21 - ¿A quién Elegirías?
'.• a dream is not reality, but who's
to say which is which? '.•
El sol había salido en Auradon después de la noche con lluvia y rayos, y se notaba que era sábado, pues muchos sirvientes estaban ayudando a decorar todo para la coronación del día siguiente.
Carlos, como buen ahora "casi" padre de Chico, saldría a pasear con él por la mañana. Jay se había ido a entrenar desde temprano, y solo quedaban Allison y Liam en el cuarto, además del peliblanco/negro que estaba por irse sino hubiera sido que tocaron la puerta, a lo que rápido se apresuró a abrirla.
—¡Carlos, hola! Buen día. —saludó el príncipe Ben alegremente. —Me preguntaba si ¿ustedes necesitaban algo? Ya saben, mañana es... —la vista del heredero se perdió al ver a lo que parecía ser su mejor amiga y el hijo de Madre Gothel abrazados mientras dormían. —¿Esa no es... Allison? —preguntó dudoso mientras se asomaba más hacia la habitación.
—¡No! —soltó nervioso Carlos.
—¿¡No!? —se preocupó Ben al pensar que justo estaba pasando lo que Chad había dicho. "Liam solo sale con ella por conveniencia"
—¡Quiero decir, si! ¡Si! —Carlos tomó a Chico del piso, el cual esperaba pacientemente, seguido cerró la puerta tras él para no despertar a la pareja. —Si, esa es Allison, lo siento.
—Entonces... ella... ¿Durmió aquí? —quiso saber el ojiazul ya más calmado.
—Así es, pero nada de que preocuparse. Los estuve vigilando y solo se estuvieron besando un rato y luego se abrazaron y luego ya durmieron. —asintió el pecoso rápidamente mientras le sonreía nervioso a su ahora amigo.
—Bien... —soltó una risita intentando alivianar el ambiente.
—Iré a pasear a chico un rato. Te veo luego amigo. —dio una palmeada ligera en el hombro al heredero en forma de despedida antes de pasar por un lado de él y desaparecer por el pasillo.
Ben dió una mirada más a la puerta cerrada. Allison estaba con el chico que la hacía feliz, y eso estaba bien, pero por una parte, aún seguía enamorado de su mejor amiga. El tiempo había sido tan injusto con ambos, que ni siquiera había alcanzado a decirle a la rubia que la amaba con todo su ser, que estaba enamorado de ella desde que eran tan solo unos niños de 12 años jugando. Ben no se arrepentía de haber traído a los chicos de la Isla, pues ahora tenía nuevos amigos y había conocido a la pelimorada. Pero siempre estaría esa parte de él que extrañaría cuando solo eran él y Allison, siendo mejores amigos, saliendo a cualquier lado y siendo felices, gustándose. Siendo él la compañía de la rubia. Lo más triste de todo era que cuando él estaba listo para confesarle sus sentimientos a Allison, Mal lo había hechizado, y cuando él encantamiento había sido revelado en el lago, él ya le había roto el corazón a la princesa del País de las Maravillas.
—¿Qué haces aquí, Ben? —el heredero se giró rápidamente al ver a su hermana parada a unos metros de él.
—Venía a ver si los chicos necesitaban algo. Pero creo que no. —le sonrió nervioso acercándose a ella.
—¿Estás bien? Te veo algo... ¿triste? No sé. —dudó la pelimiel.
—No, para nada. Es solo que estoy algo cansado y un poco nervioso por mañana. —mintió el heredero.
—¿Okay? Haré como que te creo pero necesitamos hablar.
—Claro, dime.
—Vamos al salón. Nuestros padres nos esperan. —tomó de la mano a su mellizo y lo llevó con ella por los pasillos.
Ben sonrió al ver cómo era llevado por su hermana. Maddison siempre estaba arreglada, se esmeraba hasta en el más mínimo detalle, siempre llevaba un atuendo diferente y las uñas en sus manos y pies siempre tenían que estar combinadas. Además de su cabello con un peinado diferente cada día.
—Te ves muy bonita hoy, Maddy.
—¡Gracias! —volteó a ver a su hermano con una amplia sonrisa. —¿Crees que le guste a Sebastian? —preguntó entusiasmada.
—¿¡A Sebastian!? ¿¡Te gusta Sebastian!? —interrogó su hermano poniéndose a la par de ella.
—¡Si! ¿No te lo había dicho hermano?
—¡No! ¿Desde cuando?
—No sé, ¿un par de semanas quizás?
—¿Por qué no me habías dicho nada?
—Porque siempre estás ocupado, Ben. Más con esta nueva proclama y eso. Y es por eso mismo que necesito hablar contigo. —para ese entonces, ambos mellizos ya habían llegado al gran salón donde estaban sus padres. —Llegamos. —avisó a sus padres
—Bien cielo, ¿Y que es eso de los que querías hablarnos? —preguntó Belle a su hija tomando asiento junto a su esposo en uno de los sillones, Ben imitando su acción.
—Papá, mamá, hermano. —volteó a verlos poniéndose enfrente de ellos. —He decidido renunciar al trono. —soltó dándoles una sonrisa, como si nada pasara. Belle soltó la tasa de té al suelo, manchando la alfombra. Mientras que su padre y hermano la veían boquiabiertos.
—Pero, Maddy ¿Por qué? —preguntó el ojiazul acercándose a su hermana.
—¿Qué te hizo tomar esta decisión, hija? —quiso saber Adam.
—No diré que no nací para ser Reina, porque si somos sinceros, claro que nací para eso. —el pelimiel sonrió rodando los ojos ante las palabras de su hermana. —Pero no sé cómo dirigir un reino y un pueblo. Si ser princesa es difícil, no quiero ni imaginarme como será ser Reina. Es una tarea más que complicada, no podría hacer todo ese trabajo. —luego se giró hacia su mellizo timándolo de las manos. —Sin embargo, sé que tú si serías un grandioso Rey, porque tienes un hermoso corazón y sabes cómo tratar a las personas, cosa que yo no. Muy apenas sé controlarme yo misma... —su familia rió ante lo último que dijo. —Y no tomaré el puesto de Reina pero si de tú Consejera Real. —declaró guiñándole un ojo a su hermano.
—¿Estás segura de esto, cielo? —preguntó la Reina acercándose. —¿Es lo que dice tu corazón?
—Es lo que dice mi corazón, mamá. —confirmó la ojiazul regalándole una cálida sonrisa a su familia.
{...}
El día había pasado rápido para Allison y Liam, después de haberse despertado, planearon ir al "pueblo", ambos habían decidido en ir a la cafetería de la madre de Allison. Y ahora Miranda y Maddy, estaban ayudando a la rubia a alistarse.
—¿Entonces renunciaste a tu puesto como Reina de Auradon? —preguntó Miranda a su amiga mientras le ayudaba a Allison a cepillar su cabello.
—Sé que nací para ser Reina. Pero si ser princesa es complicado, no quiero ni imaginarme todo el trabajo que es ser Reina. Ustedes más que nadie lo saben, lo de ustedes es un País, lo mío es un pueblo y un Reino. Sin embargo, seré la Consejera Real de Ben, y ya tengo unas cuantas ideas.—suspiró dejándose caer en la cama de la rubia. —Cambiando de tema, me sorprende que tú y Liam quieran ir al pueblo, y más a la cafetería de tu madre.
—Si bueno, mamá estará ahí todo el día para revisar algunas cosas, y lo más probable es que mi padre también, y como ayer no dejaron de hablar con Liam en toda la cena, quieren seguir hablando con él hoy. —comentó Allison parándose del pequeño sillón, para ir a tomar su vestido.
—Bueno, eso es bueno. —suspiró Maddy viendo cómo su amiga se ponía detrás de un kimono para cambiarse. —Por cierto, ¿Dónde estabas en la mañana? Vine a buscarte y no te encontré.
—Si... sobre eso... dormí en la habitación de Liam anoche. —comentó poniéndose ahora sus tacones blancos.
—¿¡Qué hiciste qué!? —gritaron las dos chicas al escuchar a su amiga.
—Oigan, tranquilas. Solo dormí con él. Yo nunca dije que hicimos otra cosa, mal pensadas. —rodó los ojos saliendo ya vestida.
—¿¡A qué horas te fuiste!? —interrogó la melliza del príncipe.
—Como a las 11:12. ¿Por qué? —dijo despreocupada.
—¡Entonces Ben los vió! —exclamó en shock.
-¿¡Qué!?
—¡A ti y a Liam! ¡Los vió dormir juntos!
—¡No! —trató de negarse la chica Kingsleigh.
—¡Si! Dios Santo, con razón lo vi un poco triste, pero dijo que era porque estaba cansado y nervioso por mañana.
Miranda cubrió su boca sorprendida con ambas manos. —Ayyy no, pobrecito.
—¡Lo odio! ¡Odio esto!
Allison tomó un cojín para después pegarlo a su cara y gritar con todas sus fuerzas, haciendo que sus amigas cubrieran sus oídos. Ese grito probablemente se había oído por todo Auradon.
—¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tiene qué pasar esto!?
—Ally...¿De qué hablas? —habló la peliblanca viendo a su prima.
—¿Por qué a Ben le tendría que importar eso? ¡Sale con Mal! ¡Tiene novia! —espetó sintiendo algo extraño en ella.
—Lizzie. Sabes que mi hermano no está del todo enamorado de Mal. Lo hechizaron... Y tú más que nadie sabe que una parte de él siempre estará enamorada de ti. Creo que es obvio que le va a importar o doler si te ve con alguien más... —suspiró la hija de Belle viendo cómo su amiga tomaba asiento en el sillón.
—¿No debería estar feliz? —balbuceó la heredera del País de las Maravillas.
—Liz, es cómo tú y él, claramente te llegó a doler verlo feliz con Mal en algún momento. A él también. —expresó la princesa de Auradon.
—Aún duele. —confirmó Allison con la vista perdida.
—¿Entonces aún te gusta? —preguntó Miranda. Allison no dijo nada.
—¿A quién elegirías?
—A Liam. Siempre voy a elegir a Liam. —aquella respuesta hizo sonreír al par de amigas y a alguien detrás de la puerta. —Yo amo a Liam, estoy enamorada de él. Y creo que... si aún me duele ver a Ben con Mal... es porque siento que él saldrá lastimado, y es lo que no quiero. Pero no, ya no amo a Ben como antes. Y elijo a Liam. Él me hizo ver las cosas de una manera diferente, soy feliz con solo su presencia o una mirada de él, literalmente lo amo. De todas las maneras que se puede llegar a amar a alguien, él es lo que quiero ver todas las noches y mañanas, con quien quiero envejecer. Liam es mi mundo entero, es mi felicidad, y no sé cómo llegué a amarlo tanto en un par de meses.
Cuando Maddy estaba por hablar, alguien tocó la puerta. Las tres compartieron una mirada y una sonrisa sabiendo quién era.
Allison rápidamente corrió a la puerta para abrirla, encontrándose con el hijo de Madre Gothel con un ramo de peonias en la mano.
—¿Muy pronto?
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