidará.- Dijo cómo si fuera algo común y normal.

-¿Eh? Pero yo sé cuidarme sola.

"Esto, es diferente."

-Por favor trátalo bien, es buena persona, ustedes dos van a quedarse en mi casa, para que saliendo de clases vayas por tus cosas a tu departamento y las lleves para allá, ¿si?

-... Esta bien.- Respondió con una pequeña sonrisa. Sí el le pedía eso, lo haría de buena manera. -Espero verlo pronto.

-Yo también espero verte pronto niña...te amo.- Le había dado un beso en la frente, antes de dirigirse a su vuelo.

Ochako miraba él cómo se iba, hasta ver el avión despegar, realmente extrañaría estar con él.

Aunque tenía curiosidad de quién sería el chico con quien se quedaría.

"Perdóname, princesa."