𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗧𝗥𝗘𝗦
El chico unicornio dejó la reunión familiar y mejor fue a su habitación a dibujar. Ahí se encontraba con los codos sobre su pequeño escritorio color océano, dibujando al moreno loco con el que se topó en Ciudad Sombra. No es un dibujo singular, oh no de eso nada, es un dibujo extremadamente detallado con sombreados y todo. Dibuja con tanta calma que se nota que este don es una de sus muchas otras pasiones.
La puerta de la habitación se abre con la chica pelirroja asomándose. Mew se desconcierta cerrando su libreta de dibujos todo rápido antes de darse la vuelta alertado. Al ver que es la novia de su hermano trata de mantener la paciencia e escuchar atento a lo que sea que la chica vaya a decir.
-Lo siento, es que tu hermano dice que haces unicornios. ¿Podría ver?- Ella sonríe con mucha cálidez. Él afloja cualquier arruga de su propio rostro para mirarla con mucho interés.
-¿Te gustan los unicornios?- Él pregunta.
Ella mira atrás de ella como si estuviese revisando que no haya nadie en el pasillo antes de entrar. Cerrando la puerta detrás de si misma. Voltea su rostro hacia el chico para dirigirse a él. Camina hasta el sentado.
-Me gustan los unicornios.- Ella ríe tierna. -Pero - Entonces se dobla encima de la silla agarrándose a los brazos de esta para quedar con su rostro nivelado con el de Mew. Ambos mirándose fijo. -otro tipo de unicornio.
-¿Otro tipo?
-Tu hermano está humillandote ahí afuera, ¿lo sabes?
-Es típico de Dante.- Mew se apena fingiendo que no le importa, pero con solo bajar su cabeza e estar parpadeando deja decir mucho. La chica se le queda viendo. Ella le alza el mentón para que vuelvan a mirarse. Esta vez con un silencio mucho más ruidoso entre ellos.
-Dijo que eres virgen. ¿Nunca has besado a una chica?
Él usurpa su labio inferior bajo el superior tímidamente. Entonces niega con la cabeza antes de volverla a mirar. Ella lo contempla con algo de lástima y acaricia los cachetes del contrario con ambas manos.
-¿Te molestaría si te beso?
Él se le queda viendo. Sabe que está mal. Su hermano está en la cocina hablándole a la madre de ambos que al fin tiene novia, supone que burlándose de Mew por ser el único soltero, pero su novia es realmente bonita. Súper bonita la verdad sea dicha. No sabe por qué, pero asiente con la cabeza dándole permiso a la chica. Ella suavemente sonríe con sus labios.
Entonces acerca su rostro al del chico. Acortando la distancia en toda su absolución hasta que ya ni hay nada de distancia entre sus rostros y sus labios se aplastan con los del uno al otro. El chico unicornio cierra sus ojos en el beso dejándose llevar. La chica los mantiene cerrados por igual.
Ella da un segundo beso empujando hacia atrás la cabeza de Mew con un serpenteo de su pecho. Mew no deja su cabeza caer enteramente, la restaura y contesta con un tercer beso. Ella contesta con un cuarto beso. Entonces sensualmente acorta espacio entre sus cuerpos al abrirse bien de piernas para sentarse en su regazo.
Las manos venosas de Mew acarician los laterales de su cintura desplazándose a la delgada espalda de la chica para sostenerla. Se siguen besando apasionadamente.
El chico retrocede su rostro con sus labios hinchados de los tantos besos que se han dado. Permanecen mirándose. -¿Crees que Dante nos descubra?- Pregunta el chico con algo de miedo.
-No.- Ella niega con su cabeza en una bonita sonrisa pequeña mostrando un poco de sus dientes.
-... ¿Solo vas a besarte conmigo?- Pregunta el chico.
-¿Quieres que hagamos algo más?- Ella brinca sus hombros sin dejar de acariciarle las mejillas.
-Es que... Te podría sonar loco.
-Vamos - Ella ríe. -¿Qué es?
🦄
En unos minutos no tardaron en estar acostados en la cama de Mew. Ambos hombro con hombro solo que el pelinegro de manos venosas está desnudo sonriendo atontado hacia el techo usando una mano como almohada. La sábana cubre desde su abdomen a más abajo. La chica está a su lado con la blusa abierta revelando su sostén negro e la línea majestuosa que divide sus senos.
Ella sujeta una cabeza de unicornio con una sonrisa. -Sexo con una cabeza de unicornio. No sabía que podías llegar a ser tan rarito. Me gusta.- Ella comenta ahora girando su rostro hacia él con una sincera sonrisa de labios.
-Tuve sexo con una unicornio - Él anda maravillado. Perdido en sus pensamiento. -encima una muy hermosa.- Eso la hace reír antes de que ella se siente en el borde de la cama poniendo la máscara a su lado para abotonar su blusa.
Él voltea a mirarla. -Haces muchos unicornios bonitos, Mew.- Ella comenta de espaldas. -Sin importar lo que tu hermano diga, por favor no pares ¿sí?
Se da la media vuelta para verlo sobre su hombro con una sonrisa de labios demasiado sincera. Él se le queda viendo con ojos resplandecientes de honestidad. -Me alegra que sepas apreciar mi talento. Gracias.
Ella se pone de pie para girar hacia él por completo. -¿Sabes? Me gustaría que hicieras un un unicornio rosado. Sería demasiado bonito. He visto que haces de muchos colores - Ella echa un vistazo al estante de unicornios a la derecha cerca del escritorio donde dibujaba el varón hacen minutos. -pero no rosado.
-Rosado será entonces.
Ella comienza a sonreír. Regresa su cartera del suelo a uno de sus hombros para guiñarle un ojo. Se dirige a la puerta de la habitación para salir por esta.
-Debo cambiar las sábanas.- Él dice todo rápido, pero vuelve a quedarsele mirando al techo con una sonrisa. No puede creerse que perdió la virginidad, ¡y con una chica que cedió a sus raros gustos! Esto no podía ser mejor. La verdad que no. Aunque trataría de mantener este secreto por siempre fuera del conocimiento de su hermano.
Alrededor de una hora, Gulf ya está en la escena de crimen en Ciudad Sombra. La escena estaba rodeada de cintas amarillas con mensajes de "NO PASAR" mientras muchos policías eran interrogados por reporteros o gente-gato comunes.
El moreno es más listo pues viste la ropa que no se ha quitado en todo el bendito día solo que con una chaqueta marrón larga e enorme sobre sus hombros y unas gafas de sol. Este abre camino por los reporteros o la gente-gato para llegar a los policías que protegen la escena del crimen.
-Oye, no se puede pasar.- Regaña un policía cuando el moreno se detiene justo frente a este. Gulf saca una placa falsa de uno de los bolsillos fronterizos. La enseña brevemente antes de volverla a ocultar todo rápido.
-Ya tiene su prueba. Déjeme pasar.- Exige el moreno. Aquel guardia suspira haciendo el esmero esfuerzo de no gritarle malacrianzas a su superior, pero se hace a un lado. El moreno crea una bonita sonrisa antes de dar unos pasos adelante, cruzar las cintas todo agachado, hasta poder restaurar su espalda cuando llega a los cuerpos siendo revisados por un forense fotógrafo junto con varios policías alrededor.
Él se acerca al pequeño cuerpo que el forense fotógrafo está tirando fotos.
Sus ojos color menta contemplan la aterradora muerte de un niño con la cabeza despegada de sitio, brazos cortados por pedazo solamente que puestos en fila y el estómago abierto. Sus pequeños ojos siguen abiertos al igual su boca. Las orejas de gato inevitables son visibles. El niño tiene su ropa toda manchada de sangre incluso sus tenis.
Es lamentable; la verdad sea dicha, pero todo lo que conoce este mundo es lo lamentable. Son las penas ajenas las que gobiernan el terror en este macabro mundo. ¿Lo peor? En este mundo hay personas que tratan de ser héroes sin capa, pero ni las más adoradas leyendas evitan que mentes enfermas hagan de las suyas.
La mirada del alocado felino se suaviza ante la escena. De momento gira en sus suelas para dar otros pasos más, deteniéndose frente al otro cadáver. Aquel segundo cadáver es una mujer adulta decapitada justo como el hijo. Sus brazos cortados igualmente solo que puestos en orden. Todo esta en su sitio, teóricamente, solo que picado. Tal parece al asesino le gustan los desórdenes. La mujer anda vestida con una chaqueta marrón enorme para su cuerpo, una blusa azúl, mahones y botas de tacón. Sus orejas son blancas, pero se han teñido de sucio por la cabeza andar en el suelo.
Las orejas de Gulf salen a la superficie. Una de ellas moviéndose repetitivamente de arriba a abajo. Avisando algo. Así que él mira sobre su hombro hacia los edificios lejos de la escena. Ahí puede observar por un breve momento como una figura encapuchada anda asomada en un pasillo mirando la escena atento. La persona sigue el camino una vez decide dejar de mirar. Adentrándose por ese pasillo.
Al gatito le da mucha curiosidad así que corre. Se aleja de la escena corriendo como todo un atleta robándose las miradas de los guardias y del forense fotógrafo. -¿Él no acababa de llegar?- Murmura curioso para sí mismo.
El forense patólogo es un chico de cabellera negra con los flecos en astas echados para atrás, su rostro es delgado con unos labios pequeños, pero pomposos, una nariz de mucho detalle e sombreo, ojos asiáticos con ligeras curvas e unas cejas gruesas aunque no ensanchadas. Su piel es blanca, pero cremosa, no llega al nivel de la palidez.
Niega con la cabeza antes de volver a mirar el cuerpo del pequeño niño. -Oye - Le llama la atención el mismo guardia que no quería dejar entrar al felino. El fotógrafo forense lo mira sobre uno de sus hombros expectativo aunque neutral. -¿Por qué ese policía acaba de salir corriendo?
-No lo sé. ¿Urgencias para ir al baño?- Sugiere el fotógrafo forense haciendo de su boquita un cuadrado para simular dolor. Al guardia no le hace gracia; ni tampoco le termina haciendo gracia al fotógrafo. Este desvía la mirada diciendo: -Mierda.
Pues lo siguiente que sabe es que se encuentra entrando al callejón por el que se fue corriendo el supuesto detective. Camina con su cámara colgando con correas de su nuca. Mirando todo a su alrededor mientras una extraña niebla gobierna parte del pasillo.
Él sigue caminando. Adentrándose a esa neblina extraña. Trata de alejarla un poco con aletear su mano enfrente suyo, ojos entrecerrados. Sigue caminando hasta que, ve cómo dos hombres están peleando. Detiene sus pasos entonces, aún estando a una sana distancia de la pelea.
El hombre parece ser igual de veloz y fuerte como el felino aunque el felino brinca con las rodillas bien arriba e pies como puntillas. El brinco es en retroceso, así que se pega a la pared detrás suyo con ambas manos para tomar impulso y brinca de nuevo hacia adelante.
En ese brinco cae con los muslos encima de los hombros contrarios, girando la mitad inferior de su cuerpo, los tumba hacia abajo. Azotando al encapuchado duro contra el suelo. Él mismo jadea retrocediendo sus pies del contrario cuando han sido tumbados al suelo.
Gulf se sienta en el regazo del hombre a horcajadas y saca un arma de su bolsillo trasero. -Te tengo rata - Ríe como lunático el chico de ojos color menta. Apunta directamente en la cabeza al tipo. Quién sea que es el encapuchado, usa una mascarilla negra así que aún no se ve su rostro.
-Estás a punto de morir, cabrón.- Dice el felino con su voz temblando de la emoción por matar. El hombre agarra las manos del chico en un veloz intento de quitárselas de encima, las empuja hacia arriba justo cuando Gulf jala del gatillo.
Gulf se impresiona habiendo parpadeado en ese momento. Cuando fija sus ojos frente a él, deja sus locuras atrás. Tiene la pistola dirigida hacia Off, así que la bala le ha dado cerca del costado.
Aquel fotógrafo forense los mira traumado. Expulsa un chorro de sangre, con su mano abierta al lado del hueco sangrante, este mira abajo entre temblores. Viendo la herida abierta ahí.
Con unos temblores más cae al suelo entre espasmos. Convulsionando. Gulf se sorprende, pero no le presta atención así que dirige todo su enojo al culpable que le hizo fallar el disparo. Pero el culpable le pega un puño que lo aturde tumbandolo al suelo de costado.
Tras quitarse al felino de encima decide seguir corriendo para entrar a otro callejón. La visión del felino se distorsiona mas sin embargo, el felino decide que sujetarse la cabeza con una mano es lo único que debe hacer así que se pone de pie así; procediendo a no terminar su persecución. Solo que en vez de usar inteligencia usa la fuerza bruta: disparando todo el rato que lo persigue. Sus disparos no son precavidos por ende acaba fallandolos.
Brincan un muro que conduce a una carretera demasiado movida. Es un peligro total pasar por ella. El supuesto asesino cae en sus pies en la pequeña cera disponible frente a la carretera. Este mira a todos lados antes de arriesgar su vida corriendo. Muchos carros pasan a toda velocidad por enfrente y por atrás consecutivamente. Hasta que, con éxito, llega al otro lado donde comienza un nuevo callejón a otra parte de la ciudad.
Gulf cae en el pequeño espacio de cera viendo desesperanzado cómo aquel asesino se aleja. Con respiros agitados de tanto correr mira abajo. -Maldición.- Corre una mano por sus cabellos completamente enojado. Mira alrededor de sus pies cuando algo llama su atención. Ese algo arruga su ceño.
Él se agacha para tomar lo que parece ser un pequeño peluche de unicornio. Es tan pequeño que cabe en la palma de su mano, pero es de color blanco con cabello multicolores.
-¿Unicornio?- Se pregunta. Luego bufa una risa antes de mirar a los autos. Su sonrisa comienza a disminuir, su ceño se mantiene arrugado, recuerda al chico loco que le gritó. Ese que lo hizo gritar también. Sus ojos se agrandan, -¡¿EH?! ¿Él es un asesino?- Pregunta Gulf totalmente traumado mirando el unicornio con ojitos bien grandes.
Parpadea demasiado. -¿Huh?- Sigue dándole vueltas al pequeño unicornio escaneandolo sin sentido alguno. -Ese loco...- Murmura como si se sintiera mal de no presentir que fuera él. Hace un ligero puchero mirando a los autos. Siente que algo no concuerda. ¿Cómo alguien que hace unicornios puede matar personas?
-Bien, si es alguien que mata gente-gato, debe ser un humano... De acuerdo.- Se pone de pie estirando sus brazos mientras arquea su espalda. -Vamos a buscar al que le gustan los unicornios. Algo me dice... Que esto será muy divertido.
El moreno pasa su lengua por sus dientes saboreando sus palabras con una sonrisa de labios.
*N/A: AHHHH MENDKDB a ley de nada para que se encuentren. ¿Les sorprendió lo de Off?🥺 Ya seguiremos viendo más de él después❤*
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