𝔹 : 𝙷𝚊𝚗𝚐𝚘𝚟𝚎𝚛.

Kaiyo entró a la oficina con un dolor terrible de cabeza. Renegando con la falda dorada que llevaba su traje, "¿por qué no elegí el body?" se maldijo, pero la realidad fue que se puso lo primero que vio desparramado en su cuarto.

Hawks miró divertido los borcegos negros, cuyos cordones iban arrastrándose por el suelo son atar, esas no eran las botas originales del traje sin dudas. Tampoco les hacían justicia.

—¿Saliste de fiesta ayer? ¿En plena semana? Me ofende que no me invitaras...

Toshinori se dejó caer en la silla giratoria de su escritorio con pesadez, cerró las cortinas desde el mismo asiento y se acomodó las gafas de sol. 

—Te cuento si me dejas dormir dos horas y me cubres—sobornó.

Hawks hizo una mueca pensativo, llevando sus manos a los bolsillos, luego sonrió y asintió.

—Acepto, parece divertido saber cómo la cagaste anoche.

[ La noche anterior ]

Toga sopló aburrida un mechón rubio de cabello que caía sobre su cara tediosamente. Para entrar al maldito bar debía verse, por lo menos, de 19 años para que le aceptaran la identificación falsa. Así que allí estaba, con el cabello suelto, maquillaje abundante y vestido escotado, a pesar de que sus pechos no eran la gran cosa que digamos.

Dabi observaba en la parte más alejada y oscura del bar, tan camuflado que ni siquiera podía verlo desde su mesa. El plan era fácil, encontrar a Kaiyo en su bar de siempre y seguirla hasta su casa. Atraparla y llevarla a la guarida.

Llevaban dos malditas horas esperando cuando Kaiyo entró con anteojos de sol puestos y una peluca negra para que nadie pudiera reconocerla. Dabi observó su figura, esbelta y con bastante cintura, las prefería con más caderas... pero no estaba mal, sus muslos también eran lindos.

Kaiyo miró la mesa de Toga desde la barra, Himiko entró en pánico por un instante, quizá la había reconocido y todo el plan estaría perdido. Dabi se preparó para la retirada, incluso si debía quemar el lugar en el proceso. Pero no fue así, Toshinori caminó hacia ella y se sentó, bebió un trago de cerveza y se quitó los anteojos de sol, atontando a la adolescente con sus intensos ojos celestes que la observaban interesados. 

—Hola, ¿te importa si te acompaño?—le sonrió.

Toga estaba impactada, la mujer frente a ella era preciosa. De rostro anguloso, mejillas rosadas y tersas, pestañas largas y abundantes que contorneaban sus ojos tan particulares, labios ligeramente rojizos y que brillaban gracias al bálsamo labial. 

Himiko sonrió abiertamente, con el corazón palpitando a más no poder. 

—Claro. 

[ ... ]

Dabi bufó y miró el reloj del bar, las cinco de la madrugada. Se quería ir, pero las otras dos no dejaban de hablar y hablar, se suponía que la siguieran y secuestraran, no que se hicieran amigas. 

Bostezo del aburrimiento, se recostó sobre la mesa y volvió a mirar en su dirección, creyó que la vista le fallaba cuando vio a Himiko volcar el torso sobre la mesa provocativamente para acercarse a Kaiyo. 

—¿Qué hace? Va a arruinar todo... —murmuró repleto de frustración. 

Pero su ira, hacia las acciones imprudentes de su compañera, se disipó cuando los finos dedos de Kaiyo tomaron del mentón a Toga y la acercaron más. Los labios de ambas mujeres se concentraron en un beso lento y profundo, los ojos de Dabi se abrieron aún más por la sorpresa. 

El labial rojo de Himiko había impregnado los labios de la heroína. Al separarse, Kaiyo se puso de pie y salió del bar, echándole una mirada cómplice a Toga, quien la siguió instantáneamente. 

—Al parecer, nuestra Supernova es más traviesa de lo que pensé—Dabi tomó el último sorbo de whisky en su vaso, y salió del bar para seguirlas. 

[ ... ] 

Himiko fue estrellada contra la pared bruscamente, mientras los labios de Kaiyo la devoraban. Su lengua cálida se hizo paso en la boca de Toga, y sus dedos acariciaron el recorrido entre su mentón y sus clavículas.

Toga no se quedó atrás deslizó sus manos dentro de la camiseta de Toshinori, deleitándose con la suavidad de su piel. Subiendo hasta sus pechos y apretándolos sobre la tela del sostén. Himiko no pudo aguantar su sed de sangre entre tanta excitación, y mordió con fuerza el labio de Kaiyo, cortándolo en consecuencia. Ella soltó un jadeo y se apartó un poco, bastante sorprendida.

"Ay no, la jodí" pensó Toga avergonzada, lo que sucedía le estaba encantando, ahora Kaiyo no querría seguir. Pero, a diferencia de lo que creía, ella pasó sus dedos índice y anular por la herida, retirando la sangre, sus ojos celestes se centraron ferozmente en Himiko haciéndola sonrojar. 

Aquella mirada tan intensa hizo que las bragas de Toga se empaparan, la mujer frente a ella era despampanante, con un semblante frío, que destilaba poder y superioridad. 

—Límpialos —ordenó autoritariamente Kaiyo, poniendo ambos dedos frente a los labios de Toga.

Himiko la observó asombrada por su cambio tan repentino de personalidad, pero acató su orden con ganas. Pasó la lengua lentamente por la yema de sus dedos, y luego los metió completamente en su boca, jadeando ante el placer de degustar el sabor metálico de la sangre. Los ojos de Kaiyo estaban oscurecidos por la lujuria de tener a la villana sometida contra una pared, en medio de un frío callejón.

—Buena chica... —murmuró satisfecha por la obediencia de Himiko.

El cuerpo de Toshinori la tapó por completo al apretarla más contra el muro, y deslizó su mano por abajo del vestido rojo de Himiko, acariciando su intimidad por arriba de las bragas blancas de algodón. Las mejillas de Toga se pusieron rojas y soltó un jadeo ahogado por la repentina sorpresa, arqueó la espalda cuando apartó la tela e introdujo un dedo lentamente en ella.

—Te sientes tan cálida—se relamió los labios y observó atenta las expresiones de Toga.

La rubia no pudo evitar retorcerse en cuanto otro dedo se agregó y ambos tocaron un  punto bastante esponjoso y placentero. Le encantaba la idea de que una superheroína la estuviera corrompiendo así. Se mordió el labio y cruzó miradas con Dabi, quien la miraba entre divertido por los acontecimientos y celoso por no ser él quien recibiera los buenos tratos de Supernova.

El dedo pulgar de Kaiyo se encontraba sobre estimulando el clítoris de Himiko, llevándola directo a un orgasmo estruendoso, que erizó su piel y la hizo chillar como nunca. Su vista se nubló, agobiada por tanta satisfacción que todos sus sentidos se apagaron.

Kaiyo se apartó, y Himiko cayó suavemente al suelo exhausta. 

—¿Con eso te cansaste? Se nota que eres una niña —se rió, chupó sus dedos para limpiarlos y sonrió. —Aunque debo admitir que sabes delicioso. En fin... —suspiró e introdujo ambas manos dentro de los bolsillos de su chaqueta— nos vemos luego, Toga. —Comenzó a caminar para salir del callejón. Pero a la salida paró en seco, un rayo de luz cegó la vista de Dabi, impidiendo que la siguieran. 

[ En el presente ]

—¿Te das cuenta de que Himiko Toga tiene dieciséis años? —preguntó Hawks entregándole una botella de agua para pasar la resaca que tenía.

Kaiyo la tomó y no tardó en beber un largo trago de esta. Luego lo miró, aunque sus ojos no se encontraron por culpa de las gafas de sol que traía puestas. 

—La edad de consentimiento es a los trece, y es una villana, no una niña pura y casta. Lo que me preocupa es que algo quieren de mí, tenemos que descubrir qué es... 

Keigo miró pensativo a Kaiyo, no le gustaba que estuvieran tan pendientes de ellos. Y que quisieran a su amiga en particular era un problema todavía más grande. ¿Qué necesitaba All for One de ella?


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top