𝑪𝒂𝒑𝒊́𝒕𝒖𝒍𝒐 11: 𝑴𝒂𝒈𝒊𝒂 𝒚 𝒇𝒖𝒆𝒈𝒐𝒔 𝒂𝒓𝒕𝒊𝒇𝒊𝒄𝒊𝒂𝒍𝒆𝒔

La mano izquierda de Gerard iba apoyada en el muslo de Frank, ¿cómo había llegado ahí? Sencillo, el pelinegro le había comentado a Frank que comenzaba a sentirse inquieto por la entrevista, no sabía específicamente porque ya que él tendía a ser muy tranquilo y sabía llevar esos asuntos. Frank en un intento por consolarlo le había tomado la mano y le había dado un beso en el dorso para después dejarla ahí, sobre su muslo.

—Frankie —le llamó Gerard después de largos minutos en silencio. El rubio iba conduciendo hacia el apartamento de Brody, estaba a unos treinta minutos de distancia del departamento de ambos.

—Dime Gee... —respondió Frank regalandole una rápida mirada. Los rayos de sol vespertinos le daban a la piel de su rostro un tono dorado que a Gerard le encantó.

—Hay algo que quieto comentarte, pero no he sabido cómo.

—¿Es bueno o malo?

—Depende de como quieras verlo tú.

—¿Debería estar nervioso?

—No lo creo y ya deja de hacer preguntas. Seré yo él que se ponga muy nervioso.

—Está bien, dime lo que sea estoy listo...

—Mhjm, bien. ¿Recuerdas... —No por favor—. a Alex? Es el chico que te conté que había conocido por internet, que esta comenzando a salir con él y del que me salvaste hace pocos días con esa maravillosa mamada —se mordió los labios al decir lo último y Frank tuvo que reír, al menos eso lo habia distraído del tren de pensamientos que comenzaba a correr en su mente.

—Sí, lo recuerdo —¿Cómo olvidarlo? Pensó—. ¿Qué hay con él?

—Diré esto rápido porque realmente no tiene ninguna importancia.

—Te escucho.

—No quiero sonar como una maldita perra pero siento que intentar algo con él fue un grave error. Primero porque no me sentía atraído por él, segundo porque lo conocí por internet, tercero porque últimamente me está haciendo sentir incómodo; apenas nos estábamos conociendo y él sobrepasaba los límites... y por último...

—¿Si? —preguntó Frank con un poco de preocupación por lo que Gerard le había dicho sobre la incomodidad,  hizo una nota mental para preguntarle sobre eso después. No obstante no podía negar que la felicidad le amenazaba con salir por cada poro de su piel. Esa era la mejor noticia que podía esperar.

—Hay alguien más que ya ocupa mi corazón —confesó al momento en que Frank aparcó el auto.

—¿Me dirás quién es?

—Pronto lo sabrás.

—No, Gee. ¡Dime! —le pidió al ver que el pelinegro se colocaba su mascarilla y se disponía a salir del auto.

—Por el momento sólo puedo decirte que él tiene unos ojos muy hermosos. Tan profundos y avellanas —dijo y sin más salió del auto.

Frank se quedó unos minutos más en el auto con una amplia sonrisa en sus labios. Estaba demasiado feliz por lo que acababa de escuchar, claro que Gerard se refería a él, esa hermosa frase la había escuchado la noche que habían tenido sexo en su habitación solo porque ambos lo habían querido. Habían tantas cosas que necesitaba saber y escuchar por parte de Gee, pero no iba a preguntar, Frank decidió que lo mejor era esperar hasta que Gerard sintiera que era el momento oportuno.

Pero, ¡mierda! No podía que creer que sus sentimientos eran correspondidos de esa forma.

Sino hubiese sido por la mascarilla que cubría su rostro Frank hubiese lucido la sonrisa más despampanante. Sin embargo el brillo en sus ojos no ocultaba la felicidad que corría por sus venas en ese momento.

Gerard le estaba esperando en el lobby del edificio, un enorme complejo de apartamentos muy bonito en un aérea privilegiada de la ciudad. Antes de ingresar al edificio Gerard extendió su mano hacia Frank y le preguntó;

—¿Juntos?

—A dónde sea que tú quieras —le respondió tomando su mano.

Ya que sabían cual era el número de piso al que se dirigían se limitaron a buscar el elevador. El viaje fue corto y silencioso, ambos se sentían tranquilos y disfrutaron de la calidez de las manos ajenas.

*

En apartamento 6F les esperó Brody Dalle. Una chica alta, de cabello negro y tez blanca, tenía tatuajes en lo brazos y pierciengs en la nariz y el labio. Les saludó con dulzura apenas entraron y les invitó a pasar a su hogar haciéndolos sentir en confianza rápidamente, parecía que estaban visitando a una amiga de toda la vida.

Brody les invitó a tomar café y por casi media hora se dedicaron a platicar de nada en particular. Fue hasta que sus tazas estuvieron  vacías que la pelinegra les invitó a pasar a la siguiente ante sala donde un pequeño set estaba esperando a por ellos.

La decoración era sencilla, con luces de guirnaldas amarilla colgando en la pared del fondo, un par de macetas con plantas de hojas de color largas, la luz principal, la cámara en su pedestal, una mesa de centro y un par de sillones, un individual para Brody y el de dos piezas para Gerard y Frank.

Cuando Gerard tomó asiento quiso echarse a reír, anteriormente había pensado que en el set iba a ver colgando lencería y que habrían dildos por doquier, pero se había equivocado, el lugar era lo más normal que podía haber imaginado y eso estaba muy bien, lo hacía sentir más cómodo.

Ambos habían guardado sus mascarillas y esperaron a que la entrevista diera inicio, por lo que sabían sería algo de unos veinte o treinta minutos.

La parte introductoria fue divertida, Frank había estado distraído y no había escuchado con atención la pregunta que Brody le había hecho y había terminado dando la información completa de sus tres nombres. Gerard había sonreído mostrando sus pequeños dientes, viéndose más adorable que de costumbre y le había dicho que incluso sus nombres eran bonitos como él.

—¿Saben ustedes que el grupo de fans que tienen es muy grande? —ambos hicieron in gesto que daba a entender que más o menos conocían la información—. El contenido que están creando es muy bueno a pesar que son nuevos en todo esto y estás personas realmente los admiran, pero lejos de esto han llegado a verlos como algo más. A sus ojos son la pareja perfecta que se complementa En cada aspecto de su vida.

Los corazones de Gerard y Frank se derritieron de cariño ante aquella revelación, era algo que ellos desconocían y sin dudas les hacían sentir bien ya que les veían como personas, no como objetos sexuales.

—Sus fans se han denominado con un apodo muy llamativo, ¿saben cuál es?

—Nope —respondió Gerard.

Frerardies.

—¡No! ¡Hombre, esto es maravilloso! Sabía que mi idea del Frerard iba a darle la vuelta al mundo y todos lo iban a amar.

—Definitivamente lo aman tanto como a ustedes, por eso, en ésta ocasión la ronda de preguntas que tenemos van dirigida a sus vidas personales. Si se sienten incómodos me lo hacen saber y pasamos de largo, ¿vale?

Con un asentimiento de cabeza la sección de preguntas y respuestas dio inicio. Eran preguntas sencillas y con sus respuestas dieron a conocer un poquito más de ellos, no tanta información de sus vidas privadas pero si dieron a conocer sus verdaderos nombres y Gerard habló de su gusto por el arte, la cocina y las plantas, y Frank habló de su adicción a los tatuajes y su pasión por la fotografía.

—Bien, la siguiente pregunta es de nuestra amiga Rachel Reed y quiere saber si, ¿Gerard duerme desnudo?

La pregunta les hizo reír, en especial a Gerard. ¿A que se refería? ¿Si andaba todo el tiempo desnudo por su casa y también a la hora de dormir? Pues todavía no había llegado a ese punto...

—No —dijo con las mejillas enrojecidas.

—Sí, lo hace —respondió Frank al mismo tiempo, ganándose la mirada sorprendida de Gerard—. Lo hiciste cuando dormiste conmigo...

—Hahaha —Gerard dejó escapar una carcajada, de esas que a Frank le encantaba escuchar.

Esa noche...

—¡Wow! ¡Oh, chicos! —Brody les miró alzando las cejas varias veces—. Está pregunta nos lleva a una muy interesante, quizás la más íntima también. Recuerden que son libres de responder o no. ¿Porqué nunca se han besado?

—Mmm...

—¿La verdad? —preguntó Frank a Brody pero su mirada se centró en Gerard—. Porqué no ha llegado el momento especial para que compartamos esa conexión. Es complicado de explicar.

Gerard estuvo de acuerdo con aquello. Tantas veces había deseado besar a Frank y era algo tan sencillo pero siempre había un sentimiento en su pecho que lo detenía. Sin embargo justo en ese momento se sentía listo, había sido sincero con Frank y eso le había dado la potestad de ser tan libre como quisiera, por eso no permitió que Frank continuará hablando. Se giró hacia él y acercó su rostro hasta el suyo.

Y por fin sus labios estuvieron juntos. Suavidad con suavidad.

A Frank le tomó un segundo darse cuenta que los labios de Gerard estaban sobre los suyos. Cerró sus ojos y llevó su mano a la mejilla de Gerard. Entreabrió los labios y profundizó un poco más el beso, masajeando con delicadeza.

Se separaron lentamente pero dejaron que sus narices permanecieran juntas, una sonrisa boba se pintó en sus rostros y la cálida felicidad embriagó sus corazones. Probar los labios ajenos se había sentido tan bien, pero necesitan mucho más.

—Creo que yo también voy a declararme Frerardie después de haber sido testigo de esto, chicos.

Frank se alejó un poco pero atrajó a Gerard hacia su pecho, envolviéndolo en un suave abrazo. Sentía que sus labios ardían por el fuego que Gee prendía en él y las golondrinas en su vientre revoloteaban victoriosas.

—Gee, última pregunta para ti, de mi parte. ¿Qué sentiste al besar a Frankie?

—Mhjm... magia y fuegos artificiales —respondió con sinceridad.

Compartieron una rápida mirada y los dos supieron en ese momento que sentir el fuego, la magia y los fuegos artificiales era lo que habían añorado sentir siempre pero que solo encontrándose a ellos mismos habían conseguido.

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