Diecinueve
— A Z U L —
Milori se encontraba a un lado de Redleaf,los dos estaban en el casillero del mayor mientras platicaban y ordenaban los libros y pertenencias regadas en el espacio.
Realmente Redleaf nunca había visto algo tan desordenado,entendía que los hombres no fueran muy ordenados y que algunas veces las cosas estuvieran sólo un poco regadas,pero esta vez pasaba las expectativas que tenía sobre eso.
-¿Estas seguro que eso es comestible?.-Preguntó al ver una bolsa de cartón cerrada y con algo de pestilencia.
-Hace dos semanas,seguro que lo era.
El menor negó y aventó la bolsa a la otra de color negra donde habían varias cosas más que Milori ya no ocupaba.Hizo una mueca de asco y volvió a su labor.
-Pensé que las chicas eran las únicas que pegaban fotos.-Apuntó a la puerta donde había una foto de Milori y los demás juntos,en un parque de atracciones.
-Pensaste mal todo este tiempo,ellos de verdad se convirtieron en mi segunda familia.No entiendo cómo pude ser tan imbécil cómo para herirlos de esa manera.-Milori se encogió de hombros mientras negaba y seguía acomodando sus libros.
-Las personas siempre cometemos errores,tienes el derecho de equivocarte,al final de todo no eres perfecto Milord.
-Lo sé ,pero ellos siempre confiaron en mí,siempre que tenían un problema corrían hacia mí para pedir ayuda,un consejo,una duda en cualquier tema...siempre estuve para ellos pero esta vez no supe controlarme,les falle.
Redleaf suspiro,él no creía que las cosas fueran así,todos tenían derecho a equivocarse.
Y siendo sinceros ninguna persona debía disculparse por decir lo que siente,por sacar el dolor que le aprieta el corazón y la inseguridad que taladraba su mente todas las noches.
Porque al final del día todos seguíamos siendo humanos.
-Milori.-El menor se recargo en el casillero de lado mientras seguía con la bolsa negra en sus manos,admiraba el perfil del Albino viéndo que tenía rasgos muy masculinos y que si no lo conociera,juraría que era cien por ciento algún emperador de siglo del romanticismo tan perfecto por fuera, pero un desastre por dentro.
Ahora entendía ya mejor el;"Caras vemos,corazónes no sabemos".
-¿Mhj?.
-Cuando tu corazón duele...¿qué es lo qué haces?.
Milori paró su trabajo y volteo hacia Redleaf quien no cambiaba su expresión.
-¿De qué hablas?.
-Cuando sientes la presión derrumbarte,¿a quién corres para refugiarte?.
El nombrado suspiró,y por más que pensó en quién estaba allí para él cuando sentía sus fuerzas acabarse, recordó que todos sus amigos cuando lo veían triste hacían lo imposible para hacerlo feliz,pero tal vez eso no era lo que realmente necesitaba.
-Lo que quiero decir.-Volvió a retomar,con seriedad,el tema.-Es que cuando alguno de tus amigos está triste y necesita un consejo,tiene una una duda,siempre van hacia ti.¿Pero en realidad ellos están para ti?.Cuando estás triste y necistas llorar hasta calmar tu alma,gritar miles de maldiciones hasta que tu garganta y cabeza duelan,¿quien está a tu lado para dar caricias en tu espalda mientras haces todo eso?.
-Y-yo...
-Tú no solamente estabas estresado por lo de Clarion,estabas estresado por todas esas palabras que nunca dijiste en voz alta,estabas desesperado por que alguien te pusiera atención,y eso no es malo,tal ves tus amigos se lo merecían,de tanto que ignoraron tu corazón fueron ellos los que recibieron todo lo acumulado.-Redleaf suspiró.-No me conoces de toda la vida,sólo llevamos dos semanas hablando,pero siempre que quieras desahogarte puedes hablarme,llorar en mi hombro.No quiero que sientas que estas solo.
Milori no dijo nada,aquello realmente había llegado a su corazón,eso realmente le hizo pensar en que Redleaf tenía la razón,en que todo lo que acababa de decir tenía tanto sentido,pues era lo que realmente sentía.
Sin decir nada,se acercó al menor y le abrazo apretujandolo en sus brazos,sintiendo como el contrario también lo rodeaba.
Redleaf no estaba siendo un acto de lástima, estaba salvado a Milori de undirse en su propio mar.
— A Z U L —
Cuando la hora de salida llegó Milori recogió todas sus cosas,sabía que hoy era el día para hablar con los chicos.Les diría todo lo que sentía y el por qué de sus dolorosas palabras ofendiondolos.
Si bien no sabía como acercarse,tenía planeado a quien podría convencer.Así que saliendo del salón lo más rápido posible empezó a buscar a Melissa.
Estuvo varios minutos hasta que la encontró saliendo de la oficina del director con una sonrisa,era normal de ella verla así.
-Melissa.-Llamó Milori mientras se acercaba,la nombrado volteó a verlo y abrió los ojos mientras negaba repetidas veces.-Oh,claro que si.
-No.-Empezó acelerar su paso sin despegar su vista del contrario.-Alejate Milori,no hagas esto.
-Ven aquí maldita.
Y con esas palabras los dos empezaron a correr por los pasillos mientras Melissa le gritaba que la dejara,y gracias a que Milori era bueno en correr por el básquet,logró alcanzar a su amiga y acorralarla contra la pared.
-Tú.
-No,yo no.-Susurró la más bajo.
-Si,tú si.Tú serás quien me acerque a los chicos.
- Milori no hagas esto,sabes que te quiero mucho pero realmente me van a matar si trato de convencerlos,y no quiero morir tan joven,yo quiero mucho a Sled y Rosetta en un futuro.-Exclamó Melissa con el ceño fruncido.
-Tranquila.-Milori río.-Sólo necesito un poco de tu ayuda,eres la mejor para hacerlo.
-Aveces odio ser tan sensible.-Hizo un puchero.-De verdad nos haces falta, nos estamos volviendo locos,pero Sled es muy orgulloso como para reconocerlo.Sabes,he tenido que ir tres días por el desayuno de todos,¡tres!.
Milori río ya más relajado,dejando libre a su amigo mientras los dos empezaban a caminar a la salida de la universidad.
-Sólo necesito de tu ayuda,dime si se reunirán algún día todos juntos,o si Sled estará solo alguna vez para poder atraparlo.
Melissa asintió.
-Hoy iremos a la cafetería,dijeron que iban a abrir una promoción de un paquete especial,asi que supongo puedes encontrarnos a todos allí.
Milori sintió.
— A Z U L —
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