Capítulo 6
Claude se miraba incomodo, aquel traje y el ambiente festivo eran molestos, pero la sonrisa alegre de Lune lo calmaba.
—Bailemos durante toda la noche. - Lune le coloco bien la máscara. —Y luego regresemos.
—Tres canciones y regresamos - Lune soltó a reír, aquella risa contagiosa era horrible, pero aquel día parecía música para sus oídos.
—Bien majestad, tres canciones - el carruaje se detuvo, Claude bajo y le tendió la mano a Lune, la joven dudo al verlo pero rápidamente su expresión cambió a una sonriente.
El baile parecía atestado de personas, con mascaras de todos los estilos, y la música horrible que resonaba por todo el lugar.
—¿Listo? -Lune le tendia la mano, Claude suspiro y la tomó, fue arrastrado hasta la pista en donde Lune coloco sin pudor alguno las manos en su cuerpo.
—Estas muy contenta.
—Estoy bailando con un hombre guapo - Claude suspiro —su majestad una pregunta.
—De todos modos la harás.
—¿Usted no piensa casarse? - él la miro fijamente —Digo, el imperio necesita una emperatriz, un heredero y usted merece ser feliz.
—No necesito nada.
—¿Entonces no esta feliz conmigo?
—Eres molesta Lune - ella asintió —No preguntes más.
—¿Le gusto?
—Deja de preguntar tonterías. -ella soltó a reír. —solo callate.
Lune siguió preguntando miles de cosas, Claude rodaba los ojos de vez encuando y reí por el interior de cada tontería que ella decía.
La segunda canción llegó, Lune parecía murmurar cosas sin sentidos, pero para Claude aquello parecío ser lo más tierno del mundo.
Lune era una caja de sorpresas y le gustaba descubrir una cosa nueva de ella cada día.
La última canción finalmente llego, Lune y Claude salieron de la fiesta rumbo al carruaje, ambos estaban agotados.
—Mañana hay que descansar, no quiero salir o que me molestes. -sintio algo pesado en su hombro, al mirar encontró a Lune dormida.
Al siguiente día Lune despertó sintiéndose renovada, pero el ambiente de la habitación se le hacía extraño.
—Esta no es mi habitación - Se levanto rápidamente.
—Claro que no niña, te dormiste y como pesabas mi palacio quedo cerca.
—Todos creerán que soy tu amante - Claude rodo los ojos.
—Felix - Lune se coloco la bata y vio entrar al pelirrojo.
—Dígame majestad. - miro de reojo a Lune y sonrió.
—Prepára la habitación de al lado, que la santa se traslade a ese lugar lo más pronto posible.
—Claro majestad, habría que renovarla...
—Tienes hasta el viernes - Felix lucia emocionado, salio casi brincando de la habitación.
—¿Por qué estaba feliz?
—Es un idiota - Lune se acercó a Claude.
—¿Desayunamos juntos?
—¿No acabas de decir que pensaran que somos amantes?
—Igual lo pensaran, la habitación de al lado conecta con la tuya -Claude rodo los ojos y salió —¿Es un si?
—¡Vamos! - Lune soltó a reír y le siguió.
—¿Quiere que cocine yo?
—¿Y que me intoxiques? No gracias.
—Pero se conocinar muy bien, le aseguro que hasta pedirá más.
—Me quieres matar- Lune le miró mal —No.
—Su majestad -se quejo, Claude tomó el periódico en manos pero Lune se lo arrebató. —Insolente.
—Pruebe mi comida y luego me dice que tal ¿si? Si no le gusta puede insultarme.
Claude cerró los ojos, nunca le podría ganar a la joven.
—Haz lo que quieras, siempre lo haces - Lune dio pequeños aplausos y corrió hacia la cocina.
Claude parecía impacientarse, Lune era increíblemente desesperante, pero gracias a ella había podido dormir bien y sus dolores habían disminuido.
—Huele bien - murmuró Felix, Lune ingreso al comedor con un carrito humeante —Huele bien santidad.
—Dime Lune - la joven le sirvió todo tipo de comidas a Claude, este sintió su estómago rugir. —Te prepare este a ti Felix.
—¿Qué? - Claude la miro rápidamente, Felix sonreía contento, Claude le miró mal. —Estas de servicio Felix.
—Come lo, déjame al gruñón a mi - Claude la miro mal —Pruebe eso majestad - tomó el tenedor y tomo un poco de cómoda, su acción sorprendió a los presentes, le había dado de comer en la boca a Claude —¿Qué tal?
—Al menos no sabe a quemado.
—Mentiroso ¿Esta delicioso verdad Felix?
—Cocinas bien - se apresuró a decir, Lune sonrió y le siguió dando de comer ella misma, aquel gesto seria hablado por días.
Habían pasado tres días desde que Claude y Lune habían tendí otra actividad, Lune había ido a una fiesta de té y a un orfanato a dar sus bendiciones a los pequeños.
Claude estuvo inmerso en sus asuntos de estado y estuvo pendiente de los arreglos de la habitación de Lune.
Pero aquel viernes sus sentimientos salían a flote y la bebida era su mejor amiga.
Aristia vistió un camisón algo transparente, se rocío el perfume que utilizaba Lune y sigilosamente se escabullo por el palacio del emperador.
Al ingresar lo encontró en un rincón tomando, ambos cruzaron miradas y Aristia aprovecho aquello para acercarse a él.
—Majestad - su susurro fue seductor, Claude tomó de su botella y la miro —Estoy a tu disponible - se despojo del camisón dejando ver su cuerpo completamente desnudo.
Lune miro su nueva habitación con emoción, había sido decorada minuciosamente, la habían llenado de muebles lujosos y de ropa muy bonita.
—Su majestad ordenó que se pidieran algunos vestidos - Felix hablo —Se le han designado dos doncellas nuevas, y el cardenal y el papa vivirán en la mansión de la espada - Lune sonrió.
—¿En donde esta su majestad? Debo agradecerle.
—Esta en su habitación - Lune salió casi saltando de alegría.
Al tocar no recibió respuesta, pero Claude casi nunca contestaba por lo que decidió ingresar sin tocar una segunda vez.
Lo que vio la dejo en blanco, su corazón se aceleró y sus mejillas se mojaron. Claude estaba en la cama con Aristia, ambos estaban desnudos y dormidos.
—Claude...
El rubio abrió sus ojos y la miro, Lune temblaba ligeramente y no sabía que pasaba.
—Despertó su majestad - Aristia lo beso, Claude miró a Lune la cual salió de la habitación sin decir nada.
Ese día Lune había descubierto un nuevo sentimiento en ella y un nuevo dolor.
El del corazón roto.
Tenemos capítulo luego de semanas.
Espero les guste.
Recuerden comentar, debido a la baja de cometerlos he estado pensando en borrarla, cosa que no quiero, pero me veré obligada.
Mis redes.
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