𝑑𝑖𝑒𝑐𝑖𝑠𝑒́𝑖𝑠
En el momento que entró al baño y revisó que se encontraba sola miró su reflejo.
Su rostro estaba demasiado enrojecido.
No podía creerlo...
¡Rengoku la había besado! ¡¿Pero qué...?!
Reaccionó para limpiarse el rostro con suficiente agua intentando hacer cualquier cosa para confirmar que aquello fue real.
—¡Au! —se pellizcó el brazo. —En serio paso...
Tenía que hablar con Shinobu antes que sonará el timbre. Revisó la hora y quedaba muy poco, si se apuraba podría encontrarla.
Secó su rostro con un paño que solía llevar en el bolso para salir.
Cuando caminaba por los pasillos pasó por su mente en mandarle un mensaje. ¿Cómo no lo pensó antes?
Escribió mientras la buscaba en varios salones.
Pronto su teléfono sonó. Pensaba que le respondió pero se detuvo de manera abrupta.
Kyojuro (っ˘ڡ˘ς):
Necesito hablar contigo después de clases.
Oh no.
Se apresuró a buscar a Shinobu hasta que juró escucharle cerca. Estaba al lado de una chica de cabello rosa y puntas verdes al igual que sus ojos.
—¡Ross! —ella le saludó.
—Ho-hola... —buscó apoyo de la azabache tomando su mano. —Lo siento, solo la necesito un momento. Es algo importante.
—¡No pasa nada! Espero verte luego ~
Agradeció con una sonrisa mientras se llevaba a Shinobu.
Salieron hacia el patio de la escuela donde pudieran tener privacidad.
—¿Te encuentras bien?
—¡No lo sé! —trató de tranquilizarse.
—Calma, piensa en lo que vas a decir.
Shinobu esperó pacientemente que Rosslenne busque las palabras adecuadas. Hasta miró a su alrededor para asegurarse que nadie la iba a oír.
—Kyo-kyojuro me... —la azabache se sorprendió.
—¡Espera! —le puso un dedo en sus labios. —No deberías decirlo en voz alta. Mejor luego hablemos sobre esto. Pero por tu reacción no fue nada malo ¿No?
Ella negó varias veces.
—Bien. —sonrió. — ¡Estoy tan feliz!
Rosslenne la abrazó. Aunque se conocían hace poco le era muy reconfortante contar con su apoyo.
—Vamos, te acompañaré a tu salón.
—Shi-shinobu... Solo una cosa. Me dijo que quería hablar conmigo después de clase.
Se detuvo mirándola.
—Ara ara ~ Entonces va enserio. —dijo manteniendo su sonrisa. —A este punto no deberías echarte para atrás. —hizo un puchero. —Qué lástima, ya tenía muchas cosas planeadas. Pero de todas maneras las haré. Nunca está demás.
Aquello le dejó con suma curiosidad.
—Por cierto. Realmente quiero que te unas al club de ballet.
—¡¿Eh?! ¡Pero apesto en los deportes! —empezaron a caminar.
—Estoy en el de esgrima y antes no era tan buena. Todos comenzamos siendo novatos, solo es cuestión de práctica.
Podría ser.
—¡Además imagina las posibilidades! Mitsuri es muy buena ayudando con la flexibilidad. Haces algo fuera de tu zona de confort y conocerás a nuevas personas. Puedes hablar con Susamaru, es algo gritona pero es buena persona.
—Tendría que ver, no quisiera emocionarme y luego que por temas del horario no pueda asistir.
Escucharon una explosión.
—No de nuevo... —suspiró Rosslenne. —Me toca clases con él, no quisiera tener que lidiar con su mal humor.
—Creo que no tienes otra opción.
—Que lastima que no nos toca juntas.
—Me faltan algunos trabajos con Tengen sensei para que me permita asistir a su clase. Al parecer no le gusta mucho lo que hago. —dijo con cierto tono de molestia.
—Bueno, estoy segura que podrás incorporarte pronto.
Se despidieron.
Tardó un poco más que el resto en terminar su pintura. Le daba algo de incomodidad que por el enorme agujero de la pared cualquiera pudiera asomarse.
Lo dejó con el resto para que se terminara de secar.
Mientras guardaba sus cosas en el bolso notó que no le regresó la chaqueta a Kyojuro. Aun se mantenía doblada cuidadosamente.
No pudo hacerlo cuando estaba con Senjuro. Más que todo para no crear malos entendidos.
De igual manera podía hacerlo ya que iba a buscarlo.
No tenía sentido salir por la puerta así que con cuidado se fue por el espacio libre que quedaba.
—Nos vemos mocosa. —dijo Uzui cuando la vio irse.
—Espero que mejore su temperamento.
—¡No me digas que hacer!
¿De dónde sacaban tanto presupuesto para arreglar esa pared? Pregunta que quizás jamás se obtendrá una respuesta.
En el momento que quedó al frente de la puerta de la oficina de Kyojuro repetía las palabras de Shinobu.
Era verdad. No podía echarse atrás ahora.
Al escuchar su voz darle permiso entró.
Le dio una mirada antes de buscar en su bolso lo que le pertenecía antes de que se le olvidara. Estaba sentado en el escritorio con las piernas cruzadas.
—Le quería dar... —sus palabras quedaron inconclusas al verlo al frente de ella. Tomó su rostro entre sus manos con sumo cuidado.
Juntó sus labios brevemente de una manera muy dulce.
Rosslenne apretó con fuerza la chaqueta contra su cuerpo.
Rengoku alejó su rostro del suyo.
—Discúlpame, sabía que comenzaba no iba a parar de hacerlo.
—Us-usted...
Al verle temblar un poco se asustó.
—¡Lo siento mucho! —le soltó. —¡Sé que lo que estoy haciendo no es lo más apropiado!
—¡No es eso! —tomó su mano. —¡No me importa lo que está bien o está mal! ¡Quiero estar contigo!
Hubo un corto silencio. La castaña sentía un gran peso desaparecer de sus hombros.
—¡Ya veo! —sonrió muy animado.
Ahí estaba su personalidad que tanto admiraba y adoraba.
¿De verdad estaba triste solo por las cosas que hizo?
—Am. Le traje lo que me prestó la otra vez. —lo levantó con el rostro arder.
—Te lo hubieras quedado si lo necesitabas.
—¡No, no! ¡Es suyo! —negó con la cabeza.
—Te lo agradezco. —lo recibió.
Rosslenne no sabía qué hacer. Todo estaba sucediendo tan de repente que quería saltar de la alegría.
Se sentó para empezar a ayudarle. Después de todo no quería forzar una conversación que puede que sea más apropiado en otro momento.
La hora paso muy rápido para su gusto.
Shinobu quería que se fueran juntas ya que se sentía mal por dejarla en el almuerzo.
Ambos salieron y se detuvo al escuchar a Kyojuro.
—¿Esperaras a Kochō-san? —ella asintió.
En eso como si mencionarla la invocara apareció por el pasillo agitando su mano.
—¡Rosslenne! —sonrió. —Rengoku sensei, que bueno verle. —se detuvo a su lado.
Por alguna razón sintió un escalofrío cuando Shinobu se detuvo a ver la chaqueta.
—¡Que chaqueta tan bonita! ¡Se me hace familiar!
—¡Kochō-san! ¿Ah, sí? Está de moda esta marca. —respondió Kyojuro sin entender la indirecta.
—¡Se nos hará tarde! ¡Vámonos! —agarró a la azabache de la mano mientras sentía el rostro sonrojarse. —¡Gracias por todo!
—¡Avísame cuando llegues! —dijo el rubio.
Kanae las esperaba para llevarlas en el carro. Se sentaron en los asientos traseros.
—Lo siento ~ Fue muy tentador. —se divertía con la reacción de su amiga.
Rosslenne solamente negó con la cabeza para ver por la ventana sonriendo.
UIASDJSD AUXILIO ESTE HOMBRE ME MATA. Es apenas el comienzo de lo interesante mis amores uvu
¿Quieren dibujitos de la Rosslenne? Me gustaría hacerla para que se imagen un poco es. Aunque creo que sería un boceto.
Pronto se vendrá un especial. ¿Les gustaría uno de San Valentín? ♡
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