Capítulo 46

La simpatía es ese sentimiento de afecto o agrado hacia una persona o a su comportamiento, que su presencia te sea agradable. Y tu anhelo por estar a su lado sea mayor.

No puedes ver tu medidor de simpatía por Koemi, ¿Verdad, Saiki?

Octubre poseía –según Koemi– un clima y colores preciosos.

Época ideal para beber café. Aunque siempre bebiera café, no importando el clima.

Por la mañana, solía abrir la ventana para dejar entrar un poco del aire frío del exterior, aunque luego se arrepentía y volvía a la cama.

Era especial asistir a la escuela con este clima; admiraba el nuevo color de los arboles, podía usar suéteres bonitos, bebía café caliente. Además, veía un poco más seguido a Hairo haciendo ejercicio por los pasillos.

La pregunta “¿Que hará en invierno?” Rondaba por su mente.

Desde otra parte, Saiki veía el nuevo color que las hojas de los árboles adquirían durante esa época, antes de caer completamente durante el invierno. Era tranquilo.

A veces había festivales y bailes durante esta época.

—¡Claro que sé bailar! Mi madre me enseñó —se defendió —. Seguro tú no sabes hacerlo.

—¿Qué dijiste?

Koemi río suavemente, sus compañeros solían tener discusiones como esa todo el tiempo. Estaba acostumbrada.

—Me tomó días aprender a coordinar mis pasos con el ritmo de la música.

—Seguro yo lo haría más rápido.

—Un gusano lo haría mejor ¡Y ni siquiera tienen pies!

Oh, Saiki también podía escuchar esas discusiones diarias. Eran desesperantes.

¡Saiki!~ ¿Podemos comer juntos? —Aiura se acercó a él mientras caminaba, aunque le dijera que no, igual lo seguiría —. Tus amigos están un poco ocupados ¿Por qué no vienes conmigo?

No, gracias.

¡Saiki!

¿Ahora qué?

¡Comamos juntos, maestro!

—Ya te dije que no me digas así.

—Él comerá conmigo.

—Bueno, puedes venir con nosotros, la presencia de una chica siempre es buena.

—Aleja tus manos de mí.

Toritsuka y Aiura solían ser muy inoportunos.

—Hola ¿Qué hacen acá? ¿También vienen para comer con Saiki?

Pero Touma era aún más inoportuno.

—Lo lamento, si fueras una chica te lo permitiría, pero eres un chico, así que... —Aiura lo interrumpió con un golpe en la cabeza —¡Oye!

—No soy una chica, pero puedo ver qué tienes una obsesión con ellas, tal vez por eso no se te acerca ninguna. Deberías esforzarte en ser menos desagradable para ellas en vez de correr hacia la única chica que te soporta, solo porque ambos comparten habilidades especiales.

Nunca nadie había callado tan rápido a Toritsuka. 

—Bien, puedes comer con nosotros. 

—Lo hubiera hecho de todos modos. 

Los tres se habían autoinvitado, y no darían marcha atrás. 

Mientras caminaban, Saiki pudo escuchar más de cerca la discusión de hace unos momentos. Provenía de la clase de Toritsuka. 

—¿No han terminado su discusión? 

Toritsuka se acercó a la puerta para poder observar lo que sucedía dentro. 

—¿Quieres que te descubran escuchando una conversación?

—Sus discusiones suelen ser divertidas, además, no hay nadie en el pasillo que pueda descubrirnos. 

Los tres chicos se acercaron para ver lo que sucedía, y los dos psíquicos trataban de callar a Touma para no ser descubiertos. 

Saiki estaba a punto de irse. Hasta que pudo escuchar a alguien hablar. 

—Ven, Hirai, ayúdame a demostrar que él se equivoca.

—¿Yo?

—¡Si! No puedo hacer el baile solo.

—Pero, no lo sé, no me sé los pasos.

—Es simple —él se acercó a ella —. Yo te guiaré. 

Saiki observó con atención la escena. Ahora que lo pensaba, nunca había visto bailar a Koemi. Había visto a muchas personas bailar, incluso a Teruhashi -quien lo hacía casi perfectamente-, pero a ella no. 

Koemi se acercó a su compañero con timidez, trató de pensar el lado positivo de esto, solamente habían al menos cinco personas en su clase, si se equivocaba, al menos no lo haría con un gran público. 

Olvidemos que habían cuatro personas más, observando desde la puerta, esperando no ser descubiertas. 

Él comenzó a explicar lo mejor posible los pasos a Koemi, quién intentaba memorizarlos en menos de un minuto.

—Creo que con eso es suficiente —giró dramáticamente para gritarle a su amigo —. Ahora te demostraré que tan buen bailarín soy.

Sacó su teléfono y colocó la música.

—Si el Señor Matsuzaki te descubre, te quitará tu teléfono.

—¡Hagan silencio y miren!

Ambos comenzaron a hacer una pequeña coreografía, siguiendo la música. Al principio los pasos de Koemi eran torpes, pero cuando prestó atención a la música, comenzó a hacerlo mejor. Siguió con cuidado los pasos, haciéndolos suaves y con gracia, al ritmo de la música y al compás de su compañero. 

—Ah, Hirai baila muy bien. 

—¿Lo dices porque es una chica?

—No, lo digo en serio. 

—Él tiene razón, lo está haciendo bien, se mueve con gracia a pesar de su aparente falta de práctica. Hasta parece que lo disfruta —Touma miró a Saiki, le pareció extraño que aún estuviera allí, pero lo que más llamó su atención, fue su mirada. 

Una mirada particular. 

¿Acaso, sus pupilas estaban dilatadas? 

¿Has consumido demasiado café, Saiki?

Aiura sintió la poderosa aura de curiosidad que rodeaba a Touma, y al averiguar el por qué era, muchas cosas vinieron a su mente en ese momento. 

Podía verlo, podía ver a Saiki mirar de una manera profunda a la chica de chocolate —llamada así desde aquel día frío—, era extraño. Volvió su vista a ella, lo sabía, era una chica simpática.  Había convivido un par de veces con ella, era agradable y tranquila, aunque a veces parecía que estaba loca. 

¿Alguna vez Saiki podría verme así? , esa era la pregunta que retumbaba en su mente. 

Hacía un tiempo que sospechaba algo así. Saiki no era de hablar mucho, pero sus acciones si que lo hacían, bastaba con ver sus acciones hacia ella para darse cuenta de lo que pasaba. Y comenzaba a frustrarle el hecho de que él aún no parecía hacer algo al respecto. 

Si no es en esta vida, será en la otra. Había dicho algo así hace tiempo, pero ahora, comenzaba a creer que sería un poco difícil cumplir eso. 

El baile también es arte, en el cual se logra expresar lo que a veces las palabras no pueden. 

Y en ese preciso momento, en un lapso de menos de cinco minutos, Koemi estaba siendo simplemente ella misma. 

Eso causaba simpatía en Kusuo. Percibir su mente en blanco de la concentración, y la serenidad con la que daba cada paso, era agradable ver algo así. 

Porque eso le agrada a Kusuo, que los demás sean sinceros y ellos mismos.  Escuchar mentiras diarias era estresante. 

Aún así, era extraño ver juntar sus manos algunas veces, para girar o simplemente para cambiar de un paso a otro. 

Al verlos, recordó las veces que habían tocado sus manos. Cuando se convirtió en un niño, su mano parecía ser tan cálida y gentil; pero, cuando sufrió de insomnio aquella noche, su mano era fría y delicada, incluso usó su piroquinesis para devolverle el calor.

La música acabó, dando fin al baile. 

—Te dije que podrías hacerlo. 

—Incluso lo hizo mejor que tú. 

—¿Quieres callarte?

Koemi rió, fue divertido. 

—Bailas muy bien, Hirai, fue inspirador. 

—Muchas gracias —sonrió —. Ahora, ¿Van a dejar de discutir ya? 

Ambos asintieron, su tono de voz había sido convincente. 

Los chicos del salón se dirigieron a la puerta, alertando a los que estaban detrás de esta. 

Saiki se teletransportó al baño. Los demás no alcanzaron a escapar. 

—¿Qué hacen ahí?

—Ah, Toritsuka estaba espiando, así que tratábamos de sacarlo de aquí —mintió, Touma era sorprendente. 

—¿Otra vez, Toritsuka?

—Pero... 

Hirai salió después de ellos y saludó a Aiura, ambas se agradaban, aunque Aiura supiese lo que pasaría con ambos.

—Toritsuka, ya hablamos sobre eso —mencionó con suavidad.

—Pero yo... —suspiró —. Lo siento.

Mikoto y Koemi conversaron un poco, hasta  que Mera regresó de detención y Mikoto comenzó a buscar a Saiki de nuevo.

—No vuelvas a tomar el bento del señor Matsuzaki, no quiero que vuelvas a meterte en problemas —mencionó, no quería que su amiga vuelva a ser castigada por el profesor.

—Lo siento, pero se veía tan delicioso —su boca comenzaba a babear.

Koemi rió suavemente, y luego le entrego una cajita de bento.

—Ah, ¿Es para mí? Pero, ¿Y tú?

—No te preocupes, tengo uno para mí, ese es especialmente para ti —sonrió.

Mera se emocionó, y también sonrió.

—¡Gracias!

Saiki no sabía lo que había pasado, simplemente, se había quedado allí. Casi como si se hubiera perdido en cada paso que ella daba. 

Luego de un par de minutos, salió de su escondite. Caminó por los pasillos, el receso estaba a punto de terminar, y había sido desperdiciado gracias a esos tres. Volvió el hábito de comer en el baño. 

Escuchó a alguien acercarse a él, esperaba que fuera Teruhashi, pero no fue así. Era Koemi. 

—Saiki, al fin te encuentro —él se detuvo para esperarla —. Quiero darte algo. 

Extendió su mano, esperando a que él también lo haga, y así fue. Después de todo, era psíquico, sabría si quisiera darle una bomba. 

Le dio un dulce, de sus favoritos. 

—Me entere que te gustaron mucho estos dulces, hoy traje algunos, y guarde este para ti —giró para irse, el timbre sonaría pronto —. Nos vemos, Saiki. 

Él miró su mano. Al darle el dulce, sus manos se juntaron por unos segundos.

Fue apenas un suave roce, pero suficiente para erizar su piel.

¿Qué rayos pasó? 

Nunca antes habías sentido algo así ¿Cierto, Saiki? Eso explica porque eres tan lento y nuevo. 

Eso pensaba Mikoto, mientras veía como Kusuo seguía viendo su mano.

—Dale tiempo, creo que todo esto es nuevo para él. 

—¿De qué están hablando?

Touma miró a Toritsuka. 

—¿No lo has notado? Saiki tiene cierta simpatía hacia Hirai. 

Todo hizo click para Toritsuka. 

—¡Ah! Es cierto, hace tiempo noté algo extraño en él, quizá tengan razón. 

Los tres veían a Kusuo disfrutar su dulce, preguntándose como es que Saiki no los descubría aún. 

—¿Y si le decimos? 

—No, pensara que estamos locos y lo negará aún más, dejemos que se dé cuenta por sí mismo ¿Tú que crees, vidente? 

Mikoto aún miraba el lugar donde había estado Kusuo. 

—Si, creo que es mejor que se dé cuenta por sí solo. 

—¿Tú también estás de su lado? 

—Silencio, Toritusuka, si no fuera por mis encantos, esos chicos no te habrían dejado ir. 

Los tres acordaron no pensar demasiado en ello, no era conveniente teniendo a un psíquico cerca. En serio querían ver como Saiki reaccionaría por primera vez a un sentimiento así. 

 A un sentimiento mayor a la simpatía. 

Y no, no era cafeína. 

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Otro día sin participar en los Wattys.

Estamos cerca, ando inspirada. 🤸🏽‍♀️

Quiero hacer una playlist para el libro, pero, ¿La pongo al principio o al final?

Como sea, la pregunta de hoy es. ¿Cuánto miden? Quiero humillarme.

Yo mido 1.50 JAJAJA quiero creceeer.

En fin, nos vemos muy pronto, cuídense y sonrían 🌻

Pd: Que rico son los días templados.

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