𝟎𝟓. is it just wishful thinking?

✶ㅤ CAPÍTULO CINCO
❪ pov — mason thames ❫

I really thought that i could fix this, nothings different.

SE PODRÍA DECIR QUE BROOKE Y YO ESTÁBAMOS EN UNA RELACIÓN SECRETA.
Que si, si su hermano se enteraba probablemente me mataría por traición, pero no lo podía controlar. Algo en ella hacía que todo valiera la pena, incluso el riesgo de perder a mi mejor amigo.

Las escapadas al centro de patinaje, las tardes viendo películas en su casa cuando Charlie no estaba, y esas pequeñas miradas que compartíamos cuando estábamos en público con su familia... Todo eso era un peligro constante, pero no podía evitarlo. Brooke tenía una forma de hacer que todo lo demás desapareciera.

Me gustaba la manera en que se reía por las cosas más simples, o cómo fruncía el ceño cuando intentaba concentrarse en un movimiento complicado sobre el hielo. Me gustaba que confiara en mí, que me dejara verla vulnerable, incluso cuando intentaba ocultarlo. Y aunque sabía que todo esto probablemente nos explotaría en la cara tarde o temprano, seguía adelante.

Era inevitable.

— Mason, ¿estás seguro de esto? — preguntó Brooke una tarde mientras estábamos sentados en una banca cerca del centro de patinaje. Su voz era suave, pero sus ojos reflejaban una mezcla de emoción y preocupación.

— Brooke, no puedo evitarlo. — respondí, tomando su mano y entrelazando mis dedos con los suyos.

Ella sonrió, aunque había un atisbo de incertidumbre en su expresión.

— Si Charlie se entera...

— No se va a enterar. — aseguré, aunque incluso yo sabía que era una promesa vacía. Charlie no era tonto, y cada vez se hacía más difícil ocultar lo que estaba pasando entre nosotros.

Pero en ese momento, con su mano en la mía y el mundo pareciendo más tranquilo de lo que realmente era, decidí que estaba dispuesto a arriesgarlo todo. Por ella.

De repente, la puerta del centro se abrió y mi hermana Emory entró con una sonrisa brillante. Cargaba su bolso de patinaje en uno de sus hombros, moviéndose con esa ligereza que siempre la caracterizaba.

Emory siempre fue la típica chica con una personalidad alegre, extrovertida y divertida, como si llevara consigo un pedazo del sol a donde fuera. Era mi mejor amiga, la única persona en el mundo que conocía cada rincón de mi vida.

La había llamado precisamente para que ayudara a Brooke con la parte artística del patinaje. Ahora que Brooke ya tenía las bases, estaba lista para dar el siguiente paso, y no había nadie mejor que Emory para enseñarle.

— ¡Mason! — exclamó al verme, lanzándome una sonrisa cálida antes de dirigir su mirada a Brooke. — Y esta debe ser Brooke. — dijo con entusiasmo mientras se acercaba.

Brooke se giró hacia mí, algo nerviosa, pero sonrió tímidamente mientras Emory la inspeccionaba con su habitual energía contagiosa.

— Hola, un gusto conocerte. — dijo Brooke con voz tranquila, extendiéndole una mano.

— ¡Hola! Igualmente. — respondió Emory, ignorando la mano extendida y dándole un abrazo rápido y despreocupado que sorprendió a Brooke.

— Bueno, Emory, esta es Brooke Bushnell. Brooke, esta es mi hermana Emory, quien te ayudará con la parte artística del patinaje. — expliqué, tratando de mantener la situación bajo control mientras las dos intercambiaban sonrisas.

— Perfecto. — dijo Emory con una emoción palpable, dejando su bolso a un lado. — ¿Estás lista para aprender a deslizarte como una verdadera estrella?

Brooke soltó una pequeña risa nerviosa.

— Haré mi mayor esfuerzo.

Emory se giró hacia mí con una sonrisa juguetona.

— Bueno, Mason, parece que hiciste un buen trabajo hasta ahora. Pero déjamelo a mí, esto es mi especialidad.

— Todo tuyo. — respondí, cruzándome de brazos mientras me apoyaba contra la pared para observarlas.

Mientras Emory comenzaba a explicarle algunos conceptos a Brooke, no pude evitar sentir una extraña calidez al verlas interactuar. Brooke parecía relajarse poco a poco, y Emory, como siempre, tenía el don de hacer que todo pareciera menos intimidante. Tal vez este plan no sería tan malo después de todo.

Emory tomó el control de inmediato, moviéndose con la seguridad de alguien que conocía el hielo como la palma de su mano. Brooke, aunque al principio un poco rígida, comenzó a seguir sus instrucciones con más confianza. Era fascinante ver cómo el entusiasmo de mi hermana era casi contagioso; sus explicaciones detalladas y sus palabras de aliento parecían desarmar cualquier inseguridad que Brooke pudiera tener.

— Bien, Brooke, ahora vamos a practicar la transición en espiral. Es más fácil de lo que parece, solo necesitas mantener el equilibrio y confiar en tu cuerpo. — dijo Emory, deslizándose hacia atrás con gracia mientras Brooke la miraba con una mezcla de admiración y concentración.

Brooke intentó imitarla, tambaleándose un poco al principio, pero logrando mantenerse de pie. Sonreí suavemente desde donde estaba, ganándome una mirada entre divertida e incómoda de parte de Brooke.

— ¡No te rías! — dijo ella, aunque había una pequeña sonrisa en sus labios.

— No me estoy riendo. — mentí, levantando las manos en señal de rendición. — Lo estás haciendo genial.

— Bien, parece que tienes talento después de todo. Solo necesitas un poco más de confianza.

Brooke rodó los ojos, pero el rubor en sus mejillas no pasó desapercibido para mí.

— Es un trabajo en progreso. — respondió, ajustándose uno de los mechones de cabello que caían sobre su rostro.

Emory le lanzó una mirada alentadora antes de guiarla hacia donde yo me encontraba.

— ¿Sabes qué, Brooke? Creo que en unas semanas estarás lista para los saltos básicos. Tal vez incluso antes.

La expresión de Brooke pasó de la incredulidad a la determinación en cuestión de segundos. Había algo en las palabras de Emory que tenía el poder de hacer que las cosas parecieran posibles, y al verla a ella y a Brooke juntas, sentí una punzada de orgullo.

Y algo más.

Algo que no me atrevía a nombrar, porque sabía que cada vez que miraba a Brooke, ese algo crecía más.

A EMORY LA HABÍA RECOGIDO SU NOVIO MALACHI. Y ahora Brooke y yo nos dirigíamos a su casa a pasar el rato antes de que Charlie llegara. Me había dicho que otra emergencia con el nombre Avery estampado por todas partes había ocurrido. Así que me limité a aceptarlo.

Sabía que era un mal amigo, pero no podía seguir ocultando lo que sentía y lo mío con Brooke estaba yendo bien.

A medida que me acercaba a la casa de Brooke, no pude evitar sentir algo de nervios. Sabía que Charlie no estaría por un rato, lo cual nos daba una oportunidad para pasar tiempo a solas sin tener que preocuparnos de que alguien nos pillara. Aunque, claro, mi mente no dejaba de preguntarse si era correcto. Charlie era mi mejor amigo, y me estaba metiendo en territorio peligroso, pero cuando estaba con Brooke, todo parecía encajar, como si no hubiera otra opción.

Brooke estaba en el asiento del copiloto, su actitud relajada, pero la chispa en sus ojos me decía que tal vez, en el fondo, también sentía esa tensión entre nosotros. A veces me sorprendía lo fácil que era estar a su lado, como si no hubiera ninguna barrera entre nosotros. Lo que no sabía era cuánto de esas barreras eran las que yo mismo estaba construyendo por miedo a lo que eso significaba.

— ¿Estás seguro de que Charlie no va a aparecer? — preguntó Brooke.

— Totalmente. Ya me dijo que había una emergencia con Avery, así que no creo que esté por aquí pronto. — mentí un poco, aunque era la excusa más creíble. En realidad, no sabía exactamente qué estaba pasando con Avery, pero no iba a ponerle en duda a Charlie.

— Qué raro, ¿no? — dijo ella, sonriendo levemente. — Siempre hay algo con Avery.

— Ya ves. — respondí, con una sonrisa nerviosa, intentando restarle importancia al tema. — Pero bueno, eso nos deja a ti y a mí para pasar el rato, ¿no?

Brooke asintió mientras yo me estacioné aún lado de su casa. Y lo que alguna vez fueron sonrisas, se borraron en cuanto nos bajamos del auto y vimos a Charlie en el porche de la casa.

El aire se volvió más denso de inmediato. Charlie estaba allí, sentado en el porche, y su mirada parecía fijarse directamente en nosotros como si supiera algo que no queríamos admitir. Mis pensamientos se desmoronaron al instante, y por un momento, me sentí completamente expuesto. No estaba preparado para enfrentar a Charlie, no ahora, no después de todo lo que había estado pasando entre Brooke y yo.

Brooke se quedó en silencio a mi lado, y la tensión entre nosotros creció, como si todos esos momentos compartidos y las sonrisas se evaporaran en un segundo.

— ¿Qué hace aquí? — murmuró Brooke, claramente sorprendida y algo nerviosa.

No podía encontrar una respuesta convincente. Había estado tan seguro de que Charlie no llegaría a casa tan pronto. Y ahora, verlo ahí, de pie, observándonos, me hizo cuestionar cada decisión que había tomado en las últimas semanas.

Charlie no se movió, pero su mirada decía más que mil palabras. Estaba esperando algo. Quizás una explicación, o tal vez sólo el momento adecuado para sacar a relucir sus preguntas. De todas formas, no estaba listo para enfrentarlas.

Con una respiración profunda, me adelanté un paso, sabiendo que no podía quedarme ahí por mucho más tiempo. Brooke parecía seguirme en silencio, pero pude notar la incomodidad en su expresión.

— Charlie... — comencé, mi voz sonando más insegura de lo que me habría gustado.

— Confié en ti, tú sabes lo que pedí pero lo hiciste de todas formas, eh. — murmuró su voz con enfado y a la vez dolor.

Mi estómago se retorció al escuchar esas palabras. Sabía que Charlie no lo tomaría bien, pero escuchar el dolor en su voz me hizo sentir aún peor. Era como si todo el peso de nuestra amistad estuviera en juego en ese mismo instante. Había cruzado una línea, y ahora no sabía cómo darle vuelta a esto.

Brooke, que había permanecido en silencio a mi lado, miró a Charlie con una expresión que pasaba de la sorpresa a la culpa. Ella también sabía que esto no era fácil de enfrentar. No solo por lo que significaba para Charlie, sino por lo que significaba para ella también.

— No lo hice para herirte, Charlie. — Respondí, tratando de que mi voz sonara más firme, aunque lo único que podía sentir era el peso de la culpa. — No estaba buscando hacer las cosas a escondidas, pero... no sé cómo controlarlo. No puedo dejar de sentir lo que siento por ella.

Charlie me observó en silencio por un momento, como si estuviera evaluando mis palabras, como si estuviera tratando de entender si había algo sincero en lo que acababa de decir. Su mirada pasó de mí a Brooke, y luego de nuevo a mí, con una intensidad que me hizo sentir aún más expuesto.

De repente lo observé caminar hacia mi y agarrarme de la camiseta para estamparme contra la puerta del auto.

— ¿Recuerdas lo que te dije que haría si te acercabas a mi hermana? ¿O eso también se te olvidó? — murmuró esta vez con solamente ira.

Mi respiración se aceleró al sentir la presión de su agarre en mi camiseta. Charlie nunca había sido el tipo de persona que perdiera el control tan fácilmente, pero en ese momento, estaba claro que mis acciones lo habían llevado al límite. La furia en sus ojos me hizo sentir como si estuviera a punto de desmoronarme.

— No quiero pelear contigo. — logré decir, mi voz sonando mucho más tranquila de lo que me sentía por dentro. Intenté mantener la calma, aunque el miedo comenzaba a apoderarse de mí.

Sabía que había cruzado una línea, pero no podía dejar que las cosas se descontrolaran aún más.

Su agarre no se aflojó, pero tampoco me empujó con más fuerza. Nos miramos por unos segundos que parecieron eternos, y en ese momento, su enojo no solo se reflejaba en su expresión, sino también en el modo en que sus hombros se tensaban.

— No fue mi intención. — dije, mis palabras sonando como una disculpa, aunque ni siquiera estaba seguro de si serían suficientes para hacer que su enojo se disipara. — No era mi intención traicionarte. Solo pasó.

Mi corazón latía con fuerza, y mi mente daba vueltas, buscando una forma de arreglar las cosas, pero las palabras parecían escapar de mi control.

Finalmente, Charlie dejó de sostenerme y soltó un suspiro pesado, casi como si estuviera agotado. Me miró por un momento, aún con el enfado en sus ojos, pero había algo más allí: una herida, una decepción que no desaparecía con facilidad.

— ¿Sabes qué, Mason? — dijo en voz baja, su tono cargado de frustración. — Lo esperaba de todos menos de ti.

Me quedé en silencio, incapaz de encontrar una respuesta adecuada. Sabía que había cometido un error, y aunque la culpa me pesaba, entendía que no había forma de deshacer lo que había hecho.

— Brooke, a dentro. — ordenó Charlie con su voz firme.

Ella observó entre Charlie y yo antes de fijar su mirada en mi. Modulando un corto "lo siento" antes de dirigirse al interior de la casas.

Me quedé en el mismo lugar, mirando cómo Brooke se alejaba, cada paso que daba me hundía un poco más en el peso de la culpa. La había metido en esto sin pensar en las consecuencias, y ahora se marchaba sin decir nada más, sin darme la oportunidad de explicarme.

Charlie no dijo nada más, pero su presencia seguía siendo opresiva. Podía sentir su ira, la forma en que no me quitaba los ojos de encima. Fue como si el aire se hubiera vuelto denso, como si cada segundo fuera una condena.

Respiré hondo, sintiendo el nudo en mi estómago. No sabía qué más podía hacer. Ya había roto la regla más importante, la que había jurado seguir, y ahora todo estaba fuera de control.

Me giré lentamente hacia el auto, mi mente procesando lo que acababa de pasar. No tenía idea de cómo iba a arreglar esto, ni si siquiera podría, pero no podía dejarlo así.

Con una última mirada hacia la puerta de la casa, me subí al auto y me fui, mi mente llena de dudas, pero con una determinación creciente de que, a pesar de todo, no iba a rendirme.

ROCKLAND
13 votos para próximo capítulo.
no te olvides de comentar.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top