𝑐𝑢𝑎𝑡𝑟𝑜

—¿Por qué hay necesidad de estudiar? Bendito sistema. —la castaña se quejaba en voz alta. Estando sola en su habitación a ya pasadas las nueve de la noche.

Pocos días habló con Rengoku sobre su desempeño en la materia. Le mando un examen particular de lo visto en las últimas clases para poder compensar las terribles notas anteriores.

¡Y no solo eso! Debía ayudarle después de clase.

Era como si la vida supiera que estando más cerca de él las posibilidades de que todo saliera mal aumentaran en un mil por ciento.

Suspiró frustrada. Su cerebro no podía procesar más información.

Decidió distraerse un poco en la computadora, dejando de lado los resúmenes que encontró por Internet.

Entonces notó como tenía una solicitud nueva.

Volvió a mirar sin poder creerlo, es decir, su cuenta no la conocen muchas personas. No solía publicar mucho en realidad...

Algo indecisa abrió la ventana para casi caerse de la silla.

¡¿Era Kyojuro?!

Entró al perfil verificando lo que sus ojos le mostraban. Habían fotos familiares publicadas y se veían muy reales.

—Seguro es una cuenta falsa. —se intentó convencer. Entonces notó como varios de sus contactos también lo tenían agregado. —¿Mitsuri lo tiene como amigo? Vaya sorpresa... —dijo con claro sarcasmo.

Se sentó bien en la silla, cruzando sus brazos. Estiraba los labios pensando que hacer.

Bueno, no es nada fuera de lo común... ¿No?

Lo aceptó y al instante dio un chillido.

—Suficiente distracción, debo continuar estudiando. —respiro profundo para continuar con su prioridad. —Espera... Lo acepté, eso quiere decir que puedo ver sus fotos... ¡No! ¿Qué diablos piensas Rosslenne? ¡No es momento para stalkear a tu profesor!

Abrió de nuevo el documento que estaba leyendo.

Se quedó viendo la pantalla un momento.

Solo una miradita no hará daño...

Abrió al perfil de su profesor más rápido de lo que canta un gallo. No había muchas publicaciones, se notaba que no solía frecuentar la red social.

En las fotos se encontraban apenas tres, dos de él que una de ellas estaba sentado en su escritorio; la siguiente parecía entregar un diploma a una estudiante y una de un chico que se parecía bastante a él.

Debe ser su hermano, lógicamente.

O tal vez su hijo...

¡No, no, no afuera esos pensamientos!

Esta vez sí que iba a decidir repasar de nuevo antes de acostarse. Más el sonido de notificación le hizo asustarse.

Por Dios, no se asusta por las películas de terror pero si por el sonido de una red social.

La curiosidad fue demasiado. Su mano se movió sola para revisar.

Tuvo que taparse la boca para evitar gritar y despertar a sus padres.

Era un mensaje de Kyojuro.

Kyojuro Rengoku:

¡Hola Rosslenne! ¿Qué haces despierta tan tarde?

—¿Eh? —fue entonces que cayó en cuenta que había habilitado la opción de que saliera en línea. 

Rosslenne Doll:

Oh, hola profesor. 

Estaba estudiando un poco antes de dormir jaja

Espero unos minutos antes de enviarlo. No quería parecer una desesperada, aunque lo estaba. Pero al menos tenía que disimular.

Menos mal que era un mensaje, porque sabía que era una vil mentira. Apenas pudo estudiar algo con mucho esfuerzo y se volvió a distraer.

Kyojuro Rengoku:

¡Ya veo! Es una buena idea antes de irse a la cama y al despertar. 

Ten cuidado de no trasnocharte demasiado ¿De acuerdo? 

¡Mucha suerte!

Con ese simple halago se sintió mucho más motivada. Podía sentir la energía de Rengoku aunque fuese solo un mensaje. 

Agradeció deseando buenas noches. 

Repasó unos veinte minutos para así poder irse a la cama.

(...)

Mientras tanto Rengoku leía de nuevo los mensajes que intercambió con su alumna y por alguna razón poco a poco su rostro enrojeció.

—¿Hermano, estás bien? —su hermano menor le vio recostarse sobre la laptop ocultando su rostro.

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