Capítulo 32
Lean hasta el final, por favor.
Kusuo caminaba por las aceras, regresaba del supermercado luego de esquivar a Nendou, quien golpeaba el vidrio de una estación de autobuses que tenía un anuncio de ramen, creyendo que si lo hacía, mágicamente aparecería un tazón de ramen.
Kusuo fingió no conocerlo y aumentó la velocidad de sus pasos.
Cuando llegó a casa, observó la nota con la lista de tareas que su madre había dejado antes de salir por unas horas.
Compras del supermercado.
Saiki observó la pequeña montaña de gelatinas de café que había comprado anteriormente junto a las demás cosas.
Listo.
Leyó la última tarea que había dejado su madre.
Suspiró levemente.
Visitar a Yuuta Iridatsu.
Santo Cielo.
No podía poner excusas, era una tarea escrita por su madre, no podía hacer nada al respecto.
Salió de la casa con un semblante serio, monótono, como siempre.
Tocó el timbre de la casa, esperando en la puerta. La madre de Yuuta abrió, saludándolo con una sonrisa y haciéndolo pasar.
Cuándo ingreso, deseó teletransportarse a las cataratas del Niágara al ver quienes estaban ahí.
Realmente su vida era complicada.
La adicta al café permanecía arrodillada, al lado de Yuuta, mientras tenía lo que parecía ser un avión de juguete.
La madre de ella permanecía sentada junto a la mesa, con una taza en sus manos.
Saiki quedó estático unos momentos, observando el panorama.
¿Cómo rayos esas dos eran tan sociables?
—El vuelo 236 tiene problemas, ¡Oh no! ¡Caeremos en un volcán! ¡Auxilio! —Koemi imitaba la caída de un avión exageradamente.
—¡No se preocupen! ¡El hombre sidra está aquí para salvar el día con sus increíbles poderes! —Yuuta fingió volar con sus brazos extendidos, mientras sujetaba el avión de juguete y lo elevaba.
—¡Hombre sidra! Nos salvaste, estamos muy agradecidos —Koemi aplaudía, sonriendo junto al niño.
No fue hasta que giró su vista y se percató de la presencia de Kusuo en la casa.
—¡Saiki! —dijo mientras se levantaba y sus mejillas comenzaban a ser del color de las fresas —¿Cuánto tiempo llevas ahí?
Lo suficiente.
—¡Hombre sidra! —Yuuta corrió en dirección a Saiki, abrazando sus piernas —¿Cuándo llegó? ¿Uso sus poderes para llegar? ¿Ya vió a Hirai? ¡Es divertido jugar con ella!
Saiki no controló su curiosidad y preguntó.
—No sabía que estabas aquí.
Fue una de las únicas veces que no distinguió los pensamientos de alguien, creyó que se trataba de otro niño.
—Bueno, mi madre es bastante sociable.
«Mucho más que yo»
Kusuo pudo lograr comprenderla, su madre también era bastante sociable algunas veces.
—¡Ohh! Mira esos animales —Yuuta tenía estrellitas en sus ojos, mientras veía un comercial en la televisión —Quisiera ver animales reales ¡Ya sé! ¿Podemos ir al zoológico?
Yuuta giro a ver a su madre y a Kusuo.
—Si Saiki no tiene problemas —mencionó apenada su madre.
No otra vez.
—Hombre sidra, ¿Podemos ir? ¿Podemos llevar a Hirai con nosotros?
¡Por favor di que sí!
Kusuo comenzó a evaluar sus posibilidades de escape
Eran una en un millón.
—¿Quieres ir con nosotros? —preguntó el niño con una sonrisa a Hirai.
Ella giró para ver a su madre.
—Supongo que si los acompaña Saiki, no habrá problema, su madre dijo que es bastante responsable.
Yuuta saltó de emoción.
Así, los tres chicos salieron rumbo al zoológico.
Yuuta caminaba tomado de la mano de Kusuo. En un determinado momento, con la otra mano también tomó la de Koemi.
Así los tres caminaban tomados de las manos.
Kusuo estaba a punto de tener un tic nervioso en el ojo.
Podía escucharlos, podía saber lo que pensaban los transeúntes que los rodeaban.
«Que lindos, parecen una pareja de casados»
«Que tiernos»
«¿Será su hijo?»
Aunque también podía escuchar la música que tarareaba la chica a su lado.
Ciertamente era mejor que escuchar los estresantes pensamientos de otros.
Cuando llegaron al zoológico, Yuuta comenzó a correr hasta el lugar de los antílopes, en el que, curiosamente, uno comenzó a acercarse, como si ya conociese al niño.
—¡Sigue tan genial como lo recuerdo! Y ahora si podré tomar la foto con él.
Acto seguido, Kusuo tomó una foto de Yuuta junto al antílope.
«Que tierno»
Koemi observaba con ternura la escena, Yuuta le parecía un niño muy animado, cosa que le hacía sentir animada también.
—¡Hirai! ¿Que animal quieres ver tú?
Koemi parpadeo un par de veces, mientras una sonrisa se formaba en su rostro.
—Un elefante.
A Yuuta se le iluminaron los ojos.
—¡Vamos! —él tomó su mano y la guío por el zoológico en busca del elefante.
Kusuo los seguía por detrás, como si los cuidara de lejos.
Al llegar, Koemi y Yuuta se entusiasmaron al ver al imponente elefante frente a ellos.
—¡Oye! —Yuuta miró el nombre del animal en su información —¡Maní, acércate por favor!
—Tranquilo Yuuta, puedes asustarlo.
Kusuo suspiró con frustración, haría esto de nuevo.
Llamó telepáticamente al elefante, quien al principio se sorprendió. Kusuo le explicó la situación, el elefante giró hacia sus "dos fans", como los había llamado Saiki.
Poco a poco, se acercó lo más que pudo a ellos, observando como ambos se emocionaban.
«Parecen cachorros»
El elefante movía su trompa, un poco cerca de ellos, emitiendo su singular sonido y tratando de tocarlos con su trompa.
—Ohhh, ¡Qué hermoso eres! —Kusuo observó cómo Koemi estaba muy emocionada al ver al animal, supuso que no había visto uno en bastante tiempo.
—Hombre sidra, ¿Puedes tomarnos un foto? Quiero recordar este día con Hirai y el elefante —Saiki tomó la cámara y lo hizo.
Al terminar el día, Yuuta caminaba lentamente, parecía que tenía sueño.
—¿Estás cansado? —preguntó Hirai al niño, éste asintió mientras se frotaba un ojo.
Koemi tomó en brazos al niño, recostando su cabeza en su hombro.
—Yo lo haré —se ofreció Kusuo. No esperaba que Hirai hiciera eso.
—Descuida, soy más fuerte de lo parezco, además, ya casi llegamos —dijo con una sonrisa.
Kusuo no discutió y volvió a mirar al frente.
Luego de pensarlo, se percató que en ningún momento, Koemi se había quejado, o al menos no de una manera como las que él estaba acostumbrado a escuchar. Lo que era raro, porque la mayoría de gente se habría quejado bruscamente, en especial cuando se trata de niños.
Al llegar a casa, Koemi le entregó el niño a su madre. Saiki y Hirai se despidieron de ella con una reverencia.
—Gracias por llevarnos al zoológico —soltó de repente la chica mientras caminaba. Antes de cargar a Yuuta, su madre le mandó un mensaje donde decía que llegaría primero a casa.
—No fue nada.
—Es lindo ver cómo Yuuta te aprecia mucho, eres como su hermano mayor—-Koemi río levemente.
Kusuo no supo cómo reaccionar.
—Nos vemos, Saiki —ella le dedicó una última sonrisa antes de caminar tarareando a casa.
Kusuo también iba a irse, pero se dió cuenta que aún tenía la cámara de Yuuta, ¿Por qué no se había percatado antes?
Miró las fotos de la cámara, parando en la foto con el elefante, revivió el momento por unos segundos, recordando la emoción en el rostro de ambos.
Pensó que tenían algo en común; una sonrisa radiante.
Kusuo regreso para devolver la cámara, quería olvidar esa sonrisa.
__________________
Al fin wuuu, tenía medio escrito el capítulo desde julio, y hasta hoy me dió tiempo de terminarlo ahhh.
Faltan dos meses para terminar ciclo escolar, va a estar pesado, help.
Dinámica: preguntaría su animal favorito, pero antes comentaron eso jdjsjs
Yo no tengo uno en especial, diría que los gatos y los elefantes, además de las luciérnagas y las mariposas (Que son de los pocos insectos que no me dan miedo)
Entonces será, ¿Cual es la comida típica de su país favorita? En platillos salados.
A mi me gustan muchos jdjsjjs
Pero mis favoritos son las Hilachas, Caldo de Res, y las Tostadas.
Por Ciertoooooo, esta historia cumplió un año :'), tomo como referencia el 16 de septiembre aunque se creó en julio. En serio no creí que alguien leyera esto jdjsjs
Gracias por su apoyo, pues fui una de las primeras en publicar un fanfic de este personaje que para mí resultó ser muy carismático JAJA.
Espero poder llegar a cumplir sus espectativas y hacer de este libro una linda experiencia para el lector. Me hace muy feliz leer sus comentarios djjajs.
Gracias por votar y comentar ♡
Cuídense y sonrían luciérnagas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top