𝑞𝑢𝑖𝑛𝑐𝑒


Rosslenne quería huir como nunca en su vida. No se consideraba una persona cobarde ni mucho menos. Solía enfrentar todo lo que se le presentara sin titubear.

Sin embargo, cuando involucraba a Rengoku es como si esa valentía se esfumara.

Ahora podía sentirse identificada por aquellas protagonistas de novelas que al ver a la persona amada actuaban de esa manera.

Ellas se reían en su cara ya que estaba igual. Se lo merecía ya que se burló más de una vez.

Con el bentō entre sus manos tragó saliva. Primero quería calmarse hablando con Inosuke pero no podía ya que al parecer iba a unirse a un club.

¡Ni siquiera le dijo cual!

Se sentía algo excluida pero debía entender que no harían todo juntos para siempre. En algún momento tomarían caminos separados.

Para empeorar su oportunidad de compartir con alguien Shinobu estaba limpiando un aula ya que era su turno. Le dijo que no la esperara para comer.

Buscó por una última vez  a alguien conocido pero fue en vano.

Cuando iba a dirigirse hacia el salón escuchó unas voces. Solamente necesitaba caminar un poco para llegar.

Gyomei estaba hablando con Rengoku.

Trató de acelerar el paso para que no la vieran.

—¡Rosslenne, por aquí! —Shinobu le llamó llamando la atención de los dos.

Volteó con una sonrisa forzada.

—¡Ahora que lo recuerdo! —colocó un dedo en su mentón. —¿No dijiste que buscabas un club? ¡Hay uno de ballet que Mitsuri entro! ¡Te verías hermosa con mallas! ¡Seguramente tendrías muchos admiradores!

Dijo todo eso tomando sus manos. Sabía que lo estaba haciendo completamente a propósito. Hasta su voz estaba un poco más elevada de lo usual.

Podía sentir la mirada de sus profesores en su nuca. Con su gesto estaba rogando que parara.

La mirada de Shinobu era clara de que le siguiera la corriente.

—Ah, suena bien. ¡No lo había pensado! —respondió lo primero que se le ocurrió tratando de sonar creíble de la mejor manera posible.

Miró detrás de ella.

—Disculpa que no pude comer contigo. Estaba delicioso. —le susurró. Le mataba la curiosidad saber lo que estaba viendo y más que no se lo dijera. —Nos vemos al final de las clases.

Con eso se fue. Rosslenne escuchó como Rengoku se despidió.

Un momento. Tuvo que irse a una clase ya que...

Justo era la que le tocaba.

Tragó saliva y caminó hasta entrar al salón que estaba anteriormente. Comió con algo de ansias.

Apenas tenía algo de tiempo. Tal vez comería el resto después.

Aprovechó al salir que varios estudiantes ya se dirigían a la clase de Historia.

De alguna manera se escabulló para entrar con ellos.

Se sentó en un lugar más atrás de lo usual. Sin embargo a pesar de que su plan de pasar desapercibida tuvo éxito sabía que tarde o temprano Rengoku la vería.

En eso el rubio entró al aula.

De inmediato notó que se encontraba diferente. Algo decaído.

A pesar de eso sonrió hacia sus alumnos.

—Buen día clase. Hoy tendremos una prueba corta para repasar lo último que hemos visto. —paso su mirada por el salón hasta que se detuvo en Rosslenne.

Sintió escalofríos y aunque quisiera no pudo parar de verlo.

—Comencemos. —empezó a escribir en la pizarra.

Mientras respondía por su mente se preguntaba si se estaba bien. Tal vez ocurrió algo con su familia.

A propósito se quedó de última mientras pocos le preguntaban algunas cosas.

Cuando salió el último estudiante se acercó.

—¿Cómo está? —dejó el papel con el resto.

—Rosslenne. —dejó sus lentes de lectura sobre el escritorio. —Bien.

Frunció el ceño. Podía presentir que le estaba mintiendo.

—No me lo niegues. Sabe que no se encuentra como es habitualmente. —Rengoku le miró sorprendido. —Siempre me dijo que si necesitaba ayuda podía contar con usted. Espero al menos retribuirle de la misma manera aunque sea escuchándolo.

Espero su respuesta. Estaba algo nerviosa.

El rubio simplemente sonrió y se levantó haciendo que ella retrocediera un poco.

—A veces ser sincero no es la solución de tus problemas. Hay situaciones dónde no puedes serlo ya que podría perjudicar muchas cosas. —quedó al frente de ella. —Tú también estás actuando de una manera particular. ¿Puedo saber qué es?

Rosslenne no supo que decir.

—Creo que estoy en la misma situación. —dijo sin pensar.

Hubo un silencio que era algo raro. Por lo menos sentía cierta tensión.

—¿Por qué te alejaste de mí?

—¿E-eh...? —Rengoku se puso serio de repente. Miró hacia el pasillo donde parecía estar desolado. La puerta estaba cerrada.

—Siento que te quieres alejar. Eso me pone triste.

Ver su gesto adolorido le partió el corazón.

Lo abrazó con mucho arrepentimiento.

—¡No, no quiero eso! ¡Enserio!

Kyojuro olía muy agradable. Eso sumando su calor era reconfortante. Por su estatura le llegaba a la altura de su pecho.

Pronto sus brazos la rodearon. Quería quedarse así para siempre.

Le apretó fuerte. Tanto que hacía que su corazón se acelerará más si fuera posible.

El cabello de Rengoku le hizo cosquillas en la mejilla ya que se había inclinado un poco. Sonrió.

En el momento que lo sintió alejarse quería impedirlo y ser egoísta.

Nadie pudo predecir que en el momento que ella levantará la mirada los labios de Rengoku se posaron sobre los de ella.

Tardó en reaccionar. Pensaba que estaba soñando.

Fue tímido. Como si fuera un completo inexperto. Sintió una agradable sensación recorrerle todo el cuerpo.

No existía nada. Solo ellos en ese momento.

El sonido de unas voces aproximarse los sacó de su burbuja para separarse de una manera algo brusca.

—Deberías... Ir a tu clase.

La castaña asintió para despedirse echa un manojo de nervios.

Cuando se quedó solo Rengoku colocó una mano sobre su cara con el rostro completamente rojo.

¡¡AHHHHH!! No podía dormir hasta escribir este capítulo. Quiero decir tantas cosas pero estoy en modo pánico porque no sé si es demasiado pronto :'''D

Osea, ellos se conocen desde hace un tiempo solo que donde comencé el fanfic es cuando Rosslenne se fue percatando de sus sentimientos. No quiero que sea simplemente un amor pasajero ASJDJK.

A este punto quería llegar para profundizar un poco en eso. Lo que menos quiero es que se vea forzado o algo así ;; Como los fics que he leído casi siempre la prota es la que toma la iniciativa quise cambiar eso.

Rosslenne en este capítulo: Ni siquiera tuve que pedírselo.

Yo también quiero vivir ese hermoso sueño don pool AJJAJA 

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