𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗢𝗖𝗛𝗢
Paphan, o el Sr. Cara de Papa, está ya afuera de la estación de policía dentro de su auto esperando a por alguien. Está mirando su teléfono viendo ahora como un texto de su esposa dice:
"Quiero el divorcio."
Él suspira agotado ante el mensaje.
La persona por la cual parece haber estado esperando un buen rato, abre la puerta del asiento pasajero y entra desplomando su trasero como si nada. Es Becky, su compañera policiaca, esta entra bebiendo de un juguito de cajita.
Lo mira sin dejar de sorber. Él la mira. -Aish, ¿por qué te tardaste tanto?
-Bueno te recuerdo que estoy casada y mi esposa esta en mi mismo trabajo. Lo que, te recomiendo: Nunca te cases con alguien que trabaja contigo.
Ella dice ahora poniéndose el cinturón con una manita sonando como una abogada profesional solo que tierna. Tiene su cabello recogido en una coleta de caballo frondosa.
-Ni que me lo digas. También estoy casado.- Suspira Paphan apagando la pantalla de su teléfono antes de depositarlo en el portavasos.
-Oye - Becky nota su carita angustiada así que llama su atención. -¿Todo bien?
-Pam quiere que nos divorciemos.
-¿Qué? Vamos, eres un chico muy bueno. ¿Por qué botaría de su vida a alguien como tu?- Becky sacude el brazo de su compañero con su manita. Luego voltea angustiada frente a ella con demasiados bufidos. No se puede creer la noticia. Paphan se le queda mirando con cariño. Son compañeros de trabajo después de todo.
-De hecho, ella tiene un punto válido. Es que, creo, que me gustan los hombres.- Él dice tímido.
Ella voltea a él abriendo su boquita un poco. -Oh- Se sorprende. -¡Oh!- Ahora solo se alegra. -Wow, wow, estás lleno de sorpresas. Bueno tiene un punto válido, ¡ya sabia que una chica no podía votar a mi best man (mejor hombre) así porque sí!- Becky le acaricia el cabello frenéticamente.
Paphan ríe cálido aunque bajito.
-¿Y te sientes bien ahora que has aceptado eso?- Pregunta la detective.
-Es... Liberador, ciertamente.- Él expresa asintiendo su cabeza con una sonrisa amplia e grande. Ella sonríe por igual ahora llevando su mano a una de las mejillas de su compañero.
-Me alegra mucho, Pa~phan.- Canta tiernamente. Él se le queda mirando con la más bella de las sonrisas.
-Bien, vamos a investigar sobre ese asesino misterioso.- Ella deposita ambas manitas sobre su propio regazo ahora volteando hacia enfrente.
-Vamos a Ciudad Sombra.- Paphan agarra los bordes del guía para arrancar el auto.
🥔🍑
Al llegar a Ciudad Sombra estacionan el auto frente a un callejón al lado de un mercado de frutas.
-No sabemos dónde ni cuándo será su próximo ataque, pero cualquier cosa hay un hotel por aquí en el cuál podríamos pasar la noche.- Paphan cuenta mirando por alrededor a través de su ventana.
-Lo importante es,- Becky mira alrededor a través de su ventana con muchos nervios. Traga fuerte al ver poca gente-gato rara caminar por esta área. -que no se den cuenta que somos humanos.- Ella dice.
Siguen mirando a su alrededor. Hasta que los ojos de Becky captan algo súper interesante sucediendo a unos pasos a la izquierda.
-¡Oh por Dios! ¡Paphan, Paphan!
-¿Qué?
-¿No es ese el actual gobernador de la Ciudad nuestra?
Él sigue su mirada ahora con el rostro asomado al lado de ella. Ambos entrecierran sus ojos viendo como un hombre mayor vestido en traje formal gris sigue a una jovencita-gato. Tal anda vestida en ropas interiores negras con tacones altos y el cabello lacio por sus hombros.
Ella se adentra al segundo callejón que tienen a la vista. Ambas figuras desaparecen ahí.
-¿Qué hace el actual gobernador aquí?- Becky pregunta sorprendida mirando a Paphan.
-Es un desgraciado. ¿Solo viene aquí a probar mujeres-gato?- Piensa el compañero. Ambos comparten una mirada sorprendida antes de que se bajen del auto a toda prisa.
-Mmgh. Así, preciosa. Justo así.- Gime el gobernador con la espalda reposando de una pared mientras la chica se está raspando las rodillas sobre el rocoso suelo. Ella está de rodillas haciéndole una mamada. Bombea su cabeza de adelante a atrás vaciando y llenando sus cachetes. Él le sostiene la cabeza durante el proceso. Para añadir a la excitación ella finge gemidos usando la garganta sin soltar el pene, haciendo la vibración de sus tonados hacer un efecto exquisito en el pene.
-¡Es usted un atrevido!- Becky llega a la escena con Paphan.
La joven-gato se quita el pene de la boca para alejarse del hombre. Poniéndose de pie como puede e haciéndose una con las oscuridades del callejón. El hombre mira a los policías perplejo.
-¿Y ustedes quiénes son?- Pregunta el hombre, voz rasposa por su edad. Sus ojos un tanto entrecerrados.
-De la misma especie que usted, ¿pero que no hablo sobre no relacionarse con la gente-gato?- Becky saca su teléfono de uno de sus bolsillos, inserta a la app de cámara y comienza a grabar la escena. -¿O es que acaso solo sirven para la prostitución? Debería darle una tremenda vergüenza.
Paphan mira a su alrededor viendo como mucha gente-gato están caminando en su dirección. Son vagabundos muy, pero muy, bañados en sucio. Fango de la tierra pintando sus rostros e brazos. Todos caminan como zombies hacia los humanos. Parecen hipnotizados a la carne humana pues bien se sabe que no son buenas noticias cuando ratones entran al lecho de gatos.
-Becky.- Paphan llama temeroso sin dejar de mirar al grupo de gente bastante grande.
-Qué - Becky gruñe sin dejar de grabar al gobernador ni de mirarlo. Este desvía el rostro para que la cámara no lo siga captando aunque en vano porque la cámara lo captó desde el inicio.
-Debemos irnos.- La voz de Paphan tiembla.
Becky mira a su alrededor ahora sus ojos agrandandose. El gobernador agranda sus ojos por igual teniendo el mismo terror.
Paphan va a sacar el arma de uno de sus bolsillos, pero Becky pone un brazo frente a su pecho bloqueando el movimiento. -Será peor si disparamos.
-Nos podrían matar.
La gente-gato rodeo a los tres humanos.
-Escuchen: SOLO QUEREMOS HABLAR.- Paphan anuncia.
Pero caso omiso hicieron a su grito. Uno de los hombres le metió un puño que lo tira al suelo. A Becky la golpean en el rostro con un puño. Ella también cae al suelo, al gobernador lo patean en el abdomen al nivel de hacerlo caer de rodillas.
-¡Solo queremos hablar!- Suplica Becky. Un hombre asire de su cabello para ponerla de rodillas y le da una fuerte cachetada. Tan fuerte es la potencia que resuena aparte de que asusta. Le desvía el rostro a la pobre chica. Cuando esta voltea a verlo recibe una segunda cachetada.
Esa segunda la hace expulsar un chorro espeso de sangre. La sangre manchando como jugo sus dientes mientras tiene un rostro vulnerable. La vuelven a cachetear por una tercera vez. Tercera es la vencida: su cuerpo desciende al suelo de costado.
Paphan está acostado siendo pisoteado por dos individuos. Nada salva al gobernador del mismo destino de golpizas, todos los individuos golpeándolos. La sangre humana se derrama de todas sus extremidades por los golpes abiertos aunque mayormente del rostro.
Paphan débilmente lleva su mano al bolsillo del arma. Agarra el pomo de la pistola.
Sin embargo tiempo no le da para actuar cuando una patada golpea bajo su mentón, levitando la cabeza del débil policía por unos segundos antes de que la gravitación lo conecte al suelo.
Becky tiene todo el rostro bañado en sangre salpicadas de su boca. Incluso los dedos se han manchado en ese espeso rojizo. Apoya las dueñas de tales sobre el rocoso suelo a ver si puede restaurar su cabeza.
Una chica llega a ellos, una que viste una chaqueta marrón larga con pantalones azules de bajos holgados estilo 90’s, botas bajo-taconadas y una camisa azúl de cremallera.
La morena patea a uno en el abdomen haciéndolo caer. Luego le mete un puño a uno de los atacantes. Otro atacante corre a ella sin miedo a la muerte; logra rodear esa pequeña cintura con sus toscos brazos en suma traslada sus cuerpos a una pared azotando a la morena ahí.
¿Que quién es esa chica? Ja, no es nadie menos ni nadie más que Natalie. Tal luchadora junta sus manos para alzarlas sobre la espalda del atacante para azotarlas ahí. Toma fuerzas para una segunda vez dejándolas caer con más intensidad.
Solo con la segunda las piernas del atacante se destensan. Definición: se debilitan. Ella aprovecha la debilidad para agarrarlo por debajo de las axilas e tirarlo a un lado con fuerzas. Tirándolo al suelo.
—Natalie.— Becky anuncia aliviada aunque toda ensangrentada.
El amor de su vida patea a otro atacante en las bolas seguido a que le mete una fuerte cachetada a uno y arremata con un puño a su cara. Instantáneamente cae ese ¿quinto, sexto? Tal vez séptimo cuerpo.
Los demás atacantes se van corriendo con miradas irritadas cuando alguien que tira fotos por segundo con una cámara profesional llega a escena. Ese alguien va caminando desde detrás de Natalie.
—Sí. Vayánse si no quieren estar en estos retratos. A ver qué haría el gobierno humano si se enterará de sus fechorías.
Quién va acercándose a la escena con una cámara es Off, aún portando su bata medica. Aunque para los policías solo es un desconocido.
Todos los atacantes se esfuman. Él se detiene al lado de Natalie ahora bajando la cámara a su regazo.
—Lo siento, los vi a través de la ventana del hospital y quise ayudar aunque son humanos. ¿Eso está bien?
Interroga ladeando su cabeza a un lado tiernamente. Con pasos más rápidos llega Gun, el enfermero, a su lado dándole una palmada en la nuca.
—¡AUCH!— Off se queja sujetando el área golpeada mientras lo mira.
—¿Que parte de reposar no has entendido?— Cuestiona el enfermero. Luego voltea a los humanos. —Aunque, oh querida, han sido golpeados muy feo.— Él se pone de cuclillas frente a las víctimas humanas para revisar sus rostros ensangrentados.
—Estamos aquí,— Habla debilitada Becky. —porque queremos atrapar al Cazador de esta ciudad.
🐻🦄
Mew va cojeando de regreso a su casa esta vez acompañado únicamente del moreno. —Gracias por lo que hicieron por mí. De verdad.— Mucita suavemente el lisiado ya trepando el primer escalón a las puertas de su casa. Voltea hacia el moreno entonces realiza que está frente a un asesino. Que lo tiene frente a él es un asesino. ¿Cómo es que siempre olvida ese detalle de él? Desvía la mirada para no hacer mucho contacto visual.
Sin embargo, Gulf no está del todo pendiente a eso. Sus curiosos ojos están puestos en la maquinaria que sujeta la pierna del lisiado. Hay un silencio notario entre ambos. Cuando el silencio acaese Mew vuelve a mirarlo.
—Miras mi pierna como «Qué lastima por este chico» o miras mi pierna como «Es una aberración ».— Murmura el lisiado con una pequeña sonrisa desperanzada.
—La miro porque me gusta.— Responde tan inmediato el felino que el humano no se lo espera. —Te hace diferente. Yo soy diferente por tanto me gusta todo lo diferente. Lo diferente te hace más fuerte. Especial.
—Eres, literalmente, la segunda persona (después de mi mamá) que me dice algo como eso. La mayoría solo sienten lástima por--
—Yo no soy la mayoría, Mew.
Se miran a los ojos con demasiada sinceridad. Atención por encima de todo.
—Ya deberías saberlo.— Susurra el moreno con una pequeña sonrisa. Mew comienza a formar la más pequeña de las sonrisas.
—Lo sé.— Susurra devuelta.
—Bueno, ¡que el coco de te visite en la noche!— Desea el moreno mientras se larga.
—Ouh-oh, señor reprenda.— Se encoge de hombros tiernamente el lisiado. Sube las escaleras que debe, a su son, entra a la casa, pero justo al entrar Trece está parado frente a él con vestimentas oscuras e holgadas.
—¡Mew, corre!— Su mamá avisa a unos pasos detrás. El chico mira sobre el hombro del creador y ve a su madre de rodillas con las muñecas atadas.
Gulf iba alejandose del vecindario cuando se detiene. Presintiendo que algo está ocurriendo en la casa del lisiado. Orejas puntiagudas brotan de su cabeza una vez más. Se da la media vuelta entrecerrando sus ojos con sospechas.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top