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Para el Amor que No Existe
chxrrybae
Era siempre lo mismo, él la adulaba y era como si ella no hubiese dicho nada.
- ¡Eres tan linda, Nezuko-chan!
Estaba harta de ese apodo, nadie más que él lo utilizaba y pareciera que cada vez que lo oía perdía más significado.
- ¿Te parece si vamos de picnic? ¡Conozco un lugar muy bonito!
- Claro- suspiró.
- ¡Prepararé las cosas entonces!
Realmente no quería ir pero, ¿qué diferencia haría si se negaba o no?, él insistiría e insistiría hasta que cediese y tendría que pasar otras tres horas con él adulándola, diciéndole lo "bonita" que es y sin escuchar ni una de sus palabras.
Para él, ella sólo era una cara bonita, le bastaba con tenerla a su lado y cuidarla como una muñequita.
No lo odiaba por tratarla así, simplemente estaba harta.
Harta de su noviazgo vacío con Zenitsu Agatsuma.
En un principio aceptó salir con él porque no era mal chico, era cuidadoso con ella, honesto y respetuoso, nunca intentaba sobrepasarse y ocasionalmente la hacía reír, ¿qué podía salir mal?
Todo, todo salió mal.
Zenitsu era lo mismo una y otra vez, siempre cuidándola y diciéndole que era muy hermosa, ponía esa cara extraña y la consentía en cualquier cosa.
Y en cierto modo raro no era, notó que actuaba así con toda chica que se le cruzaba, sin embargo se le empezó a hacer alarmante cuando descubrió que Zenitsu no era así con sus semejantes.
El verdadero Zenitsu era escandaloso, sensible, agresivo, inseguro, perezoso, sarcástico, precavido e inteligente. No un lamebotas como con ella y demás chicas.
Entonces ¿a dónde iba ese Zenitsu cuando hablaba con ella?
Una chica, ni siquiera ella, una chica equis hablaba con Zenitsu y él entraba en el denominado por Nezuko, modo "sirviente": Zenitsu pone a la chica en un altar y se dedica a ser su absoluto adorador.
Nezuko frunció el ceño cruzada de brazos y tiró la cabeza hacia atrás. Zenitsu era un completo misterio para ella o los demás.
- No sé porqué hace eso, pero no es tan malo, ¿o si? Ya no llora rogando tu atención, eso es un enorme avance.
Su hermano no parecía comprender la gravedad del asunto, o más bien lo incómoda que la hacía sentir el que Zenitsu la tratara diferente a sus amigos, o en ocasiones otra chicas.
Porque sí, estaba consciente de que ella era su número uno.
Nezuko se acercó a la sala donde su hermano llevaba la comida y Zenitsu discutía con Inosuke de una nimiedad, quiso oír cuidadosamente y se escondió tras el umbral.
- ¡¿Qué te dije?! ¡Tu ropa sucia de TU lado del cuarto!- exclamó Zenitsu enfurecido.
- ¡Pero ya no hay lugar en el mío!- replicó Inosuke.
- Ya, ya, ¿qué pasa?- intervino Kamado.
- ¡Inosuke tira su ropa de mi lado, dile que la deje del suyo, Tanjiro!
- Inosuke, ya oíste, tu ropa de tu lado- dijo el colorado en calma mientras pelaba una mandarina.
- ¡Pero-!
- ¡Pero nada!- interrumpió el rubio- ¡DE TU LADO!
- Bien, bien, bien.
Inosuke pasó a atragantarse con comida y Zenitsu suspiró, tomó su taza de té y habló.
- ¿Recibiste la carta de Tomioka-san, Tanjiro? ¿Qué tal?
- Hum, bien- dijo éste- dice que todo va excelente, pronto volverán y Sanemi ya tiene una idea para un dojo. ¿No es genial?
- Eso creo, la verdad no quiero volver a tocar una espada en mi vida.
Zenitsu reposó su rostro sobre la mano izquierda y bebía sorbos entre palabras.
- Sólo quiero estar tranquilo y que nadie me moleste, no es como si disfrutara estar corriendo por mi vida o matando a otros. Y ahora que tengo la opción de no hacerlo, golpearé al que se atreva a atacarme.
- Qué irónico- rió Tanjiro.
Nezuko apretó la mandíbula y los puños, se tornaron pálidos y se alejó de allí sin importarle si descubrían que los espiaba.
Dijo lo que pensaba, mantuvo una charla, era OTRO Zenitsu. ¿Porqué no era así con ella? ¿Porqué cuando hablaban se notaba que no la escuchaba nada?
Zenitsu nunca lucía como si prestara real atención a sus charlas, la observaba con cara boba y asentía a todo (a menos que fuese muy radical, como cortarle), nunca le daba su opinión de las cosas y siempre pero siempre estaba de acuerdo con ella.
El Zenitsu que hablaba en la sala era uno muy distinto al que se plantaba delante de una chica, y Nezuko odiaba eso.
Él no le contaba sus ideas o escuchaba las suyas. La tenía como una dama frágil y no le permitía hacer nada. Se regocijaba viéndola ser bella y la adulaba.
Zenitsu no la trataba como un humano, la trataba como un espécimen femenino.
El día en el que Zenitsu cumplió años, sus amigos se reunieron y vinieron a celebrar el tres de septiembre, Kanao ayudó a Nezuko en la cocina y todos estaban alegres, contentos de festejar y estar juntos de nuevo.
Todos menos Nezuko.
Era odioso ver que hasta a Kanao, Aoi, Kiyo, Naho y Sumi, las esposas de Uzui incluso, todas ellas eran tratadas como hermanas por Zenitsu, y ella no. Ella era "su muñequita".
- ¡Nezuko-chan! ¿Te ayudo con eso? ¿Tú puedes?
No lo soporto más.
- ¡Sí, no te preocupes!
Si tan sólo él fuese el real Zenitsu con ella entonces no tendría nada de qué quejarse, el verdadero él le agradaba, era dulce, y aunque no estaba enamorada de él, al menos haría la convivencia más amena. Más sincera.
Dejó el pastel en la mesa y regresó a la cocina, buscó un cuchillo y se topó con Uzui.
- ¡Ah! ¡Disculpe, Uzui-san!- se apenó por haber chocado.
- Está bien- dijo él tambaleándose- está tan oscuro que no veo ni mi mano.
- Perdone, prenderé las lámparas de aceite.
La cocina se iluminó y Tengen suspiró buscando algo.
- ¿Hum? ¿Qué busca?
- Uno de mis aretes se cayó, ¿me ayudas?, seguro tienes mejor vista que yo- rió.
- ¡Claro!
A la par que buscaba miraba la cara seria de Uzui y se dijo "¿tan difícil era para Zenitsu actuar así?", tratarla como un igual y no como un objetivo, conversar con ella igual que con otro humano, no ser su objeto de admiración ciega y encima en vano, porque a ella no le interesaba.
- ¡Aquí está! Gracias Nez- ¿pasa algo?
La aludida negó saliendo de su trance y trató de levantarse.
- ¿Segura? Te ves extraña. ¿Se te bajó la presión o algo?
- No, no, no, estoy bien. Uzui-san, ¿puedo hacerle una pregunta?
- Claro.
- ¿Usted ve a sus mujeres como personas?
- ¿Qué?
El hombre pestañeó confundido y asintió lentamente.
- Sí, claro.
- ¿A usted le importa lo que ellas piensan, lo que les gusta y disgusta, sus opiniones sobre las cosas y las ve como sus confidentes?
- Claro que sí, son mis mejores amigas. ¿Porqué tantas preguntas? ¿Pasó algo contigo y Zenitsu?
Quizás ahí estaba la falla, que no pasaba nada. Él siempre estaba de acuerdo con ella, asentía a cualquier cosa que decía y, a diferencia de con sus amigos, él no era escandaloso y sarcástico, agresivo e inteligente, era un constante "Sí, como gustes, Nezuko-chan" "Lo que quieras, Nezuko-chan" "Eres tan linda" "Te ayudo, seguro está pesado" "¡No te preocupes, yo me encargo!", y no creyó poder soportar más.
- Quiero romper con él- declaró.
Tengen boqueó sorprendido.
- ¿Porqué?- preguntó lo primero que se le vino a la cabeza.
- Porque no lo aguanto más. ¿No notó que a mí me trata diferente? no me trata como una persona, me trata como una "mujer", como un objetivo amoroso, no charla conmigo ni trata de conocerme, de comprenderme, o de que yo lo comprenda a él. Estoy cansada de ser una cosa bella que él posee y lo que yo diga o haga no tenga validez porque soy su "buena y bonita Nezuko"- ironizó.
A pesar de que la frustración goteaba de cada palabra que Nezuko soltaba, Uzui negó.
- ¿Y porque no lo charlas con él antes de decidir cortar? Tal vez podría cambiar.
- Ese es el problema, ¡ÉL no me escucha!, no importa qué diga él responde "¡estoy de acuerdo!" o "¡sí!", nunca me dice qué piensa, ¡es como-! ¡es como-! ¡Es como si mis ideas no le interesaran! ¡Como si él-!
- ... fuese incapaz de ver más allá de tu cara.
- ¡Sí! ¡Exacto!
Uzui rió sin humor y pasó una mano por su cabello.
- Qué gran broma que justo hables de esto conmigo.
- ¿Hum? ¿Porqué?
- A mí me pasaba cuando era joven, las chicas no se interesaban en lo que yo decía o pensaba porque era guapo, y parecía que creyeran que una persona bien parecida era incapaz de pensar, o que cuando dices algo no te están escuchando, sólo están de acuerdo porque sí.
- ¡Eso!
- Pero ya encontrarás a la persona que te escuche, Nezuko, si crees que no es Zenitsu pues ve y busca otra, quizás esa sí te haga sentir valiosa en el buen sentido.
- Uzui-san...- murmuró ella- gracias.
- Pero no le digas a Zenitsu que yo te aconsejé o me dará el grito de mi vida.
- Sí, está bien.
Ambos volvieron a la sala y cortaron el pastel, Zenitsu se quejó replicándole al mayor que si estaba tratando de quedarse con su novia y Uzui se mofó de él, le acarició la cabeza y lo abrazó.
- ¡Ya quisieras!
- ¡Suélteme, viejo pervertido!
- ¡Ja!
Aquel era el Zenitsu que él nunca le mostró.
- Podemos ir a donde tú quieras, Nezuko-chan, tú dime y lo haré realidad.
- No sé, ¿a dónde quieres ir tú?
- ¿Yo?- preguntó Zenitsu sorprendido.
Qué raro pensó ella nunca me pregunta que quiero.
Era una maldita mentira, Nezuko muchas veces insistía en hacer cosas que él prefiera pero Zenitsu hacía oídos sordos y la complacía igual.
Por alguna razón esa vez no lo hizo y buscó una actividad.
- No sé... no creo que nada de lo que a mí me guste a ti sí.
- No me importa si me gusta o no- dijo ella ya perdiendo los estribos- quiero hacer algo que a TI te guste.
- ¿Porqué? ¡Podemos hacer lo que tú quieras!
Su cara, su estúpida cara de complaciencia a las féminas. Nezuko no sabía qué hacer con tanta frustración acumulada y golpeó el pie contra el suelo sumamente enojada.
- ¡Porque lo digo yo y ya!- exclamó- ¡¿Tan difícil es decirme lo que piensas?!
- Nezuko-chan...- dijo él enmudecido, nunca la había visto actuar así, ¿no que Nezuko siempre era dulce y amable?- E-está bien, haremos algo que me gusta a mí.
No, no así, no quería pasar el resto de su vida teniendo que gritarle para que la escuche.
Si a gritos era la única forma en la que Zenitsu la valoraba entonces tuvo razón desde el principio: ese noviazgo no iría a ninguna parte.
Y estaba cansada de él, sí, de su actitud falsa frente a ella y de que nunca la vería como un ser humano más merecedor de su verdadero él, pero cuando se había dado cuenta Zenitsu ya estaba de rodillas pidiéndole que se casen.
- ¿Nezuko-chan?
Su hermano los observaba con los ojos brillantes.
Inosuke no entendía nada y sin embargo sonreía expectante.
Y Zenitsu aguardaba delante.
Su interior se sentía como un revoltijo a punto de vomitar del asco que ella misma se daba pero no es como si pudiese hacer nada.
Lo siento Uzui-san. No logré ser notada.
- Acepto.
Con un amargo aroma que en Tanjiro encendió la alarma.
#antiZenNezu
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