𝐱𝐱𝐱𝐯. 𝐬𝐩𝐞𝐚𝐤 𝐧𝐨𝐰
𝐚𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: ninguna
El sol se filtraba a través de las ventanas de la antigua iglesia, iluminando cada rincón con una luz cálida y dorada. El aire estaba impregnado del aroma de flores frescas, y el murmullo de la multitud en el exterior se sentía como un eco lejano de la realidad. Te encontrabas en la última fila, con un vestido de satin elegante, tu corazón latía acelerado por razones que iban más allá de la emoción del evento.
Kit estaba de pie frente al altar, su mirada fija en la novia. La imagen de él, con su cabello perfectamente peinado y una sonrisa nerviosa, te hacía sentir un torbellino de emociones. Sin embargo, esa sonrisa no estaba dirigida a ti. Era un momento que habías soñado con vivir a su lado, pero las circunstancias habían decidido lo contrario.
Lila, la novia, avanzó con gracia, su vestido blanco flotando a su alrededor. Podías ver cómo Kit contenía la respiración, su mirada llena de admiración y nerviosismo. En ese instante, una punzada de celos y tristeza te atravesó. Sabías que lo amabas, pero la realidad era abrumadora.
Durante los meses previos a la boda, las cosas habían cambiado lentamente. Kit había estado bajo una presión intensa, especialmente por parte de su familia, que había insistido en que se casara con alguien "apropiada". A lo largo de su relación, él había sido un caballero en todos los sentidos, siempre considerado y amable. Sin embargo, su deseo de hacer felices a los demás, en particular a su familia, había comenzado a pesar más que sus propios sentimientos. Lila era la elección perfecta según sus familiares: hermosa, con una buena posición social y un futuro brillante. Aunque Kit había hablado contigo sobre sus dudas, parecía que la presión había nublado su juicio, llevándolo a tomar una decisión que te dejaba con el corazón destrozado.
— No puedo creer que estés aquí — Kit movió los labios, mientras ella se acercaba a él.
El murmullo de la ceremonia se convirtió en un ruido de fondo mientras tu mente divagaba. Recordaste los momentos que habías compartido con Kit: las risas, las promesas, las tardes de películas en el sofá. Pero siempre había estado esa sombra, esa duda de si alguna vez serías suficiente para él. La angustia de perderlo en ese momento culminaba en un nudo en tu estómago.
Mientras el oficiante comenzaba a hablar sobre el amor y la devoción, miraste a Kit, sus ojos centelleantes llenos de emoción. Y, de repente, la voz del oficiante se desvaneció. En ese momento, todo lo que podías pensar era en lo que estaba a punto de suceder.
— ¿Alguien tiene algo que decir antes de que continuemos? — preguntó el oficiante, con una mirada expectante hacia la audiencia.
Tu corazón se detuvo. Sabías que era tu momento, tu oportunidad de hablar. Pero, ¿cómo podrías interrumpir un día tan especial? Te mordiste el labio, sintiendo la lucha interna crecer. Sin embargo, una chispa de determinación surgió en tu interior. No podías quedarte callada.
Con un profundo suspiro, te pusiste de pie y te abriste paso entre la multitud. La mirada de Kit se encontró con la tuya, y por un momento, el mundo se detuvo.
— Kit, espera. Solo un segundo — dijiste, tu voz temblando.
Lila te miró con sorpresa, sus ojos llenos de incredulidad, pero tú solo tenías ojos para él.
— Lo siento, no debería interrumpir, pero… necesito que escuches esto —.
El oficiante se quedó en silencio, y todos los ojos estaban sobre ti, incluido los de Kit, que mostraba confusión y algo de preocupación.
— Sé que este es un día especial para todos, pero Kit, no puedo quedarme aquí sin decirte lo que siento —.
Las palabras fluyeron, y antes de que pudieras detenerte, comenzaste a hablar.
— Desde el momento en que te conocí, supe que había algo especial entre nosotros. Me hiciste reír, me hiciste sentir amada. Pero siempre pensé que nunca sería suficiente para ti, que algún día elegirías a alguien más… Y hoy, aquí, me doy cuenta de que tengo que decirlo —.
La multitud murmuraba, y podías sentir el sudor frío correr por tu espalda. La novia, visiblemente herida, apretó los labios, y Kit parpadeó, aturdido.
— Te amo, Kit. Te amo más de lo que las palabras pueden expresar. No quiero que te cases con ella, no porque no sea increíble, sino porque… quiero estar a tu lado. Quiero ser la persona que elijas cada día —.
La tensión en el aire era palpable. Kit se quedó inmóvil, su expresión oscilando entre la sorpresa y la comprensión. Finalmente, dio un paso hacia adelante.
— Yo… no sé qué decir — murmuró, su voz entrecortada, mientras sus manos temblaban ligeramente.
— No tienes que decir nada ahora. Solo quiero que sepas cómo me siento —.
La novia te miraba, y aunque su expresión era de decepción, había una mezcla de ira y tristeza en sus ojos. Ella había dejado claro en varias ocasiones que no había lugar para ti en la vida de Kit, y ahora estaba viendo cómo su mundo se desmoronaba ante sus ojos.
— Esto no es justo — dijo ella, su voz resonando en la iglesia. — No puedes arruinar este día. ¡Eras un hombre comprometido! ¡Esto no es solo una simple elección, Kit! —
Kit la miró, su rostro lleno de conflicto.
— No quiero que esto termine así — dijo Kit, su voz temblando. — Nunca dejé de pensar en lo que teníamos. No sé cómo llegamos aquí, pero siento que estoy perdiendo algo más que solo un compromiso —.
Las lágrimas comenzaron a llenar tus ojos mientras escuchabas sus palabras. Había una verdad palpable en su confesión, y en ese momento, comprendiste que el amor no siempre seguía un camino claro.
Kit tomó una profunda respiración y miró a la novia.
— Lo siento. Te respeto y valoro todo lo que hemos compartido, pero necesito ser honesto conmigo mismo. No puedo seguir adelante si mi corazón está dividido —.
Lila, al borde del llanto, lo miró con desprecio.
— ¿Y qué hay de lo que hemos compartido? ¿De todos esos planes? ¡Esto no es solo una simple elección, Kit! —
Con un gesto noble, Kit se acercó a ella, tratando de calmar la situación.
— He sido un caballero contigo, pero no puedo mentirme ni a ti más. Te mereces a alguien que te ame completamente, y yo… yo tengo que seguir mi corazón, aunque eso signifique hacerte daño —.
Lila, herida y furiosa, se dio la vuelta, dejando a Kit y a ti bajo la mirada atónita de todos los presentes.
Kit se volvió hacia ti, su mirada intensa y llena de emoción.
— ¿Podemos hablar? —
Asentiste, y juntos, abandonaron la iglesia, dejando atrás un capítulo cerrado y el inicio de otro lleno de promesas.
— Siempre supe que había algo entre nosotros — dijo Kit, su voz firme mientras te tomaba de la mano.
— Y ahora es el momento de descubrirlo — respondiste, sintiendo que todo lo que habías deseado estaba finalmente a tu alcance.
A medida que caminaban juntos, sabías que este era solo el comienzo. La vida podía ser impredecible, pero con Kit a tu lado, el amor siempre encontraría el camino. Sin embargo, en el fondo, sabías que había heridas que sanar y decisiones difíciles que tomar. El camino sería complicado, pero al menos ahora había claridad: ambos estaban dispuestos a luchar por lo que realmente querían.
Kit era un buen hombre, un verdadero caballero, y eso hacía que la decisión de seguir su corazón fuera aún más difícil. Pero mientras caminaban juntos, sabías que el amor genuino siempre merece la pena.
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