第二十章 | 𝔠𝔥𝔞𝔭𝔱𝔢𝔯 𝔱𝔴𝔢𝔫𝔱𝔶 𝔣𝔬𝔲𝔯🌼❠
𝐜𝐫𝐮𝐜𝐢𝐟𝐢𝐞𝐝
; dónde el ángel y el demonio se condenan a una eterna crucificción
—¿Hange?...— preguntó la joven tocando sutilmente la puerta del despacho militar.
—¿Emily?, adelante mi niña, pasa, pasa...— le afirmó, la capitana.—¿Qué te trae por aquí?— preguntó entusiasmada.—¿deseas saber algo de Armin ahora que están saliendo?— Hange puso una expresión rara y miró con intensidad a Emily.
La joven sonrió con ternura ante la actitud de la mujer, pero su mirada inmediatamente se entristeció. Hange notó eso y su actitud se volvió totalmente seria.
—¿Emily qué es lo que ocurre?
—No puedo seguir con esto... ¿Podrías dejarme visitar la celda de Eren hoy?, necesito hablar con el... a solas... se que te pido mucho, y la ubicación de Eren es secreta... pero de verdad, necesito verle...— los ojos de Emily estaban empapados de lágrimas gruesas.
La Capitana Zöe miró con total desconcierto a la Doctora Fritz y entonces lo recordó todo; la mujer de la que Eren hablaba en sus cartas todo este tiempo había sido Emily.
—Emily, hay algo que quieras decirme...— la mirada de Hange era de asombro, no podía creer que durante casi todo ese año, Emily había sido técnicamente la amante de Eren. ¿Entonces por qué ella y Armin estaban saliendo?
—Verás Hange... Todo empezó el día que ustedes y yo nos encontramos en las calles de Liberio...
• • •
La mirada de Hange estaba perdida en algún punto invisible de su escritorio, mientras recostaba su mentón de sus manos. Un suspiro hondo salió de su boca y se levantó para mirar a Emily que se encontraba en la puerta.
La estaba detallando y su mente no podía evitar hacer una comparación entre la niña tan dulce y jovial que tuvo la suerte de conocer hace dos años atrás y la mujer vacía y destruida que tenía de frente ahora, no solo había cambiado y convertido en alguien más fuerte, sino que había decidido cargar con un peso que tampoco era justo que cargara ella sola.
Pero había notado un detalle más que durante todo este tiempo había pasado desapercibido; Y es que Emily se veía mucho más gorda que hacía dos años atrás, claro que el tiempo pasaba y las personas cambian, pero definitivamente, algo estaba cambiando en ella, quizás la depresión o alguna enfermedad particular y toda la carga la estaban matando lentamente.
—Te acompañaré... vamos...
• • •
Hange escoltó a Emily hasta donde tenían a Eren encarcelado, se encontraba en un área especial, lo suficientemente apartado de sus fanáticos y la población en general. Aquello parecía una catacumba infinita, críptica y arropada en una oscuridad que permanecía congelada en el espaciotiempo, Emily y Hange tardaron al menos unos 15 minutos bajando las escaleras, iluminadas por la irregular luz de la farola que llevaba Hange.
—Me iré Emily, te estaré esperando en mi despacho...
Hange se fué cogiendo una de las velas que estaban ahí y dejando completamente sola a Emily en aquella oscuridad absoluta que con cada minuto la absorbía. La médico marleyana caminó unos segundos por el largo pasillo de piedra, logrando oír nada más que el sonido constante de las goteras y su respiración irregular.
Estaba asustada, ansiosa y con miedo, sí, le generaba un intenso miedo reencontrarse con Eren. ¿Qué cosa le diría?, ¿Cómo reaccionaría?. No lo sabía y eso la aterraba, de aquel muchacho podía esperar cualquier cosa.
Emily siguió caminando aterrada hasta que sintió como una mano salía de uno de los calabozos y tomaba con fuerza de su brazo. La joven se tensó por el miedo mientras su ritmo cardíaco aumentaba considerablemente. Era él. Sus ojos estaban apagados, tristes y vacíos. Iguales a los que vio durante la guerra de Medio Oriente.
—Eren...
—Emily...
Dijeron al uniso los dos. Los ojos de Emily se desbordaron en una cascada de lágrimas de dolor, ya su corazón no podía seguir reprimiendo y soportando aquel dolor que la hacía desfallecer, ya no aguantaba más.
—Tiempo sin vernos... Eren...— pronunció en un hilo agudo de voz, que desaparecía en el eco de aquella oscura y críptica celda subterránea.
—¿Qué haces aquí Emily?...— la mujer abrió sus ojos con asombro, la voz de Eren no sonaba llena de odio o ira, sonaba triste y deprimida, incluso desesperanzada y llena de dolor; Era el mismo hombre frágil e incomprendido que conoció hacía casi dos años atrás, ¿pero por qué estaba actuando así con ella?, ¿estaba jugando o intentando burlarse?. Ya no había motivo alguno para seguir fingiendo.
Emily apretó sus puños tratando de reprimir sus lágrimas y la rabia. Pero el agarre de Eren se había suavizado y ahora solo la tomaba del brazo como si temiera que se apartara de él. Emily ya no sabía qué pensar o comprender del comportamiento del joven, sabía que estaba influenciado por los poderes del Titán Fundador y el Titán de Ataque, pero los sentimientos de su corazón solo los podía manejar él.
Emily dirigió su mirada a la mano de Eren, incluso a pesar de que la tela separaba su piel de la de él, ella podía sentir el dolor de Eren aún, cómo el dolor le carcomía el alma y la mente. Aquella pena jamás cambiaba, siempre la sentía en él.
—Tienes que irte lejos de aquí Emily... no estás a salvo en Paradis...— le suplicó Eren quien la tomó por los hombros a través de las rejas, sus manos temblaban quizás del frío gélido que hacía o los nervios que lo mataban cruelmente.
—¡Acaso pretendes que te abandone y finja que tú y mi familia no me importan!— exclamó desgarrando su garganta Emily.— me prometí a mi misma que haría lo que fuera para salvarlos a todos...— le miró llena de determinación pese a que sus ojos estaban empapados de lágrimas.— no voy a permitir que mueras Eren, ni tú ni nadie... yo me encargaré de cambiar eso...
Eren bajó su vista al suelo mientras sus ojos se hundían en una opaca oscuridad, pues su mayor temor que era la muerte casi religiosa de Emily se iba a provocar así él la ocultara bajo una piedra. Y eso lo hacía perder la cordura. El muchacho apretó con fuerza su agarre, no era violento ni mucho menos, pero estaba aterrado.
Emily elevó su mirada asustada decidiendo finalmente ver directamente a los ojos del hombre que amaba como jamás había amado a nadie en su vida. Sus ojos estaban igualmente llenos de lágrimas y un dolor infernal que lo iba destruyendo de apoco.
—Por favor Emily... debes irte... no quiero que mueras por mi culpa o a manos de alguien más...—su voz temblaba y se quebraba con cada palabra que pronunciaba.— sé muy bien que debes estar molesta y decepcionada de mi Emily, pero quiero que sepas que ese tiempo junto a ti en Marley fue totalmente real, todo, jamás te mentí, cada detalle, cada día y noche a tu lado fueron reales... tu me diste...—Eren bajó su mirada apretando los dientes con frustración y aflicción, odiaba tanto estar en aquella situación y perder la oportunidad de ser feliz junto a la mujer que amaba.— la oportunidad de experimentar nuevamente que era la paz y la felicidad, me diste y regalaste... esa última posibilidad de ser feliz una vez más en esta maldita vida... gracias por darme todo lo que jamás pensé que tendría o haría, ser amado por un ángel y ser parte de su familia...
Emily sentía como su corazón explotaba afligido y conmocionado, miles de sentimientos y emociones, recuerdos y momentos atropellaron su mente haciéndola quedar en una especie de trance, atrapada y enjaulada por esta maldición que les separaba y les destinaba una muerte segura a ambos.
—Eren... hay algo que debo decirte...— pensó sin poder dejar de llorar, sus ojos rojos lo veían fijamente mientras sorbía su nariz, no sabía si confesarle aquello, no estaba segura y pese a aquella confesión tan dulce y genuina, que sabía y podía sentir verdadera. No creía justo eso. Lo lastimaria más y esa no era su intención, ella debía protegerle de todo, su mente se había tornado frágil y fragmentada por el dolor de la pérdida y la sangre que manchaban su cordura.
—Dime, por favor confía una vez más en mi... sabes toda la verdad Emily, no hay nada que pueda ocultarte ni mucho menos valdría la pena mentirte...— Eren le miraba suplicante y con una mirada cálida, casi se asomaba en sus ojos aquel brillo que había nacido en su tiempo juntos en marley.
Emily suspiró y le miró con amor.
—Te amo, y no quiero verte morir, no podría aguantarlo y mucho menos si es por una causa perdida... Eren por favor, ayúdame para que pueda ayudarte, solo quiero que estén todos a salvo... Solo quiero que ambos huyamos lejos de aquí... Y podamos vivir esa vida con la que habíamos soñado...
Eren estaba conmovido por las palabras llenas de dulzura de Emily, ya que después de todo ella le había perdonado esa traición tan horrible y arbitraria que lo había destruido asi mismo, pues en ese difícil proceso de alejarse de Emily había sufrido más que ella misma al hacerlo, lo había terminado de matar. Pero ella jamás lo dejó de amar y buscar pese a todo el daño que le causó esos meses.
Emily sacó unas llaves desesperadamente de su gabardina, abriendo así la puerta que les separaba. Eren se asombró y no se había dado cuenta en qué momento Emily había atravesado su celda y corriendo hacía sus brazos, abrazándolo como solía hacerlo con aquella calidez y amor.
Eren la atrapó y siento después de tanto tiempo la dulzura y calidez de su amada. Porque ya no seguiría ni mintiéndose ni negándolo descaradamente. El estaba enamorado y amaba profundamente a Emily, no iba a eludir el hecho de que al inicio sólo la veía como a esas personas especiales que hacían que la porquería de mundo donde vivían se sintiera mejor y más feliz, pero cada minuto, cada segundo y hora que compartió durante esos dos años con ella fueron más que suficientes para llegar a su corazón reclamándolo como suyo, le pertenecía y le seguiría perteneciendo en la eternidad.
Eren sabía que poco tiempo le quedaba con vida, sabía que se iría para siempre y solo podría observar a Emily desde la lejanía en los caminos, viéndola construir una familia con Reiner tal y como había visto en todos los futuros donde ella sobrevivía. Así que no dudaría ni un segundo en aquella noche otoñal volver a hacer suya a Emily; como aquel día hacía unos 5 meses atrás antes de abandonarla y romperle el corazón.
La necesitaba, extrañaba con toda su alma a aquel ángel que expiaba todo rastro de pecados y culpas que encadenaban y ataban su débil y frágil alma al abismo, ella era la única persona que lo podía ver en aquel estado tan indefenso y comprender su fatigada alma en pena.
—Pero Eren... ¿qué hay de Mikasa?— le preguntó apartándose unos segundos de él insegura aún de que los sentimientos de Eren no eran simplemente algún tipo de confusión que posiblemente haya generado la influencia del tiempo juntos en Marley.
Eren le sonrió con ternura pues Emily jamás dejaba aquel toque inocente y dulce de siempre.
—Mikasa está enamorada de Jean, siempre lo ha estado, solo que se siente tan en deuda conmigo que nunca se ha tomado la molestia de velar por su propia felicidad y vida...— mencionó entristecido y tomando por sorpresa a la joven, quién no sabía si aliviarse o sentirse aún un mal tercio.
Eren amaba a Mikasa, y por un tiempo llegó a gustarle, pero entendió que Mikasa era la hermana que jamás había tenido y que Zeke estaba intentando ser con él, por eso Mikasa y Zeke se odiaban tanto, eran celos de hermanos.
Emily bajó su mirada apenada y confundida, pues sentía que por las acciones de Mikasa ella realmente sentía un amor más que nada romántico hacia Eren, pues a pesar de no convivir con ella ni con Jean, cuando los conoció jamás notó alguna clase de interés por parte de ella en Jean, pero en cambio sí se había percatado de que Jean sentía algo especial por Mikasa. El sentimiento de que se estaba entrometiendo entre Eren y Mikasa era de las cosas que más le afectó los últimos meses.
—¿Qué soy para ti Eren?— le preguntó intentando ser realista y oír alguna respuesta sensata como "Amiga", "La persona que me cuidó cuando estaba solo" o alguna cosa así.
Pero Eren ya conocía demasiado bien a Emily y sabía que aún se sentía insegura de aquella relación prohibida que había surgido entre ambos, especialmente por el tema entre él y Mikasa, y aquello se reforzó en la mente y corazón de Emily luego de que éste se fuera.
El joven tomó entre sus brazos a la chica sentándola en su regazo para abrazarla y ocultar su rostro ahí.
—Eres el amor de mi vida, y a pesar de que nunca lograré hacerlo realidad en vida... en mis sueños eres y serás mi esposa Emily...— respondió Eren besando el dorso de la mano de su amada, con mucha dulzura y delicadeza.
Nadie se imaginaría jamás que aquella chica podría generar en él esa ternura y dulzura, definitivamente había un contraste interesante con el Eren brusco que fue en su adolescencia y el Eren frío e indiferente de ahora.
—Te amo Eren... perdóname... por favor...— la chica nuevamente empezó a llorar. Eren se preocupó, notando que la joven se encontraba más sensible que en otros momento y no lograba entender por qué le pedía perdón.
—Yo también te amo mucho Emily, no te imaginas cuanto yo te amo... sería capaz de desaparecer al mundo entero con tal de mantenerte con vida, no quiero que te usen como una forma de manipularme como mi punto débil, por eso debes huir al norte de la isla, ahí estarás segura, el retumbar irá en dirección suroeste, quiero que estés a salvo incluso de mi mismo... ya que no podré seguir protegiéndote cuando me vaya...
Eren bajó su mirada frustrado, abandonar su oportunidad de ser feliz a cambio de la libertad de sus seres queridos y la paz temporal era una decisión que empezaba a perder peso en su balanza de moralidad, pero no podía cegarse nada más por su amor hacia Emily.
—Simplemente no pensemos en nada de eso ahora... ya no quiero... solo te quiero a ti...— Emily se abrazó con fuerza al cuello de Eren, sintiendo como este dejaba suaves besos en su cuello que aún se encontraba cubierto por el cuello alto de su vestido.
Emily apagó cuidadosamente la luz de la farola que le había entregado Hange dejando solo la luz de la vela que iluminaba la celda.
Eren entendió lo que Emily quería decir con aquella señal de aprobación, así que con las manos temblorosas y frías, se tomó el atrevimiento de desabotonar lentamente el vestido que traía puesto la joven, dejando suaves y dulces caricias con su pulgar en la zona expuesta de su espalda, aquella sensación erizaba la piel de Emily recordando con melancolía la última vez que ella y Eren hicieron el amor.
—Te extrañaba demasiado mi amor...— le susurró Eren a Emily en la oreja, la calidez del aliento de Eren golpeaba contra la nuca de Emily causando un tipo de efecto hipnótico en ella, su cuerpo se relajó completamente y mientras cerraba sus ojos despacio; recordando la novela que hacía poco había terminado de leer, donde dos jóvenes amantes pertenecientes a reinos enemigos acaban terminando con sus vidas para liberarse del yugo que les oprimía y prohibía amarse libremente en ese mundo tan despiadado. Situación parecida a la que ella y su amado Eren se enfrentaban cruelmente.
El vestido de Emily acabó cayendo con sutileza por sus rodillas y Eren sólo podía quedarse apreciando a su amante bajo la tenue luz amarillenta que les iluminaba con timidez, suavemente Eren recostó a Emily en la cama, mientras acariciaba con mucho cariño y amor la piel de ella.
A pesar de estar sufriendo un infierno en su interior, le consolaba mucho que Emily al menos sería una vez más suya, una vez más podría demostrarle de una forma diferente cómo y cuánto la amaba, demostrarle que su cuerpo sería suyo en la vida y en la muerte, una vez más harían el amor y se volverían uno solo otra vez.
—«Espero que algún día logres perdonarme Eren...»— pensó dolida la joven, sabiendo que no podría cumplir la promesa que le había hecho a su amante de huir como una cobarde, si ambos debían morir por el bien del otro y sus seres queridos que así sea pero nunca lo abandonaría, jamás lo dejaría solo.
Por ahora, ambos solo aprovecharían de disfrutar una última vez del nectar de la pasión, de aquel dulce sentimiento de tener a la persona que amas cerca de ti, querían disfrutar aquel hechizante momento antes de que el tiempo se les terminará de agotar, ya que ninguno tenía la certeza de qué atrocidades podrían ocurrir mañana, de que muerte de un ser querido afrontarían, de que humillaciones o injustificas tendrían que hacer frente.
Solo estaban despidiéndose con un último baile de amor eterno, sintiendo como por una última vez, algo en esta vida les pertenecía realmente, y eso era el inmenso amor que se tenían. Ambos cargaban sus cruces en secreto, en silencio, directo hacia el calvario de la muerte, simplemente esperando, que llegara el día de su crucifixión.
¿Cómo que Eren se detonó a Emily?
👁️👄👁️
Holis otra vez, lamento la demora en actualizar es que no tenía luz ayer; espero que les halla gustado este cap de Emily y Eren modo romántico porque hacía falta. Pese a lo triste que está el capitulo, creo que está decente🧐
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