𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 5: 𝑬𝒍 𝒄𝒐𝒓𝒂𝒛𝒐́𝒏 𝒅𝒆 𝑮𝒆𝒓𝒂𝒓𝒅

Gerard estaba tan orgulloso de ver lo que Frank estaba haciendo con el perfil de Onlyfans.

En esas dos semanas que llevaban en la red, con 6 videos y 3 sesiones de fotos, Frerard is Love estaba creciendo increíblemente. Gerard no podía imaginar hasta que tan lejos iban a llegar, pero por el momento eso no le importaba. Estaban viviendo más tranquilos y cómodos, ya habían cobrado la primer suma de dinero, pudiendo cancelar los dos meses de renta que tenían pendientes.

Aunque esa tranquilidad para él era relativa, en especial porque habían muchos momentos en los que Frank y él eran los de siempre. Hablaban sin parar, reían y de pronto se daban uno que otro abrazo, sin nada sexual de por medio. Por otro lado el sexo cada vez se iba tornando más brutal y hambriento, y eso no podía gustarle menos.

Sin embargo el problema estaba en lo que se movía dentro de su corazón.

No sabía como explicarlo ni para él mismo, pero todo lo que sucedía cuando estaba con Frank, sus pieles juntas, sus aromas firmando uno solo, para Gerard resultaba correcto. No obstante siempre llegaba un punto en el que una alerta en su cerebro se encendía y le pedía huir de esa satisfacción en los brazos de Frank, tan cálida y diferente, alegando que eso no estaba bien.

Gerard sacudió su cabeza mientras terminaba de aplicarse un poco de rimel y lápiz en los ojos. No quería tener esa clase de pensamientos en ese momento. La pantalla de su celular su encendió con la notificación de un nuevo mensaje pero solo bastó una rápida ojeada para decidir que respondería más tarde.

Salió de su habitación dando un portazo y se cruzó a la habitación de Frank. Se apoyó en el marco observando unos segundos la espalda tatuada de Frank, recordaba perfectamente las sesiones a las que lo acompañó cuando se hizo ese tatuaje y una tonta sonrisa le cruzó el rostro. Se mordió los labios al bajar más su vista y observar la forma del trasero de Frank a través de la tela negra de su ropa interior, era lo único que llevaba puesto y recordó que él estaba en peor condición, totalmente desnudo.

Hizo ruido con su garganta y llamó la atención de Frank.

—No te des la vuelta, por favor, aún no —pidió.

—¿Qué? ¿Porqué?

—Espera a que yo te diga... ¿Tienes todo listo? —preguntó.

—Si, las cámaras están en su lugar.

—Okay, solo necesito que hagas algo más para mi.

—¿Qué cosa?

—Cuando te diga que estoy listo, mientras vienes hacia mi ¿puedes grabar un poco con tu teléfono? Creo que serían unos diez segundos... y ya cuando edites el video completo dejas una secuencia. Este sería el inicio.

Escuchó una suave carcajada por parte de Frank. Todo el asunto de grabar y planificar era muy divertido, más aún por la forma en la que hablaban. Era como si hubiesen desarrollado su propio lenguaje no técnico profesional.

—¿Qué estás planeando, Gee travieso?

—Una idea que se me ocurrió anoche.

—Tus ideas siempre son muy buenas —murmuró Frank y giró levemente su rostro, regalándole a Gerard la vista de su hermoso perfil y una media sonrisa que le hizo suspirar.

—Bueno... ¿empezamos? —preguntó comenzando a impacientarse.

—Yo estoy más que listo. Además... no creas que no tengo nada preparado —lo escuchó decir y nuevamente esa sonrisa socarrona estaba ahí, perturbando a niveles inmensurados los sentidos de Gerard.

—De acuerdo, Frankie. Comencemos en tres, dos, uno...

Gerard ya sentía la polla pesada y no quería que empezara a derramar líquido pre seminal apenas lo viera frente a él, así que se giró e inhaló profundo. No iba a engañar a nadie, durante el fin de semana no habían hecho nada, ni siquiera hablaron de sexo y teniendo a Frank tan cerca pero a la vez tan lejos, lo volvía loco.

Cada noche, antes de dormir Gerard fantaseaba de una manera distinta con Frank, feliz de saber cómo cogía podía imaginar mejores escenarios. Por lo general, le bastaba con frotarse contra su colchón, imaginando que era el cuerpo de Frank y así se quedaba dormido. En esas lluvias de ideas nocturnas se le venían a la mente muchísimas cosas que le gustaría realizar, tomando él la iniciativa ya que sabía a la perfección que Frank tenía la capacidad de crear escenarios para llevarlo al cielo usando sólo sus manos y esa sonrisa suya.

Gerard escuchó suspirar a Frank después de removerse del asiento y supo que lo había sorprendido, era la primera vez que se le aparecía completamente desnudo antes de grabar. Sonrió para su interior y se mordió los labios mientas caminaba hasta estar enfrente al borde de la cama, comenzó a mover sus caderas sacudiendo sus nalgas y sin más se dejó caer completamente sobre el suave colchón de Frank. Todo su cuerpo saltó  incluyendo sus nalgas y estaba seguro que le había regalado a Frank y a la cámara una buena vista de su agujero.

—Mierda, gatito... —susurró Frank con la voz ronca. La mano que sostenía su teléfono temblaba levemente.

Gerard continuó moviéndose, restregando su polla contra el colchón por algunos segundos hasta que sintió la mano de Frank acariciarle el muslo. Se impulsó con sus antebrazos para alzarse sobre sus rodillas, las separó un poco y se ancló a la cama con firmeza. Tenía el pecho pegado al colchón y el culo bien alzado. Su pequeño ano expuesto para Frank, muy lubricado, brillante y húmedo.

—¿Te gusta, nene? Me preparé muy bien para ti... para que me folles rápido y duro...

—Créeme, así como estás, me provocas para follarte muy profundo, bebé.

—Hazlo por favor. Hazme tuyo... —"Soy tuyo..." quiso decir pero no debía, así que solo se mordió los labios.

Pero pronto las manos de Frank le arrancaron todo rastro de raciocinio. Sus fuertes manos apretujaron sus glúteos y sus pulgares se movieron hasta estar muy cerca de su agujero, masajeando en círculos pequeños.

—Que bonita vista... —lo escuchó decir y su polla tembló por ansias—. Sujeta tus manos bebé, no voy a ser fácil contigo y el agarre de tus manos será lo único que te sostenga...

Gerard se apresuró a asentir mientras hacía lo pedido. Enlazó sus manos y acomodó su cabeza de perfil para poder ver parcialmente a Frank. Lo sintió alejarse un poco, quizás para dejar el teléfono y se dedicó a respirar, pero la respiración le faltó al sentir unos labios traviesos besar la parte sensible detrás de sus bolas.

—¡Oh! —alcanzó a gemir. Su cuerpo entero en llamas por el acto tan simple que fue reemplazado rápidamente por la punta de la polla de Frank restregandose contra su agujero. La sentía tan pesada y caliente.

Frank quería probar hacerle un rimming pero el sabor del lubricante se lo impidió. Él quería saborear a Gerard, así que anotó mentalmente hacerlo en la próxima ocasión. Estaba tan ansioso por follarlo que decidió no pensar en nada más, solo en sostenerse de sus caderas y enterrarse con fuerza dentro de él.

La cabeza de la polla de Frank entró con un poco de presión a su agujero. Jugueteó con él metiendo solo la punta y sacando, viendo como Gerard trataba de moverse hacia atrás para recibir más.

—¿Esto quieres? —preguntó mientras movía sus caderas hacia más adelante y poco más de la mitad de su polla entraba en Gee.

—Y-yo... lo quier-ro... todo —logró decir y puso los ojos en blanco cuando toda la longitud de Frank entró en él. Ya estaba más acostumbrado a su tamaño pero Frank no le había dado tregua para acostumbrarse en esta ocasión, y eso solo había logrado ponerlo más, gotas ya espesas de líquido pre seminal caían sin parar sobre la cama.

—¿Así te gusta? —preguntó Frank, apretando los dientes. Las hebras de su cabello rubio ya comenzaban a pegarse en su frente gracias al sudor.

—M-más...

—¡Ja! Gatito travieso —jadeó Frank y soltó una nalgadas dura en el culo de Gerard. Eso había sido un avance dentro de su marco sexual, Gerard había descubierto cuanto le gustaban los golpes de Frank y desde entonces agradecía mentalmente cuando los recibía, aunque por el momento no llegaban a ser más de tres.

—Por favor... n-necesito...

—Nunca estás satisfecho, gatito. La avaricia es un pecado —murmuró hilando con dificultad las frases. Penetrar a Gerard y hablar eran tareas titánicas en ese instante—. Pero yo soy piadoso, mucho...

Frank aprovechó el pedido de Gerard para hacer algo que se moría de ganas por probar. Dado que estaba de pie junto al borde de la cama su esfuerzo para penetrarlo era mayor, lo que lo mantenía con el ritmo constante era sostenerse de sus caderas con fuerza. Así que sin más se detuvo y salió de Gerard, observó un par de segundos como su agujero abierto se contraía frente a sus ojos y se mordió los labios.

—Que culo tan bueno y bonito... —dijo y no quiso resistirse a dejar otro beso ahí, esta vez más cerca de su agujero.

—Mhjmmm —gimió largo y pausado Gerard.

Gerard sintió el colchón hundirse a su lado y giró el rostro levemente para mirar mejor. Agradecía ser tan flexible porque de lo contrario su cuerpo estaría totalmente ligado por permanecer por tanto en la misma posición, únicamente sus manos resistían por estar apretándolas entre sí.

Frank tomó la base de su polla y guió su palpitante erección al agujero de Gerard. Tenía las piernas semiflexionadas pero podía mover sus caderas con mejor amplitud, y sobretodo, se pudo enterrar profundamente dentro de Gerard.

—¡Aaaaaah, nene! ¡Aaah! —gimió Gerard por todo y un hilo grueso de saliva se salió de su boca.

Gerard comenzó a gemir desesperado cuando la polla de Frank empezó a entrar y a salir de él una y otra vez, rozando cada vez más seguido ese lugar dulce dentro de él. Lo podía sentir más grande, más caliente y más pesado. Y eso, le encantaba mucho más.

Frank se apoyó de sus caderas y cambió a hacer movimientos más cortos, no sacando más de la mitad de su polla y yendo más rápido. Gozando de placer al ver como Gerard había soltado sus manos y buscaba vagamente de donde sostenerse.

—¿Es suficiente para ti? ¿O tu culo avaricioso quiere más?

—Si... m-mi c-culo quiere e-estar lleno de tu semen...

—Santa mierda... —gruñó Frank y comenzó a moverse más rápido.

Gerard logró incorporarse un poco y mantenerse ahí mientras su polla palpitaba sin parar, su liberación estaba muy cerca. Bajó la vista y se encontró con la pantorrilla derecha de Frank, gruesa y contraída por el esfuerzo. Le encantaba como eran las pantorrillas de Frank, eso formaba parte de su lista secreta de fetiches extraños.

Llevó su mano a sostenerse de la pantorilla mientras su pecho y rostro volvían a estar contra el colchón y con un par de embistes más, se corrió. Apretó con fuerza la piel de Frank mientras su agujero seguía siendo empotrado con fuerza.

Para Frank fue suficiente al sentir como Gerard se apretaba a su alrededor con dificultad y le aruñaba la piel con sus pequeñas uñas. Se enterró profundo una última vez y con las olas de placer que mecían el cuerpo de Gerard se dejó envolver también por su orgasmo.

Mientras el semen caliente de Frank salía disparado contra la próstata de Gerard, éste respiraba con dificultad. Cada pulsación de Frank la sentía como propia y solo las caricias que el rubio comenzó a darle en la espalda lo ayudaron a relajarse. Su viente y sus muslos, al igual que su polla y su agujero estaban sensibles.

—Que rico... —murmuró Frank mientras salía de Gerard con cuidado y le daba un par de caricias más a su espalda.

Rápidamente apagó las cámaras y se tumbó al lado de Gerard en la cámara, se rió al ver que Gee se estaba deslizando con mucha lentitud sobre la superficie de la cama y no quiso resistirse la necesidad de abrazarlo por la cintura.

—¿Estás bien? —preguntó con la voz ronca.

Gerard se estremeció, aún así giró su rostro y se derritió al ver a Frank. Estaba acostado de perfil frente a él, sonriente y con las mejillas sonrojadas, cansado pero al vez se miraba más atractivo, como si pudiera brillar.

—Lo estoy... ¿Y tú?

—En este momento estoy en el cielo.

—¿No quieres limpiarte?

—No... —susurró mientras cerraba sus ojos—. Así estoy bien, muy cómodo...

Por el peso de su brazo y la voz que se apagaba con cada palabra, Gerard supo que se estaba quedando dormido. Lo confirmó minutos después cuando Frank no dijo nada más y su respiración se normalizó, tenía los párpados cerrados y el rostro relajado.

Gerard sintió la necesidad en su pecho de acariciarle el rostro, las mejillas, los labios, la nariz pero solo se conformó con quitarle con delicadeza algunas pequeñas mechas rebeldes que caían sobre su frente.

Quiso quedarse así también, ahí, debajo del abrazo de Frank. Quiso dormirse con esa calma y rodeado de su aroma, guardando en su cuerpo el recuerdo que le probaba que había sido de Frank, pero no pudo.

Ahí estaba nuevamente ese temor alerta que le impedía quedarse junto a Frank, eso que le impedía dejarse envolver entre sus brazos y descansar. Tenía tantas ganas de acomodarse sobre el pecho de Frank y solo cerrar sus ojos, sintiendo el aroma dulce de su perfume pero no podía.

Así que se obligó a alejarse de él con delicadeza, Frank se removió y Gerard se disculpo quedamente alegando que necesitaba ir al baño.

Una vez dentro de este y lejos de Frank, permitió dejar salir a flote sus sentimientos, y un llanto que no sabía que estaba reteniendo explotó. Abrió la llave de la ducha y se sentó en el suelo debajo del agua, rogando al cielo que esta se llevara consigo las caricias de Frank pero aún así suplicando por que esas caricias perduraran por siempre.

Estaba tan confundido y lleno de temor, pero sobre todo estaba preocupado por Frank, quizás por eso había tomado decisiones tan drásticas. No le gustaba reconocerlo, ni pensarlo siquiera, pero él sabía que huía después del sexo con Frank para no caer en ese estado de vulnerabilidad post coital, que sabía, si probaba nunca iba a querer abandonar.

No quería amar más a Frank. No quería ilusionarse con él pero era casi imposible cuando miraba esa mirada avellana brillar, esa sonrisa contagiosa. No quería seguir enamorándose cada día más de él.

Pero su corazón era terco y sin importar todo lo que estuviera haciendo, cada día solo podía sentir más y más amor por Frank.

No estaba sirviendo de nada intentar salir con alguien para olvidarse de él. Así como tampoco estaba funcionando huir después de haber sido de Frank, aunque él mismo había tratado de engañarse llamando "un trabajo" a lo que tenían.

Simplemente se sentía destrozado por partes iguales y no sabía por dónde empezar a reparar su corazón.

Solo sabía que estando al lado de Frank todo era mejor, por que Frank era su complemento, su confidente, su amigo, su amor. Y por nada en el mundo estaba dispuesto a perderlo, ni siquiera cuando eso significaba tener que silenciar los gritos de su corazón.


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