𝑠𝑒𝑖𝑠
Que gran inicio de semana. Y sí. Era sarcasmo.
Aún Rosslenne seguía con esas orejas enmarcando su rostro.
Se encontraba terriblemente cansada. Estaba enserio dando su mejor esfuerzo para estar bien con cada materia pero el problema era Historia.
¡Porque a pesar de poder compartir con su gran crush eso solo la estaba entorpeciendo!
No es para extrañarse. Rengoku era sin duda un hombre sumamente atractivo y no solo eso, también buena persona y carismático.
El pensamiento de que quizás tenía un hijo surcó por su mente.
No, no, no... No era momento para eso. Solo empeoraría todo y le haría perder la cabeza.
Aunque... Tenía sentido. Rengoku sensei era ya todo un adulto hecho y derecho. Podía tener la necesidad de formar su propia familia con quien quisiera.
Estar pensando demasiado en ello le hizo tropezarse con alguien.
—¡Lo siento! —cuando vino a ver era Shinobu, una alumna que se había transferido hace poco.
—Ara ara ~ No pasa nada. Pareces estar en otro planeta. —sacudió un poco su falda.
—Sí-si... —se avergonzó demasiado.
—¿Cuál es tu nombre? —la de puntas violetas sonrió.
—Soy Rosslenne, tú debes ser Shinobu. Escuché tu nombre cuando te presentaste en la clase de al lado. Bueno... ¿Además de que tu hermana es maestra, no?
—Así es. Es un placer conocerte Rosslenne.
—Que genial. —sonrió.
Siguieron conversando mientras caminaban por el pasillo.
—¿Te está costando los exámenes de esta semana? —preguntó.
—Un poco. Apenas he podido dormir bien por el estrés...
—Ya veo. —puso un dedo en su barbilla. —Tengo un té que me ayuda mucho a la hora de presentar este tipo de situaciones. Puedo tarde un poco.
—¿E-enserio? No es necesario... —negó con las manos.
—Para nada. Solo dame un momento de buscarlo.
La castaña se quedó de pie esperando que volviera.
Revisó los cuadernos que llevaba entre sus brazos.
No quería ser aguafiestas. Estaba algo apurada ya que justo tenía que ayudar a Rengoku.
Además no le agradaba del todo andar en medio del pasillo. Aunque la mayoría se retiraron del colegio no quería llamar la atención de algún profesor.
Mientras se distrajó un momento revisando los apuntes salió Kyojuro de una de las aulas.
—¡Ah! ¡Rosslenne! —este le sonrió.
—Rengoku sensei... —ella le sonrió de vuelta. Después de todo era inevitable, su aura era tan agradable que se le contagiaba.
—Te estaba buscando. Pensaba que ya estarías en la oficina.
—Oh, bueno. Iba de camino...
—¡Entiendo! No te preocupes. —este acarició su cabeza.
Ambos ante dicha acción no supieron cómo reaccionar.
Se miraron y al cabo de unos segundos se pusieron rojos cual tomate.
Menos mal no hubo nadie que los vio.
O eso pensaban...
—Ara ara ~ Ya volví. —parecía un fantasma. Ninguno de los dos se dieron cuenta de su presencia.
—¡Kochō-san! ¡Qué agradable verla! —Rengoku respondió hablando un poco más alto de lo normal. —¡Su hermana está haciendo un gran trabajo enseñando!
Rosslenne no sabía si estaba intentando cambiar el tema de una manera desesperada. Después de todo el rubor de sus rostros no desaparecía.
—Así es. Me alegra mucho. —Shinobu miró a la castaña. —Aquí esta, espero que te ayude. —dejó con cuidado un pequeño sobre de té. —Puedes añadirle un poco de leche si quieres.
—¡Mu-muchas gracias! —ella agradeció dando una reverencia.
Aquello al joven profesor que él le había regalado un poco de té hace días atrás. De alguna manera su gesto se endureció.
—Los dejaré solos. Espero verte otro día. —se despidió la azabache de puntas violetas.
Cuando se quedaron solos se dirigieron a donde normalmente trabajaban. El silencio le preocupó un poco a Ross. Después de todo casi siempre solía preguntarle algo o hablar sobre cualquier tema.
—¿Se encuentra bien? —ella intentó verle al rostro. Ya que todo este tiempo él estaba caminando delante de ella.
—¡Estoy perfectamente! No te preocupes.
Aquella respuesta no le convenció del todo.
Cuando entraron se mantuvieron en silencio comenzando su trabajo.
Rosslenne sentía que algo le estaba ocurriendo a Kyojuro. No sabía si es que era muy observadora pero cuando a alguien le sucedía algo podía notarlo con facilidad.
Después de todo llevaba tiempo conociéndolo.
—Rengoku sensei... —le llamó al rato pensando en cómo iniciar una conversación.
—Por favor llámame Kyojuro. No es justo que te llamé por tu nombre y tu no. —respondió revisando algunos exámenes.
Era verdad. Después de todo la joven era del extranjero y prefería que le llamaran por su nombre.
Rengoku fue uno de los primeros que se enteró de esto. Aún recuerda la primera vez que escuchó su nombre salir de sus labios.
Intentó esconder su rostro a través de las hojas.
Tal vez podría aprovechar la oportunidad para preguntarle algo que daba vueltas en su cabeza...
Uff, por fin actualización. Quería integrar más personajes ya que siento que así se hace más dinámico todo <3 Disculpen si hay algún error ortográfico ASDUSADJ
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