𝐱𝐱𝐱𝐢𝐢. 𝐚𝐜𝐜𝐢𝐝𝐞𝐧𝐭 𝐨𝐧 𝐭𝐡𝐞 𝐬𝐞𝐭

𝐚𝐝𝐯𝐞𝐫𝐭𝐞𝐧𝐜𝐢𝐚: ninguna



Te encontrabas en el set de rodaje de la última película de acción de nombre, "Código Rojo". Como paramédica recién graduada, habías conseguido un trabajo como asistente en el set, emocionada por la oportunidad de ver de cerca cómo se hacía una película de Hollywood. Pero nunca imaginaste que tu primera experiencia sería tan intensa.

Llegaste al set, nerviosa pero lista para aprender. El director y el equipo estaban ocupados preparando una escena crucial: una persecución en automóvil a alta velocidad seguida de una explosión controlada. Todos estaban en tensión, conscientes de los riesgos involucrados.

Entre los actores principales se encontraba Kit Connor, un talentoso y conocido actor que interpretaba al protagonista. Desde el primer momento que lo viste, te impresionó su carisma en la pantalla. Habías seguido su carrera y secretamente eras fan de él, aunque nunca lo admitirías abiertamente en ese lugar, primero el profesionalismo.

El rodaje comenzó sin problemas. El equipo técnico había preparado cuidadosamente cada detalle y los efectos especiales estaban listos para la explosión. Estabas cerca del área de la explosión, preparada para intervenir en caso de que algo saliera mal. Mientras observabas desde la distancia, notaste que Kit parecía nervioso antes de la toma. Se le veía repasando mentalmente sus líneas y ajustando su postura en el automóvil.

— ¡Acción! —gritó el director.

El motor rugió y los autos comenzaron a moverse, simulando la persecución. La tensión aumentó a medida que los vehículos aceleraban por la calle desierta. En ese momento, un pequeño fallo técnico hizo que el automóvil de Kit perdiera el control justo antes de la explosión prevista. El vehículo se deslizó hacia un lado y chocó contra una pared de cartón piedra, desencadenando la detonación prematuramente.

La explosión fue más grande de lo esperado. El calor y la fuerza del impacto rompieron las ventanas cercanas y esparcieron escombros por todas partes. Gritos de sorpresa y alarma llenaron el aire. Rápidamente, te pusiste en acción, corriendo hacia el lugar del accidente junto con otros miembros del equipo de seguridad.

— ¡Necesitamos ayuda médica aquí! —gritaste mientras te acercabas al automóvil destrozado.

Los miembros del equipo técnico estaban sacando a Kit del automóvil cuando llegaste. Se encontraba aturdido y parecía haberse lastimado la pierna al golpearse con el panel lateral del vehículo durante el impacto.

— ¡Alguien llame a una ambulancia! —ordenaste, mientras comenzabas a evaluar la condición de Kit.

— Soy paramédica, déjenme verlo —dijiste al equipo, y te arrodillaste junto a Kit.

Él te miró con una mezcla de sorpresa y alivio. Reconociste la emoción en sus ojos, aunque su rostro estaba cubierto de hollín y polvo.

— ¿Estás bien? —preguntaste rápidamente, tratando de evaluar cualquier lesión visible.

— Sí, creo que sí. Solo tengo un golpe en la pierna, no puedo moverla bien —respondió Kit, con la respiración agitada por la adrenalina.

El equipo de seguridad y los otros paramédicos llegaron rápidamente con una camilla y equipo médico adicional. A pesar de la confusión y el caos, te mantuviste tranquila y profesional, ayudando a estabilizar a Kit mientras lo preparaban para llevarlo al hospital más cercano.

— ¿Cómo te llamas? —preguntó Kit, mientras lo trasladaban cuidadosamente.

— Soy _______ —respondiste brevemente, enfocada en asegurarte de que recibiera la atención adecuada.

A medida que lo cargaban en la ambulancia, Kit te agarró la mano por un momento, agradecido por tu intervención.

— Gracias. Eres muy amable por ayudarme —dijo, con una sonrisa débil.

El gesto te sorprendió, pero lo tomaste con calma. "Es parte de mi trabajo", pensaste para ti misma, aunque secretamente te sentías emocionada por estar tan cerca de alguien a quien admirabas tanto.

El resto del día transcurrió en un torbellino de actividades. El equipo se dispersó para revisar los protocolos de seguridad y asegurarse de que todos los demás miembros estaban ilesos. La producción se detuvo temporalmente mientras se investigaba el incidente y se aseguraba de que no hubiera daños mayores.

Después de unas horas de espera ansiosa, recibiste noticias de que Kit estaba bien y que solo tenía una contusión en la pierna. Respiraste aliviada, pero sabías que el incidente había sido un recordatorio impactante de los riesgos involucrados en la industria del entretenimiento.

La semana siguiente fue menos frenética pero igualmente intensa. Kit regresó al set con muletas, decidido a terminar las escenas restantes de la película. Aunque su lesión no era grave, la producción había ajustado el cronograma para permitirle recuperarse adecuadamente.

Durante el tiempo que pasaba en el set, notaste que Kit te buscaba con la mirada de vez en cuando, como si quisiera agradecerte nuevamente por tu ayuda. A pesar de ser una profesional, no podías evitar sentirte halagada por su atención. Sin embargo, mantenías una distancia profesional, consciente de tu papel y de la importancia de mantener la calma en situaciones de emergencia.

Un día, mientras supervisabas la seguridad durante una escena de pelea coreografiada, Kit se acercó a ti en muletas, con una sonrisa torcida en el rostro.

— ¿Puedo hablar contigo un momento? —preguntó, con un tono amable pero cauteloso.

Asintiendo con la cabeza, te apartaste del set principal hacia un lugar más tranquilo.

— Claro, ¿qué necesitas, Kit? —respondiste, tratando de mantener la compostura a pesar de la emoción que sentías al estar tan cerca de él nuevamente.

— Quería agradecerte nuevamente por todo lo que hiciste aquel día. Realmente aprecio tu ayuda —dijo sinceramente, mirándote directamente a los ojos.

— No fue nada, es mi trabajo asegurarme de que todos estén seguros en el set —respondiste humildemente, tratando de restar importancia a tu papel en su rescate.

— No, en serio. Estoy muy agradecido. Y también... he notado que has estado aquí desde el principio. Me pregunto si... —dudó por un momento, buscando las palabras adecuadas—, ¿eres fan de mi trabajo?

Su pregunta te tomó por sorpresa. Durante semanas habías ocultado tu admiración por él, temiendo parecer poco profesional.

— Sí, lo soy —admitiste finalmente, sonriendo tímidamente.

La expresión de Kit se iluminó con una sonrisa genuina. Parecía encantado de haber descubierto tu secreto.

— Eso es genial. Me alegra saberlo. Y me alegra saber que estás aquí conmigo —dijo, con gratitud en su voz.

La conversación continuó de manera ligera mientras compartían anécdotas sobre la producción.

Con el tiempo, su relación pasó de profesional a amistosa. Kit se convirtió en alguien en quien podías confiar y en un mentor informal mientras continuabas aprendiendo sobre el mundo del cine y la televisión. A menudo, bromeaban sobre el incidente de la explosión y él te recordaba que te debía una comida por haber estado allí cuando más te necesitaba.

El día del último rodaje, después de que se filmara la escena final y el director gritara "¡Corte!", Kit se acercó a ti con una sonrisa radiante en el rostro.

— Quería darte las gracias de nuevo por todo. Sin ti, no sé qué habría pasado aquel día —dijo sinceramente.

— Fue mi deber. Pero gracias por tus palabras, Kit —respondiste con una sonrisa tímida.

— No, en serio. Has sido increíble. ¿Sabes? Pensé que sabía todo sobre actuar el peligro hasta que realmente estuve en una situación peligrosa —dijo Kit, con una risa nerviosa.

— Supongo que es diferente cuando la adrenalina es real, ¿verdad? —respondiste, recordando el caos y la urgencia del accidente.

— Exactamente. Me recordó lo valioso que es tener personas como tú cerca —dijo Kit, con una mirada agradecida.

Hubo un momento de silencio cómodo entre los dos antes de que Kit rompiera el hielo de nuevo.

— Oye, pensaba... tal vez podríamos mantener el contacto después de todo esto. Me gustaría saber cómo te va en tu carrera como paramédica. Y quizás... podríamos salir... —propuso Kit, con una expresión esperanzada y de nervios en su rostro.

Te sorprendió su sugerencia, pero la encontraste halagadora.





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