Atracción...

Desperté, otro día para enfrentar, me preparé para ir a estudiar, y luego fui a la cocina.

-Joven Overland, aquí está su desayuno -dice una mujer de la servidumbre, dejando un plato frente a mí.

-gracias.

-oh, y una chica lo estaba buscando hace rato, dijo que se llamaba Raquel.

-ah ¿sí? ¿Que le dijiste?

-le dije que estaba ocupado -ella sonrió.

-je, perfecto, no sabes cuánto quería librarme de ella -también sonreí, ella me mira divertida.

-lo supuse -dijo para luego dejarme solo.

Termine de comer y estuve aliviado de levantarme de esa enorme mesa vacía, decidí ir en el transporte público, no quiero que me vean en mi auto el primer día, siempre que lo uso pasa algo malo.

Camino hacia la estación de autobuses y de paso veo un café que recién se inauguró hoy, tal vez pueda tomar algo ahí después del instituto, si no me topo con alguna molestia, al menos las vacaciones me ayudaban a deshacerme de la falsedad que me dedican.

Subí al autobús y llegué al instituto, camino ignorando las voces femeninas que me llaman, solo quiero que esto acabe.

Sigo en dirección a mi salón, llego cuando la clase comienza, no soy presumido, pero me considero inteligente, supongo que pensar mucho y hablar poco me ayuda.

Estábamos todos concentrados, cuando de repente la puerta se abre y una chica rubia entra apresurada.

-Hola, ¿este es el salón de historia?-pregunta con la respiración agitada, debió correr mucho.

-no señorita, esta a dos clases más -el profesor le indica con la mano hacia donde ir.

Mientras tanto toda la clase ríe, la chica solo corre apresurada, que graciosa, confundirse el primer día, supongo que es nueva, esta es la primera vez que la veo.

El maestro siguió con la clase, y trate de concentrarme de nuevo

(...)

Al fin siento un gran alivio, las clases terminaron, solo debo esquivar a todos para salir de aquí.

Mis compañeros me saludan alegres, finjo una sonrisa tal como ellos fingen su interés en mí, cuando estoy a unas cuadras alejadas de la institución, una voz me detiene.

-Jackson, ¿¡puedes explicarme porque me dejaste sola ayer!? -gritó la chica de cabello rojo teñido mientras jalaba mi brazo.

-es simple, no quería estar contigo.

-no te perdonaré esto, si me invitas a salir es porque quieres estar conmigo, ¡no dejarme sola!

-wow ¿yo te invite a salir? por lo que recuerdo, tu me invitaste a salir a mí -digo irritado -además, dije que si porque sabía que harías un escándalo si te decía que no, como lo haces ahora.

-siempre aceptas salir conmigo, incluso con otras, ¿¡por qué hasta ahora me rechazas!?

-tal vez ya estoy cansado de chicas como tú -me suelto de su agarre con frustración -quiero algo real, no algo falso.

Camino mientras la ignoro, ella me llama, pero yo ya me cansé, quiero algo real y aquí no puedo encontrarlo.

(...)

Otra vez me encuentro mirando por la ventana del autobús, hay una pareja de ancianos adelante, se ven... Felices.

Supongo que debieron tener una hermosa historia, me pregunto si yo también podré tener una.

no lo creo...

El autobús se detiene, justo al lado del café que vi hace horas.

Un café no estaría mal, necesito calor en mi interior.

Entre al café y su ambiente era realmente cómodo, me senté en una mesa junto a una ventana y miré el menú.

Llegó la mesera y le pedí un capuchino, saqué mi teléfono y mis audífonos, la música es una buena manera de canalizar mis sentimientos, entretenido miro por la ventana, hasta que una chica en especial se cruza por mis ojos, aquella rubia despistada, entra al café y se pone un delantal ¿Trabaja aquí?

Ella atiende a otras personas, yo la veo, es muy bonita a decir verdad.

-aquí tiene -ella me entrega mi capuchino.

Él café es muy bueno, creo que vendré más seguido, escucho una risa y me volteo.

Sigue siendo ella, sonriendo tan sinceramente, creo que caí en la locura, no sé en qué momento tomé una foto de ella, le hago zoom a su cara, tan sincera.

Quisiera que me dediqué una sonrisa, así tal vez vería una verdadera.

Caí en la demencia, porque quiero saber más de ella, quizá sí venga más seguido.