𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 2: 𝑭𝒓𝒆𝒓𝒂𝒓𝒅 𝒆𝒔 𝒂𝒎𝒐𝒓

—¿Así está bien? —preguntó Gerard mientras posaba para la cámara de Frank.

—Puedes inclinar la cabeza hacia un lado y sonríe más —dijo acercándose y sacando un par de fotos de su rostro, con esa perfecta sonrisa que lo adornaba.

Esa mañana se habían levantado temprano y después de desayunar se habían dispuesto a comenzar con la primer sesión de fotos que realizarían. Después de haber grabado el primer vídeo se habían tomado dos días de descanso, únicamente revisando y planificando mejor lo que harían esa semana y la siguiente.

Solo podían ver su perfil y todo lo relacionado con ello en la computadora de Frank, ya que habían acordado que en sus teléfonos no iban a instalar las aplicaciones ya que luego estar pendiente de ello a cada segundo les iba a causar ansiedad.

Sin embargo, haber visto los resultados que habían obtenido en su perfil les había elevado los ánimos muchísimo más, y por ende, los ánimos de continuar creando más contenido.

Frank había trabajado toda aquella noche editando el video y revisando que se subiera de manera correcta a la página. También había cambiado el nombre del perfil, pues mientras trabajaba había tenido una mejor idea.

Frerard.

La combinación perfecta de su nombre y el de Gerard.

Frerard is Love.

El nombre perfecto para un proyecto, que más allá de hacerlo por la necesidad, estaba lleno de amor y dedicación. Porque sí, Frank sabía que de era de esa forma.

Le había mostrado a Gerard como había quedado todo y él estuvo completamente de acuerdo, incluso estuvo más que emocionado y satisfecho al ver el nuevo nombre. Pero necesitaban más que un video y un user bonito, así que habían decidido hacer fotos de cada uno y luego un par en pareja para poder actualizar la foto de perfil y la de portada.

Era una enorme suerte que Frank pudiese hacer las fotografías, editarlas y subirlas a la página, porque de lo contrario, seguramente estarían completamente perdidos. Gerard se sentía muy afortunado por ello, y también agradecido porque Frank además de apoyarlo con algo tan importante, lo estaba tratando como siempre, cariñoso y dulce. Sin embargo, empezaba a preocuparse también.

Más allá de la forma en la que se trataba con Frank, Gerard sentía que comenzaba a verlo de manera distinta o era el efecto que había provocado la enorme polla de Frank en su boca, porque después de haber huido al baño a bajarse no había podido dejar de pensar en ella, en su forma, el olor, el sabor, la manera en la que Frank le había tomado del cabello y en como se escuchaba, gimiendo por él.

No se lo iba a decir a Frank pero secretamente esperaba que aprovecharan a grabar algo porque no podía dejar de desear volver a sentir la polla de Frank.

—Gee, puedes cerrar tus ojos y subir un poco tu babydoll... voy a tomar fotos completas —pidió Frank y se lamió los labios, las piernas de Gerard eran tan bonitas.

—Está bien —dijo e hizo lo que Frank le pidió. Echó la cabeza hacia atrás y cruzó una pierna delante de la otra, subió la tela sedosa y mostró para la cámara su glúteo derecho, luego llevó un dedo a su boca y lo lamió, para finalmente morderlo y sonreír.

—¡Eso! ¡Perfecto! —lo felicitó Frank, porque sin dudas a Gee le fluían los movimientos sensuales con naturalidad—. Creo que pasaremos a las fotos de los dos y luego, podemos grabar algo... ¿Te parece?

—¿Y tus fotos? —preguntó Gerard mientras se acercaba a ver como Frank acomodaba la cámara en el pedestal y la enfocaba de frente al fondo gris que estaban usando.

—La próxima sesión será para mi... ahora necesito aprovechar la inspiración y mi momento de espontaneidad —dijo y se alejó para buscar la silla que había utilizado para el primer vídeo, la colocó frente a Gerard y revisó el ángulo y la iluminación—. ¿Puedes apoyarte con tus manos en el respaldar e inclinarte un poco hacia adelante?

Gerard asintió emocionado y ansioso por descubrir lo que pasaba en la mente de Frank. Sería el más feliz en ese momento si Frank le pedía que se la chupara otra vez. No dudaría nada en dejarse caer de rodillas frente a él, pero, debía guardar la calma y no parecer un desesperado.

Se giró rápidamente y regresó a su lugar cuando vio que Frank se sacó los zapatos y la camisa, revelando su torso torneado y lleno de tatuajes. Le picaban las manos por acercarse a él y acariciar sus músculos, besarle la piel y dejarse envolver por esos brazos fuertes. Sentía como su polla estaba dura y húmeda por todo el pre seminal que estaba liberando tan solo con imaginar.

—¿Puedo? —escuchó la voz de Frank detrás de él y la cercanía le erizó el cuerpo entero. No se había dado cuenta que Frank se había colocado detrás de él y que le estaba pidiendo permiso para tocarlo.

—Claro, Frankie...

—Cierra tus ojos y gira tu cabeza —susurró Frank y Gerard obedeció como un pequeño cervatillo.

Gerard cerró sus ojos y respiró profundamente al sentir los dedos de Frank deslizar el tirante de la prenda sobre su hombro derecho. El flash de la cámara se reflejó rojizo sobre sus ojos y se concentró en respirar, el tacto de los dedos de Frank sobre su piel le estaba haciendo comenzar a temblar.

—El rosa te queda tan bien —escuchó y sintió que se ruborizaba. Había decidido usar un babydoll sencillo, de color rosa pálido y con tela de seda—. Y a ti, ¿te gusta como me miro?

—Si... —respondió en un suspiro mientras sacaba el tirante de su brazo y Frank le deslizaba el otro, dejando caer la prenda al suelo quedando únicamente con sus pequeñas panties que se escondían entre sus mejillas y cubrían a duras penas su polla dura—. Muy sexy... pareces un fuerte leñador, solo necesitas un poco más de barba.

—Me la puedo dejar crecer, por ti —respondió Frank. La cámara no paraba de tirar flashes cada cierto tiempo, capturando los momentos en que las manos de Frank recorrían el cuerpo de Gerard y el rostro de este reflejaba placer—. Pero ahora voy a grabarnos, espérame un segundo.

Gerard se sentía asfixiado, aprovechando que Frank había ido a cambiar de cámara se agachó para retirar su ropa interior y acariciarse un poco. Definitivamente le gustaba esa imagen de Frank, solo con sus jeans puestos.

Se lo ocurrió una buena idea para combinar con lo que Frank fuese a hacer. Ya no le importaba esperar más, si lo iba a coger ahí de pie sin preparación estaba más que listo. Recibir la polla de Frank valía la pena y estaba seguro que Frank sabía coger muy bien también.

Frank se sorprendió al ver a Gerard completamente desnudo, la pequeña cintura que tenía y sus anchas caderas, el vientre semiplano y la polla rosada que tenía entre sus manos, todo él era perfecto. Regresó a colocarse detrás de Gerard y antes de dar play pasó una mano por el vientre ajeno y la otra la usó para apartar el largo cabello negro de la nuca de Gee.

—¿Estás cómodo con esto? —preguntó, preocupándose en primer lugar de que todo estuviera en orden. Aunque la erección de Gerard y sus leves gemidos le indicaban que estaba bien.

—Absolutamente —respondió empujando su cuerpo hacia atrás, hasta que su espalda estaba contra el pecho de Frank. El calor de Frank competía con el suyo, creando una atmósfera muy sexual alrededor de ellos—. Solo quiero pedirte una cosa.

—Lo que quieras —murmuró y se atrevió a dejar un beso en el hombro de Gerard.

—No te quites los pantalones, te ves malditamente sexy y caliente.

—¿Si? ¿Te gusta mucho? —preguntó y la cámara comenzó a grabar.

—Muchísimo y tu polla también me encanta —confesó con sinceridad en medio de su excitación. Se arrepintió al instante pero la mano de Frank bajó hasta tomar la base de su polla y todos los pensamientos se borraron de su mente.

—Lo sé, bebé. Lo vi en tus ojitos bonitos.

Gerard se aferró con fuerza a la madera, no podía con las sensaciones en su cuerpo y con las mariposas que las palabras de Frank y los besos que dejaba en su cuello y hombros, le provocaban en el vientre.

—Fóllame...

—Aún no.

—¿Porqué?

Frank no respondió, coló su mano izquierda en medio de sus cuerpos y se deshizo del botón de su pantalón y con un poco dificultad sacó solo su polla dura y restregó la punta sobre los glúteos de Gee. Aún no se atrevía a tocarlo a pesar de que su culo desnudo estaba volviéndolo loco.

—Me voy a masturbar sobre tu culito perfecto... y tu no podrás correrte hasta que yo lo haga primero —murmuró apretando la polla de Gee.

Gerard asintió emocionado al sentir la dureza y el calor de Frank sobre sus glúteos y su voz pastosa sobre su oído hacia que su cerebro únicamente enviara órdenes de obedecer.

Inclinó sus caderas un poco más hacia atrás, abriéndose ligeramente de tal manera que la polla de Frank alcanzó perfecta entre sus grandes mejillas. Ambos gimieron al sentirse de esa forma, tan correcta.

Frank comenzó a balancear sus caderas con suavidad, sintiendo como el pre semen se escurría y con cada embiste se esparcía entre las nalgas de Gerard, estaba tan caliente y húmedo que el movimiento era dócil.

—Mmmm nene... más rápido —pidió Gerard moviéndose para que la polla y la mano de Frank fuesen más rápido.

Sin embargo, Frank lo abrazó por el pecho jalandolo más hacia él y reduciendo aún más el ritmo de frotarse, empujando con fuerza cuando su base estaba a tope contra la piel de Gerard, todo eso mientras aumentaba el movimiento de su mano, robando muchos gemidos de parte de Gerard.

—¿Tan desesperado por correrte, bebito? —ronroneó burlesco y aprovechó para depositar largos besos con sus labios cerrados contra la parte baja de la oreja de Gee.

—Aaaah, nene, por favor...

—Si mi mano está a punto de hacerte correr, imagina lo que sería mi polla follándote sin piedad.

—Mmmjhm... —gimió Gerard con más fuerza al sentir como Frank cambiaba su juego, y ahora se movía rápidamente y su mano parecía torturar su polla—. Por favor...

—Un día de estos voy a hacerte hipersensible... —murmuró a sabiendas de que a Gee le gustaba ese vocabulario. Había estado investigando mucho—. Te daré tantos orgasmos seguidos hasta que olvides tu propio nombre —continuó hablando, cada vez arrastrando más las palabras por su respiración acelerada.

—Que rico...

—Si... voy a hacer que te corras con mi boca, mi lengua, mis dedos y mi polla, tan mal y tan sucio.

—No puedo más... necesito correrme... —suplicó al sentir como su polla palpitaba con más fuerza y el orgasmo estaba ahí arremolinándose en la base.

—Si puedes, solo un poco más, bebé. Yo estoy mucho más cerca —murmuró apretando la polla de Gerard y yendo más rápido.

Frank escondió su rostro en la curvatura del cuello de Gerard, aspirando su aroma con fuerza y su mano izquierda bajó a tomar su propia polla acariciándola hasta que los gruesos hilos de semen salieron disparados sobre los glúteos de Gerard.

Al sentir el líquido tibio de Frank sobre su piel, Gerard se desesperó más pero Frank no le dio tiempo para suplicar para poder correrse. Dejó su cuerpo quieto sintiendo las olas de su orgasmo recorrerle y comenzó a mover su mano sobre el falo de Gerard, muy rápido.

Gerard soltó una de sus manos y la llevó hacia atrás, tomando un puñado de cabello rubio de Frank entre sus dedos y apretándolo, mientras su polla explotaba en los dedos de Frank.

—Mierda... si... mmmjhm... —gimió sintiendo las convulsiones placenteras recorrer su cuerpo.

Al percatarse que estaba jalando el cabello de Frank, Gerard comenzó a soltarlo con sutileza y respiró para calmar su respiración. Ambos estaban alterados, sudados y llenos de semen ajeno.

Después de unos cuantos segundos, Frank se separó de Gerard con cuidado y fue a parar el video. Le pidió a Gerard que no se moviera de donde y como estaba, corrió a tomar la cámara.

Al regresar sacó una foto del culo de Gerard con los hilos blancos de su semen junto a su propia polla semidura en la mano. Tenían material de sobra para el fin de semana.

—Joder, Gee. Que buen equipo somos —comentó e iba a abrazar a Gerard por la cintura pero él se movió y rápidamente se agachó para buscar su ropa del suelo.

—Si, Frankie. Eres el mejor —musitó y sin más caminó hacia la puerta pero antes de tomar el pomo se regresó corriendo y depositó un beso en la mejilla de Frank—. Lo siento, hablamos más tarde.

Frank se quedó con una mano en la mejilla, acariciando el lugar donde los pequeños labios de Gerard lo habían besado. Pero a su vez estaba confundido, no entendía que estaba pasando pero iba a averiguarlo.

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