• s e v e n •


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Haber viajado a Roma con tu mejor amigo era una de las experiencias más inolvidables que se puede tener en la vida. Desde un principio no sabíamos italiano por lo que nos intentábamos comunicar a través de señas o en inglés, lo que llegaba a parecer gracioso debido a nuestras  ocurrencias para que nos lleguen a entender; como también con el miedo de no saber que pedir en el menú, y siempre no saber qué es lo que pediste hasta que lo tienes en frente a ti.

—¿Nos perdimos?— le pregunté a Tae mientras que caminábamos de vuelta hacia el hotel

—Si, pero no— me respondió a lo que intenté caminar más adelante de él para mirarlo de frente porque aquello no tenía sentido

—Nos perdimos, ¿cierto?— le pregunté

—Bueno, si— me contestó — . Pero no dicen que ¿todos los caminos conducen a Roma?— me preguntó con una sonrisa

—Si, pero creo que eso no funciona si ya estamos en Roma— suspire—. Nunca más salimos sin el celular—

Solo habíamos salido a comer, solo eso, y luego volveríamos al hotel ya que era de noche. No habíamos ido muy lejos o eso creemos ya que caminamos buscando algún restaurante cerca y una vez que habíamos encontrado uno que nos gustó, fuimos allí, pero es muy posible que hayamos perdido la noción de cuánto habíamos caminado.

—Sino podemos empezar a caminar y ver si algo se nos hace conocido— propuso — . Y cuando veamos a alguien le preguntamos—agregó

Yo solo asentí y así comenzamos a caminar. Era una típica noche de julio en Europa, donde pasaba alguna brisa de verano pero aún así hacía mucho calor.

A pesar de habernos perdido, aún seguíamos tomando fotos, con la cámara que habíamos traído, a nosotros mismos como también a todo el espacio que había a nuestro al rededor que no nos dejaba de sorprender. Donde de un momento a otro nos encontramos por una calle la cual conocíamos muy bien, ya que aquí se encontraba un lugar que lo habíamos visitado días anteriores.

—Pidamos un deseo— propuse

La fontana di Trevi, era hermosa de día pero de noche no era la excepción, todas las tonalidades de blanco y el mármol, con las luces  tenues encendidas y el agua, era un espectáculo para cualquiera que viniera a Roma, y más aún cuando no había muchas personas.

Una vez que bajamos las pequeña escaleras que había allí, para luego sentarnos en el borde de la fuente, ambos tomamos una moneda de nuestro bolso.

Por un momento cerré los ojos en lo que sostenía ambas manos para pedir mi deseo y luego tirar la moneda hacia atrás, y escuché el sonido que hizo la moneda una vez que pegó en el agua.

En ese instante me giré hacia mi derecha donde se encontraba Tae, estaba en el mismo estado que yo hace unos segundo y repitió mi acción para luego mirarme.

—¿Qué pediste de deseo?—

—No te lo puedo decir— le sonreí para luego enredar mi brazo con el suyo y comenzamos a salir de allí—; te lo dire cuando se cumpla. Si es que se cumple— le prometí

—Está bien; y yo te contaré el mío cuando se cumpla— esta vez me sonrío él

Asi comenzamos a caminar nuevamente, esperando poder llegar al hotel; en esta noche tan especial que creo que se convirtió en una de mis favoritas y recién estaba comenzando el viaje.



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Holaa, cómo están? Espero que se encuentren bien 💕
Acá les traigo un nuevo capítulo; espero que les guste ☺️

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