𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗨𝗡𝗢 3/3
Ciudad Sombra, es toda una ciudad marginada e apartada de la sociedad. Esta se encuentra a unos pasos (No, en serio, a pasos aunque largos) de la ciudad normal. En Ciudad Sombra viven los hombres y mujeres gatos. Criaturas creadas por el poderoso Trece un mafioso que controla todo de todo en esa ciudad. Es el maldito rey de las calles. Nadie podía combatir eso. Controla los clubes, las drogas, la comida que es recibida y la prostitución. Por tener colas e orejas la gente apartó sus experimentos así que él llegó a un acuerdo con el Gobierno para construir su propia ciudad. E ahí la tienen. No es muy bonita ni tampoco está en las mejores condiciones. Prácticamente los únicos edificios bonitos que tiene le partenecen a Trece o a algún otro mafioso que logre conectar con ambas ciudades. La oportunidad de conectar con ambas ciudades es de hecho; escasa. Los humanos no dejan de temerle a cualquier persona con orejas e cola de gatos.
Sinceramente, Gulf jamás creyó que sería ciudadano de Ciudad Sombra, pero ahora ahí andaba persiguiendo deudores. Y, ja, vaya que se divertía.
🐻
UN AÑO DESPUÉS
Una camioneta conduce a toda velocidad por las carreteras de la ciudad marginada, desbalanceandose de lado a lado. Los que van dentro de esa camioneta son dos hombres cargando maletines negros lleno de drogas. El del conductor pasajero es un gordinflón mientras que el que va al mando es más delgado e alto.
-Dios, ¿cómo es que nuestra especie se reprodujo tanto?- Dice el calvo gordinflón mirando con miedo a todos lados. Sudando incluso.
-Bueno, Kev, cuando un hombre y una mujer se atraen--
-¡¿Me estás tomando el pelo ahora mismo, Nat?!- Voltea irritado el gordinflón hacia él.
El conductor tartamudea. Mirándolo. -Pero si tu no tienes pelo, Kev.
-¡AISH! ¡¿POR QUÉ TE ELEGÍ COMO MI COMPAÑERO?!
-Yo te puedo recomendar un shampoo para el crecimiento del cabello.
-No quiero, gracias. Nat, ¡eres un...!- Cesa sus palabras al realizar de quién fue esa añadida voz. -Ay no.- Susurra con terror antes de darse la vuelta en su sitio. Por la ventana del conductor (que no tiene cristal) se encuentra Gulf asomado boca abajo. Su cabello rebosando con la brisa mientras tiene sus brazos cruzados apoyados sobre el borde de la ventana con una sonrisa muy simpática.
Tiene una camisa negra de mangas cortas así que sus brazos trabajados se marcan un poco, aunque no es de mucha masa muscular. Porta guantes negros sin dedillos. ¿Cómo está colgando?, se preguntaran. Pues tomando un vistazo desde afuera, tiene las piernas planamente acostadas sobre todo el techo, con las puntas de las botas colgadas de unos tubos negros de la camioneta.
-¡Gulf! ¿Qué haces aquí?- Intenta jugar tonto el gordinflón. Sonriendo nervioso.
-Mm. Aburrido, sí, aburrido. Quería dar un paseo.- Opina el cínico moreno peinando su cabello hacia atrás aunque el viento lo vuelve a sacudir. -Pero ustedes no me invitaron y dije: ¡Oye! Si no te invitan, invitate solo, ¡¿No creen?!- Ríe con locura aquel chico agrandando sus ojos color menta como si lo que dijo fuese lo más obvio.
-¡Oh! ¡Jo, jo, jo! Es cierto.
-Sí, muy cierto.
-Como: Totalmente.
Fingen concordar los que están dentro del auto. Gulf pone los ojos en blanco mientras continúa asintiendo con su simpática sonrisa pudiendo demostrar que tiene razón como siempre. Luego los de adentro del auto dejan de sonreír mirándolo con miedo incluso si el chico sigue con su sonrisa simpática.
-Bueno, ya me aburrí. De nuevo.- Cuenta el chico fingiendo lástima por ellos mientras asiente. Descrusando sus brazos.
-No, Gulf, por favor.- Comienza a suplicar el gordinflón.
-No lo hagas.- Suplica el conductor.
-Y, me muevo~- Gulf divertidamente canta antes de regresar todo su cuerpo al tejado, sentarse de rodillas dándole la espalda a la carretera. Con una sonrisa placentera se desliza para atrás, cae del tejado pero se sostiene del borde de la ventana (parte superior) y adentra ambas de sus piernas por la ventana pateando al conductor justo en el rostro. La patada lo hace romper su ventana (que sí tiene vidrios). Él deja de conducir con su cabeza plasmada en el lateral de la ventana, Gulf sin remover su bota de su cuello, mantiene su otro pie en el poco espacio del asiento conductor para golpear al gordinflón con un codazo.
El gordinflón grita agitando sus manos frente a los lados de su cabeza. -¡MI NARIZ! ¡ME ROMPISTE LA NARIZ MOCOSO ESTÚPIDO!
Dice el hombre ahora sangrando. Sangrando feo, pero feo, solo con un golpe. La sangre espesa corre a chorros.
-¿Oh? ¿La rompí? A ver, ¿la rompí?
El moreno asoma su rostro fingiendo preocupación. Ingenuamente el gordinflón asiente con la cabeza como un niño pequeño, permitiendo ser revisado. Gulf vuelve a meterle un codazo en el rostro. Haciéndolo tirar la cabeza para atrás con más gritos. Este berrinchea moviendo sus piernas de arriba a abajo. Se cubre la nariz con ambas manos revelando sus orejitas de gato blancas.
-¡Eres malo~!- Se queja el ladrón de drogas. Sí. Un ladrón. De drogas. Quejándose como bebé.
-¡No soy malo~!- Pelea para atrás Gulf fingiendo voz de niño pequeño con su ceño arrugadito antes de mostrarle la lengua con un rostro indignado.
Tras hacer ese gesto vuelve a reír y le mete otro codazo que lo noquea a un sueño. El hombre queda noqueado. El moreno lo mira mal antes de mirar al que le sostiene el rostro desviado.
Remueve su bota de ahí extrañado de que el hombre no se mueva. Al poner abajo su bota, ve que le partió el cuello al hombre. Sin intencionarlo. Se perpleja un poco al ver a ese hombre así, pero tampoco es que le vaya importar tres mierdas así que mira indiferente al gordinflón también. Comienza a sonreír psicópata, va a hacerle algo de no ser porque un oficial de policía llega a la ventana. Plasmando sus manos agitadamente en los bordes de la ventana.
-¡¿Gulf?!- Pregunta agitado el oficial. El moreno voltea a ver de quién se trata. Entonces ambos se perplejan. El oficial porque puede notar que Gulf ya no es él mismo mientras que el joven lunático porque es el oficial que se encargaba de los ordenadores.
Sigue siendo tan guapo como hace un año atrás, solo que porta un uniforme de policía ascendido. Es completamente azúl sin chalecos de novato ni nada.
-¡¿Papas?!- Pregunta el moreno ahora brincando fuera del auto.
-¿Qué? No soy Papas. Soy Paphan.
-Ay, pero si pareces una papa gigante bonita.
-O... ¿kay? Gulf, qué-- Qué haces aquí, todos te hemos buscado por--
El moreno lo abraza súper contento a su pecho. Cerrando sus ojos con una enorme sonrisa en su rostro. El otro permanece con los brazos abiertos al lado de su cuerpo. Tartamudeando sin saber cómo continuar sus palabras. Esto se siente muy diferente al Gulf que conocía. Parpadea incómodo antes de que el moreno retroceda su cuerpo con una bonita sonrisa.
-Sr. Cara de Papa, ¿Viniste a Ciudad Sombra por mí o hay algo que debo enterarme de los policías?
-S--Sí. Vine por ti, a buscarte. Como decía: te hemos estado buscando por un año. Gulf, tu padre está muy preocupado--
-Si quieres que sigamos hablando ven a verme en el hotel Ribbon Glass, y si vas al hotel quedáte ahí hasta la noche. No es seguro que merodees por estas calles. Eres un ratón entre muchos gatos.
Susurra el moreno mirándolo con deseo. Escanea esos labios pomposos antes de volverlo a mirar a los ojos. Se muerde una sonrisa traviesa, y se da la vuelta para tomar las maletas del regazo del gordinflón y de Kev.
Los autos están comenzando a tocar sus bocinas pues ellos dos han retrasado el trafico. Es cuando Gulf se da la vuelta que nota que el auto policiaco del Sr. Cara de Papa está detrás de la camioneta. Lo estuvo siguiendo todo este tiempo.
-Oh. Divertido. Te veo a las 6.- El joven carga las maletas sobre sus hombros e así camina. Alejándose del lugar mientras el oficial humano suspira... Queriendo saber qué le pasó a su antiguo compañero de policía. Ese al que arduamente buscó durante todo un año.
🐻
6:00 p.m.
El oficial prefirió hacer cómo el ex-compañero le recomendó así que estuvo todo el día en la habitación del hotel vistiendo una camisa mangas larga negra con sus boxers únicamente. Él está sentado en el borde de la cama viendo la foto de su esposa e hijos en su teléfono. La ve con demasiado cariño. Su anillo plateado está en el dedo anular. Las paredes de la habitación horriblemente pintadas en color mostaza de todos modos no se podía esperar más de un lugar barato.
A su oreja se asoma Gulf con una sonrisa traviesa, -Felicitaciones.- Su voz exalta al oficial que se pone de pie todo de repente. Saliéndose de la cama. Este respira agitado mirándolo con miedo.
-¡Gu--Gulf!- Grita asombrado. -¿Cómo entraste?
-Los acosadores inventaron ventanas para algo.- El moreno dice sentado en la cama como taíno mientras brinca sus hombros.
-Dios. Que susto me diste.
El moreno se muerde una sonrisa mirando su paquete a través de esos boxers. Él ladea su cabeza a un lado. -Estoy bastante caliente, ¿sabes?
-Gulf, eres, ¿eres homosexual?- El de enfrente se extraña.
-¡Dios, no! ¿Por qué todo se reduce a eso? Yo solo,- El moreno se sale de la cama tomando al nervioso chico de las caderas. -me acuesto con quién sea. Es solo que me pongo muy cachondo de verdad debido a que soy un maldito hombre gato.
-¿Eres un hombre gato?
-Miaow.- Maulla sexy el moreno cerrando sus dedos como garras.
-Estoy casado.- Dice nerviosamente el oficial.
-¿Entonces por qué no me apartas?
El moreno desafía. Permanecen viéndose a los ojos. -¿No me buscaste todo un año por alguna razón, sr. Cara de Papa?
-Ya deja de llamarme así. Ya no sé quién eres.
El moreno solo se pone de rodillas bajándole el calzón bruscamente. -Pues yo sí sé quién soy,- Dice firmemente con una mirada irritada antes de usar su lengua en el miembro contrario. Lamiendo toda la extensión sin quitarle los ojos. -y sé que en el fondo me deseas.- Da otra lamida antes engullir el miembro en su boca y bombear su cabeza cerrando sus ojos.
-No,... Espera...- El oficial desfallece sus palabras ante el rápido placer. Cierra sus ojos desviando la mirada, pero el moreno bombea su cabeza con demasiada rapidez. Dejando sonidos como gruñidos internos inclusive. El chico se sujeta a su cabeza mientras el moreno la bombea.
-Dios.- Gime el casado acariciándole todas sus hebras castañas. Los chupetes obscenos son el sonido bajo al unisono con los tímidos gemidos del policía.
-Gulf, por favor...- Súplica el casado ahora dejando caer su propio teléfono al lado de ellos. El teléfono cae boca arriba dejando a la vista la foto familiar del hombre.
Ninguno de los dos ve eso. El moreno se pone de pie para tomarlo de una mano.
-No me apartaste de nuevo, sr. Cara de Papa.- El joven dice una indirecta con una seductora mirada plasmada en el tímido rostro del chico. Los encamina a la cama entonces, en un son seductor.
Tras liberarse de sus ropas, ambos están acostados en la cama, el moreno bajo su cuerpo con las rodillas a los lados de los desnudos glúteos del ex-policia mientras este tiene sus brazos a los lados de la cabeza del ex-compañero. Ya ha entrado en él, solo que lo embiste extra suave. Rítmico aunque delicado. Demasiado delicado.
El moreno gime bajo e pausado, sujetándose de los laterales de sus brazos. Apretando esa masa con sus dedos.
-¿Cómo fue que cambiaste tanto?- Pregunta el policía con bajos gemidos de por medio sin poder evitarlo. Mirándolo a los ojos.
-Más rápido.- El de abajo quiere volver a evitar el tema mirando abajo entre sus pechos. Aquel policía magulla sus propios labios antes de tomar un poco de velocidad. Rebotando un poco más su cuerpo sobre el contrario.
-¡Agh!- Gime el de abajo tirando su cabeza hacia atrás e agarrándose más fuerte de sus brazos. Ahora sí lo mira al rostro solo que súper inducido en el placer.
-Gulf, quiero saber qué pasó esa noche.- Sigue interrogando el oficial mientras tienen relaciones.
Gulf desvía la mirada con un gruñido cuando se le cruza el momento en qué murió bajo aquella lluvia.
-Dime qué pasó. ¿Trece te hizo esto?- Pregunta el policía sin dejar las embestidas, en vez, las acelera.
-¡Ngh!- Gulf abre sus ojos en algún momento, y ve a su compañera Fah con mitad del rostro volado acostada a un lado de ellos. Acostada con sus manos juntadas encima de su abdomen bajo. Esta mirándolo fijamente aunque con lástima, justo cómo murió.
-Deberías hacerlo callar.- Sugiere esa alucinación con una voz suave.
El moreno se le queda viendo, entonces con una mirada determinada los intercambia de posiciones ahora quedando encima de él mientras le cubre la boca. El policía lo mira con miedo abultando sus cachetes en temblores por el repentino cambio. Ambos mirándose a los ojos.
-Dios, sr. Cara de Papa, si así es como haces el amor tu esposa debe de estar muy amargada.- Dice el joven haciendo al otro fruncir el ceño e balbucear alguna otra queja.
Dos orejas frondosas salen de la cabeza del moreno. Estas se muestran puntiagudas e se mueven de vez en cuando hacia los lados. El ex-policia agranda los ojos asustado.
Su miedo ensancha la sonrisa de labios del moreno. -Estoy acostumbrado. Casi nunca me hacen venir como yo quiero así que debo encargarme yo solito.- Comienza a brincar en su regazo rápidamente. Sin dejar de cubrirle la boca al otro. Durante sus brincos no puede evitar gemir e abrazarse al cuello del acostado con su brazo libre. Hundiendo su rostro en el hombro de este. Meneando su parte baja de arriba a abajo.
-¡Ugh! Huh, huh,- Acelera un poco más sus brincos hasta que ambos se corren. Ambos suspirando aliviados. -Mgh.- Gulf se muerde el labio inferior mientras retrocede su rostro para que se vean. Le destapa la boca suavemente permitiendo que se miraran a los ojos. El ex policía con jadeos ahora con sus cachetes rojizos por la mano.
-No me darás respuestas ¿verdad?- Paphan pregunta con un poco de decepción en su voz.
-Al menos te estoy dando motivos para divorciarte ¿no? Sé que no amas a tu esposa, Paphan.
-Hasta que al fin me llamas por mi nombre.
El moreno ríe suavemente. -Está bien - Acepta el ex-compañero. -no quieres ser encontrado ni tampoco quieres volver a tu vida común. Voy a respetarte.
-Gracias.- El fenino vuelve a ocultar sus orejas una vez sale del chico. Se sienta en el borde de la cama para rebuscar en el suelo a por su prenda interior. -Respecto a mi padre..., no le digas nada. Ni siquiera dónde estoy.
-¿Y no quieres saber cómo está él?
El chico detiene su mano. Ahora alzando su mirada a un punto irrelevante de la habitación enfrente de ellos.
-Yo me encargo.- Dijo.
🐻
Una vez se vistió decidió no compartir más palabras con el ex-compañero y salio del hotel con sus manos dentro de los bolsillos de sus pantalones. Al salir, bajar los escalones del hotel, un chico que iba pasando pierde el balance. Directamente cayendo al suelo con un gruñido. Una caja cae de sus manos a un lado de su cuerpo. Dentro de esa caja hay demasiados peluches de unicornios.
-Agh... Mmgh.- El chico jadea sentado en su trasero con las rodillas alzadas. Un ojo cerrado por el dolor.
-Oye, chico. ¿Estás bien?- Gulf se acerca a él poniéndose de cuclillas para recoger unos cuantos unicornios pequeños y regresarlos a la caja.
-P--Perdón- Se disculpa el chico con una tímida voz.
El moreno alza la mirada, viendo como tiene una pierna lisiada. La pierna izquierda tiene un mecanismo de soporte atada a todo el largo de su pierna con correas delgadas. Sus ojos color menta siguen el largo de esa pierna, subiendo por esa cintura delgada, todo un abdomen delgado, hombros anchos e un cuello bastante ancho. Su rostro es algo largo, pero carga con unos labios pomposos, ojos entrecerrados al natural y una nariz de tronco largo. Es hermoso a pesar de usar ropas muy nerd.
Al felino le interesa mucho esa guapura. Es un asiático muy inusual. La carita del otro lo mira como un bebé muy perdido e triste.
-Q--Qué, ¿Qué te pasa?- Se asusta el felino loquillo, retrocediendo un poco. Luego vuelve a asomarse con sus ojos entrecerrados. -¿Vas a llorar?- Pregunta.
El chico se le queda viendo con mucha tristeza. Sus ojos cristalizados. Su boca entreabierta. -¡QUE A UN HOMBRE LE GUSTEN LOS UNICORNIOS NO LO HACE MENOS HOMBRE!- Grita el chico con todas sus cuerdas vocales, marcando los huesos de su garganta.
-¡OYE, OYE!- Gulf se cubre sus propios oídos traumado. Lo mira con ojos enormes. -¡YO NO DIJE NADA DE TUS UNICORNIOS!
-NO TIENES QUE DECIR NADA. TODOS PIENSAN LO MISMO.
-A MÍ NO ME ESTÉS GRITANDO.
-TÚ DEJA DE GRITARME.
-YO ESTOY GRITANDO PORQUE TU ESTÁS GRITANDO. COMO UNA NIÑITA QUE CONSTE.
-PUES DEJA DE HABLARME.
-DEJA DE HABLARME TÚ, PARA LA PRÓXIMA NO AYUDARÉ A NADIE. SER AMABLE ES UN FASTIDIO. TE IGNORARE HASTA QUE TE VAYAS: MI, MI, MI, MI, MI.- Gulf comienza a cantar adentrándose sus deditos en sus orejitas con los ojos cerrados.
-ME VOY.- Grita el chico pelinegro de la caja de unicornios. Este agarra su caja de unicornios entre sollozos para seguir caminando hacia adelante.
-MI, MI, MI, MI.- El otro sigue balbuceando con su lengua sin abrir sus ojos. El chico de la caja de unicornios se aleja. Gulf abre sus ojitos viendo al chico alejarse de ahí con su caja de unicornios. Bufa molesto. -Aish, ¿Cuál era el problema de ese loco? En serio, aish, en serio.- Se queja el que también está desquiciado. -Mejor me iré a casa. No me importa.
Se aleja de ahí también, yéndose por el camino contrario.
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