Capítulo 19

«¡Qué emoción!»

En unos días era el viaje a Okinawa. Chisato y yo habíamos trabajado para poder comprar su boleto, así que, aquí estaba yo, buscándola para saber si habíamos alcanzado la cifra.

—¡Chisato! —grité al verla e van el patio, ella volteó a verme. Cuando estuve frente a ella, pude notar que su expresión era... Triste.

—¿Qué pasa? ¿Te sientes mal?

—Koemi, no podré ir a Okinawa.

—¿Qué dices? Pero si trabajamos muy duro, ¿No pudimos recaudar el dinero?

—Aún falta.

Lo pensé un poco, yo tengo mis ahorros, así qué...

—Tengo la solución, no te preocupes, podrás ir a Okinawa —sonreí para tratar de animarla, sin embargo, ella seguía preocupada.

Cuando le pregunté si quería comer, dijo que no tenía hambre, o bueno, eso dijo pero luego se arrepintió y comenzó a comer.

Cuando regresamos a casa, tomé de mis ahorros y me dirigí a casa de Chisato, pero, me llevé una gran sorpresa al enterarme que ya había conseguido el boleto.

—¿Cómo lo conseguiste? ¿Trabajaste luego de la escuela?

Ella negó con un rostro sonriente.

—¡Saiki me ayudó!

«¿Saiki?»

—Verás, él está en mi grupo y fue muy amable en ayudarme.

—¡Entonces si irás! —la abracé, estaba feliz de que ella pudiera ver la hermosa isla que era Okinawa.

«Tendré que agradecerle a Saiki»

«¡Es hoy! ¡Es hoy! ¡Es hoy!»

Esa frase se repetía en mi mente desde que desperté, y para cuando llegamos al aeropuerto, mi emoción solo aumentó.

Veía como Yumehara mostraba bocadillos y Nendou hablaba algo sobre chicas rubias mientras decía "bang bang", creo que confundió el lugar.

—¿Estás emocionada? —Chisato me miraba curiosa.

Asentí con una sonrisa.

Luego de algunos contratiempos (huracán) pudimos tomar nuestro esperado vuelo.

Después de unas horas, pude observar la isla desde la ventana. No importa cuántas veces la mire, siempre me impresionaré.

Cuando descendimos, todos se asombraron del hermoso paisaje de Okinawa, al igual que cuando subimos a los autobuses que nos llevarían al hotel, el mar se miraba precioso y el calor se hacía notar.

El hotel en el que nos quedaríamos era increíble, había que decirlo. Luego de cenar, quise buscar a Chisato, pues al no estar en la misma clase, era un poco difícil pasar tiempo juntas, ya que nuestros grupos para el viaje eran diferentes.

Al llegar a su habitación, pude escuchar varias risas.

«supongo que está ocupada, no quiero interrumpir»

Caminé de vuelta a mi habitación, ahí estaban Yoriko y Yumi.

—ven Koemi, acompáñanos —ambas sonreían. Supongo que veré a Chisato en la mañana.

—Déjame peinarte —Yoriko hizo una palmadita en señal de que me sentara frente a ella.

Me senté como ella indicó, luego, ella comenzó a peinarme.

—Tu cabello es muy lindo —ella seguía cepillando mi cabello mientras que Yumi y yo comíamos algunos bocadillos antes de dormir.

—El tuyo también es muy lindo.

—Gracias, aunque es algo corto.

Las tres seguimos conversando durante unas horas, hasta que Yoriko y Yumi se quedaron dormidas, yo seguía despierta, miraba por la ventana de la habitación, podía verse el pueblo iluminado. Cuando casi me quedaba dormida ahí mismo, de repente, vi el mar.

«¿Que? No teníamos vista al mar»

Luego de observar unos segundos, cerré mis ojos y los froté por unos largos segundos, quizá mi cerebro me estaba jugando un truco, ya que al abrir los ojos, el mar ya no estaba y otra vez veía el mismo paisaje, el pueblo iluminado.

«que raro, creo que el sueño me está afectando»

Así que luego de esa "ilusión" me fui a dormir, mañana necesitaría energía.

La luz del sol hizo que me despertara, hoy empezaría nuestro segundo día en Okinawa y me estaba preparando para recorrer la isla con mis compañeros.

—¡Buenos días Koemi! —Chisato corrió a saludarme en cuanto me vió en el comedor del hotel.

—¡Buenos días Chisato! —saludé igual de entusiasmada —¿Ya sabes a dónde iremos hoy?

Ella asintió con una sonrisa.

—¡Estoy emocionada! Ya quiero ir a la plantación de piñas —su rostro estaba levemente sonrojado, indicándome que estaba muy ilusionada.

—¡También yo! Me gustan mucho las piñas —ambas seguimos conversando hasta que llegó la hora de subir a los autobuses.

Cuando llegamos al jardín lleno de piñas, Chisato y yo éramos las más emocionadas, a ambas nos encantaba la piña.

—Entonces, cuando vivías aquí ¿Podías comer piña todos los días? —Chisato me lo había preguntado con la boca llena de piña.

—Casi todos los días —dije sonriendo.

Bellos recuerdos venían a mi, a mi abuela y a mi nos encantaba la piña, mientras que a mi abuelo le disgustaba, aún puedo recordar la expresión que tuvo cuando la probó por primera vez.

Después de irnos del jardín y de tomar algunas (muchas) muestras de la piña, los autobuses nos llevaron a nuestra siguiente parada, el acuario.

—¡Wuaaaaa! ¡Un tiburón ballena! —estaba realmente asombrada, y no era la única, Nendou estaba a mi lado igual de asombrado.

Solo es un pez.

Saiki observaba a sus compañeros impresionarse por peces grandes.

¿Que diferencia había?

Disfrutaba su "tiempo a solas" viendo a los peces hasta que la molestia número cinco apareció.

—¡Saiki! —"gritaba" en susurros.

¿Ahora que quieres?

—Descubrí alg... ¡No te vayas!

¿Me afecta?

—No, pero...

Entonces no me interesa —Saiki estaba a punto de irse hasta que Toritsuka "gritó"

—¡Es Hirai! —Saiki se detuvo.

¿Que pasa con ella?

—Hay dos fantasmas que la están persiguiendo desde que llegamos.

¿Eso no es normal?

—Bueno sí pero, no es normal que no se alejen de ella en ningún momento.

Saiki usó su psicometría en Toritsuka, logrando ver a los dos fantasmas, y como dijo el de cabello morado, había dos fantasmas que la seguían a donde quiera que fuera.

Si esos fantasmas resultan ser peligrosos, tenía que hacer algo, si le pasaba algo a la chica su madre acabaría con él.

Santo Cielo.

Luego del acuario, su siguiente parada fue Playa Esmeralda, y por supuesto, todos estaban emocionados.

Bueno, casi todos.

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¿Vieron mis pequeños separadores?

Creo que les dan un poco de estética a los capítulos uwu

Como sea, espero les haya gustado y pues, ¡hasta la próxima!

Se me cuidan ♡

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