𝑑𝑜𝑐𝑒


Se despertaron bastante tarde. La razón más que lógica era que hablaron gran parte de la madrugada. Rosslenne fue la primera en caer en brazos de Morfeo.

No hubo forma ni manera de despertarla. Inosuke intentó hacerlo pero se rindió. 

De igual manera se quedó dormido a su lado.

El azabache despertó al sentir como algo vibraba en la cama. Estaba a punto de lanzarlo por la ventana si no fuera porque notó que era el celular de su amiga.

—Oye, está cosa no para de molestar.

—¿Hum...? —ella se movió soñolienta. —¿Qué cosa...?

Le mostró el dispositivo.

—¡Oh! ¡Es mamá! —se levantó de prisa. —¡¿Aló?! ¡¿Cómo estás?! ¡Por fin me llamas!

El azabache volvió a acostarse arropándose. De fondo aún escuchaba la voz de Rosslenne. Pudo darse cuenta que bajaba de tono.

—Entiendo... Sí, lo sé. Te amo. —colgó.

—¿Qué paso? 

—No será posible verlos si no el mes que viene. —contestó decaída.

Él se incorporó. Viendo a la castaña con un gesto neutro.

—No pongas esa cara. Los verás pronto. —ella asintió. —¡Vamos! ¡Preparemos tu comida favorita! 

Prácticamente la arrastró a la cocina. Rosslenne se quejó ya que necesitaba ir al baño para lavarse la cara. 

Prepararon ramen. Aunque tardaría un poco para que se ablandara la carne valdría la pena.

El olor solamente aumentaban las ganas de comer. Se veía delicioso.

—Creo que esto es nuestro desayuno-almuerzo. —dijo la oji miel viendo la hora. Casi medio día.

—¡No importa! —puso con cuidado los platos sobre la mesa. Realmente no quería hacerlo pero era más su temor a quemarse.

Sintieron como la comida les calentaba el cuerpo.

No hablaron ya que se concentraron en comer.

—¿Entonces mañana te tocará dar tu primera clase? —preguntó Inosuke señalándola con los palillos.

—Así es. Realmente me alivia mucho. No me han pedido más debido a que ya acabó el período de exámenes. 

—Que mal. Si conocieran lo buena que eres de otras escuelas estoy seguro que no pararían de llamarte.

—Me harás sonrojar... —y no era broma. En serio aquel comentario le avergonzó.

—¡Es en serio! ¡Si pudiste conmigo que tenías que repetirme cada cosa como diez veces podrás con cualquiera!

Aquello le hizo reflexionar. 

—Puede ser. Solo que sabes que es algo complicado también por el horario. Y no todos están dispuestos a comprometerse. Sin contar que más de uno puede crearme mala fama solo por tener malas intenciones.

Inosuke volteó a verla mientras se servía un poco más en su plato.

Rosslenne realmente amaba enseñar. Sentía que era su vocación. 

Apenas comenzó hace meses atrás. Era una inexperta. Tenía un largo camino por recorrer.

—Nunca me has dicho porque te gusta hacerlo.

Aquella pregunta la tomó desprevenida.

—Oh, bueno. Me gusta poder transmitir lo que sé a los demás. Siento que puedo aportar aunque sea un poco. Eso me hace feliz.

El azabache le observó en silencio.

—No es para nada como lo que hacen mis padres que tienen reuniones y hablan con tantas personas. Aunque es una contradicción ya que en algún momento tendré que hacerlo. —rió.

—Es bueno saber que tienes claro lo que quieres hacer... —miró hacia la mesa. —Todavía no tengo idea en que puedo ser bueno.

—Lo encontrarás. Todos tienen su ritmo.

Se levantaron para limpiar y ordenar. Inosuke abrazó a Rosslenne antes de irse.

Mientras pensaba en los temas que le enseñaría a Senjuro transcurrieron las horas y llegó una llamada.

—¿Aló? ¿Shinobu? —vio hacia la ventana. —Oh claro. Puedo ir. Entonces nos vemos allá.

Menos mal terminó hace un rato. Buscó en su guardarropa para salir.

Al llegar al centro comercial le abrumó por un momento la cantidad de personas. Era más que obvio que era fin de semana.

A la distancia una chica parecida a Shinobu le hizo señas para que se acercara.

¡Era muy hermosa!

—Hola... —saludó con timidez. —Es un placer.

—Igualmente. ¿Rosslenne, cierto? Es algo divertido el hecho de que estemos en el mismo colegio pero nunca tuvimos la oportunidad de hablar. —sonrió.

—Sí... Supongo que el destino igual quería que nos conociéramos. —le dio un abrazo a Shinobu como saludo.

—Bueno, vamos ~

Entraron a una tienda de ropa. La azabache de puntas violetas quería que le acompañara con su hermana para comprar algunas cosas y consideró en pedirle a la castaña que fuera con ellas.

Podría conseguir algunas cosas aprovechando la oportunidad.

Mientras Kanae fue a probarse unas prendas Shinobu le habló:

—Me alegra que vinieras. Me gusta salir pero cuando se trata de mi hermana mayor suele tardarse mucho en esto. Pensé que sería divertido si estaba contigo. —pasaba con su mano varias camisas en el mostrador.

—Entiendo. —sonrió. —No he hecho esto nunca. Solamente tengo a mi mamá pero es una mujer muy ocupada.

—¿No tienes hermanos? —le miró.

—No... —dijo con cierta tristeza.

Sintió como colocaba su mano en su hombro.

—No te preocupes. Puedo ser tu hermana de todas maneras, Kanae también. Existe la familia que una elige.

Le pareció una acción muy hermosa. Tanto así que sus ojos picaron.

—Deberías ver cómo te queda este. —escogió un vestido largo color crema. Tenía la parte de arriba en forma de V.

Realmente no quería hacerlo. Ni siquiera revisó el precio.

Lo hizo para complacerla. Entró al probador suspirando dejando sus cosas en la pequeña silla al lado del espejo.

Mientras se amarraba el cabello para que no estorbara sonó su celular. Por acto reflejo se fijó de quien se trataba.

Su corazón se aceleró al ver un mensaje y una foto de Rengoku.

Kyojuro (˘ڡ˘ς) :

¡Esta foto me la tomaron hace unos días!

Rosslenne no pudo evitar reírse. Trató de taparse la boca evitando ser tan ruidosa pero fue demasiado tarde.

—¿Qué tiene tanta gracia? —preguntó Kanae que salía casualmente de cambiarse.

—¡Lo-lo siento! ¡No es nada! —dejó el teléfono a un lado aun manteniendo la sonrisa en su rostro.

Ya lista salió. Kanae llevaba un hermoso vestido negro. Era bastante recatado.

—¡Guao! ¡Se ve preciosa!

—Tú también te ves muy bella. ¡Ese vestido te queda completamente!

—Gra-gracias... —se sonrojó. —¿Y Shinobu? —la buscó con la mirada.

—Fue a comprar algo mientras terminamos aquí.

Ambas se dirigieron a la caja. Por suerte podía llevarse el vestido. Aunque Kanae insistió en ayudarle en pagar una parte.

Se encontraron con Shinobu en una mesa y esperaron por la comida.

Estaba muy feliz.

¡Actualización temprano! Bueno... ''temprano'' porque normalmente subo capítulo en la noche y son casi las dos de la tarde jaja... (ಥ_ʖಥ)

¿Hace falta que diga que es el ramen? Es una de las maravillas del mundo. Sí que siii WOOO

La imagen cada vez que la veo me hace reír como desquiciada. Tenía que incluirla JAJAJA. Rengoku usted es un seductor.

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