𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝗖𝗜𝗡𝗖𝗢

Del estante pasa rápidamente a Dante, inmediatamente barriendo el suelo con su espalda hasta que dejan de deslizarse por el suelo con Gulf encima suyo apuntando su cabeza con el arma.

-Ahora sí te tengo.- Ríe desquiciado el moreno.

-¡NO!- Mew llega a él cojeando y lo abraza bajo las axilas para ponerlo de pie. El felino no pierde tiempo en dispararle a Dante, solo que este se mueve como una salamandra: en zig zags retrocediendo con sus manos. El suelo a sus laterales se llenan de huecos con humo caliente.

El moreno agarra los hombros de Mew para pasarlo sobre toda su espalda hasta tumbarlo enfrente suyo. Dejándolo caer ahí. Mew gruñe arqueando su espalda del dolor mientras el mecanismo atado a su pierna suena.

-No te hagas- Gulf le continua diciendo a su objetivo mientras pasa del discapacitado. -tú eres igual de veloz y fuerte que yo, ¡NO QUIERAS CONFUNDIR A TU HERMANO!

El supuesto cazador se pone de pie entre temblores para correr a una de las ventanas de la biblioteca. Gulf lo va a seguir cuando aparece la bibliotecaria a unos pasos de ellos. Una anciana de cabello blanco ajustándose sus espejuelos. -No pueden hacer ruido.- Regaña temblorosa por su edad. Sin miedo alguno.

Gulf la mira con una sonrisa desganada. Le alza sus cejas. -Usted ocupese de sus propios asuntos.- Él le dispara en el pecho. Justo en el centro sin fallo alguno. Ella se abre de brazos mirando al cielo con su boca en "O" y cae al suelo con sangre dispersándose del hueco.

-¡DIOS! ¡GULF!- Mew grita impresionado. Al moreno le pueden importar tres mierdas y va a seguir persiguiendo a Dante de no ser porque Mew se abraza a uno de sus talones. Deteniendolo.

-Aish. En serio...- Gulf se detiene. Patea hacia adelante sin herir al chico, solo con intenciones de quitarse los brazos de encima. -Dejáme.

-No quiero que lo mates, por favor... Solo atrápalo. Por favor.

-Eres un...

«No lo mates.» Gulf escucha una voz femenina. Él mira a su izquierda y ve a Fah, la compañera que tenia como policía antes. Ella está parada a su lado con la mitad derecha del rostro explotado: se ve la carne que la piel debe cubrir, solo que en un color barro. La cuenca donde debe ir su ojo está vacía. Para añadir la mitad de su boca tiene un hueco que deja ver sus dientes.

En cuanto al resto nada ha cambiado. Sigue vistiendo el uniforme de policía desde que murió y tiene su cabello recogido en una coleta de caballo. Ella se le queda mirando seria a Gulf.

Él la mira. Siempre la ha tenido en su cabeza desde el momento en qué murió. Perdió muchas cosas y muchos recuerdos, pero jamás pudo perder el trauma de ese día.

—Ayuda a este muchacho.— Ella súplica.

Gulf se le queda viendo serio. —Incluso muerta eres terca como una mula.

—Oye, soy producto de tu imaginación, técnicamente soy tú.

Se queja infantilmente la muerta.

—Sí, sí, ya vete.— Gulf le sacude el arma de manera en que se vaya. Con un rodón de ojos la muerta se desvanece en el aire. Mew frunce el ceño, pero no quiere preguntar con quién hablaba.

—Bien. No lo mataré yo, pero si lo mata mi jefe... No me culpes.— El chico dice dándose la vuelta para darle la mano. El discapacitado toma esa mano y se pone de pie con dificultad.

—Lo que sea solo no lo mates.— Accede el otro con jadeos.

—Bien.— El felino también acepta los términos antes de darse la vuelta y correr a las ventanas de la biblioteca. Mew suspira agotado de tener que esforzar su pierna, pero lo sigue como puede.

Cuando aquel desenfrenado felino llega al área de ventanas puede ver a Dante de cuclillas encima del borde de una. Eso agranda los ojos del bronceado.

—¡OYE!— Él grita apuntándole la pierna al supuesto cazador. —NO SIGAS HUYENDO, IDIOTA, DECIDÍ NO MATARTE.

Dante lo mira sobre su hombro con demasiada ferocidad. Una ferocidad imparable. Este se tira de la ventana, impulsándose para enfrente.

Gulf corre para enfrente apoyando sus manos en el borde de la ventana antes de asomar la cabeza. Ve a una larga distancia cómo su objetivo cae sobre unos colchones que un camión tenía en su tejado pasando la carretera de adelante. Aquel supuesto cazador se pone de pie en los colchones para mirar mal al felino.

El felino suspira cabizbajo. Lo ha vuelto a perder.

Mew llega a él. —Mi hermano no se tiró ¿o sí?

—Me hubiera hecho el trabajo más fácil.

El chico unicornio le da una agotada mirada.

—Pero no, no se tiró.— Culmina el felino dándose la vuelta y cruzado de brazos. Cabizbajo inclusive.

—... De acuerdo.

—¿Alguna idea de a dónde puede ir?

—Yo no lo sé.

—Te daré otra oportunidad y te mantendré a mi lado para que me digas a dónde más puede ir. Si fallas, te dejo ir.

—Dejarme ir, como, vivo y en una pieza ¿No?

—Aburrido; pero sí. Aquí seguro hay un lugar para comer, ¿no?

El felino pasa del lisiado y este suspira aliviado de tener a su hermano vivo tanto como así mismo. Se mira el mecanismo que mantiene su pierna en condiciones, está bastante desgastado con la caída de hoy, pero bastante bien. Se da la vuelta para quedarsele viendo al felino.

«Es un desquiciado. No tiene control al matar personas, da mucho miedo. Sin embargo, me escuchó. Me hizo caso en no matar a mi hermano. Aunque antes de eso estaba hablando solo... ¿Con quién? ¿Quién es este hombre loco?»

Ni siquiera la voz en la mente del chico unicornio es calmada. Está tan aterrorizado tanto emocional como mentalmente. Pues cualquiera estaría petrificado con este hombre.

🐻🦄

—Una orden de fideos.— Anuncia una camarera mientras pone la bandeja con la caja de fideos en la mesa del chico unicornio y el felino.

—Gracias.— Dice tembloroso el humano de ambos.

—¿Tú no vas a ordenar nada?— Pregunta la chica al lisiado.

—No, no tengo hambre. Gracias.

—Gracias.— Al menos el felino agradece divertido. La chica asiente con la cabeza antes de irse. El moreno saca una bolsa de gomitas de oso, la abre y riega las gomitas por el interior de la sopa.

Luego coge los palillos al lado de la sopa, entonces adentra estos en el interior y le da vuelta al ardiente liquido. Se escucha como las gomitas crujen al quemarse. Todo el cuerpito de ellas sumergiéndose en la sopa antes de rodar en círculos con el meneo. Como un mismo remolino.

Hasta que la sopa luce multicolorida.

Mew frunce el ceño con asco, pero el moreno solo dice: «Ñam.» Abre su boca todo divertido una vez enreda los fideos en los palillos con la cabeza de un osito de goma encima y se lo lleva a la boca.

Mastica lo que para él sabe sabroso con gemidos internos.

—Mataste a una persona.

—Una humana.— Sigue comiendo Gulf.

—¿Cuál es la diferencia?

—Yo ya no soy humano; no me importa.

—Pero era una persona. Tenía sentimientos, gustos, seguramente familia como tu y... Bueno, no sé si tienes familia, pero...

Gulf reduce la velocidad en masticar la comida. Mira a un punto irrelevante de la mesa antes de apoyar su espalda en el asiento. Mira mal al chico lisiado.

—Eres demasiado correcto. Yo ya no tengo esa oportunidad, ¿Lo entiendes? Ese yo murió. Hace mucho tiempo atrás.— Él mira con frustración sus manos. Las cierra en puños ajustados frente a su pecho. Reflejando la frustración interna que suele reprimir. Los ojos oscuros del contrario lo observan con tanta curiosidad que lo consume a él mismo. Hay tantas cosas que desconoce de este hombre, pero que a la vez lo intrigan. Si deben andar juntos unos días más al menos desearía saber algo.

—¿Con quién hablabas en la biblioteca? Parecía que estabas hablando solo.

—Con Fah, — Sonríe con sus labios el felino. Mirando sincero y bonito la sopa. —ella era mi compañera cuando era policía.— El chico lleva sopa a su boca.

—¡¿Eras policía?!— Mew se espanta con los ojos bien en grande. —Qué, qué-- ¿Cómo llegaste a esto?

—Oye, eso fue cuando yo era humano. Luego Trece me mató--

—¡¿Moriste?!

—Por unos minutos, sí. Le voló el rostro a mi compañera.

Fah, sentada a su lado, le pega un pequeño codazo en el brazo. Luego mira bonito a Mew con una sonrisa. —¡Pero sigo siendo linda!— Ella se excusa bien tierna aunque no puede ser vista por tal.

—Dios... Cuánto lo siento.— El lisiado se disculpa.

—¡Pero ya pasó! Aparentemente mi sangre no fue compatible con la dosis que me puso. Soy un mal proyecto. Pero me mantiene porque soy muy obediente y atrapo a todos los que le faltan el respeto. ¿Quieres?

Gulf le ofrece la sopa multicolorida con una cabecita de osito de goma azúl por encima.

—Mm, ¿seguro sabe bueno?

—¡Mjm~!

El azabache está indeciso pero se echa para enfrente y da un bocado en aquellos palillos. Se lleva todo a la boca sin sacar los palillos de la misma. Gulf se le queda viendo en todo momento, esta vez sintiendo algo extraño en su estómago. Su sonrisa se desvanece, pero se le queda viendo.

Mew restaura su espalda masticando. Sus cachetes llenitos como los de una ardilla. Se cubre la boca con una mano. —Mm.— Alza sus cejas. —Mm~.— Gime ahora con gusto mirándolo a la cara. —Sabe bueno.

—¿Te gusta?— Sonríe emocionado el moreno.

—Mjm. Es extraño... Pero sabe rico.

A Gulf se le infla y se le vacía el pecho tres veces con un cómico hipo al final y una carita de enamoradito.

Mew lo ve con ojos extrañados. —¿Estás bien?

—Ah, sí, es que al fin a alguien le gusta un extraño invento mío.

Gulf solo comenta sin eliminar su carita de enamorado. —¿Quieres más?— Pregunta totalmente emocionado.

Los ojos del azabache se vuelven a cristalizar. Sus labios a temblar y lo mira con un rostro apenado.

—¡¿Y AHORA POR QUÉ VUELVES A LLORAR?!— Se espanta el moreno mirándolo traumado.

—Es solo que *solloza* no quería comer porque murió alguien pero *solloza más fuerte* tengo hambre~.

—¡CAMARERA, TRAIGA OTRA SOPA!— Gulf grita emocionado mientras voltea en su asiento buscando con la mirada a la camarera.

*N/A: El personaje de Mewcito me da demasiada ternura a la vez que gracia jajaja💕 ¿Y vieron la reacción con hipo de Gulfito? XD Los dos son unos loquillos, espero les esté gustando jajaja*

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