No eres una flor marchita
Siento el palpitar,
de mi corazón
enloquecido,
todo esto lo provocas tú
increíble
¿me dices el truco?
Me vuelves un bobalicón,
embelesado
con tu rostro, el cual intentas ocultar.
No lo entiendo,
¿por qué te ves fea?
Si estás magnífica,
noto la envidia en las otras chicas.
¿Dices que estás gorda?
Pero si he pillado al camarero
fijándose en tu cuerpo.
Que rabia me ha dado,
pero tú siéntate, ponte cómoda,
que yo me encargo.
Pobre me da ahora
porque lo dejaré de tal forma,
que se olvidará de cómo usar una licuadora.
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